ESPÍRITU Y ALMA

espiral

ESPÍRITU Y ALMA

©Giuseppe Isgró C.

 

 Preguntó Escudero, a Hidalgo:

Hidalgo, -¿Qué entiendes por el alma del hombre? 

Escudero, responde Hidalgo: -El Alma del ser, es el elemento de enlace que une al Espíritu con el cuerpo. También se le denomina, en la terminología de Aurobindo: Hilo de plata; en la Doctrina Espírita, Peri-espíritu, término acuñado por Allan Kardec. Otros términos que se utilizan como sinónimos, son: Cordón de Plata, ya que el Alma, además de conformar una especie de envoltura fluídica del Espíritu, que le sirve de vehículo en la dimensión espiritual, es una especie de cordón fluídico, cuya característica es su elasticidad, que le permite emanciparse del cuerpo y viajar hasta donde el potencial del Espíritu se lo permita.

Es importante percibir que el resultado de la experiencia del Espíritu, en cada pensamiento, sentimiento, palabra y acto, se le manifiesta en el mismo Espíritu, como aptitud, que es la capacidad de percibir, comprender y realizar de manera implícita al desarrollo alcanzado, o estado de conciencia inherente. También, lo hace como actitud, positivo o no, frente a la realidad de la vida. La potencia de la vida se expresa, como conocimiento y sentimiento; visión y energía; aptitud y actitud. Estado de conciencia y grado de desarrollo. Existe la experiencia obtenida, y el fruto de esa misma experiencia que se manifiesta como visión clara de las cosas de las cuales se ha adquirido conciencia, en el inherente grado o estación de progreso. A pesar de que se le suele considerar al alma como sinónimo del Espíritu, el alma y el Espíritu, son diferentes, aunque conforman un todo. Ya Platón diferenciaba claramente al Espíritu del Alma, al denominarle al primero Nous, y a la segunda: Psique (psiché). Él anteponía un ejemplo con el ojo y la mirada. No es el ojo quien mira; se contempla a través del ojo, pero, quien lo hace por medio del ojo como una ventana al mundo, es el Espíritu.

Es importante destacar que la memoria quien la conserva es el Espíritu, no el alma y mucho menos, el cerebro que es un instrumento físico. Quien recuerda es el Espíritu, y lo realiza por el recuento contable de los pensamientos, sentimientos, palabras y actos experimentados y realizados, u omitidos y la experiencia inherente recabada, que se manifiesta en el conductor: el Espíritu, como aptitud y actitud, percepción y comprensión, o percepción e incomprensión, en conocer y en el anhelo de realizar, o en la ausencia de deseo de poner en práctica lo que el deber impele a ello. La misma conciencia de la ignorancia de algo, ya es un progreso importante. Si no existe conciencia de lo que se ignora, cómo se va adquirir el conocimiento respectivo, o equivalente?

Al igual que la memoria no se encuentra, como atributo, en el cerebro físico, y existenten pruebas abundantes al respecto, la memoria espiritual no reside en el alma, sino en el Espíritu. Sin embargo, en algún sitio específico del ser, existe un archivo de cada ciclo existencial que se puede rememorar. Empero, sin recordar hechos particulares, la experiencia recabada por las situaciones afrontadas del pasado, se manifiestan, en la actualidad, al afrontar situaciones análogas, en forma instantánea, como capacidad perceptiva, comprensiva y realizadora. Son las cualidades innatas que cada ser trae de todos sus ciclos de vidas anteriores, por medio de la experiencia.

La experiencia, Escudero, es la clave a la cual hay que prestarle mucha atención para descifrar un sinnúmero de enigmas existenciales.

Aquí es importante destacar lo siguiente: El ser trae a la vida como atributos divinos los mismos de los del Ser Universal, con una capacidad potencial infinita de percibir, comprender y realizar; pero, le falta la experiencia. Empero, las situaciones afrontadas, o necesidades o anhelos, manifiestan tanto el conocimiento requerido como el poder creador inherente para resolverlas, o alcanzar un objetivo determinado. Mientras más elevado el grado de complejidad de la situación manifestada, en igual grado se expresa el potencial creador-realizador infinito que se anida en cada ser, en conocimiento y poder de hacer o dejar de hacer. Sin embargo, la experiencia que ya se posee, determina un dominio de las situaciones del cual carece quien se encuentre exento de la misma. Esa es la riqueza que cada quien lleva consigo, como decía Pitaco: -“Todo lo llevo conmigo”. Claro, así es Escudero: -La experiencia, el conocimiento, la visión y el saber hacer, o la capacidad de dejar de hacer lo que no debe ser efectuado. Cuanto tiempo perdido, y sinsabores, se habrían ahorrado los seres humanos con solo haber tomado la determinación de no llevar a cabo determinadas acciones, de las cuales, además del arrepentimiento, posteriormente han debido efectuar las compensaciones inherentes. Sin embargo, la experiencia recabada permite percatarse que nada se pierde, y que todo es ganancia: la experiencia.

Al alma se le considera formada de materia quintaesenciada, como si fuera una especie de silicón sólido-transparente, más sutil que la materia normal, pero materia al fin. Sin embargo, aún queda mucho por estudiar sobre el tema, Escudero.

Hidalgo, -Está claro que el Alma y Espíritu son cosas diferentes.

Escudero: -El alma y el Espíritu, como tú muy bien lo dices, son diferentes; el Espíritu es el conductor, la vida, la inteligencia, el carácter, la voluntad y tantos otros atributos que les son inherentes, mientras que el Alma es el medio de enlace entre el Espíritu y el cuerpo, y a la vez es el vehículo del Espíritu en la dimensión espiritual.

Hidalgo, -Es el Espíritu del hombre inmortal?

El Espíritu es inmortal y eterno, mejor dicho, ab y coeterno con el Ser Universal. Es decir, ha existido desde siempre. Es una emanación del Ser Universal en la conciencia individual de cada ser, en los cuatro reinos naturales, en el alma universal, sin dejar de Ser la Divinidad y sin separarse de la Divinidad. Es parte indivisa de la Divinidad. Posee, exactamente, todos los atributos de la Divinidad, idénticos, sólo que en estado de potencialidad infinita, que eternamente irá desarrollando, por medio de las necesidades experimentadas y de la experiencia adquirida. Mientras que, la Divinidad posee esos mismos atributos –valores universales, desarrollados en todas las vertientes y variantes, en grado infinito. La Divinidad es anhelo de ser; el Espíritu de cada ser, es la expresión de esa voluntad. El Espíritu de cada ser, posee, también, el poder potencialmente infinito de la Divinidad, pero lo expresa, -únicamente- según el grado de necesidad o anhelos que experimenta, tanto para satisfacer las necesidades, como de efectuar sus realizaciones. En el Espíritu, los atributos divinos, o valores universales, se expresan en la conciencia, como sentimientos de los valores universales cuyos parámetros le sirven de guía en sus pensamientos, sentimientos, palabras y acciones. El resultado de la experiencia adquirida, en el Espíritu, se refleja como APTITUD, es decir, capacidad perceptiva, comprensiva y realizadora, mientras que en el alma, como un simple archivo contable de sus pensamientos, sentimientos, palabras y acciones. Es decir, en el Espíritu se refleja el efecto de esas experiencias, como visión, capacidad de hacer o de dejar de hacer. Los atributos principales del Espíritu son: INTELIGENCIA, CARÁCTER Y CONCIENCIA. Su evolución se refleja como adquisición de estados más elevados de conciencia, inteligencia avivada y carácter más definido y firme en los valores., en grados que van del cero grado al infinito, infinito que jamás alcanzará, por cuanto, siempre encontrará un más allá. Es importante recordar la percepción de la conciencia, en la Masonería, como una réplica exacta de la conciencia de la Divinidad, atributo principal del Espíritu.

Qué consecuencias se derivan del conocimiento de la existencia del Espíritu y de su inmortalidad?

Un cambio de perspectivas, que transforma la visión existencial y le da un sentido a la vida, que de otra manera, no sería fácil encontrarle.

Un tema para desarrollar desde muchos puntos de vista, y que haremos, Escudero, en otras jornadas.

 

EXÉGESIS 852

HOJASDEPARRA

©Giuseppe Isgró C.

 

 Existen personas a quienes, pareciera que le persigue la fatalidad, independientemente de su modo de actuar, podría decirse que le persigue la desventura?

 -“Puede darse que estas sean pruebas por las cuales deben pasar, por haberlas elegido, previamente, antes de encarnar, ellas mismas; pero, es preciso repetirlo: vosotros le achacáis al destino lo que, la mayoría de las veces, no es sino la consecuencia de vuestras propias acciones. En los males que os afligen, procurad de tener pura la conciencia, y seréis, ya, medios consolados”-.

 Las ideas justas o falsas, que nos formamos de las cosas, nos permiten triunfar, o no, de acuerdo con nuestro concepto y condición social; pero, muchas personas encuentran más sencillo y menos humillante para su amor propio, atribuir los propios fallos en la obtención del éxito a la suerte o al destino, antes que a la propia culpa.

Si bien la asistencia espiritual contribuye, en ocasiones, nosotros nos podemos, siempre, sustraer, rechazándolas, cuando son negativas las ideas que nos son sugeridas.

Allan Kardec

El Libro de los Espíritus

 

 Homero, al inicio de la Odisea, ponía en boca de Zeus, el siguiente comentario: -“¡Oh, dioses! ¡De qué modo culpan los mortales a los númenes! Dicen que las cosas malas vienen de nosotros, y son ellos quienes se atraen con sus locuras, infortunios no decretados por el destino”.

Efectivamente, existe una ley de causa y efecto que rige toda manifestación en la vida y en el universo. Si existe un efecto positivo o negativo, bueno o menos favorable, un estado de progreso o de estancamiento, de fortuna o adversidad, todo es fruto de nuestros pensamientos, sentimientos, palabras y actos, que fungen de semillas, según las cuales se cosechan los frutos análogos, ni más ni menos.

Algunas personas, al margen de todo esto, aspiran a los buenos resultados, pero no eligen, exactamente lo que anhelan, o entre las diversas opciones disponibles,  lo que desean, asumiéndolo como un compromiso consigo. Pasan, cada día, por una cosa diferente, sin precisar, y sin forjarse un objetivo claro al cual, persistentemente centrar la atención hasta convertirlo en realidad tangible, y realista, en la propia vida.

Todo es posible lograrlo, pero debe creerse en su factibilidad poniendo manos a las obras hasta transformar la idea en acción y luego en resultados. En todo hay que pagar un precio: en trabajo, estudio, dedicación, servicio, confianza y seguridad propia en lo que se anhela realizar. A esto, es preciso aplicar la escala de los valores esenciales: amor, justicia, prudencia, fortaleza, templanza, confianza, paciencia, persistencia y humildad. Es necesario avocarse al estudio para tener la visión clara de las cosas, montándose sobre los hombros de los gigantes que nos han precedido en la historia, para ver claro en la lejanía, sin perder de vista donde se dará el siguiente paso.

Si algo no nos agrada en los resultados que obtenemos, es preciso precisar lo que se quiere, y anteponerlo como un proyecto de vida, con objetivos a corto, mediano y largo plazo. Hay que abordar cada objetivo por su orden prioritario, uno a la vez. Al concluir el primero, pasar al segundo, y así sucesivamente, hasta alcanzarlos todos. Luego, pasar a la siguiente fase, enfocando la atención a los nuevos objetivos emergentes, teniendo a la vista los objetivos esenciales a largo plazo, para conservar las perspectivas de dónde se desea estar dentro de un año, cinco, diez, veinte, cincuenta o más años por delante.

Hay que empezar desde el lugar, y en las condiciones en que cada quien se encuentra. Con lo que se tiene o con lo que se es. Esas son las condiciones ideales para comenzar. A partir de ese estado de cosas se traza la nueva ruta, en sentido recto, que es la distancia más corta entre dos puntos. Si no se tiene un objetivo claro al cual enfocar el propio potencial creador, y si teniéndolo, la persona no desea involucrarse, haciendo lo que, a conciencia sabe lo que tiene que hacer, pero no desea fajarse como los buenos para realizarlo, entonces, no tiene ninguna razón, o justificación, para quejarse.

La queja es una reprobación a los planes de la Divinidad, que son perfectos, ya que, por su infinita sabiduría conoce lo que es mejor, por las previsiones de la ley cósmica,

Hay que emular a los que obtienen resultados favorables en todo lo que hacen, viendo en lo que se enfocan, emularlos, poniéndose en camino y manos a las obras. Luego, en el tiempo perfecto de Dios se obtienen los resultados que deben ser obtenidos, siempre.

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La Pregunta formulada por el Maestro de Lyon, -“Existen personas a quienes, pareciera que le persigue la fatalidad, independientemente de su modo de actuar, podría decirse que le persigue la desventura?”, encierra varias vertientes. La Primera de ella, es el estado de conciencia de percibir su realidad, es decir, de que anhela algo diferente a lo que le sucede y de la necesidad de efectuar un cambio en su vida, pero le cuesta hacerlo. Ciertamente, precisa, en primer lugar, aceptar la realidad que afronta tal cual es, y debe estudiarla para descifrarla y entender lo que le ocurre. Luego, en vez de rehuirla, y una vez aceptada con el propósito de triunfar, paciente y tenazmente, comenzará sentir como las fuerzas renacen en su interior y las ideas creativas comienzan a aflorar en su conciencia, con el sentimiento del amor, de la prudencia, de la vergüenza y de la justicia, asumiendo los compromisos inherentes a los cuales, antes rehuía y que ahora enfrenta con decisión de emanciparse a nuevos estados de conciencias. Esta es la primera clave: estimular un nuevo estado de conciencia más elevado, en armonía con los valores universales.

Por eso, en la respuesta, se expresa: -“En los males que os afligen, procurad de tener pura la conciencia, y seréis, ya, medios consolados”-.

Tener pura la conciencia significa centrar la atención en los valores esenciales del amor, de la prudencia, de la justicia, de la fortaleza, de la templanza y de la belleza, actuando dentro de los parámetros inherentes, con lo cual se comienzan a sembrar las nuevas semillas del cambio que se anhela, a vibrar a frecuencias más elevadas de pensamientos, sentimientos, comprensión y realización. Por añadidura, en tiempo oportuno comenzarán a fluir los nuevos frutos deseados. Cada logro, por pequeño que fuere, es un peldaño hacia uno mayor. La vida comienza a vivirse con un propósito.

La segunda clave consiste en percibir que, en esa realidad aparentemente adversa, constituye el orden divino, o cósmico, que por la ley de afinidad, justicia y compensación, cada ser se ubica, de acuerdo a su suma existencial. Esa realidad aparentemente adversa que enfrenta, lejos de ser algo para rehuir, constituye el campo de las nuevas oportunidades emergentes que las mismas situaciones encierran en sí mismas. Por eso el aforismo de: “Toda situación encierra en sí misma los recursos para resolverlas”, encierra una profunda sabiduría, y realidad. Desde el momento que se afronta determinada prueba, es porque estamos preparados para superarla, caso contrario, la prueba habría dejado de presentarse. La prueba se presenta, casi siempre, porque nosotros mismos la hemos elegido, en líneas generales, como propósito de vida, para adquirir experiencia y alcanzar nuevos y más elevados estados de conciencia.

La tercera clave es: Afrontar la realidad, tal cual y como es, sin evadirla, asumiendo el compromiso de transmutar el propio estado de conciencia a uno más elevado, como primer paso. Como segundo paso, compensar todo lo que debemos compensar, asumiendo el propio compromiso frente a las realidades afrontadas, sin perjudicar a nadie, al contrario, haciendo el mayor bien posible, a todos. Tanto más se da, tanto, o más se recibe.

Luego, al superar las pruebas existenciales auto-elegidas, que queda en libertad para abordar nuevos propósitos existenciales, que, al margen de lo que se pueda creer, también estaban previstas, tanto en el propio plan de vida, que mira a muy largo plazo, a muchos ciclos de vida por delante, como a la ley cósmica y al plan que la Divinidad tiene previsto para cada ser, y al plan del planeta de turno en el que se viva, dada la pluralidad de mundos habitados, hoy una realidad de la cual se adquiere mayor conciencia, cada vez mayor.

La primera causa que generan las propias circunstancias existenciales son los pensamientos y los sentimientos, que, por la ley de atracción y repulsión, atraen a lo análogo de lo pensado y sentido, y ahuyentan lo opuesto, ya que los polos opuestos jamás se juntan. Si anhelamos situaciones positivas y de prosperidad integral en la propia vida, hay que pensar en polaridad positiva y con sentimientos de prosperidad y de servicio apegado al sentido de la justicia y de la compensación, para dar y recibir en la justa proporción. No hay manera de escapar a este orden natural de ley divina. Dar y recibir: Dando lo que los demás precisan, en bienes y servicios, se recibirá lo que se anhela, en la justa proporción. Al estar abiertos para dar, esa misma apertura permitirá que entre lo que se requiere.

Luego, la persistencia, jamás hay que abandonar a mitad de camino, y cuando las cosas se ponen menos fáciles hay que seguir adelante, sin abandonar. Es cuando se está más cerca de los resultados apetecidos. Cuando una persona se niega de abandonar su prueba a mitad de camino, es el instante en que se activan los poderes creadores de la mente y todas las fuerzas creativas del universo, y las inspiraciones e intuiciones se expresan en la propia conciencia, aportando las ideas claras y la visión, de cómo alcanzar los resultados apetecidos. Es la expresión de la ley cósmica que determina que al cumplir la prueba existencial asumida antes de encarnar, la misma vida coadyuva a llevar de las manos a la persona a su nueva fase de realización personal.

Por eso, siempre hay que confiar en el fin positivo de la vida en cualquier fase existencia l que se afronta. Todo lo que ocurre forma parte del pensum de la universidad de la vida, para adquirir experiencia, afrontando las necesidades emergentes en cada estación esencial.

Las pruebas elegidas contribuyen a la manifestación del escenario necesario necesario para adquirir la experiencia precisada. Pero, su superación implica creación de pensamientos y sentimientos positivos, ajustados a los valores esenciales de amor y justicia, servicio y acción, efectivos, ya que nada se logra sin trabajo justo y perfecto, aplicando el recto esfuerzo, la atención debida y la concentración de todos los recursos disponibles a la realización de un objetivo a la vez.

Es preciso dejar de quejarse, asumiendo las responsabilidades que nos son inherentes, y tomando las riendas de la vida en las propias manos.  Es a nosotros que nos corresponde realizar la tarea de lograr el cambio anhelado en nuestra existencia, hasta adquirir la experiencia y la auto-maestría gradual.

La culpa no es de los demás ni del destino, al contrario, la vida, y la ley cósmica, cooperarán con nosotros, si asumimos el rol de cooperar a la construcción de un mundo mejor, que es a lo que hemos venido a la existencia, pero, ese mundo mejor, se contribuye a crearlo mejorándonos a nosotros mismos.

Allan Kardec, comentaba: -“Si bien la asistencia espiritual contribuye, en ocasiones, nosotros nos podemos, siempre, sustraer, rechazándolas, cuando son negativas las ideas que nos son sugeridas”.

Esto significa que, así como existen seres que inspiran lo positivo, los hay que lo hacen en sentido opuesto. Es preciso discernir la diferencia, rechazando cualquier impulso interior en sentido negativo. Es ahí la importancia de los estados de pureza de la conciencia, centrando la atención en los valores universales o atributos divinos del amor y de la justicia, del bien y de la belleza, dejándose guiar por los sentimientos de vergüenza que advierten, como maestra de vida, de lo que es preciso evitar. La sintonía con el amor, la justicia, la belleza, la prosperidad, el servicio, como guías en todo propósito existencial, canaliza las inspiraciones e intuiciones propicias, y las fuerzas creadoras necesarias para superar cualquier prueba existencial, derivando la experiencia vital como salario cósmico: Nuestro salario cósmico lo constituye la experiencia que, por representa la suma existencial, que, por la ley de afinidad, nos ubica y reubica en el orden perfecto, en armonía con todos y con el todo. Aquí y ahora es el lugar correcto, y el momento oportuno, en el tiempo perfecto de la Divinidad.

 

 

 

LA PATRIA ES DEL TAMAÑO DE LA CONCIENCIA DE QUIEN LA AMA -Los sueños de los Padres de la Patria-:

QUIJOTE

LA PATRIA ES DEL TAMAÑO

DE LA CONCIENCIA DE QUIEN LA AMA

-Los sueños de los Padres de la Patria-:

 ©Giuseppe Isgró C.

 

 ¿Cuales eran los sueños de Renny Ottolina, cómo líder que aspiraba a transformar a la Venezuela de su tiempo, en una potencia mundial?

Los sueños de Renny, los de Páez, los de Bolívar y los de todos los maestros de la Patria, siguen señalando hacia el norte de la brújula del porvenir, y todos los dieciséis puntos de la Rosa de los vientos, demarcando las rutas del progreso a la que está destinada la Nación. No existe ningún otro país en el mundo a quien le esté reservado un futuro de mayor esplendor que a Venezuela. En la vida de un país existen altos y bajos, noches y días, veranos e inviernos. Son ciclos alternos que se van turnando e inexorablemente, el uno deja el paso libre al otro, a pesar de los vanos intentos de líderes que aún con sus buenas intenciones, o sin ellas, no siempre aciertan en tomar la dirección correcta. Pero, al final, la ley divina saca el bien del mal aparente, o real. El tiempo de bloqueo da paso libre a la fuerza de empuje, y Venezuela que ha sido pródiga en dar tantos líderes visionarios y con afán de gloria inmortal, como Bolívar, y Miranda, como Páez y Sucre, como Urdaneta y José Vargas, y hombres íntegros como Rómulo Gallegos y Eleazar López Conteras, y líderes excelentes como Renny Ottolina, ejemplos y paradigmas vigentes, e inolvidablse, por el anhelo de perfección en la realización de la obra, cuando miles de jóvenes han perdido la fe en Venezuela, buscando los diamantes en patios ajenos, -que es un derecho natural-, sin embargo, no hay que olvidar que los diamantes se encuentran en el propio patio: en Venezuela, el mejor país del mundo, sí, pero que todos tenemos el derecho y el deber de construir con trabajo progresista, con ética y profesionalidad. Y sobre todo, con amor, justicia y progreso.

La noche está pasando, y el amanecer siempre vuelve, desde la noche de los tiempos, y esta vez no será la excepción. Son tiempos de preparación. Hay que prepararse para el gran progreso que se avecina. Un progreso indetenible que no existe ni existirá, en igual grado, en ningún país del mundo, como el que le espera a Venezuela. En cuánto tiempo? En el tiempo perfecto de Dios. .

Emulemos a Páez: En la Venezuela rural del siglo XIX, donde mucha gente no tenía sentido de pertenencia, ni sabía a que bando pertenecía, él, el Ciudadano Esclarecido, el León de Payara, el fundador del Poder Civil, el héroe de las Queseras del medio, donde con 153 hombres venció a un ejercito de 7.000 hombres, al mando de Pablo Morillo, -soldados que habían luchado contra Napoléon, es decir, no poca cosa, como una hazaña que denota que el venezolano es del tamaño del compromiso que se le pone en frente. Eso se ha dicho siempre, y la sabiduría popular es una guía certera. Páez, tenía conciencia clara, como él mismo lo explica en su Autobiografía, que le tocaría jugar un rol importante en los destinos de la Patria, y lo asumió desde muy joven, llegando a ser Presidente de Venezuela tres veces, además de héroe de incmparables dotes, casi legendarias, pero reales. Parafraseando a Renny, podría decirse que: -«La Patria es del tamaño de la conciencia de quien la ama».

El orden divino siempre prevalece, y cada quien es ubicado, o reubicado, en el orden que le corresponde, en el concierto de  todas las cosas, en tiempo oportuno.  Y las aguas ineludiblemente, al final llegan al mar. Confiar que el futuro será mejor que el pasado, es condición sine qua non. Así lo demuestra la historia.

El amor por Venezuela es un fuego divino que jamás se apagará; y esa luz del amor en la conciencia de cada ser, permitirá la rectificación, o retro-alimentación de los objetivos, en el tiempo perfecto de Dios.

Estos son tiempos de paz y de preparación. Hay que prepararse para el futuro. La gran Venezuela es una misión de todos, un deber de cada ser, sin distinciones de colores o ideologías. Es cuestión de amor, de la conciencia del propio deber y del ideal de progreso que, siempre aflora como misión divina inspirada por el Eterno. Ese país perfecto, o mejor que se busca afuera, es preciso construirlo adentro.

Hay que empezar por mejorarse a sí mismos y a soñar con el futuro anhelado. Hay que visualizar la Venezuela soñada por los Padres eternos de la Patria, como Miranda, Bolívar, Páez, Sucre, Andrés Bello, José Vargas, Rómulo Gallegos, Arturo Uslar Pietri y Renny Ottolina, entre tantos otros.

En Venezuela existe uno de los mejores recursos humanos del planeta, y muy bien preparado en las mejores Universidades nacionales y del mundo, capaces de reorientar a su mejor destino el país. Aún la gente más humilde del país, es de un gran talento y anhelo de progreso, poseyendo una gran capacidad de aprendizaje, que, en una de las mayores crisis ha demostrado inteligencia para afrontar y superar la adversidad, que, si no se evade, siempre trae un beneficio equivalente.

Cuál es el beneficio equivalente que traerá la actual época menos fácil? Según el tamaño de las crisis, cuando se afrontan y superan con éxito, siempre traen un beneficio equivalente o mayor. Por eso, se dice que los mayores progresos se alcanzan en épocas de grandes crisis: crisis de todo tipo: políticas, económicas, personales o espirituales.

Las situaciones generan los propios líderes de turno. Ningún líder es eterno. Su tiempo pasará con o sin gloria, de acuerdo con los resultados. Con paz en la conciencia, o con vergüenza, aunque a veces pareciera que algunos adolecieran de ella; pero no es verdad. La hora de la vergüenza llega para cada quien, si deja de honrar su compromiso asumido, al igual que la de la gloria inmortal a la que aspiraba Bolívar.

Bolívar sigue siendo el ejemplo a emular, como cuando en Casacoima, una vez superado el inminente peligro, recostado en una hamaca, sin camisa, en compañía de Jacinto Lara y Briceño Mendez, soñaba con la Campaña del Sur, para dar Libertad a Hispano-América, objetivo que, felizmente, en tiempo oportuno, tal como lo predijo, logró con gran efectividad, Y, en Pativilca, en las condiciones menos favorables que puede afrontar una persona, a una pregunta de Mosquera, sobre lo que pensaba hacer, respondió, avivándosele los ojos, irguiéndose y con vibrante tono de voz: TRIUNFAR!!!! Y Bolívar, y su gente, triunfó para gloria de la Patria: Venezuela.

Adelante.

LA VERDAD ES EL CAMINO

TRASCENDENCIA DEL KARMA SEGÚN EDGAR CAYCE

LA VERDAD ES EL CAMINO

 ©Giuseppe Isgró C.

 

 La verdad es el camino, y se expresa en la propia conciencia mediante los sentimientos inherentes a los valores universales. Cuáles son esos valores? El amor, la prudencia, la justicia, la igualdad, la compensación, la equidad, la fortaleza, la templanza, la belleza, e equilibrio, el orden, la armonía, la verdad, la responsabilidad y el deber, la bondad, el respeto, la honradez, el honor, el bien, la ambición y la aspiración, la conciencia de lo que se ignora, la aceptación de la realidad, el progreso, entre tantos otros que valdría la pena clasificar. Los sentimientos inherentes a cada uno de dichos valores, expresados en la conciencia sirven de parámetros dentro de los cuales es preciso enmarcan los pensamientos, los sentimientos, las necesidades, los deseos y anhelos, los objetivos y aspiraciones, las palabras, las acciones y las omisiones.

Lo hace por intuición, cuando el propio espíritu, en proyección hasta el lugar, o estado de conciencia en que se encuentra la verdad, la percibe, y la transfiere a la conciencia objetiva.

Por inspiración, cuando la misma Divinidad la inspira en la conciencia, o cualquier ente espiritual: La Divinidad lo efectúa por los sentimientos de los valores universales, o atributos divinos, mientras que los entes espirituales, generalmente, lo hacen por los pensamientos dentro de los pensamientos del perceptor.

Por supuesto, la percibe, también, y en forma más usual, por la percepción de los cinco sentidos, viendo la realidad en el entorno que le circunda, aplicando el razonamiento, regido por la lógica inductiva y deductiva, para interpretarla y comprenderla.

Por la experiencia, es la manera directa mediante la cual se percibe, comprende y realiza la verdad, en todas sus formas, vertientes y variantes. Esto permite un conocimiento vivo de la realidad. La experiencia, además de permitir un recuento contable de los hechos y actos que representan el medio de expresión de la verdad, desarrolla la aptitud de la percepción, de la comprensión y de la realización de la verdad en el propio ser que la experimenta, en los cuatro reinos naturales. Esta aptitud perceptiva, comprensiva y realizadora, le preparara para ascender por la escala evolutiva de la eterna polarización, pasando de un estado de conciencia a otro más elevado, ad infinitum. Es que la verdad se encontraba ya en su conciencia, en estado de potencialidad infinita. Pero, lo ignoraba, y aún desconoce ese grado infinito de potencialidad de la conciencia. La verdad, como camino, es el único medio de percibirla, en el eterno retorno del ser individual al Ser Universal, por medio de la experiencia. Podríamos decir: la verdad es el camino de la experiencia mediante la eterna polarización de un estado de conciencia a otro más elevado, sin alcanzar jamás a percibirla, comprenderla y realizarla totalmente. Una razón demás para sentir humildad frente a todos y al Todo, y darse cuenta del eterno aprendizaje que nos espera bajo la égida de los valores universales y la Divinidad, para ensanchar la conciencia de la verdad universal.

Pero, aún cuando el perceptor la pueda percibir, si todavía no ha desarrollado la aptitud comprensiva, pudiera percibirla y dejarla de comprender. Empero, le señalaría la verdad como camino, que habrá de recorrer por el estudio, la investigación, y sobre todo, por la meditación y la experiencia que, aún, le falta por adquirir.

Aún más, sin meditación, o meditando sin meditar, desprovistos de apegos, con la sola intención de percibir la verdad tal como es. Dejando que la mente comprenda y vea la verdad por sí misma mediante un tiempo suficiente de maduración de las ideas, pensando sobre las mismas, sin esfuerzo, sosegadamente, centrando la atención en los argumentos inherentes, estudiando las fuentes bibliográficas existentes, o por lo menos, al alcance de las propias manos. Mejor todavía, si se tiene acceso a la fuente primaria, directamente. Se trata de un estudio meditativo, sin meditar, colocando la mente en un estado receptivo, enfocada sobre el objeto de la verdad que se desea percibir, comprender y realizar. Por la ley cósmica, mientras más tiempo se centra la atención sobre un tema, más se desarrolla la conciencia perceptiva, comprensiva y realizadora sobre el mismo, y van aflorando las ideas que aportan el conocimiento del qué, del cómo, del cuándo, del dónde, del quién, del cuánto y del por qué.

Ver, comprendiendo sin esfuerzo y sin interferencia del ego, o de la mente objetiva. El qué, el cómo, el quién, el cuándo, el dónde, el cuánto y el por qué, fluirán con naturalidad. Hay que colocarse en el estado perceptivo, comprensivo y realizador, viendo las cosas tal como son, que es lo único que, en definitiva, importa. De nada sirve auto-engañarse dejando de reconocer la realidad. Reconocer la verdad, tal como es, en el estado de conciencia inherente al propio desarrollo, es un acto de honestidad consigo mismo y con los demás. Si sabe, es importante estar consciente de ello; si no se sabe, y se reconoce que se ignora, se abre el camino de la verdad que es preciso recorrer hasta compenetrarse el estado de conciencia que la aporte en todas sus vertientes y variantes, en determinado grado, siempre ascensional.

La verdad es un camino interior, circunferencial, en forma de espiral, que se va expresando en la conciencia como conciencia de la Divinidad y de los atributos divinos o valores universales. Si no se interfiere, la verdad misma va abriendo el camino de su propia expresión, mediante las necesidades, los deseos y las propias aspiraciones. Lo más importante, es que la verdad, paralelamente, va expresando su propio poder de realización, para realizarse a sí misma en la conciencia de quien la experimenta, y en la conciencia de quienes por perciben por efectos de la resonancia magnética: comunicación de conciencia a conciencia y por el ejemplo.

Al experimentar la conciencia de la propia ignorancia, en determinado grado, dándose cuenta de la misma, es preciso dejar que la mente, por si sola, encuentre la verdad inherente, siempre relativa, sin interferencias por los apegos. A un cierto momento, aflora el estado de conciencia que contiene el grado de verdad equivalente, en una eterna polarización.

Aún así, para optimizar la verdad y vivificarla, es preciso el estudio a fondo, mediante la búsqueda sin búsqueda. Una paradoja. Esto significa, mente abierta sin apego a una creencia previa, o matriz de pensamiento, que, aún percibiendo la verdad, impediría comprenderla y realizarla.

Esta es la razón por la cual Séneca decía: -«Muchos habrían alcanzado la sabiduría si no se hubiesen creído ya sabios»-.

Hay que cultivar el hábito de ver las cosas tal como son, verlas donde están, como están y comprenderlas sin juicios previos o prejuzgarlas. Simplemente, verlas y aceptarlas como son, sin la distorsión del juicio de autoridades previamente constituidas.

Es necesario deslastrarse del temor de ofender a las autoridades auto-proclamadas sobre determinadas materias imponiendo límites arbitrarios a la verdad.

Hay que trascender las matrices de opiniones que se han formado sobre determinadas verdades, por generación espontánea, y sobre todo, por las matrices de opiniones hábilmente dirigidas por los enemigos naturales del progreso humano, Tales enemigos de la verdad jamás se muestran y se encuentran donde menos se pueda pensar: en la propia casa, en la política, en cualquier corriente de espiritualidad, en el trabajo, en los estudios de cualquier ciencia, y en todos aquellos grupos que durante milenios han buscado de mantener a la humanidad en el oscurantismo medioeval.

Algunos grupos son fácilmente observables, y detectables, leyendo algún libro de historia de la ciencia, o de corrientes espirituales.

Aún hoy, en muchos de esos grupos hay una parte visible que trabaja a plena luz. En muchas áreas en que se han descubierto grandes verdades, en torno a múltiples temas, siguen difundiendo, y manteniendo, matrices de opiniones obsoletas. Cuál es su finalidad? Pareciera existir un interés de mantener encasillada a la humanidad dentro de unos parámetros de progreso mental en los cuales sea fácilmente manipulable, y controlada. Qué ejemplos se podrían anteponer sobre algunas áreas? La reencarnación y las leyes que le rigen; la supervivencia del Espíritu después de la desencarnación; conocimientos sobre civilización antiguas, muchos de cuyos descubrimientos se ha ocultado, destruido o hecho olvidar, como ocurrió después del descubrimiento de América. Quién puede imaginar todo lo que se destruyó, en América, en relación a las civilizaciones preexistentes? Una parte de la misma, la describe Bartolomé de Las Casas, en su obra. No hay que ir muy lejos para darse cuenta:

  1. a) La destrucción de grandes bibliotecas, como la de Alejandría, la de Córdoba, que son las más importantes, que hizo olvidar la cultura clásica, durante toda la edad media, con excepción de la civilización árabe, y de el acervo conservado en los países asiáticos. Ese saber se recuperó, en parte, con el surgimiento del humanismo, en el siglo XIV, en Florencia, Italia, y el posterior surgimiento del Renacimiento italiano, primero, y europeo, después. Pero, cuántos tesoros se perdieron? Quién podría decirlo?

  2. b) Muchos de los descubrimientos efectuados en los siglos XIX y XX que dieron una importante apertura sobre el camino de la verdad integral, se están haciendo olvidar nuevamente, desde 1960 en adelante, y de manera más profunda, a partir de 1990, radicalismo que, se ha ido acentuando inhibiendo la libertad de pensamiento a nivel mundial. Uno de estos campos es el de la Parapsicología, por mencionar uno solo.

  3. c) El conocimiento de la vida en otros planetas, que cambiaría la perspectiva de la verdad, sobre muchas ideas ya obsoletas, que aún se conservan, y enseñan, en muchas corrientes de pensamientos, y de espiritualidad. Hay cruzadas a nivel mundial para seguir proyectando errores de fondo, cuyas matrices de opiniones, muchas personas creen que son verdad, sin serlo.

Los líderes mundiales sí saben cuales son esos errores de fondo, y tienen la responsabilidad y el deber de contribuir en las inherentes actualizaciones en las nuevas Legislaciones. Es preciso, establecer, legalmente, la obligación de que, todos los grupos –de cualquier índole: cultural, espiritual, científicos, etc., que ahora siguen enseñando errores de fondo de acuerdo con lo que la ciencia ha descubierto con clara evidencia de la verdad, deben reajustar sus enseñanzas, divulgando los nuevos progresos, desechando los errores inherentes. De todas maneras, dichos grupos, si dejaran de actualizarse a los nuevos progresos, serían gradualmente abandonados por sus seguidores, en el espacio y tiempo, ya que, la humanidad seguirá avanzado hacia nuevos niveles de conocimientos, acordes con la realidad, en una eterna polarización.

  1. d) Esas verdades son relativas, también, en torno a la salud. Ha habido grandes aportes en la medicina homeopática, en la dietética, en la psicología y en la psiquiatría, en las ciencias del Espíritu, por citar solo algunos casos, que pese a su divulgación cada día mayor, se mantiene casi en el olvido su puesta en práctica de tales conocimientos, que deberían impartirse desde la escuela primaria, en muchos casos. Esta omisión se realiza, consciente, o inconscientemente, en detrimento de la humanidad. Si lo que está en uso sería lo pertinente, sería evidente que tendríamos a una humanidad saludable a nivel físico, mental y espiritualmente. Es así?

  2. e) Qué grupos de poder, a nivel mundial, se encuentran detrás de los gobiernos de corte autoritario, que, en sus proyectos, buscan hacer retroceder a los habitantes de sus respectivos países cincuenta o más años en el progreso, imponiendo inhibición de pensamiento, y aislándolos del resto del mundo, con efectos nocivos a nivel integral? Estos grupos visibles algunos, y otros que no los son, manejan matrices de opiniones con apariencia de verdades, sin serlo realmente, por lo menos en su totalidad, a sangre y fuego, si es necesario, al estilo post Nicea, a partir del año 325 de nuestra era. Hay, también, incontables casos en la antigüedad.  A quién beneficia ese retroceso intencional en el progreso de los pueblos? No vayamos a creer que esto ocurre únicamente en los países denominados del tercer mundo; no, en muchos de estos países, sus habitantes han desarrollado un nivel de libertad de conciencia, amplitud de pensamiento y progreso espiritual, que trascienden en algunos aspectos a los denominados de primer mundo. Quienes son esos grupos, ahora, y quienes fueron a lo largo de la historia? Evidentemente, se han sumado nuevos grupos, en el siglo XX. Quién puede saber quienes son? No es fácil la respuesta porque ellos no dan la cara y manejan matrices de opiniones en contra de los grupos que sí, en forma auténtica, son portadores de la antorcha de la verdad, siempre relativa, por supuesto. Los manipuladores de la verdad, se encuentran en todas partes, donde menos se piensa, sobre todo, es fácil observarlos en donde se inhibe la libertad de pensamiento, descalificando a los trabajadores del progreso. Lo que sí es cierto, son una mínima parte de la humanidad, que gradualmente, más temprano que tarde, a su vez deberán transformarse en difusores de la verdad. Es ley de vida, y la humanidad, gradualmente, alcanza niveles de conciencia más elevados; va percibiendo la verdad tal como es, en todas sus vertientes y variantes, gradualmente, sin pararse jamás.

La solución, al alcance de todos, es una efectiva educación masiva sobre los valores universales, desarrollando estados de conciencia éticos, mediante los cuales, cada ser, sea capaz de discernir la verdad por sí mismo.

Es decir, hay que trascender las apariencias de la verdad. El sentimiento de los valores universales, en la conciencia, señala el cauce de la verdad que conduce, ad infinitum, a la verdad total, sin jamás llegar a percibirla, totalmente, ya que siempre, se encontrará un más allá, en todas sus vertientes y variantes.

En la verdad, como camino de la experiencia, cada ser, en los cuatro reinos naturales, cosecha lo que siembra, y siendo los frutos obtenidos cada día mejores, cada quien se entusiasmará para hacer de la verdad su camino, ad infinitum.

 

 

PLURALIDAD DE EXISTENCIAS

HOJASDEPARRA

PLURALIDAD DE EXISTENCIAS

Capítulo VIII

El Libro de los Espíritus

Allan Kardec

Versión castellana y comentarios exegéticos:

Giuseppe Isgró C.

 

De la Reencarnación. Justicia de la Reencarnación. Encarnación en los diversos Mundos. Transmigración progresiva. Suerte de los niños después de la desencarnación. Sexos entre los Espíritus. Parentela, Filiación. Semejanzas físicas y morales. Ideas innatas.

 

DE LA REENCARNACIÓN

 

  1. En cuál modo el Espíritu que no ha conseguido la perfección durante la vida corpórea, puede terminar de purificarse?

-“Asumiendo nuevas existencias”-.

Cómo cumple el Espíritu estas nuevas existencias? Quizá transformándose, pero quedando siempre en el estado de Espíritu?

-”El Espíritu, purificándose, es susceptible, sin duda,  de transformación; empero, para purificarse, precisa las pruebas de la vida corpórea”-.

Entonces, el Espíritu tiene más existencias corpórea?

-“Sí: nosotros todos hemos tenido muchas existencias. Quienes dicen lo contrario, quieren manteneros en la ignorancia, en la cual se encuentran ellos mismos”-.

De este principio parece resultar que el Espíritu, después de haber abandonado un cuerpo, tome otro: lo cual quiere decir que él se reencarna en otro cuerpo. Es así que debe entenderse?

-“Precisamente”-.

  1. Cuál es la finalidad de la reencarnación?

-“La expiación y el mejoramiento progresivo de la humanidad; sin lo cual, dónde estaría la justicia?”

COMENTARIO EXEGÉTICO: En la vida, y en el universo, observamos como todo acontece por ciclos alternos y repetitivos. Esto es fruto de la infinita sabiduría de la Divinidad que lo ha determinado de esta manera.

La ley del cambio rige todo. La Divinidad ha querido que nada, físicamente hablando, permanezca para siempre. Ni siquiera todos los mundos del universos que hoy existen, durarán para siempre. Un día, gradualmente, al cumplir su respectivo ciclo, dejarán de existir, y gradualmente, irán siendo sustituidos por otros que, con mucha antelación, se han ido formando durante lapsos muy largos. Sólo este particular sería suficiente para cambiar la visión de la realidad existente.

Cómo decía Cervantes, en el Quijote, la primavera sigue al verano; el verano al otoño; el otoño al invierno y el invierno a la primavera, y ésta, nuevamente, al verano, y así sucesivamente.

El Espíritu de cada ser en los cuatro reinos naturales es eterno e inmortal. Emana a la conciencia individual a partir de la Divinidad, sin separarse de la Divinidad, y sin dejar de ser la Divinidad. Lo hace con los mismos atributos de la Divinidad. Siendo una parte indivisa de la Divinidad, emana a la conciencia individual, cada Espíritu en los cuatro reinos naturales, perfecto. Lo único que le falta, es la experiencia, que irá adquiriendo en el eterno camino de retorno del ser individual al Ser Universal, sin que jamás llegará a completar, por cuanto siempre encontrará un más allá en experiencias y progreso.

La única diferencia que existe entre los atributos de la Divinidad y los de cada uno de los Espíritus de los cuatro reinos naturales, es que los de la Divinidad están desarrollados en todas sus vertientes y variantes, en grado infinito. Mientras que, los de los seres emanados a la conciencia individual, siendo exactamente los mismos, potencialmente hablando, cada uno de los seres ignora que los posee y no sabe como utilizarlos. Este aprendizaje lo irá adquiriendo en ese eterno camino de retorno al cual se hacía referencia poco antes. En el mismo grado en que, cada ser, va experimentando necesidades, deseos, anhelos, y se forja objetivos de realización, paralelamente va expresando tanto la sabiduría de los atributos divinos, o valores universales, que se expresan en su conciencia mediante el lenguaje de los sentimientos análogos, como el poder creador potencialmente infinito que posee. Mientras más elevado sea el grado de necesidad o de exigencia que va afrontando, en ese mismo grado va expresando tanto la sabiduría de los valores universales como su poder creador potencialmente infinito.

La conciencia de cada ser en los cuatro reinos naturales es una réplica exacta de la de la Divinidad, y es el vehículo de comunicación entre la Divinidad y cada ser por medio del lenguaje de los sentimientos de los valores universales o atributos divinos. En la conciencia de la Divinidad, y en la de cada ser, se encuentra impresa la Ley Cósmica, eterna e inmutable.

Como cada ser da inicio a su camino del eterno retorno hacía la Divinidad sin experiencias, y éstas las va adquiriendo en forma gradual, es natural que, mientras va adquiriéndolas, incurra en errores. Ese eterno aprendizaje le va permitiendo el conocimiento de las leyes naturales que conforman la ley cósmica, hasta ir amoldando sus pensamientos, sentimientos, palabras y actos a la guía de los parámetros de los valores universales, que constituyen el medio que la misma Divinidad tiene para ejercer su rol de Gran Pedagogo, en la conciencia de cada ser.

Cada ciclo de vida física es una jornada de ese eterno camino de retorno y una estación de los infinitos grados de experiencias que va adquiriendo, gradualmente, y por méritos propios. Se diría que la misma Divinidad precisa adquirir la experiencia, y la va adquiriendo por medio de cada uno de los seres mediante los cuales ha emanado a la conciencia individual.

De manera que, las inmutables leyes cósmicas constituyen la guía mediante la cual enmarcar esa conducta que se expresa a partir de los pensamientos y sentimientos, en palabras y actos. Cuando hablamos de expiación, no es más que un aprendizaje vivo, o en vivo, del conocimiento de esas leyes naturales. Cada ciclo de vida en la dimensión física, es una nueva oportunidad de adquirir experiencia en determinados estados de conciencia, y estaciones, es decir, grados de conciencia en cada uno de los atributos divinos, o valores universales. Esa es la razón por la cual, frecuentemente, suele decirse, que el mejoramiento de la humanidad es una cuestión de valores. Al adquirirse conciencia de los parámetros de los valores universales que han de regir los pensamientos, sentimientos, palabras y actos, cada ser comienza a vivir en armonía con la naturaleza, y se va gestando ese mundo ideal con el cual cada quien sueña, como una percepción intuitiva, o inspirativa, de ese destino universal que le está deparado.

Hay un plan universal para el universo; y para cada ser. Cada ser, en los cuatro reinos naturales, es un instrumento de la Divinidad en la expansión de la Creación. La ley del cambio, y la ley de la reencarnación, rigen esa eterna vida y continuada mediante ciclos en la dimensión física..

Si hasta el mayor planeta del universo, en la inmensidad de galaxias hoy existentes, se renovará en nuevos ciclos, con la formación de un planeta sustituto que albergará a su respectiva humanidad, o a las humanidades que confluyen de diversos mundos anteriores, es un indicativo de que una sola es la ley cósmica que rige todo en el universo. Esa ley de reencarnación y de cambio, rige toda la naturaleza. La Divinidad ha estimado que nada debe permanecer estático.

Si la vida física fuese de una duración eterna como la del Espíritu, podríamos imaginar que algunos de los mayores tiranos de la antigüedad seguirían gobernando todavía. Sólo por poner un ejemplo.

El placer y el dolor, el dulce y el amargo, la satisfacción y la insatisfacción, la noche y el día, las estaciones, los ciclos en todas sus formas, son medios para adquirir discernimiento sobre la realidad, la verdad, que sirva de guía en la toma de decisiones. Un tema para seguir meditando.

  1. El número de las existencias corpóreas es limitado, o, en cambio, el Espíritu se reencarna perpetuamente?

–“En cada nueva existencia el Espíritu hace un paso adelante en la vía del progreso; cuando después se ha despojado de todas sus imperfecciones, no tiene más necesidad de las pruebas de la vida corpórea”-.

COMENTARIO EXEGÉTICO: Esto debe entenderse como que, a un cierto momento, el Espíritu se ha desarrollado en determinado grado y, habiéndose liberado de sus deudas kármicas, que le sujetaban a ciertas pruebas y vinculaciones existenciales, ahora se transforma en dueño de su destino, quedando libre para elegir sus propios objetivos de progreso, según su vocación, puntos fuertes o menos fuertes. Y de acuerdo al programa evolutivo del planeta tierra o de aquel en el cual el Espíritu se encarne, en un momento dado. Esto en ningún momento debe entenderse de que el Espíritu llegará a una etapa en que no precise más reencarnar por haber alcanzado un tope en el progreso. Ese tope no existe en el eterno presente. La reencarnación continuará ad infinitum, en este o en otros mundos más avanzados, alcanzando, siempre, niveles más elevados de conciencia.

  1. El número de las encarnaciones es igual para todos los Espíritus?

-“No: quien progresa más rápidamente, se ahorra nuevas pruebas. De todos modos, estas encarnaciones sucesivas son siempre en gran número, ya que el progreso es virtualmente infinito”.

  1. En que se convierte el Espíritu después de su última encarnación?

-“En Espíritu sabio, por su pureza”-.

COMENTARIO EXEGÉTICO: Ratificamos que, no existe una última reencarnación para el Espíritu. Debe entenderse como la última encarnación de un determinado ciclo evolutivo, después del cual dará inicio a otro de mayor nivel.

JUSTICIA DE LA REENCARNACIÓN

  1. Sobre qué se apoya el principio de la reencarnación?

-“Sobre la justicia de Dios y sobre la revelación, por cuanto nosotros os lo repetimos continuamente: Un buen padre deja siempre abierta, a sus hijos, la posibilidad al arrepentimiento. No os dice, quizá, la razón, que sería injusto privar para siempre de la eterna felicidad a todos quienes no tuvieron la posibilidad de mejorarse? Acaso no son hijos de Dios todos los seres? Sólo entre los egoístas reina la iniquidad, los odios implacables y las penas sin remisión”-.

Todos los Espíritus tienden a la perfección, y Dios les brinda a ellos el medio con las pruebas de la vida corpórea; pero, su justicia quiere que ellos puedan cumplir, en nuevas existencias, todo lo que no pudieron hacer o terminar en una primera prueba.

No sería ni según justicia, ni de acuerdo con la bondad de Dios el condenar en eterno a quienes han podido encontrar obstáculos al propio mejoramiento, en contra de su voluntad, y por causa del ambiente mismo, en el cual se encuentran ubicados. Si la suerte del ser humano fuese irrevocablemente establecida después de la desencarnación, Dios no habría pesado las acciones de todos los seres en la misma balanza, y no les habría tratado con imparcialidad.

La doctrina de la reencarnación, es decir, aquella que consiste en el admitir para el ser humano más existencias sucesivas, es la única que responde a nuestro concepto de la justicia de Dios en relación a los seres humanos de condiciones morales inferiores; la sola que pueda explicarnos el porvenir, y afirmar nuestras esperanzas, por cuanto nos ofrece el medio de expiar nuestros errores con nuevas pruebas. La razón nos lo demuestra y los Espíritus nos lo enseñan.

El ser humano que tiene la conciencia de su inferioridad, deriva de la doctrina de la reencarnación los más consoladores presagios. Si cree en la justicia de Dios, no puede esperar de devenir de repente y por la eternidad igual a quienes han actuado mejor que él; empero, el pensamiento de que esta inferioridad no le privará siempre del disfrute supremo y que podrá conquistarlo mediante nuevos esfuerzos, le sostiene en las pruebas y reanima su coraje. Quién es aquel que, al término de su peregrinaje terreno, no se lamenta de haber adquirido muy tarde una experiencia, de la cual no puede extraer provecho? Ahora bien, esta tardía experiencia no está perdida, por cuanto se aprovechará de ella en una nueva existencia.

ENCARNACIONES EN LOS DIVERSOS MUNDOS

  1. Las diversas existencias corporales se efectúan todas sobre la tierra?

-“No, sino en los diversos mundos: la de aquí no es ni la primera ni la última, sino una de las más materiales y lejanas de la  perfección”-.

  1. El Espíritu pasa de un mundo al otro a cada nueva existencia corpórea, o puede tener varias en el mismo globo?

-“Puede vivir muchas veces sobre el mismo globo, si no ha progresado en grado suficiente, hasta que merezca encarnarse en uno superior”-.

Por lo cual, podemos comparecer más veces sobre la tierra?

-“Ciertamente”-.

Podemos regresar después de haber vivido en otros mundos?

-“Sí: vosotros pudisteis haber vivido ya en otros mundos y sobre la tierra”-.

COMENTARIO EXEGÉTICO: En línea general, la mayor parte de los seres humanos encarnados en el planeta tierra, a partir de determinado momento, ha quedado circunscrita a él.

Esto, tanto como a los diferentes integrantes de la humanidad primitiva, que ascendieron de mundos anteriores de menor progreso, en los cuales culminaron sus etapas evolutivas, como aquellos que, habiendo sido desterrados de mundos más adelantados, al haberse constituido en los mismos en factores discordantes del progreso, por quedarse rezagados, han sido colocados en este mundo como su “mundo”, en el cual deberán seguir sus etapas de estudio y desarrollo, hasta ascender al nuevo planeta destinado como la etapa siguiente. Ese planeta al que está destinada la humanidad de la Tierra, sin duda, en estos momentos, se encuentra en formación, tal como una enorme cantidad de planetas en formación que ha descubierto la astronomía.

Esta etapa de progreso en la Tierra puede durar, seguramente, millones de años, de acuerdo al lapso fijado por el orden cósmico, o, por los regidores espirituales inherentes.

Existen otros seres que, por su adelanto, pueden realizar su trabajo, simultáneamente, en diferentes mundos, encarnándose durante un tiempo en un planeta, donde asimilan cierto grado de conocimientos, que luego vienen a impartir al planeta tierra, o a otros mundos de igual o menor grado de progreso, y, aún, de mayor grado de progreso que el de la Tierra, según el nivel de conciencia del Espíritu en cuestión.

Esto sería semejante a la trayectoria que realizan un cierto número de personas en los diferentes continentes, en el planeta tierra.

  1. Es, en verdad, necesario volver a vivir en la tierra?

-“No; empero, si no progresáis, podéis ir a otro mundo, que no es, ciertamente, mejor, sino que puede ser, también, peor”

  1. Tiene alguna ventaja quien regresa a vivir en la tierra?

-“Ninguna ventaja en particular, a menos que regrese con una misión”-.

No habría mayor felicidad en permanecer en el estado de Espíritu?

-“No, no! Se quedaría en estancamiento, mientras que es necesario progresar hacia Dios”-.

COMENTARIO EXEGÉTICO: Toda nueva existencia, en el planeta de turno en que se vuelva a tomar materia, siempre se efectúa con una o más misiones temporales, de acuerdo a la propia suma existencial, y a los planes de estudio en el referido mundo, según la época que corresponda en su desarrollo.

Evidentemente, la práctica existencial del aprendizaje se realiza en el respectivo mundo al que se encuentra, cada quien circunscrito, en un momento dado, o durante una larga etapa, en incontables ciclos de vida, hasta que pase a una fase superior. También, si se queda rezagado, podría ser trasladado a un mundo de inferior progreso, donde imperan análogas tendencias o afinidades, tal como lo vislumbró, claramente, Allan Kardec, en el libro Génesis, y Joaquín Trincado, en diversas obras.

La expansión de la Creación Universal se realiza en dos fases alternas: una teórica y otra práctica. La teórica, vendría a ser el proceso de estudio efectuado en la dimensión espiritual; empero, la práctica, es la que se realiza en la dimensión física, en cualquier mundo en el que se sea asignado, de acuerdo al propio potencial evolutivo, o estados de conciencias, desarrollados.

En el eterno camino de retorno a casa, a la fuente universal, la Divinidad, en el que siempre se encuentra un más allá, en expansión de la conciencia, sin límites, es preciso reencarnar en forma ilimitada ya que jamás se encontrará término al potencial infinito de percepción, comprensión y realización en los eternos planes de la Divinidad, en la expansión universal de la Creación.

En esos planes eternos, cada quien tiene una misión asignada, en cada fase de desarrollo de la Gran Obra. Cada quien se ubica o reubica, constantemente, de acuerdo a su vocación de servicio, a sus estados de conciencia, y a las estaciones  -grados- temporales por las cuales va pasando. El factor clave es la suma existencial, por cuyo saldo de vida la ley de afinidad le coloca, a cada ser, gradualmente, en el nuevo orden cósmico que le corresponde, ad infinitum, en la escala del progreso.

Los Espíritus anhelosos de progresar sin pérdida de tiempo, jamás quieren estar pasivos; buscan aprovechar al máximo para realizar su aporte al mundo, o a los diversos mundos a los cuales se encuentran asignados, alternativamente, por etapas.

También es cierto que, los Espíritus de elevada conciencia, jamás se precipitan, ni emprenden acciones que no conduzcan a resultados certeros, o factibles, oportunamente. Saben lo que quieren y en cuanto tiempo han realizarlo. Cada existencia la diseñan con los claros objetivos y resultados esenciales, según las inquietudes de los tiempos.

Es necesario progresar hacia Dios, como lo dice la parte final de la respuesta, por cuanto cada Espíritu, en los cuatro reinos naturales, desde el mismo instante que emana a la conciencia individual, a partir de la Divinidad, sin separarse de la Divinidad, y sin dejar de ser la Divinidad, emprende el camino de regreso a la Divinidad, (el eterno retorno) el cual jamás completará, por ser infinito en progreso, durante el cual irá adquiriendo la experiencia de los atributos divinos de la Divinidad. Estos atributos divinos de la Divinidad, Ella los tiene desarrollados en todas sus vertientes y variantes en grado infinito. Cada ser los posee en estado de potencialidad infinita, en poder creador y en sabiduría de los valores universales, que eternamente irá desarrollando en el ya mencionado eterno camino de retorno del ser individual al Ser Universal.

Cada ser posee los mismos atributos de la Divinidad, el mismo poder creador, la misma conciencia, pero lo ignora. Lo va descubriendo por medio de la experiencia, a medida que va afrontando situaciones por resolver o anhelos por realizar.

  1. Los Espíritus, después de haber vivido en otros mundos, pueden encarnarse en éste, sin haberlo hecho jamás, antes?

-“Sí: de la misma manera vosotros podéis encarnaros en otras partes. Todos los mundos son solidarios: lo que no se realiza en uno puede efectuarse en otro”-.

Existen, por lo tanto, seres humanos quienes han venido por primera vez sobre la tierra?

-“Muchos, y de diversos grados”-.

Se puede reconocer, por algún signo, si un Espíritu hace su primera aparición sobre la tierra?

-“No, por cuanto no serviría de nada”-.

COMENTARIO EXEGÉTICO: La interrelación entre los diversos mundos del Universo, es similar a la existente entre los diversos continentes, o países del planeta tierra.

Hay personas que conviven en diversos países a la vez; o de uno emigran a otro, del cual hacen su hogar, temporalmente, definitivo.

Otras, viajan a otro país para cursar una carrera, o un curso, o post grado, y luego regresa a su lugar de origen, para desarrollar el ejercicio de su profesión, y el desarrollo de su vida.

Algunas más, viajan para conocer, como vacaciones periódicas; una forma de enriquecimiento cultural.

También, hay quienes lo hacen como medio de trabajo temporal, para dar su aporte al progreso de determinado país.

Aún más, existen personas, al igual que los profesionales, o empresas internacionales, cuyo radio de acción se desarrolla en diversos planetas, o galaxias, simultáneamente, conformando un equipo numeroso de trabajo.

Sin embargo, en cada nuevo mundo que se va formando, al inicio existen humanidades primitivas que confluyen de diversos mundos anteriores, como un ascenso. Es lo que conforman los diversos grupos de aborígenes, diferentes entre sí, como grupo étnico, por su origen, experiencia, cultura, entre otros detalles, que se constituyen en pioneros, en el planeta, forjando las condiciones necesarias, para que, oportunamente, vayan llegando integrantes de diversos mundos más elevados, Esa es la razón de las diferencias étnicas existentes entre ellos, por su cultura, elevación de niveles de conciencia, experiencias, conocimientos, lenguas, entre otros detalles.

Para algunos, estos nuevos mundos, de la inmensa cantidad que se van formando, tal como la Astronomía los ha ya identificado, corresponde un ascenso en su progreso, su traslado a ellos, y estaba previamente programado que así ocurriese. Esto es lo que sucederá un día, cuando la humanidad del planeta tierra, y otras humanidades de mundos de análogo progreso, emigren al mundo que, con seguridad, ahora mismo, se está formando y se estará formando durante cierto número de millones de años.

Sin embargo, simultáneamente, y en tiempo oportuno, de mundos más avanzados, son separados grupos de retrógrados, que se han quedado rezagados y constituyen un obstáculo al progreso, la ley de la justicia divina, los separa y los lleva a aquellos mundos afines a sus niveles de conciencia, donde, de retrógradas, se transforman en maestros, por su mayor nivel evolutivo. Esa es la razón por la cual, en determinadas épocas, van surgiendo nuevas civilizaciones, con características propias, y diferentes a otros grupos étnicos. Son los ángeles «caídos» de los cuales en la memoria ancestral se guarda recuerdo. Allan Kardec, en su libro «Génesis» es el primero en estudiar este tema con la lucidez que le es característica, donde explica la manera intuitiva, o inspirativa, como se fue acercando al tema, hasta desarrollarlo con claridad meridiana.

La ciencia, y la Parapsicología, en el siglo XX, han reacuñado el término Philias, con la acepción siguiente: Arrastre de una vida a otra, de las aptitudes, estados de conciencia, rasgos físicos, idiosincrasias, fobias, traumas, marcas de nacimiento, carácter, entre otros, razón por la cual, emergen dichos grupos, en un planeta determinando, conformando grupos étnicos emergentes que se transforman en nuevas civilizaciones totalmente diferentes de los grupos étnicos de los cuales han surgido. Es decir, de humanidades primitivas, surgen civilizaciones avanzadas, con niveles culturales, y culturas, ajenas a los aborígenes. Y uno se pregunta: De dónde surgieron dichas civilizaciones? Sí, se puede responder, de la Atlántida y de Lemuria, o Mu, el continente perdido del Pacifico, y eso es cierto. Pero, los habitantes de estos continentes, de dónde vinieron? Aquí reside la explicación a los grandes enigmas de la historia, y la Doctrina Universal -Espírita- da los aportes en grado suficiente para desentrañarlos.

Esta es la razón por la cual es preciso estudiar más a fondo la Doctrina Espírita, y fundamentalmente, El libro de los Espíritus, y toda la extensa bibliografía de los grandes espíritas de los siglos XIX, XX y lo que va del XXI, además de toda las obras importantes de todas las corrientes de pensamiento, única manera de descifrar la realidad posible que cada quien sea capar de realizar.

Allan Kardec, aplicando las enseñanzas contenidas en El Libro de los Espíritus, a los grandes enigmas de la historia, y de la vida, ha dado aportes, en muchos de ellos, como un lúcido pionero, que constituyen una base sobre la cual, las nuevas generaciones de estudiantes de la Doctrina Universal, puedan realizar nuevos aportes para ensanchar la visión universal de la vida y del universo.

La Doctrina Universal implica el estudio de todas las ciencias, de todas las filosofías, de todas las artes y la práctica de todas las virtudes, práctica ésta sustentada por la sabiduría de los valores universales. En el fondo, una cuestión de valores: antes, ahora y siempre. Un tema para seguir meditando.

  1. Para alcanzar la perfección y felicidad suprema, último fin de todos los seres, debe el Espíritu pasar por todos los mundos que existen en el universo?

-“No; por cuanto hay muchos mundos del mismo grado, en los cuales el Espíritu no aprendería nada nuevo”-.

Y, entonces, cómo explicar la pluralidad de sus existencias en el mismo planeta?

-“Con la reflexión de que él, cada vez se puede encontrar en condiciones diferentes, las cuales constituyen para él tantas ocasiones para adquirir conocimientos”-.

  1. Pueden los Espíritus reencarnar en un planeta relativamente inferior a aquel sobre el cual han ya vivido?

-“Sí, cuando han de cumplir una misión para contribuir al progreso de la humanidad que lo habita; en cuyo caso aceptan con entusiasmo las tribulaciones de aquella existencia, por cuanto le aportan el medio para progresar”-.

No sucede, de igual manera, también por expiación, pudiendo Dios enviar Espíritus rebeldes a mundos inferiores?

-“Los Espíritus pueden quedar estacionados, pero no retroceder: su castigo consiste en no progresar y en repetir las existencias mal empleadas en el medio más afín a su propia naturaleza”-.

Cuáles Espíritus deben repetir la misma existencia?

-“Aquellos que incumplen sus objetivos y las pruebas que les son inherentes”-.

COMENTARIO EXEGÉTICO: Esta pregunta se subdivide en tres vertientes:

La primera, en la que el maestro Allan Kardec formula la pregunta: -“Pueden los Espíritus reencarnar en un planeta relativamente inferior a aquel sobre el cual han ya vivido?”

La respuesta contempla un enfoque, el de que, un Espíritu, como misión de cooperación, puede encarnar en un mundo de inferior progreso con el fin de contribuir a su avance. Tenemos incontables ejemplos con seres muy evolucionados que han encarnado en el planeta Tierra con el fin de contribuir a su desarrollo evolutivo. Las enseñanzas que ellos han transmitido, sin duda alguna no es originaria del planeta tierra. La han adquirido en mundos más evolucionados.

El segundo enfoque de la respuesta, lo contempla en mismo Allan Kardec, en la siguiente pregunta: -“No sucede, de igual manera, también por expiación, pudiendo Dios enviar Espíritus rebeldes a mundos inferiores?”

Obtiene como respuesta: -“Los Espíritus pueden quedar estacionados, pero no retroceder: su castigo consiste en no progresar y en repetir las existencias mal empleadas en el medio más afín a su propia naturaleza”-.

Efectivamente, los Espíritus pueden quedar estacionados pero no retroceder en cuanto al nivel evolutivo alcanzado. Aquí distinguiremos dos aspectos:

El primero: Pese a que no retroceden evolutivamente, algunos Espíritus, por incurrir en actos indebidos, en muchísimas ocasiones producen un estado de desmejoramiento en sus condiciones existenciales, a nivel de la dimensión física de la vida, o de la dimensión espiritual, como seres desencarnados. Pero, es el estado de las cosas, las deudas kármicas que adquirió y que debe compensar, empero, no hay un retroceso, y el restablecimiento del orden, de la armonía y del equilibrio, significará un aprendizaje, y un avance en su estado de conciencia, y en el desarrollo de sus habilidades para resolver situaciones. Desarrolla, simultáneamente, sus aptitudes perceptivas – realizadoras que le ayudarán, en lo sucesivo, no volver a incurrir en los mismos errores, o a corregirlos más fácilmente, en caso de volver a hacerlo, asumiendo las responsabilidades inherentes.

El segundo: En un determinado mundo, en un momento dado en que su mayoría de habitantes ha culminado las etapas de progreso previamente programadas, y previstas, pasando a una fase superior, todos aquellos Espíritus que se quedaron rezagados, y no superaron el grado de aprendizaje que le era inherente a esa etapa, quedan fuera de lugar en ese mundo. Constituirían un factor perturbador al progreso de la mayoría si esos grupos de retrógradas, (generalmente son de diferentes niveles), por lo cual la ley cósmica los separa del grupo mayoritario. Es igual a lo que ocurre en las escuelas o universidades. Aquellos que no aprueban el grado, deberán repetir. Pero, esta repetición del curso, se realiza en mundos acorde al nivel evolutivo en el que se quedaron rezagados, donde, al mismo tiempo, por provenir de mundos más avanzados, de factores perturbadores del progreso, se transforman en coadyuvantes en esas humanidades de menor progreso.

Esos grupos de rezagados que emigran, por efecto de la ley cósmica, a otros mundos de inferior nivel de progreso, es lo que se conoce como “los ángeles caídos” que la memoria ancestral, en el planeta tierra, conserva como una reminiscencia de lo ocurrido.

Colocamos a continuación, la respuesta que hemos dado a una pregunta sobre el particular:

-Haremos abstracción de cualquier referencia a grupo alguno, ya que la referencia a los ángeles caídos pareciera ser más antigua, aún, que cualquier grupo naciente en los últimos 2.000 años.

Allan Kardec es un pionero, con el libro Génesis, en aportar una explicación sobre los ángeles caídos. Sobre el nivel de los Espíritus, el Libro de los Espíritus es muy explícito. Estimamos que al hablar de los ángeles caídos en general, se hará clara cualquier analogía sobre un Espíritu en particular.

Dada la pluralidad de mundos habitados, y la existencia de incontables mundos habitados de grados variables de progreso, desde los más rudimentarios, pasando por muchos semejantes al planeta tierra, a otros de progreso tan avanzado casi inimaginable, es decir, mundos que nos llevan –virtualmente- una eternidad por delante del progreso del planeta tierra, dada la eternidad preterida preexistente, y al hecho de que el planeta tierra no es, precisamente, ni de los de mayor tamaño, ni de los más antiguos entre los existentes en el universo.

Los diferentes mundos van avanzando en progreso, y a un cierto momento, una minoría queda rezagada, a tal punto que mantenerle en dicho mundo, constituiría, esa minoría, un estorbo a la actividad de la mayoría.

En ese momento, por un mecanismo de la ley cósmica, esa minoría retrógrada es reubicada en diferentes mundos, cada parte del grupo, en aquel ambiente más análogo a su nivel evolutivo.

En esos mundos de menor nivel de progreso, esos “ángeles caídos”, de constituir un estorbo al progreso en su mundo de origen, en el nuevo ambiente pasan a ser maestros, ya que su nivel de progreso es de grado más avanzado al del mundo en que ahora se encuentran desterrados, -“caídos”-.

Esto explica que, en épocas pasadas, en que, en el planeta tierra existían humanidades primitivas, emergiesen nuevas civilizaciones con grupos étnicos más desarrollados. De más belleza física, de inteligencia más despierta, que aportaron innovaciones, e inventos, antes inexistentes. También, expresaron ideas y conocimientos más avanzados, tecnología y métodos de trabajo más sofisticados a los previamente existentes en esa región, así como una arquitectura más sofisticada. Los hijos, de la noche a la mañana, en cada nueva generación, comenzaron a manifestar una belleza física superior a la de los padres, y sus rasgos de inteligencia, también.

La ciencia de la Parapsicología, en el siglo XX, reacuñó el término “philias”, que antiguamente significaba amistad, con la acepción de: “El arrastre de los rasgos físicos, de las aptitudes, -o capacidad de comprender, de hacer y de dejar de hacer-, las fobias y traumas, e idiosincrasias, de una existencia a otra”.

Esto explica, o ayuda a explicar, los grandes enigma de la historia, y el por qué emergen civilizaciones nuevas sin que, previamente pueda ubicarse rastro alguno en el planeta, de las mismas.

Esas inmigraciones espirituales arrastran consigo sus rasgos físicos desde sus mundos de origen, su nivel evolutivo y aptitudes, idiosincrasia y otros elementos de su carácter,

La raza adámica –grupo étnico adámico, o adamítico- es una demostración de esto; posteriormente a cada inmigración de espíritus de diferentes mundos, con su respectiva emersión de nueva civilización, con rasgos claramente definidos, y a los movimientos migratorios dentro del planeta tierra, va produciendo los diferentes cruces étnicos, con los resultados que todos conocen, a través de los tiempos. Las conquistas de Alejandro Magno y a los cruces étnicos a que sometía a sus soldados con las mujeres de los pueblos conquistados, a quienes obligaba a casarse, en vez de tomarlas como esclavas, es un claro ejemplo de dicho cruce étnico.

El libro Las Leyes de Manú, -Manava Dharma Sastra-, de 3.800 años antes de nuestra era, que conforma parte de esa literatura conocida como védica, y que se califica como “las enseñanzas de los oidores a los pies del maestro”, es decir, a los pies de un “Sensitivo”, tiene niveles de conocimientos sobre la ley de la reencarnación y la ley del Karma, entre otros, muy avanzados para una etapa primitiva de la humanidad, que, en definitiva, no puede ser un conocimiento originado en el planeta tierra, sino percibido por diferentes medios que, dentro de la doctrina Espírita, son conocidos. Esto, evidentemente, le comienza a dar un sentido, y una explicación, a determinadas interrogantes que alguien pueda formularse al respecto.

Otros escritores que hablan sobre el tema de las inmigraciones interplanetarias, o grupos de desterrados, o ángeles caídos, son: Joaquín Trincado. El excelente escritor mexicano Rodolfo Benavides, lo hace en diversas obras, como: Levantando La Cortina, En la Noche de los Tiempos y en Rumbos Humanos. Benavides, es el autor de los libros Dramáticas Profecías de la Gran Pirámide, y Cuando las Piedras Hablan, los Hombres tiemblan, de excelente nivel y calidad. Existen otros autores espíritas que hablan sobre el tema, de diferentes maneras, en cuanto a las migraciones de un mundo a otros, aún desde la época de Allan Kardec, como Victorien Sardou y Camille Flammarion.

En la última parte de la pregunta, Allan Kardec, inquiere: -“Cuáles Espíritus deben repetir la misma existencia?” La respuesta que obtiene, es:

-“Aquellos que incumplen sus objetivos y las pruebas que les son inherentes”-.

Evidentemente, todos aquellos objetivos existenciales que conforman un determinado plan de vida, en una o en múltiples existencias, los resultados que quedan pendientes de ser alcanzados, deberán formar parte de los nuevos planes del siguiente ciclo de vida.

A un determinado momento, al igual que ocurre en muchas escuelas, ya no se le da cabida a algunos alumnos, quienes deberán cambiar de escuela, que le acoja, en el ejemplo del que tratamos, serían escuelas-mundos.

Al igual que algunos alumnos recalcitrantes podrían precisar cambiar más de una escuela, por no aplicarse adecuadamente, o con disciplina, a los estudios, podrían, cierta cantidad de Espíritus, precisar emigrar, en el momento, de llegar a ocurrir, a mundos aún de inferior progreso, hasta que, en cuyos ambientes decidan aplicarse al trabajo, al estudio y al progreso.

Es allí que comenzarán a lamentar el tiempo perdido.

Acaso los lectores no conocen a gran número de personas que quisieran vivir en mundos más avanzados al de la tierra, en los cuales estarían libres de las vicisitudes inherentes a éste?

No dejan de ser reminiscencia de un conocimiento de mejores ambientes, al igual que cuando se pasa de un país más desarrollado a otro de menor nivel de desarrollo.

Empero, ese anhelo de un mundo mejor, del cual, sin duda, cada Espíritu guarda un recuerdo en su archivo espiritual, en el alma, es preciso contribuir a crearlo, de manera que, en este ciclo de vida, o en los venideros, al volver, encontremos las condiciones óptimas de vida, y de desarrollo, que anhelamos.

Si queremos un mundo mejor en el cual vivir, debemos contribuir a crearlo. Esa es la misión inherente a cada ser en los cuatro reinos naturales. Es probable que los reinos animal, vegetal y mineral estén cumpliendo en forma óptima su cometido.

-Y, el ser humano?

-Cuántos de los que vivimos en el planeta Tierra, en un futuro, al imperar niveles de vida optimizados, pudiésemos precisar otras escuelas,       -otras moradas-, afines a las propias condiciones evolutivas?

Y, cuántos, podrían precisarlos de mayor progreso, por ser alumnos muy aventajados?

-Usted que cree? Qué piensa de todas aquellas personas que se sienten extranjeros en el mundo Tierra? Qué significa esa reminiscencia? Solo como objetivo de meditación.

  1. Los seres que habitan en cada mundo, han alcanzado todos el mismo grado de perfección?

-“No, ocurre lo mismo que en la tierra: los hay de mayor y de menor progreso”-.

  1. Al pasar de nuestro mundo a otro, el Espíritu conserva la inteligencia que tenía en éste?

–“Sin duda; pero es posible que él no tenga más los mismos medios para manifestarla: lo cual depende de su nivel evolutivo y del estado del cuerpo que estará por tomar en la nueva reencarnación”-.  (Ver “Influencia del organismo”).

  1. Los seres que viven en los diversos mundos, tienen cuerpo como nosotros?

-“Naturalmente, por cuanto es necesario que, para actuar sobre la materia, el Espíritu sea revestido de materia; pero, esta envoltura es más o menos densa según el grado de pureza del Espíritu, lo cual constituye, precisamente, la diversidad de mundos que debemos recorrer, ya que, existen muchas moradas en la casa del Creador, y por lo tanto, muchos grados. Algunos lo saben, y por cuanto se encuentran en la tierra, tienen conciencia de ello; otros no”-.

  1. Podemos, nosotros, conocer el estado físico y moral de los diversos mundos?

-“Nosotros, Espíritus, solamente os podemos transmitir conocimientos de acuerdo al grado de vuestra comprensión, lo cual quiere decir que no debemos revelar estas cosas a todos, por cuanto no todos se encuentran en el nivel adecuado para entender rectamente, lo que les turbaría”-.

A medida que el Espíritu se va purificando, el cuerpo, que él anima, se acerca a la naturaleza espiritual. La materia es menos densa; él deja de arrastrarse penosamente en el suelo; las necesidades físicas se depuran, y los seres vivientes dejan de tener las necesidades de destruirse para alimentarse. El Espíritu es más libre, y tiene para las cosas lejanas determinadas facultades sensoriales que nos son ignotas. Él ve con los ojos del cuerpo aquello que nosotros vemos con el pensamiento.

La purificación de los Espíritus se efectúa en sus encarnaciones con el perfeccionamiento moral, que depura las pasiones y los instintos animales, y determina, sí, que el egoísmo ceda el puesto al sentimiento fraternal. Por lo cual, en los mundos superiores al nuestro no se conocen las guerras, reinando el amor y la concordia, y todos piensan en hacer el bien a sus semejantes. La intuición que tienen de su porvenir y la seguridad que derivan de una conciencia libre de remordimientos, hacen, sí, que la desencarnación no sea para ello causa de aprehensión alguna: la ven realizarse con confianza y como una simple transformación.

La duración de la vida en los diversos mundos es en proporción al grado de su excelencia física y moral; lo cual es perfectamente lógico, Cuanto el cuerpo sea más depurado, tanto más se encuentra libre de vicisitudes; cuanto más sea el Espíritu puro, tanto más se encuentra libre de pasiones, gozando de serenidad e imperturbabilidad. Y esto es, todavía, un beneficio de la Providencia, que rinde más breves las ausencias de bienestar.

  1. El ser debe pasar por la infancia en cada encarnación, también en los demás mundos?

-“La infancia es una etapa transitoria en todas partes, empero, no en todas partes es inconsciente como entre vosotros”-.

  1. La elección del mundo en el cual reencarnarse, es una facultad del Espíritu?

-“No siempre; empero, puede pedirla y obtenerla, si lo merece, por cuanto los varios mundos son asequibles a los Espíritus de acuerdo a su grado de elevación evolutiva”-.

Si el Espíritu no solicita nada, quien determina el mundo en que deberá reencarnarse?

-“Precisamente, el grado de elevación”-.

  1. El estado físico y moral de los seres vivientes es siempre el mismo en cada planeta?

-“No, ya que, también, los mundos obedecen a la ley del progreso. Todos, aún los más esplendidos, han tenido principio, como la tierra, en un estado inferior. La tierra pasará, a su vez, por tal transformación, y se convertirá en un paraíso terrestre, cuando sus habitantes sean todos buenos”-.

De esta manera, los grupos étnicos que pueblan la tierra, serán sustituidos por otros siempre más perfectos, los cuales sucederán a los presentes, tal como ellos lo hicieron con otros todavía más rudimentarios.

COMENTARIO EXEGÉTICO: Nuevas inmigraciones espirituales, a medida que la tierra progresa, en ese mismo nivel, vendrán al planeta Tierra, tanto como desterrados, como con misiones en determinados niveles de conciencia. Empero, los maestros que ya han venido en diferentes épocas pasadas, volverán una y otra vez a reencarnar para cumplir su plan pedagógico a largo plazo.

  1. Existen mundos en los cuales el Espíritu cesa de vestir un cuerpo material y no tiene más envoltura que el periespíritu –“o alma”?

-“Sí; y esto mismo en los Espíritus puros deviene en tal grato etéreo que es para vosotros como si no existiese”-.

No hay, por lo tanto, límites precisos entre el estado de las últimas encarnaciones y aquel de Espíritu puro?

-“En efectos, estos límites no existen: la diferencia se va disipando poco a poco insensiblemente, al igual que la noche, que se desvanece delante a los primeros albores del día”-.

  1. La sustancia del periespíritu, –alma-, es la misma en todos los mundos?

-“No; ella es más o menos etérea. En el pasar sobre los varios mundos, el Espíritu se reviste de la materia adecuada de cada uno de ellos, lo cual ocurre con la velocidad del relámpago”-.

  1. Los Espíritus puros habitan en mundos especiales, o se encuentran en el espacio universal sin estar ligados más a un mundo que a otro?

-“Los Espíritus puros habitan determinados mundos; empero, no se encuentran confinados como los seres humanos en la tierra. Ellos pueden, mejor que los otros, encontrarse, por así decirlo, en todas partes”-. (*)

(*) Según los Espíritus, entre todos los planetas que componen nuestro sistema planetario, la Tierra sería uno de aquellos cuyos habitantes se encuentran menos adelantados tanto en lo moral como en el físico. Marte le sería, todavía, inferior y Júpiter muy por encima en todos los aspectos. El Sol no sería un mundo habitado por seres corpóreos, sino un lugar de reunión de Espíritus elevados, quienes, desde allí, irradian con el pensamiento hacia los demás mundos, que ellos dirigen mediante Espíritus subordinados, con los cuales comunican por intermedio del fluido universal. En cuanto a la constitución física, nuestro Sol, como todos los demás, podría ser que sea un foco de electricidad.

El volumen y la lejanía del Sol no tendrían ninguna relación necesaria con el grado de progreso de los mundos, por cuanto Venus sería más progresada que la Tierra, y Saturno menos Júpiter.

Muchos Espíritus de personas que han vivido sobre la tierra han dicho de haber reencarnado en Júpiter, uno de los mundos más progresado de nuestro sistema; y esto causó maravilla, por cuanto sobre la tierra no eran estimados en ese grado. Empero, esta sorpresa causa estupor, cuando se considera, en primer lugar, que, algunos Espíritus, quienes habitaban en aquel planeta, han podido ser enviados sobre la tierra para cumplir una misión, la cual, a nuestros ojos, no se percibía la totalidad de su valor; en segundo lugar, que entre su existencia terrestre y la de Júpiter, han podido tener otras intermedias, en las cuales mejorarse desde todos los puntos de vista; y por último, que en aquel mundo, como en el nuestro, habrán diversos grados de desarrollo y entre estos grados puede haber la distancia que, entre nosotros separa el salvaje del hombre civilizado.  Por lo cual, vivir en Júpiter no significa que alguien se encuentre en el nivel de los seres más avanzados que allí viven, como otros no se encuentran a nivel de un docto Instituto, solo porque vive en París.

También las condiciones de longevidad no son en todas partes las mismas que en la tierra, y la edad no tiene término de comparación. El Espíritu de una persona desencarnada desde hace tiempo, respondiendo a una evocación, dijo de haber reencarnado seis meses antes en un mundo para nosotros desconocido. Preguntado sobre la edad que tenía allí, replicó: -“No puedo valuarla, por cuanto aquí no medimos el tiempo como vosotros. El modo de existir no es más lo mismo, y el desarrollo es mucho más rápido. Tanto es cierto que, aunque yo no esté allí sino desde hace seis de vuestros meses, puedo decir de haber alcanzado una inteligencia equivalente a la que poseía a los treinta años sobre la tierra”.

Muchas respuestas análogas se han obtenido de otros Espíritus; encontramos en ellas inverosimilitud. No vemos, nosotros, sobre la tierra gran número de animales alcanzar normalmente su desarrollo en pocos meses? Por qué no podría ser, de la misma manera, con el ser humano, en otras esferas? Es preciso observar que el desarrollo que alcanza el ser humano a la edad de treinta años, no es, quizá, una especie de infancia, en comparación con aquel que él debe alcanzar? No es lógico creer de ser en todo los prototipos de la creación, y es un rebajar a Dios el creer que Él no pueda hacer obra de mayor envergadura de la criatura humana.

TRANSMIGRACIÓN PROGRESIVA

  1. Goza el Espíritu de la plenitud de sus facultades desde su principio?

-“No, por cuanto, también él, como el ser humano, tiene su infancia. Los Espíritus, en su origen, tienen una existencia instintiva, y poca conciencia de sí y de sus propios actos. Sólo poco a poco se desarrolla en ellos la inteligencia”-.

  1. Cuál es el estado del Espíritu en su primera encarnación?

-“Aquello que es la infancia para la vida corpórea: la inteligencia empieza a despertarse, y se prueba a vivir”-.

  1. Los de los pueblos en condiciones primitivas de vida son Espíritus en su estado de infancia?

-“De infancia relativa; empero, están ya desarrollados, por cuanto poseen pasiones”-.

Es decir, las pasiones son signos de desarrollo?

-“De desarrollo sí, pero no de perfección: son signos de actividad de la conciencia del yo, mientras que en el Espíritu primitivo la inteligencia y la vida se encuentran en el estado de germen”-.

La vida del Espíritu, en su conjunto, recorre las mismas fases que las del cuerpo; él pasa, gradualmente, desde el estado de embrión al de infancia, y alcanza, después, por una sucesión de períodos, al de adulto, es decir, la perfección, con tales diferencias, que la vida espiritual no tiene vejez ni decrepitud; que él tuvo un principio, pero no tendrá jamás un fin; que precisa un tiempo inmenso para pasar de la infancia al desarrollo completo, y que su progreso se cumple no solamente sobre una esfera, sino sobre muchas. De esta manera, la vida del Espíritu se compone de una serie de existencias corpóreas, cada una de las cuales representa una oportunidad de progreso, como cada existencia corpórea se compone de una serie de días, en cada uno de los cuales el ser humano da un paso adelante en experiencia y en instrucción. Empero, al igual que en la vida de la persona pasan días sin fruto, en la del Espíritu pasan existencias corpóreas sin resultado, por cuanto ella no supo aprovecharlas.

  1. Se puede, con una conducta impecable en esta vida terrena, alcanzar la cima de la escala y devenir un Espíritu puro sin pasar por los grados intermedios?

-“No, por cuanto todo lo que el ser humano, aquí, cree perfecto, se encuentra muy lejos de la perfección: existen cualidades que él no conoce, y no podría comprender. Él no podría ser más perfecto de cuanto permite su naturaleza terrestre; empero, de esta perfección a la cual él debe llegar existe una gran diferencia. El niño, por cuanto se desarrolle muy precozmente, debe pasar por la juventud antes de alcanzar la edad madura; la persona cuya salud está ausente, por prodigiosos que sean sus progresos en la curación, precisa pasar por la convalecencia antes de recuperarla perfectamente. Además, el Espíritu debe progresar tanto en ciencia como en moralidad, y, si no ha progresado sino en una de estas dos áreas, precisa, para alcanzar al vértice de la escala, que progrese también en la otra; todavía, cuanto más el ser humano progrese en esta vida, tanto más breves y más felices serán las pruebas futuras”-.

Puede el ser humano, por lo menos en esta vida, asegurarse una existencia futura con un menor grado de insatisfacción y de tribulaciones?

-“Ciertamente; puede disminuir el tiempo y las dificultades del camino. Sólo el infractor se encuentra siempre en el mismo punto”-.

  1. Puede el ser humano, en sus nuevas existencias descender más debajo de que era?

-“Como ser humano, por “condición social”, sí; como Espíritu,  no”-.

  1. Puede el Espíritu, que fuera previamente una persona de bien, in una sucesiva encarnación animar el cuerpo de un *perverso?

-“No, por cuanto no puede cambiar”

Puede el Espíritu de un perverso convertirse en el de una persona de bien?

-“Sí, si él se arrepiente, por cuanto esto sería una recompensa”-.

El camino de los Espíritus es progresivo, jamás retrógrado; ellos se elevan gradualmente en la jerarquía, empero, no descienden del grado que han alcanzado. En las diversas existencias corpóreas pueden descender hacia abajo como seres humanos, pero no como Espíritus. Es por esto que el Espíritu de un poderoso de la tierra podrá, en un momento dado, animar el más humilde artesano, o viceversa, por cuanto las condiciones sociales entre los seres humanos son, frecuentemente, en razón inversa de la elevación de los sentimientos morales. Herodes era monarca; Jesús, carpintero.

  1. La posibilidad de mejorarse en otra existencia, no podría inducir a alguien a perseverar en la vía inadecuada, pensando que, siempre, podrá corregirse más tarde?

-“Quien piensa de esta manera, no cree a nada, tomando en cuenta que la amenaza de un castigo eterno no le frena mayormente, por cuanto su razón se rebela, y esta idea le conduce a la plena incredulidad. Si para guiar a los seres humanos se hubiesen, empleado, siempre, medios racionales, no existirían, ahora, tantos escépticos. Un Espíritu imperfecto podría pensar cosas absurdas durante su vida corpórea; empero, liberado de la materia, cambia de idea, por cuanto advierte, enseguida, que se había engañado, y trae, en una nueva existencia, sólidos sentimientos contrarios. De tal manera se cumple el progreso; y es aquí la razón por la cual veis sobre la tierra una parte de los seres humanos más progresada de la otra; aquellos tienen ya una experiencia, que éstos todavía no tienen, pero que, ciertamente, conquistarán poco a poco. De vosotros, solamente, depende acelerar vuestro progreso, o el retardarlo indefinidamente”-.

El ser humano que se encuentra en condición poco favorable, desea, naturalmente, salir de ella lo más rápidamente posible,  Quien esté firmemente persuadido de que las tribulaciones de esta vida son las consecuencias de sus defectos, buscará de asegurarse una nueva existencia menos penosa, y esta convicción lo apartará de la vía del mal más fácilmente que aquella del fuego eterno, a la cual no cree.

  1. Por cuánto los Espíritus no pueden mejorar sin las tribulaciones de la vida corpórea, resultaría ésta una especie de proceso depurativo o de purgatorio, por el cual deben pasar los seres del mundo espiritual con la finalidad de alcanzar la perfección?

-“Exactamente; es así. Ellos mejoran por medio de las pruebas, evitando el mal y practicando el bien; solamente después de muchas encarnaciones y depuraciones sucesivas  alcanzan, en un tiempo más o menos largo, según sus propios esfuerzos, el objetivo al cual se centran”-.

Es, el cuerpo que, para mejorarlo, actúa sobre el Espíritu, o es el Espíritu, que, para mejorarse, actúa sobre el cuerpo?

-“El Espíritu es todo; el cuerpo es un vestido, que se transforma, nuevamente, a su estado de energía”-.

Símbolo material de los diversos grados de purificación del Espíritu es el zumo de la vid. El contiene el licor del espíritu o alcohol; pero éste, conteniendo grandes cantidades de materias extrañas que le alteran la esencia, no alcanza la pureza absoluta sino después de numerosas destilaciones en cada una de las cuales se despoja de alguna impureza. El alambique es el cuerpo, en el cual debe entrar para purificarse; las materias extrañeza son como el periespíritu, que se purifica también él a medida que el Espíritu se acerca a la perfección.

SUERTE DE LOS NIÑOS DESPUÉS DE LA DESENCARNACIÓN

  1. El Espíritu de un niño desencarnado en temprana edad, tiene el mismo valor que el de un adulto?

-“Tal vez mucho más, por cuanto podría haber vivido mucho más largo tiempo, por lo cual tendría mayor experiencia, especialmente si ha progresado”-.

Es decir, el Espíritu de un niño puede ser de mayor progreso que el de su padre?

-“Frecuentemente: no lo veis continuamente sobre la tierra?

  1. El Espíritu de un niño que desencarne en tierna edad, no habiendo podido cometer el mal, pertenece, a los grados superiores?

-“Si no ha cometido el mal, tampoco ha hecho el bien, y Dios no lo exime de las pruebas por las cuales debe pasar. Si realmente fuese superior, no lo sería ya porque entre vosotros era un niño, sino en virtud de que había progresado mucho ante de reencarnarse”-.

  1. Por qué vemos, tan frecuentemente, truncada la vida en la infancia?

-“La poca duración de la vida de un niño puede ser para el Espíritu encarnado en él el cumplimiento de una anterior existencia interrumpida antes del término establecido, y su desencarnación es, frecuentemente, una prueba o una expiación para los progenitores”-.

Cuál suerte le toca al Espíritu de un niño desencarnado en tierna edad?

-“Si desencarnó por haber venido a menos en el objetivo emprendido, él recomienza una nueva existencia”-.

Si el ser humano no tuviese más que una sola existencia corpórea, y si, después de esta, su futuro destino fuese establecido eternamente, cuál sería el mérito de la mitad de la especie humana, que desencarna en la infancia, para gozar de una felicidad sin fin? Y, con cuál derecho estaría exento de las condiciones frecuentemente duras impuestas a la otra mitad? Un tal orden de cosas contrastaría con la justicia de Dios. Con la reencarnación, en cambio, se establece la igualdad; el porvenir, sin excepción, y sin favor para alguien, pertenece a todos: quien llega último no puede inculpar más que a sí mismo.  El ser humano debe tener el mérito de sus obras, por cuanto responde por ellas.

Y, por otra parte, no es nada lógico el considerar la infancia como un estado normal de inocencia. No vemos, quizá, los instintos más malvados dominar, tal vez, en los niños en una edad, en la cual la educación no ha podido ejercitar influencia alguna? No observamos a aquellos que traen en su naturaleza la astucia, la doblez, la perfidia, e inclusive, la tendencia al robo y a los hechos de sangre, que perduran no obstante el buen ejemplo que reciben? La ley civil los absuelve de sus hechos reñidos con la justicia, disculpándoles aseverando que han actuado sin discernimiento, y a buena razón, por cuanto actúan más instintivamente que de propósito deliberado. Empero, de dónde pueden provenir entre niños de la misma edad, frecuentemente educados en las mismas condiciones, y sujetos a las mismas influencias? De dónde tal precoz perversidad si no de la bajeza del Espíritu, ya que la educación no tiene inherencia? Los niños viciosos son tales, porque su Espíritu ha progresado menos, y deriva de ello  las consecuencias, no por las obras del niño, sino por las de sus existencias anteriores. De esta manera, la ley es igual para todos y la justicia de Dios alcanza a todos.

SEXO ENTRE LOS ESPÍRITUS

  1. Existe entre los Espíritus diversidad de sexos?

-“No, en el modo que entendéis vosotros, por cuanto los sexos dependen de los organismos. También entre los Espíritus reinan amor y simpatía, pero fundados en la semejanza de los sentimientos”-.

  1. Entonces, el Espíritu que animó el cuerpo de un hombre, puede en una nueva existencia animar el de una mujer y viceversa?

-“Sin duda, el mismo Espíritu puede animar ahora el cuerpo de un hombre, o bien el de una mujer”-.

  1. El Espíritu errante prefiere encarnarse en el cuerpo de un hombre o de una mujer?

-“Tal cosa poco importa al Espíritu: eso depende de la prueba por la cual debe pasar”-.

COMENTARIO EXEGÉTICO: En primeras instancias, no se trata de lo que a un Espíritu, en un momento dado, le guste o prefiera, sino el objetivo que debe cumplir en la nueva existencia que programa antes de encarnar, conjuntamente con todas las personas involucradas, o bien por afinidad, o bien por deber de compensación, o por acreencias, o deudas, kármicas.

Un Espíritu que privara de la vida, en alguna de sus existencias anteriores, está obligado, por la ley cósmica, y por el reclamo de los eventualmente afectados, a reponer la vida, o las vidas, que debe. A tales efectos precisa nacer como mujer para convertirse en madre de aquellos a quienes, antes, privara de la vida.

Luego, además, entran en juego, el tipo de actividades o roles que desempeñará, que requiera que el Espíritu adopte uno u otro sexo, en su nueva existencia. Básicamente, el sexo tiene íntima relación con el rol que le toca desempeñar al Espíritu, en una existencia en particular.

Durante muchos ciclos de vida, algunos Espíritus pueden adoptar uno u otro sexo, por el cual puedan sentirse más cómodos, y, evidentemente, desarrollar en mayor grado las características femeninas, que las masculinas.

Empero, en determinados momentos, ese rol puede variar por los objetivos que, el mismo Espíritu, se anteponga como misión de vida, o que le imponga la ley cósmica, para cumplir sus respectivos deberes de compensación, y a la vez progresar desde esa otra faceta existencial, ya que los roles son diferentes.

Quienes han vivido durante muchos ciclos de vida en un sexo determinado, al encarnar en el opuesto, podrían manifestar desequilibrios y tendencias hacia el sexo contrario. Esto es debido a que, habiéndose acostumbrado a pensar siendo de un sexo determinado, durante muchas vidas, al cambiar de polaridad, en un nuevo ciclo de vida, encarnado en un cuerpo diferente a la tendencia que trae, seguirá pensando, y sintiendo, como si, aún fuera del sexo en que ha encarnado numerosas veces.

 Aquí reside la razón por la cual tantos seres muestran las respectivas tendencias hacia el sexo opuesto, y es que, durante un cierto número de vidas han encarnado en el sexo hacia el cual manifiestan tendencias contra natura.

PARENTESCO E FILIACIÓN

  1. Los progenitores, trasmiten a los hijos una parte de su Espíritu, o les dan, solamente, la vida física, a la cual, más tarde le es agregada la vida moral?

-“Los progenitores otorgan a los hijos únicamente la vida física, por cuanto el Espíritu es indivisible. Un padre poco dotado puede tener hijos de ingenio y viceversa”-.

  1. Por cuanto hemos tenido muchas existencias, el parentesco debe remontarse más allá de la actual?

-“No puede ser de manera diversa. La sucesión de las existencias corpóreas establecen, en cada una, lazos que resalen a las anteriores: de lo cual, frecuentemente, se derivan las causas de las simpatías que os ligan con personas que vosotros creéis que s son extrañas”-.

  1. A algunos puede parecer que la doctrina de la reencarnación destruya los lazos de familia al hacerlos remontar más allá de la existencia actual.

-“Los extiende, pero no los destruye. Por cuanto el parentesco está fundado sobre afectos anteriores, los vínculos que unen a los miembros de una misma familia, son, más bien, más fuertes. Refuerza y multiplica los deberes de la fraternidad, por cuanto vuestro vecino o quien os sirve en funciones domésticas, puede haber sido un Espíritu con quien os unieran vínculos de parentesco sanguíneo”-.

Ese, todavía, disminuye la importancia que, algunos, admiten a la propia descendencia, por cuanto, uno puede haber tenido por padre un Espíritu, quien pudo pertenecer a otra familia, o vivido en toda otra condición que la suya.

-“Es verdad: pero esta importancia se apoya, únicamente, en el orgullo. Lo que, en gran parte, los seres humanos honran en sus sentimientos, son los títulos, los grados, la fortuna. Muchos se avergonzarían de haber tenido por familiar a un honesto zapatero, mientras que, en cambio, se glorían de descender de un gentilhombre disoluto. Empero, a pesar de lo que digan o hagan, no impedirán, a las cosas, de ser lo que son, por cuanto Dios no ha regulado las leyes de la naturaleza sobre su vanidad”-.

  1. Al no haber filiación entre los Espíritus de los descendientes de una misma familia, significa que el culto de los antepasados sea algo vano y ridículo?

-“No, por cuanto es natural se honre de pertenecer a una familia, en la cual se han encarnado Espíritus superiores. Si bien los Espíritus no proceden los unos de los otros, no por esto sienten menor afecto hacia quienes les liga el parentesco sanguíneo, cuya raíz reside en la simpatía o en vínculos anteriores. Recordad, empero, que los Espíritus de vuestros progenitores no se tienen por honrados por el culto que les rendid con motivo de orgullo. Su mérito no se refleja sobre vosotros salvo que os empleáis en seguir su ejemplo; en este único caso vuestro recuerdo puede resultarle no solamente grato, sino proficuo.

SEMEJANZAS FÍSICAS Y MORALES

  1. Los progenitores transmite, frecuentemente, a sus hijos, un parecido físico. Transmite, ellos, también una semejanza moral?

-“No, por cuanto tienen Espíritus diferentes. El cuerpo procede del cuerpo, pero el Espíritu no procede del Espíritu. Entre los descendientes de las singulares grupos étnicos no existe más que consanguinidad”-.

De dónde provienen las semejanzas morales, que, algunas veces, existen entre progenitores e hijos?

-“En el hecho de ser Espíritus afines atraídos los unos a los otros por la similitud de tendencias”-.

  1. El Espíritus de los progenitores tiene influencia sobre el de los hijos después de su nacimiento?

-“Sí, es enorme. Como ya hemos dicho, los Espíritus deben, recíprocamente, ayudarse a progresar. O, más bien: los Espíritus de los progenitores tienen por misión la de desarrollar el de sus hijos por medio de la educación: quien falta a este propósito se rinde culpable de las consecuencias”-.

  1. Por qué, algunas veces, progenitores buenos y virtuosos dan la vida a hijos de naturaleza perversa? En otros términos: Por qué, las buenas cualidades de los progenitores no atraen, siempre, por simpatía, buenos Espíritus para encarnarse como sus hijos?

-“Un Espíritu malo puede solicitar de encarnarse cerca de progenitores buenos con la esperanza que sus consejos lo separen de la vía inconveniente; frecuentemente, Dios lo concede”-.

COMENTARIO EXEGÉTICO: Es una respuesta interesante, y a la cual pocas veces se hace referencia cuando se explica la composición de la familia. Generalmente, se menciona a que la integran Espíritus afines que encarnan en la misma familia con el fin de prestarse apoyo mutuamente. Igualmente, se afirma que, por efecto de la ley de justicia y la de compensación, la ley de afinidad integra en el mismo núcleo familiar a todos aquellos seres que, de una u otra manera, deben limar asperezas, o compensarse deudas kármicas de determinadas índoles. En estos casos, los lazos de la carne, y del parentesco, en la dimensión física, permiten compensarse recíprocamente, fomentar lazos de afinidad, e, implícitamente, recabar el aprendizaje necesario para vivir en armónica cooperación, disfrutando de la interrelación afectiva que se ha desarrollado, a partir de entonces, en una o más existencias.

Se sabe, por las comunicaciones recibidas de diversos entes espirituales, y en diferentes partes del planeta, que, en numerosas oportunidades, el Espíritu afectado por las acciones indebidas de ciertos seres, una vez en la dimensión espiritual, asume la misión de ayudar a quienes le perjudicaron, para que puedan enmendarse y, de esta manera, seguir por la vía del bien. Esto, muchas veces, lo logran durante un gran número de existencias, lo cual implica una elevada cuota de sacrificio, pero, sobre todo, de amor. El amor todo lo puede.

También, por supuesto, ocurre, seguramente más de lo que se piensa, que determinados Espíritus, al igual que lo hace un estudiante cuando elige el maestro, o Instituto con quien, o donde quiere estudiar, solicita al Espíritu elegido la oportunidad de entrar en su núcleo familiar, o de trabajo. Esto tiene múltiples funciones: apoyarse mutuamente y de aprendizaje, tal como ocurre con cualquier aprendiz que solicita ingresar en un determinado Taller artesanal.

Evidentemente, este tipo de cooperación  puede darse en cualquier nivel de la Escala del infinito progreso, ya que, a niveles muy elevados, alguien de menor grado, aunque represente, a su vez, un nivel importante de desarrollo, en esas esferas, un grado inferior equivale, igualmente, a esas polaridades opuestas, entre el bien y el mal, que se observan en la realidad social. El Espíritu de un nivel de conciencia perceptiva, comprensiva y realizadora de grado inferior solicita la oportunidad de encarnar con la familia del grado inmediato superior, a los fines de aprendizaje y superación moral integral. A su vez, éste ser que ha sido beneficiado con la oportunidad inherente, hará, a su vez, lo pertinente para colaborar con aquellos seres que le siguen en la escala inmediatamente inferior. Es la cadena de la solidaridad universal en acción efectiva de cooperación.

Sin duda, allí entra en juego la habilidad del maestro para templar al Espíritu del que ha solicitado su apoyo, para seguir con mayor efectividad por la senda de las virtudes.

Aquí se hace relevante destacar que la misión del ser, en los cuatro reinos naturales, es el estudio de todas las ciencias, de todas las filosofías, de todas las artes y la práctica de todas las virtudes. Al estar preparado para la siguiente fase, aparecen a la vista, los seres con los cuales habrá que formar parte, o familia, para los fines pertinentes. Es la eterna polaridad de un estado de conciencia a otro más elevado.

Es preciso recordar, también, que los amigos forman parte integral de nuestra familia, por los lazos de afinidad y afecto, respeto y amistad, que prevalecen en las interrelaciones, fruto de incontables ciclos de vidas compartidas dando y recibiendo apoyo recíproco en el desarrollo de una obra común. Si miramos con detenimiento, más allá de las apariencias, esa obra común salta a la vista, y es posible contemplarla.

El objetivo eterno de cada ser, en los cuatro reinos naturales, es el de adquirir conciencia de la Divinidad que mora en sí mismo. Que la misma constituye la Divinidad Universal sin haberse separado de sí, y sin haber dejado de ser Ella misma. Luego, percibir que la propia conciencia es una réplica exacta de la de la Divinidad, y de que los atributos divinos que les son inherentes, -valores universales- que la Divinidad tiene desarrollados en todas sus vertientes y variantes, en grado infinito, son los que eternamente desarrollará, sin límites algunos, también en todas sus vertientes y variantes, en ese eterno retorno del ser individual al Ser Universal.

En ese eterno retorno, al igual que el río al recorrer su curso hacia el mar, baña la tierra para alimentarla y volverla más fértil, coadyuvando al sostenimiento de la vida en sus múltiples facetas, el Espíritu contribuye a la expansión de la Creación Universal, de acuerdo a los planes del Gran Arquitecto Universal y a los planes que la Divinidad ha diseñado para cada ser, en los cuatro reinos naturales. 

En la eternidad expresada, y por expresarse, siempre, en tiempo presente, es natural suponer que todos precisamos de todos para realizar los designios de la Divinidad, en los cuales la Divinidad se ayuda a sí misma. No deja de ser un juego de Dios con Dios mismo, por lo cual, no hay que extrañarse que Dios se ayude a sí mismo bajo cualquier expresión de vida en la que se manifiesta.

Adquirir conciencia de esta realidad, en sus ilimitadas variantes,  permite descifrar, comprendiendo mejor, el mecanismo de la vida y de la expansión universal de la Creación.

  1. Pueden los progenitores, por la fuerza de la voluntad y de la oración, atraer en el cuerpo del hijo por nacer, un Espíritu bueno en vez de uno malo?

-“No, pero pueden mejorar el Espíritu del hijo que han hecho nacer y que les es confiado. Es para ellos un deber. Hijos malos constituyen pruebas para los padres”-.

  1. De donde proviene la semejanza de carácter que, frecuentemente, existe entre hermanos, especialmente entre gemelos?

–“Del hecho de ser Espíritus afines; por el grado de semejanza de sus sentimientos, son felices de encontrarse juntos”-.

  1. En los gemelos, cuyos cuerpos se encuentran unidos, quienes tienen órganos comunes, -como es el caso de los siameses-, existen dos Espíritus?

-“Sí; pero por sus semejanzas, parecieran que son uno solo a vuestros ojos”-.

  1. Por cuanto los Espíritus se encarnan en los gemelos por afinidad, de dónde proviene la aversión que algunas veces predomina entre ellos?

-“No es regla absoluta que en los gemelos hayan siempre Espíritus afines. Espíritus malos pueden querer luchar juntos en el teatro de la vida”-.

  1. Qué se debe pensar de las historias de niños que se baten ya en el seno de la madre?

-“Constituyen expresiones empleadas para expresar que su odio es de tal magnitud  que resale más allá de su nacimiento. Cuándo os habituaréis a tener en cuenta las figuras poéticas?”

  1. De donde proviene el carácter especial que distingue un pueblo de otro?

-“Los Espíritus forman familias determinadas por la similitud de las tendencias más o menos puras, según su elevación. Ahora, cada pueblo es una gran familia en la cual se reúnen Espíritus afines, y la propensión a unirse de los miembros de estas familias constituye el carácter distintivo. Creed vosotros que Espíritus buenos y humanos prefieren encarnarse entre un pueblo bárbaro y feroz? No: los Espíritus simpatizan con las masas, como simpatizan con los individuos. En ese caso, ellos se encuentran en el ambiente que les es propio”-.

  1. Manifiesta, el ser humano, expresiones del carácter moral de sus existencias anteriores?

-“Si, puede suceder; empero, él, mejorando, cambia. También la diversidad de condiciones sociales tiene sobre esto una gran influencia: si de condición social relevante se pasa a otra humilde, sus gustos cambiarán del todo, y costará reconocerlo. Es cierto, pero, que, siendo el Espíritu siempre el mismo en las diversas encarnaciones, sus manifestaciones, al pasar de una a la otra, pueden tener ciertas analogías, modificadas solamente por las costumbres de su nueva condición; pero, llega el día en el cual un notable mejoramiento le cambia del todo el carácter, por cuanto de orgulloso y malvado, si se arrepintió, puede transformarse en humilde e humano”-.

COMENTARIO EXEGÉTICO: El Espíritu arrastra en sí, de una vida a otra, el bagaje de experiencias que ha acumulado, en forma de aptitud para percibir, comprender, hacer o dejar de hacer. Esta aptitud, se expresa, también, como carácter, actitud, dignidad y virtudes, en general, en ambas polaridades.

Para un Espíritu acostumbrado a sacar el mejor partido posible, en todas las circunstancias, es indiferente el ambiente en que se reencarna. Aún en situaciones adversas, o aparentemente adversas, sacará los mejores resultados factibles.

Su dignidad se expresará en su carácter como tenacidad, cumplimiento del propio deber, honradez, sentimiento del honor, responsabilidad y anhelo de cultivarse en elevado grado. El nivel alcanzado hasta su última existencia se manifestará en la nueva, en ambas polaridades. Ha cambiado el cuerpo, la vestimenta, o el rol sexual. Ahora puede haber nacido en el sexo opuesto, de acuerdo con la nueva misión que trae, pero, la personalidad expresada es la misma.

Si es un Espíritu muy adelantado, su genio se manifestará en cualquier situación que afronte y realizará su obra maestra, donde otros, de menor desarrollo evolutivo -de conciencia-, en mejores condiciones, no sabrían que hacer con lo que tienen entre las manos. Es una cuestión de visión, y ésta la aporta la aptitud desarrollada por la experiencia inherente, en cada caso y es equivalente al grado de conciencia alcanzado.

Esa es la razón por la cual un humilde subalterno puede mandar y hacerse obedecer aún por los de mayor nivel jerárquico, humanamente hablando. Esto porque, a nivel espiritual, lo que se impone es el estado de conciencia alcanzado, que aporta la visión equivalente, y aquí, el más predomina sobre el menos. Pero, ambos, son eslabones cooperantes de la misma cadena de la fraternidad universal.

Evidentemente, quien sabe ver, percibirá, siempre, el nivel de conciencia que expresa cada ser con quien se entra en contacto, en los cuatro reinos naturales. Es un reconocimiento casi instantáneo. Pero, el que, realmente tiene elevados estados de conciencia, coopera en el desarrollo de quienes le siguen en la escala evolutiva, pero, tiene la vista puesta en quienes les preceden en el camino, tanto encarnados como desencarnados, sin importar las épocas en que han vivido en el planeta, para aprender de ellos. Esa es la razón de su búsqueda constante por el estudio de las obras de su ingenio, de los pensadores de todos los tiempos y países.

A quien lo ha hecho de esta manera en muchos ciclos de vida, en cada nuevo en que reencarne, sabrá lo que debe hacer, ya que, esta aptitud desarrollada forma parte de su propia naturaleza. Aunque en la nueva existencia empieza en las condiciones menos favorables, su Espíritu domina el proceso creativo y de un desierto será capaz de crear un oasis o una fértil zona de cultivos.

Evidentemente, los roles cambian de una vida a otra, y podría asumirse uno nuevo en el cual el Espíritu no tenga experiencias, pero sabrá aprender con facilidad, sin importar el esfuerzo precisado, ya que su experiencia en otras áreas aflorará en cualquier otra en que actúe en un momento dado.

Es lo que ocurre con el método científico en la formación académica; no importa en que carrera se forme; el dominio del proceso de investigación de una le sirve en todas, ya que, al final se trata de trabajar con el qué, con el cómo, con el dónde, con el quién, con el cuándo, con el cuánto y con el por qué debe hacerse.

Conocido el qué, los demás elementos aflorarán por el cultivo del arte, o por intuición o inspiración, o a través del ensayo y el error, hasta alcanzar el resultado apetecido.

La misma vida, a través del mecanismo de necesidades, anhelos o deseos, pondrá en movimiento sus energías creadoras para realizar el plan que, cada ser, trae en cada ciclo existencial, para su realización.

Por supuesto, cada nuevo ciclo de vida, aportará transformaciones en la propia personalidad, y en el carácter, generalmente, de menos en más, aunque puedan haber etapas de aparente estancamiento, al igual que el árbol que se pasma, mientras sus raíces buscan nuevas fuentes de nutrientes. Empero, al encontrarlas, alcanza una frondosidad insospechada que asombra a todos cuanto le vieren en ambas circunstancias.

Por último, recordemos que, cada ser, en los cuatro reinos naturales, es la misma Divinidad manifestada sin dejar de ser la Divinidad y sin haberse separado de la Divinidad, y Ella cuidará de sí misma, por medio del lenguaje de los valores universales expresados en la conciencia. Es que, la conciencia del Espíritu, en los cuatro reinos naturales, es la réplica exacta de la conciencia de la Divinidad. Al mismo tiempo, de acuerdo con las necesidades que el ser afronta, se expresa, en grado equivalente, el poder potencialmente infinito que posee para hacerle alcanzar la satisfacción de la misma, o superar cualquier adversidad, o prueba de vida, para su aprendizaje, o realizar cualquier objetivo de vida.

Conocimiento y poder que la Divinidad posee desarrollado en grado infinito en todas las vertientes y variantes, pero cada ser precisa desarrollar en el eterno retorno del ser individual al Ser Universal, sin alcanzar jamás la totalidad, ya que siempre encontrará un más allá en progreso, afortunadamente.

 Empero, es el eterno trabajo que la Divinidad realiza, por medio de la diversidad, para desarrollar su propio potencial infinito, en la expansión de la Creación, donde nada permanece estático, ni para siempre, sino que, a través del cambio incesante, realiza su propósito cósmico.

  1. El ser humano, en sus diversas encarnaciones, manifiesta los rasgos físicos de sus existencias anteriores?

-“El nuevo cuerpo no tiene con el de una existencia anterior ningún rapport.  Empero, el Espíritu se refleja en el cuerpo, y, si bien éste no sea más que materia, es modelado, por otra parte, sobre las capacidades del Espíritu, que les imprime un cierto carácter, especialmente en la cara. Se dice, generalmente, que los ojos son el espejo del Espíritu, es decir, que el Espíritu se expresa más particularmente sobre la cara, lo cual es cierto, por cuanto, una persona, aunque físicamente de poca belleza, tiene en sí algo que gusta, cuando posee un Espíritu bueno, sabio, gentil, mientras que existen caras bellísimas, que no poseen atractivo alguno, más bien inspiran aversión. A primera vista, parecería que solamente los cuerpos hermosos deberían ser los vehículos de los Espíritus mejores; empero, en realidad, cada día se encuentran seres humanos de bien bajo aspectos de menor belleza física. En conclusión: la paridad de gustos y tendencias puede dar a los cuerpos, no una semejanza pronunciada, sino lo que se dice, normalmente, un aire de  familia”-.

Por cuanto el cuerpo, que reviste el Espíritu en una nueva encarnación, no tiene relación con el de la existencia precedente, sería absurdo deducir una sucesión de existencias de una semejanza fortuita. Todavía, las cualidades del Espíritu modifican, frecuentemente, los órganos, que sirven a sus manifestaciones, e imprimen, en el rostro, y en el conjunto de los modos, un carácter particular. Por lo cual, debajo de los más humildes rasgos físicos se puede encontrar la expresión de la grandeza y de la dignidad; mientras que, debajo del vestido del gran señor se observa, alguna vez, la de la bajeza y la de la ignominia. Ciertas personas, en el ambiente de su nueva existencia, toman las costumbres y las maneras de la nueva sociedad con tanta naturalidad, que parece como si se encontraran en su elemento; otras, en su polaridad opuesta, no obstante su nacimiento y condición, se encuentran siempre como peces fuera del agua. Cómo explicar estos hechos, sino como manifestaciones de lo que ha sido el Espíritu en anteriores existencias?

IDEAS INNATAS

  1. El Espíritu encarnado conserva, quizá, alguna huella de las sensaciones tenidas y de las nociones conquistadas en existencias anteriores?

-“Le queda una vaga remembranza, es decir, lo que suele denominarse ideas innatas”-.

Entonces, la teoría de las ideas innatas no es una quimera?

-“No. Las cogniciones adquiridas en cada una de las existencias no se pierden. El Espíritu, separado de la materia, las recuerda siempre. Durante la encarnación puede olvidarlas en parte; pero, la intuición que le queda, ayuda su avance evolutivo, sin el cual debería recomenzar siempre del inicio. A cada nueva encarnación, el Espíritu toma su punto de partida desde aquel en el cual quedara en la precedente”-.

-Por lo cual, entre dos vidas, existe una gran conexión?

-“No siempre así de grande como podréis creer, por cuanto, como fue observado, las condiciones son, frecuentemente, muy diferentes, y, en el intervalo el Espíritu ha podido progresar”-. (ver nº 216).

  1. Cuál es el origen de las facultades extraordinarias de quienes, que, sin precedente estudio, parece que tienen la intuición de algunas partes del saber, como las lenguas, del cálculo y similares?

–“La remembranza del pasado, el progreso antecedente del Espíritu, del cual ellos mismos no tienen conciencia. De dónde quisierais que provengan? El cuerpo cambia, pero el Espíritu no, si bien muda el involucro exterior”-.

  1. En el cambiar del cuerpo, se puede perder alguna facultad intelectual? No tener más, por ejemplo, el gusto artístico?

–“Sí; si el Espíritu ha desvirtuado esta facultad haciendo mal uso. Empero, por otra parte, una facultad puede permanecer dormida durante una existencia, por cuanto el Espíritu quiere ejercitar otra con la cual no tiene relación alguna; en tal caso aquella queda en el estado latente para reaparecer más tarde”-.

  1. Es, quizá, a un recuerdo retrospectivo que el ser humano debe, aún en el estado primitivo, la noción instintiva de la existencia de Dios y l presentimiento de la vida futura?

-“Sí: a la remembranza de lo que ya sabía como Espíritu antes de haber encarnado; pero el orgullo frecuentemente sofoca este sentimiento”-.

Son debidas a este mismo recuerdo algunas creencias relativas a la doctrina espírita que reencontramos en todos los pueblos?

-“La doctrina espírita es antigua cuanto el mundo, y se reencuentra en todas partes: prueba ésta de su verdad. El Espíritu encarnado, manifestando la intuición de su estado de Espíritu, tiene la conciencia instintiva del mundo invisible; empero, frecuentemente, la falsean los prejuicios, y la ignorancia le agrega la superstición”-.

QUÉ SIGNIFICA SER MASÓN?

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QUÉ SIGNIFICA SER MASÓN?

©Giuseppe Isgró C.

Many P. Hall, en un trabajo intitulado: “MASONES, ¡DESPERTAD!, expresa lo siguiente:

-“Nuestro credo y la Orden reclaman lo mejor de vosotros; exigen la santificación de vuestra vida, la regeneración del cuerpo, la purificación del alma y la ordenación de vuestro espíritu”.

“Vuestra es la gloriosa oportunidad; vuestra la trascendental responsabilidad. Aceptad la tarea y seguid los pasos de los maestros masones que en el pasado, con el flamígero espíritu de la Orden, han iluminado el mundo. Tenéis un gran privilegio, el privilegio de la obra iluminada. Conocéis los objetivos para los cuales trabajáis, mientras muchos otros, los más, luchan todavía en las tinieblas. Vuestros trabajos no deben confiarse únicamente a la logia, porque el Masón debe irradiar las cualidades de la Orden. Su luz debe brillar en el hogar y los negocios, glorificando así su asociación con sus semejantes. En la logia y fuera de ella, el Masón debe representar la más elevada fructificación del esfuerzo sincero y ser modelo de fe y constancia en toda labor que emprenda”.-

Al preguntársele al aprendiz Masón qué entiende por Masonería, éste contesta: -“El estudio de las ciencias, las filosofías, las artes y la práctica de todas las virtudes”. Seguidamente, se le inquiere “lo qué es un Masón”; a lo cual responde: -“Es un hombre libre, amante de su Patria, fiel a las leyes y amigo de los hombres cuando son virtuosos”. Aquí tenemos la clave para destacar la importancia y el significado de ser Masón.

-El Masón, estudia las ciencias, las filosofías y las artes y práctica todas las virtudes de acuerdo con los valores universales.

Se prepara para desarrollar, con la máxima efectividad, su misión en la vida, aprendiendo cómo alcanzar el supremo objetivo de la existencia humana: la sabiduría de los valores universales y el dominio de las leyes que rigen la naturaleza, a los seres, y sus interrelaciones, para realizar la gran obra universal, y dentro de ella, las metas que le son asignadas por el Orden Cósmico.

A través de la sabiduría y del dominio de las leyes que rigen a los seres en el vasto taller que constituye la naturaleza, el Masón ensancha la visión de la conciencia universal y acrecienta el sentido direccional de la vida. Utiliza su mejor instrumento que es la mente, en todos sus niveles y facultades: conscientes, psiconscientes, espirituales  y cualquier otra dimensión energética o esfera potencial que le sea inherente y proyecta, en forma creativa e innovadora, de manera segura y efectiva, toda la capacidad de auto-expresión de la cual es capaz en las realizaciones personales, alcanzando siempre mejores niveles de excelencia.

En primer lugar, en cada etapa, el Masón se forja un objetivo básico en la vida, como una forma efectiva de auto-expresión hacia el cual encauzar toda su capacidad creativa, constructiva y realizadora.

Conoce la dirección en que ha de avanzar y en cuanto tiempo alcanzar la preciada meta, en cada etapa de su vida.

A través del desarrollo personal constante, se  convierte, cada día más y mejor, en un canal de expresión de la sublime sabiduría y luz creadora, en la transmisión de un saber eterno que es, constantemente, fuente donde beben, y lo hacen siempre, todos los seres libres que se alimentan de los frutos eternos de la sabiduría, en acción constante de auto perfeccionamiento en pos de grandes ideales que glorifican a la humanidad, en un mundo de progreso, paz y amor, en la espiral evolutiva, dentro del Círculo y el Signo Más, es decir,  en la Rueda de la Vida.

Siempre ha existido un saber profundo. Los hijos e hijas de la luz son sus canales de expresión, en armonía con todos, de acuerdo a la voluntad regidora del universo y desde la fuente interior del poder, de la luz, del amor y de la sabiduría de los valores universales. De las moradas superiores donde los valores universales han sido desarrollados en su más alto grado de expresión, en forma gradual, de acuerdo al propio requerimiento, el Masón percibe, automáticamente, todo el conocimiento que precisa para realizar, oportunamente, su obra de vida, en todas sus fases evolutivas.

El Masón, al perfeccionarse en la ciencia, en el arte y en la filosofía universal, en el desarrollo de la Gran Obra, en su auto-transmutación constante, en la eterna polarización,  va tallando y modelando la piedra bruta, hasta convertirla en cúbica, modelo de perfección y autorrealización, con lo cual se constituye en un canal de la Inteligencia Infinita y de la sabiduría de los atributos divinos o valores universales.

En estas labores de preparación, el Masón lleva a cabo las siguientes prácticas y realizaciones:

  1. Estudio constante

Estudio Constante, de todas las ciencias o ramas del saber humano, con el fin de acrecentar la visión universal; del pasado, para saber de donde proviene todo lo que se conoce, y profundizar el presente, para ubicarse, adecuadamente, en el desarrollo y ejecución de su obra, con lo cual proyecta,  con seguridad, la programación de sus metas u objetivos, conociendo la tendencia natural de los ciclos evolutivos a través de las distintas épocas pasadas, presentes y futuras.

El Masón estudia la Doctrina Universal, los libros sagrados de la humanidad, la filosofía, los clásicos, la historia y los ensayos de los grandes pensadores de todos los tiempos y países. Efectúa una síntesis del saber universal, adecuando, en forma práctica y efectiva, a los fines del espíritu de los tiempos, el conocimiento que, con su estudio y dedicación, asimila.

  1. El amor

El Masón potencia en si el amor como  valor universal y virtud y expresa, en su ser y en todas sus actuaciones, la sabiduría y comprensión de las Leyes Cósmicas, el poder y la luz, la vida y la energía abundante y perdurable, la voluntad divina y la persistencia, la visión y la conciencia cósmica, cada vez en un mayor nivel  de manifestación, en cualquier plano existencial en que actúa.

El Masón siente un profundo amor hacia todos los seres y expresiones de vida y, por sí, con lo cual manifiesta el sublime amor hacia el Creador Universal.

Para cumplir con los propósitos de la Creación, según los planes trazados por el Gran Arquitecto del Universo, la Gran Ley Síntesis, el Amor, dispone de leyes ejecutoras cuyos valores universales conforman los sentidos cósmicos o direccionales del universo y de todos los seres o manifestaciones de vida.

Cada día conoce más y utiliza mejor los sentidos direccionales  conformados por los valores de las leyes universales, cuyo ejercicio constituye la práctica de todas las virtudes. Con la aplicación del poder del amor, que se manifiesta en el ser a través del sentimiento, desarrolla, optimizando, el sentido de la sabiduría y/o de la prudencia.

  1. La Justicia

El valor de la justicia está simbolizado por la balanza donde se pesan los hechos y los resultados que los mismos arrojan y el fiel indica la suma existencial cuya carga magnética se ubica, instantáneamente, en el lugar que le corresponde, en el esquema cósmico. Comprende a fondo el valor de la justicia en todas las variantes posibles en la infinita escala evolutiva y su interrelación con los demás valores universales; su manifestación es veraz, objetiva, y aún en su mayor rigor, una expresión del amor, conformando, en los seres, el sentido de la medida, el cual indica dirección y expresa cuantificación.

El Masón permite que la ley de la justicia mantenga estable el equilibrio cósmico en su actual ciclo existencial. Sus principios, y el de los valores interrelacionados, rigen su conducta en el cumplimiento de su misión cósmica. Desarrolla el sentido de la medida y la conciencia de sus  deberes, necesidades y derechos. Cumple sus  compromisos y permite que los demás los cumplan con él, precisando, siempre, los términos de las obligaciones recíprocas, en cada transacción, para un perfecto cumplimiento. Respeta el derecho ajeno en todas sus formas y manifestaciones. La balanza de la justicia guía todas sus  decisiones y acciones.

  1. El orden

El valor universal del orden es regido por la ley de afinidad, de acuerdo al veredicto dictado por la ley de la justicia, en base a cuyo resultado ubica o reubica, a los seres y cosas, por su suma existencial, grado de afinidad, simpatía o similitud, conformando un sistema y orden armónico, coherente y equilibrado, en coexistencia unida, como los eslabones de una cadena, donde, de conformidad al grado evolutivo, cada quien rige en el grado inferior y a su vez le rige el superior en el cumplimiento de la propia misión cósmica.

El Masón busca y encuentra el orden cósmico que, de acuerdo al total de la suma existencial de su vida y a los Planes del Gran Arquitecto del Universo, en cada época, le  corresponde, en el Quehacer Universal, el cual acepta y optimiza en pro de su  crecimiento espiritual.

En correspondencia con la Ley de Afinidad, desarrolla su  sentido del orden y se  ubica, constantemente, en el lugar y tareas que mejor aprovechen su potencial espiritual. Así es. Así sea.

  1. La igualdad

Comprende el valor universal de la igualdad y desarrolla, suficientemente, su sentido de la equidad, frente a la vida, al esquema cósmico y a la obra por realizar en el quehacer universal, en cada esfera mental o grado evolutivo.

La ley de la igualdad permite que se tenga iguales oportunidades que todos, en cada fase evolutiva, por lo cual, se puede  tomar cada cosa, o, realizarla, siempre y cuando se pague el precio correspondiente, en dinero, esfuerzo, estudio, trabajo, dedicación, etcétera. De igual manera, la ley de la igualdad se manifiesta, equitativamente, en el cumplimiento de los deberes y goce de los derechos, recibiendo, en cada caso, la justa compensación de acuerdo a los resultados obtenidos en el quehacer cósmico.

El Masón sabe que todo ser humano tiene el mismo derecho de evolucionar y convertirse, cada día más y mejor, en un canal supremo de sabiduría. A pesar de las eventuales diferencias sociales, culturales, etcétera, tiene un profundo respeto, y amor, hacia todo ser humano, -y expresión de vida-, por cuanto, al igual que él, es depositario de la sublime chispa divina del Gran Arquitecto del Universo, y todo ser, en un momento dado, ocupa un lugar y función en el orden universal, que debe respetar, aceptándolo.

  1. El servicio

 y la compensación

El Masón tiene la percepción clara y completa de la importancia del valor universal del servicio, en cuya práctica se ejercita, cada día, como un poderoso canal del bien y del progreso, con lo cual, aún cuando lo hace en forma desinteresada, pone a trabajar, en su favor, la grandiosa ley de  compensación, conquistando la solidez espiritual y material que requiere para el desarrollo de su  aporte en la Gran Obra.

Cada día asimila mejor el valor universal de la ley de compensación, afirmándolo en su personalidad, y optimiza su sentido de la reciprocidad en todas las cosas.

El Masón entra en la fuente interior del poder, en su Logia, planteándose:

-¿Cómo puedo cooperar más útilmente con los planes cósmicos?

-¿De qué manera puedo interpretar los valores universales contenidos en las leyes cósmicas y cumplirlas en mi misión en la vida, como práctica de todas las virtudes?

-¿Cómo puedo desarrollar más efectivamente mi visión espiritual y el sentido direccional de la vida?

La visión interior –por medio de la intuición y la inspiración- le proporciona, al Masón,  la respuesta respectiva, oportunamente.

  1. La libertad

La percepción del valor universal de la libertad le faculta con el sublime atributo de ser libre de descifrar los arcanos cósmicos hasta donde su evolución alcance, cada vez en un mejor nivel. El Masón es independiente y se mantiene en armonía y cooperación cósmica.

Con libertad, respetando las leyes naturales, las del país en que vive y amante de la Patria, realiza las concepciones, -percibidas por su  mente-, que debe llevar a cabo.

El Masón ejerce su capacidad de libertad para el bien supremo, de acuerdo a la correcta visión de las cosas, usando, adecuadamente, el poder creativo, cumpliendo sus deberes y satisfaciendo sus  necesidades plenamente.

Cada día desarrolla más y mejor el sentido de la aceptación o libre albedrío, en todas sus  actuaciones.

Ha recibido –y aceptado, del Creador Universal, la investidura del poder de la elección y ejerce las funciones de su ejercicio con la visión de la sabiduría de los valores universales inherentes en cada caso.

Tiene  la facultad de solicitar a la vida lo que requiere en el desarrollo de su obra, de acuerdo al esquema cósmico; empero, ésta, sin él solicitarlo, siempre le  provee con tiempo de los recursos necesarios en cada etapa de su realización. Cada vez que se encuentra con la preparación suficiente, la vida le presenta la nueva oportunidad, casi siempre como situaciones por resolver, las cuales asume con firme decisión, aprovechándolas como medio efectivo de crecimiento personal y espiritual.

En cada acto de elección, el poder creativo de su mente psiconsciente actúa decretando los resultados adecuados que deben plasmarse y, siempre, oportunamente, se expresan de la mejor manera posible.

El Masón cada día desarrolla sus habilidades para decidir acertadamente, eligiendo los cursos de acciones que mejor aporten el mayor grado de certidumbre en cuanto a los resultados apetecidos y al más bajo costo de oportunidad.

En cada decisión, el Masón sigue los siguientes pasos:

  1. Define el objetivo por realizar, por escrito.

  2. Analiza el objetivo y lo divide en sus unidades de realizaciones parciales en estricto orden prioritario.

III.   Busca, creativamente, todas las alternativas factibles de aportar  soluciones.

  1. Evalúa cada una y elije la mejor.

  2. Con cada elección, toma la decisión respectiva y emprende con expectativa positiva la acción correspondiente, en grado suficiente, hasta alcanzar los resultados esperados, con voluntad decidida y plena confianza en él, en las leyes y principios universales y en la vida.

  3. Cada vez que decide, entra, instantáneamente, en la fuente interior de poder de su mente psiconsciente, activando su  visión cósmica en grado suficiente y alcanza la conciencia clara del curso de acción que debe elegir, optimizando su poder de elección.

VII.   Con cada decisión adoptada genera, oportunamente, el poder creativo, en grado acorde a la magnitud de la tarea por realizar, en calidad y cantidad, de acuerdo con la ley de la libertad cósmica.

VIII.   Su determinación, asunción del logro, voluntad tenaz y constancia, imantan los resultados necesarios y adecuados, en cada caso, siempre a tiempo.

  1. La fortaleza

El Masón cultiva la fortaleza como valor universal y virtud fundamental que permite canalizar, en su  personalidad, este atributo divino, percibiendo, en primer lugar, el potencial de poder con que ha sido dotado por el Creador Universal, para afrontar con confianza la tarea evolutiva, en el espacio y tiempo; consciente de que por medio de la fortaleza es el poder creativo del universo el que está usando en la proporción equivalente a su estado de conciencia; en primer lugar, desarrolla su compresión de todos los valores universales de manera que, en el ejercicio y aplicación de esta virtud, lo haga con la guía de la prudencia, la sabiduría, la justicia, la compensación, la igualdad, la templanza, la serenidad, el autodominio, el ánimo contento, la dulzura, la generosidad y el amor; de esta manera, utiliza  siempre la fuerza necesaria dentro de los justos límites de la equidad, el respeto, la cortesía, el equilibrio y el bien común. Con el ejercicio de la fortaleza, en todas sus variantes, como confianza, valor, coraje, alegría, paciencia, tenacidad, constancia, resistencia, austeridad, comprensión, salud, etcétera, es siempre fuerte en el amor, en la justicia,  en la verdad, en el logro de todas sus metas, siempre y en la superación satisfactoria de todas las pruebas existenciales.

  1. La templanza

El rasgo que denota la máxima maestría frente a la vida es la templanza, valor universal cuyo ejercicio como virtud permite la realización de todas las cosas dentro del perfecto y justo límite del equilibrio total, con lo cual, el Masón expresa en él, el autodominio, la calma imperturbable, la serenidad, la impasibilidad, la moderación, la humildad, la estabilidad, el ánimo tranquilo, el silencio creativo y la conciencia en paz.

El Masón aplica la templanza en el ejercicio del amor, de la justicia, de la fortaleza y en todos los actos de su vida, como en el hablar, en el comer, en el beber, en el trabajo, en la recreación y en la abundancia.

  1. La belleza

El Masón percibe que la belleza, como valor universal, expresando la perfecta armonía y orden de todos los elementos que intervienen en la realización de una obra, en el desarrollo de las cualidades que ornamentan la personalidad y en la estética personal y social en general.

La belleza refleja el perfecto equilibrio universal y, silenciosamente, expresa su veredicto como valor paralelo a la justicia; ésta sopesa los hechos y el fiel índica la suma existencial; aquella, lo hace mediante la estética; lo externo índica la composición armónica interna.

La belleza es la justicia estética, por lo cual, el Masón, al cultivarla en elevado grado, todas sus obras expresan la excelencia de su valor universal, cada día mejor.

El Masón perfecciona  la belleza como virtud en el amor, en la sabiduría, en la fortaleza, en la templanza, en la conservación de su cuerpo como templo divino, en el hablar, en el conducirse por la vida, en el vestir, en los hábitos y costumbres y en todo aquello en que, la sublime cualidad, pueda manifestar en él, o en sus actos, la jerarquía de la luz espiritual de la que es cada día mejor instrumento de expresión.

  1. El perdón

El Masón percibe que, en el camino de la vida, todos los seres están en un aprendizaje constante y que la misma vida es la gran pedagoga, la que, actuando por medio de la conciencia del ser, le hace percibir de lo que es correcto de acuerdo a los valores universales y de cuales deben ser las acciones correctas en correspondencia con la práctica ideal de todas las virtudes. Es la misma vida la que conduce, a cada persona, a efectuar las correcciones pertinentes a cada situación y caso; por lo cual, en toda acción, cada vez que el percibe que alguien lleva a cabo algún tipo de conducta que en relación con su  persona la estime inadecuada, emplea el ejercicio del perdón, como valor universal, con la finalidad de que el mecanismo de la justicia divina, y de la vida en general, se haga cargo de la situación, efectuando las respectivas compensaciones, correcciones y restablecimiento de la armonía y orden respectivos.

  1. La conciencia

El resultado de cada una de sus acciones y realizaciones, dado por la balanza de la ley de la justicia y demás leyes ejecutoras del amor, se manifiesta en el Masón como clara conciencia del orden cósmico que le corresponde, el cual acepta y, al que debe aspirar, acto seguido.

El Masón comprende que la posición alcanzada, en el orden cósmico, genera la necesidad, el deber, y el derecho, de pasar a la siguiente, en escala de evolución ascendente. Tiene conciencia de donde viene, donde está y hacia donde va.

El Masón optimiza su sentido de responsabilidad; tiene  clara conciencia de sus deberes y necesidades, así como de la forma correcta de satisfacer estas últimas, y, de que es  responsable de ejecutar las tareas de las cuales tiene  conciencia que deben ser realizadas y, que, una vez llevadas a cabo, implican una compensación equivalente para él, aprovechando, en cada caso, la oportunidad que la vida le brinda como medio de autorrealización.

La conciencia es el asiento del Creador Universal dentro del espíritu, por medio de la cual Él se comunica con cada ser  usando el lenguaje de los sentimientos equivalentes a cada uno de los valores universales, cuya expresión percibe como conciencia intuitiva que le permite conocer el veredicto de la ley cósmica como señal de alerta en todas sus intenciones y como sentencia en los  actos ejecutados. A través de la conciencia Él ejecuta su rol de Pedagogo Universal.

 Igualmente, el Masón puede comunicarse  a cada instante con Él, si lo desea, usando el lenguaje de los sentimientos del amor, de la gratitud, de la admiración y cualesquiera otros equivalentes con los valores universales, así como por el pensamiento, en forma directa y sin intermediarios, como un hijo o hija con su padre o madre, cuya conciencia de la unión perfecta e indisoluble que forma con él se fortalece cada día más y mejor.

La conciencia intuitiva le transfiere, también, todas las informaciones que su espíritu percibe por intermedio de la proyección espiritual en el espacio y tiempo, a través de cada una de las facultades espirituales que les son inherentes, las cuales son transferidas a la conciencia objetiva como percepciones intuitivas o inspiraciones por la comunicación del pensamiento dentro del pensamiento, de entes afines o guías y protectores espirituales.

Cada día más y mejor, tiene conciencia y comprensión de todo, en todos los niveles y esferas mentales del Universo, de acuerdo a su  grado de progreso.

La conciencia del ser, -en los tres reinos naturales- es una réplica de la del Creador Universal, así como la tierra, en cualquier lugar, es la misma tierra, variando, únicamente, el grado de composición de los elementos que la conforman, al igual que el nivel evolutivo del ser determina que en unos el estado perceptivo de la conciencia sea más sensible que en otros. Empero, en toda conciencia se expresa en análoga forma la acción pedagógica del Creador Universal por medio del lenguaje de los sentimientos en correspondencia con los valores universales. Aquí reside el supremo secreto sobre el cual es preciso meditar para descifrarlo.

  1. La tolerancia

El Masón desarrolla toda acción dentro de los límites de la tolerancia que cada situación permite, conservando el perfecto equilibrio y la armonía con todos y, en todo.

El Masón construye, estimula,  crea, ayuda, tolera. Jamás critica ni se expresa negativamente de ningún ser humano. Está consciente del poder creativo y positivo que existe en los seres, y, en silencio, privadamente, alienta, -y estimula- a quien lo requiera.

Conoce  las fortalezas humanas, por lo cual es exigente conmigo pero tolerante con los demás, porque él sabe que el mejor medio que dispone para ayudar a perfeccionar a la humanidad, es el de auto-perfeccionarse.

  1. La disciplina personal

El Masón es un Espíritu cada vez más sabio y lúcido, con un alma armoniosa y equilibrada y un cuerpo perfecto y saludable. Su  mente y su cuerpo funcionan perfectamente en todos sus niveles. Respira correctamente. Cada órgano y célula mantienen su buen funcionamiento y capacidad para restablecer el equilibrio energético, constantemente; renovándose, oportunamente.

Cada día aumenta su conciencia de cuales son los alimentos –y cantidades adecuadas- que debe ingerir para optimizar la máxima performance de su organismo; mantener una salud robusta y estable y, una efectiva longevidad.

Todas las noches, el Masón practica la relajación completa, desde los dedos de los pies a la cabeza; lo hace así:  centra la atención en cada parte de su cuerpo, adquiere conciencia de la misma, la relaja bien, percibe una sensación de calor, siente el fluir de la energía y visualiza un halo luminoso que emana de la respectiva área y, en cada órgano que desea fortalecer, hace  una inspiración contando seis, reteniendo el aire –pulmones llenos- contando veinticuatro, visualizándolo, al mismo tiempo, en perfecto funcionamiento. Al terminar, visualiza escenas de calma y armonía de la naturaleza. Duerme y reposa profundamente, recuperando la energía vital suficiente.

Cada mañana practica el ejercicio adecuado, el yoga, el tai chi, largas caminatas, la meditación, entre otros de su preferencia, y realiza diez respiraciones profundas, reteniendo el aire, durante 24 segundos, cada vez.

El Masón afirma, diariamente: –Aquí y ahora, se establece la salud perfecta. Mi mente psiconsciente mantiene, permanentemente, la optima salud, normalizando, automáticamente, todo lo que sea requerido, conservando en el mejor nivel mi equilibrio vital,  vigor, energía, fortaleza física, mental, emocional y espiritual y juventud ideal.

Controlo las imágenes mentales y la canalización adecuada de mi potencial creativo. Mantengo la salud anímica a través del cultivo de las emociones positivas, inspiradas por elevados sentimientos de amor, justicia, bondad, fortaleza, fe, autodominio, serenidad, perdón, paz, tolerancia, prudencia y equilibrio.

Potencio la lucidez de mi espíritu; mantengo perfecta sintonía con las fuerzas cósmicas adecuadas y acoplo mi acción con los planes universales.

Me yergo espiritual, anímica, intelectual y físicamente.

Desarrollo mi capacidad de trabajo, incrementando, cada día más y mejor, la productividad y resultados económicos de mi actividad profesional, cuyo uso optimizo.

Actúo con auto-confianza, valor, prudencia, templanza, ánimo contento, comprensión, autodominio, serenidad, perseverancia, decisión firme, humildad, paciencia y conciencia de lo justo. Guío a mi familia con afecto y dignidad, propiciando su máximo bienestar y desarrollo, constantemente.

Alcanzo el equilibrio perfecto entre estudio, trabajo y descanso.

Me comunico excelentemente. Escucho con empatía. Armonizo mi vida con el Creador Universal y desarrollo mi capacidad para tratar con las personas y todas formas de expresión de vida, con el fin de participar efectivamente en la Gran Obra de la evolución cósmica.

  1. Claves  de las grandes realizaciones

El Masón conoce y aplica las claves que permiten las grandes realizaciones, por lo cual:

  1. Llama y le abren: todas las puertas que deben ser abiertas y la cosmogonía.

  2. Da y recibe: el amor y la totalidad de lo que corresponda en cada etapa, en el eterno presente.

    III.      Ama y descubre: la sabiduría.

  1. Busca y encuentra: la verdad universal, en la espiral evolutiva de la Rueda de la Vida,  en el eterno presente.

  2. Pregunta, a su mente psiconsciente en conexión divina, tres veces, en la fuente interior del poder y obtiene: la respuesta a todas las preguntas y la comprensión y luz espiritual, en cada caso, oportunamente.

  3. Pide y la vida le concede: la oportunidad de cooperar en la realización de la gran obra de acuerdo con los planes cósmicos de acuerdo a su propia capacidad de asunción de objetivos.

    VII.      Percibe su lugar en la vida y toma: posesión del mismo, por medio del servicio.

VIII.      Trabaja con efectividad y capitaliza: la compensación y el respectivo salario cósmico.

  1. Estudia los valores universales y amplifica: su visión cósmica.

  2. Perdona y logra: la auto-liberación y por la acción de la ley divina, la respectiva compensación cósmica.

  3. Practica y adquiere, gradualmente: la experiencia y la maestría del ser en el ejercicio de todas las virtudes.

   XII.      Actúa y tiene: el poder para hacerlo.

XIII.      Persiste, hasta que la mente interior se haga cargo del asunto, activando los poderes creadores de la mente, y llega a la meta. 

  XIV.      Visualiza los resultados finales realizados y abre: el camino interior para su logro.

  1. Aplica su voluntad en cooperación con los designios supremos y alcanza: la armonía cósmica.

  XVI.      Apunta a un objetivo a la vez y: uno a uno, por su respectivo orden prioritario, los realiza todos, oportunamente.

XVII.      Comprende la ley de la provisión divina y acepta: la abundancia que le está asignada, periódicamente, administrándola cada día mejor.

XVIII.      El Masón afirma: Aquí y ahora se establece el orden divino de acuerdo a los planes trazados por el Gran Arquitecto del Universo. Hecho está.

  1. El poder de los hijos de la luz

En su avance por la existencia humana, en el eterno presente, aplica las cuatro claves o símbolos de la Esfinge, las cuales son: 1) La cabeza humana de la Esfinge, como símbolo del saber que otorga la visión existencial y del universo; las alas de águila, en representación del querer  y de la voluntad indispensables para emprender toda acción para ascender en la espiral evolutiva;  sus patas y pecho de león, que otorgan la fortaleza para osar en descifrar los arcanos universales y realizar la propia cuota de servio en la Gran Obra; y, la parte posterior e inferior de toro como expresión máxima del poder, que solo  en el callar es posible alcanzar..

SABER

A través del saber, adquiere conciencia, en todo momento, de la dirección correcta a seguir y de lo que conviene hacer. Tiene claro, en la mente, el objetivo básico de la vida, y, concentra toda su fuerza creativa para alcanzarlo con éxito. En su realización,  el Masón sabe:

QUERER

El Masón es un canal del poder supremo y creativo del universo y lo aplica para realizar tanto sus propios objetivos como para ayudar, a través del servicio, a sus semejantes, a la Patria y a los hijos e hijas de la luz, de quienes, con sano orgullo y amor, forma parte.

La clave superior para aplicar, creativa y efectivamente, dicho poder, consiste en querer intensamente realizar el objetivo o proyecto concebido y visualizado en la pantalla mental.

Aprendiendo, cada vez en un mejor nivel, y usando el arte y el  poder de querer, puede:

OSAR

A dar el primer paso y emprender la acción decidida, firme y perseverante, en el espacio y en el tiempo suficientes, que ha de conducirle a la anhelada meta.

Afrontando la realidad con serena confianza, calma imperturbable y expectativa positiva;  mostrándose impasible frente a lo desconocido y al enigma que, periódicamente, le toca descifrar.

Sigue siempre adelante, aplicando su conocimiento, prudencia, sentido de la justicia, fortaleza, templanza y creatividad frente a toda situación y efectúo la realización  de la gran obra, que, en cada etapa,  le compete en los planes cósmicos, cada vez en un mejor nivel.

El Masón aprende que, después de saber, querer y osar, como regla máxima y suprema que evidencia su filiación de la Luz Universal, debe:

CALLAR

Callando, hablan sus obras, virtudes, poder y sabiduría, con humildad, dulzura, armonía, serenidad, paz, gratitud y amor, porque, recuerda siempre que, en silencio germina toda semilla en el seno de la tierra y realiza su obra la Naturaleza.

¡Que el Gran Arquitecto del Universo proteja, ilumine y guíe a los hijos e hijas de la luz y a toda la humanidad, en el Planeta Tierra y en todos los mundos del universo, en el cumplimiento de su misión cósmica y en la perfecta expresión de la vida, de la luz, del amor, de la sabiduría, del orden, de la  armonía, de la justicia, de la fortaleza, de la templanza, del equilibrio, del progreso y de la Paz Universal, aquí y ahora. Hecho está.

Deseo concluir esta explicación, con la antigua plegaria de los FRANC MASONES: -¡QUIERA DIOS PROTEGER A LA ORDEN!

Adelante.

EL PODER DE LA MEDITACIÓN

AUTODOMINIO

EL PODER DE LA MEDITACIÓN

©Giuseppe Isgró C.

Del libro: Cómo potenciar el Autodominio

 -“Si meditamos sobre asuntos elevados, sobre la sabiduría, el deber, el sacrificio, nuestro ser se impregna poco a poco de las cualidades de nuestro pensamiento”-.

-“…Con la meditación, el espíritu se concentra; se vuelve hacia el lado… solemne de las cosas; la luz del mundo espiritual lo baña con sus ondas. Hay alrededor del pensador, grandes seres invisibles que no desean otra cosa que inspirarlo; es en la media luz de las horas tranquilas o bien bajo el discreto reflejo de su lámpara de trabajo como pueden mejor entrar en comunicación con él”-.

León Denis

 

Qué es la meditación?,  -se pregunta la persona que inicia el sendero de la sabiduría.

Luego, la misma persona, en forma gradual, va percibiendo que la meditación es una comunicación con el psiconsciente, -es decir, una interiorización en el yo interno, -espíritu- previo adormecimiento de los sentidos físicos para que se activen las facultades espirituales,  conscientemente o no, en cuyo estado de conciencia expandida se reflejan, en la pantalla de la mente, los aspectos esenciales de la propia vida que es preciso atender de acuerdo a su estricto orden prioritario de acuerdo a la escala jerárquica de necesidades o propósitos existenciales.

La expansión de la conciencia, permite percibir, por intermedio de cualesquiera de las facultades espirituales del ser, –activadas durante el proceso de la meditación-, la respuesta a las inquietudes de los tiempos por medios de lecturas de contenidos mentales en las mentes de seres que contengan la información, a nivel de encarnación física o en la dimensión espiritual, en este planeta o en la inmensidad de mundos habitados en cuya evolución se haya efectuado el progreso que ahora aflora en el planeta de turno, en este caso, la tierra.

La meditación, permite reflejar, en la conciencia, los hechos que con urgencia deben resolverse y las ideas creativas que pueden facilitar su solución. Es decir, genera la percepción de las prioridades existenciales sobre cuya reflexión se alcanza un estado de iluminación, conocimiento intuitivo, inspiración, visión de la realidad, -en base a la inquietud de los tiempos-, que permite saber lo que se debe hacer, el cómo realizarlo, el cuánto, el cuándo, el dónde, el quién y el por qué.

Se obtiene la respuesta a toda pregunta, o inquietud, si se aplica la técnica correcta y se le da, a la mente creadora, el tiempo suficiente para responder, pero, sobre todo, si se le presta la debida atención a la visión percibida, aceptando como válida la primera impresión.

La mente creadora puede alcanzar, a través de la meditación, el estado de iluminación suficiente para deducir la visión precisa que le permita comprender los valores universales y su vinculación con cada hecho y acto humano.

A través de la meditación reflexiva, la mente creadora alcanza la fuente donde reside el conocimiento  anhelado, bien sea en el propio archivo psico-espiritual, o estableciendo comunicación con el contenido mental de los seres que pueblan el universo, a nivel de encarnación física o estado de espíritu, que tenga la información, o, directamente, con la Mente Cósmica, en el respectivo grado evolutivo. Este se logra centrando la mente en el Creador Universal y meditando en los atributos divinos, fuente de toda sabiduría, por contener la totalidad de la Ley Cósmica y la Conciencia Universal.

La respuesta se obtiene como conciencia intuitiva. Simplemente se sabe, se conoce y se tiene el impulso necesario para emprender,  -llevando a cabo-, la acción respectiva.

La diferencia entre la contemplación de la vía del propio proyecto y cualesquiera otros particulares relacionados, en la fase objetiva de la mente, con la contemplación en el estado de la interiorización, radica en que, en el primer caso es como contemplar a lo lejos estando al pie de una colina. En el segundo, -la meditación-, es como mirar desde la cima, -la del espíritu y su imaginación o visión perceptiva-creadora-.

El espíritu, durante la meditación, se emancipa de la conciencia objetiva, gracias a la elasticidad del alma, y se desdobla, proyectándose al lugar donde se encuentra el conocimiento o la persona que lo posee, en este o en otros mundos,  lo percibe, o lee del respectivo archivo espiritual en que se encuentra, aún, si es el caso, en el propio archivo espiritual contenido en su alma, fruto de múltiples ciclos de vidas anteriores, y al reincorporarse, a su cuerpo, en los breves instantes de conciencia fronteriza, lo transmite a su conciencia objetiva, quien lo percibe como intuición o percepción por medio de cualesquiera de la inmensidad de facultades espirituales que posee, es decir, visión, voz interior, intuición, inspiración, presentimiento, impulso para hacer o dejar de hacer algo, toma de decisiones, idea creativa, concepción de proyectos, destellos imaginativos, sentimientos de algún valor universal, emoción, sensaciones, convicción, entusiasmo, motivación, etcétera.

Mientras más se profundiza en el proceso de meditación   –contemplativa o reflexiva-, se intensifica la visión, se ve y se conoce con mayor amplitud y lucidez, expresándose dicho conocimiento como conciencia intuitiva e inspiración y cualesquiera otras facultades espirituales que en cada caso resulte idónea.

Ese ascender a la cima del yo interno –el espíritu- es una forma efectiva de penetrar en la meditación que, en última instancia es ver con la visión del espíritu, que lo penetra todo y accede a las fuentes esenciales de conocimiento, estén donde estén, sin límites de espacio ni de tiempo.

Es fácil hacerlo; simplemente se entra en estado de interiorización –adormeciendo los sentidos físicos, por medio de la relajación, comenzando desde los dedos de los pies hasta la cabeza y visualizando escenas de clama en la naturaleza, como un lago, una playa o un río de aguas claras y tranquilas, un bosque o jardín, una nube blanca o cualquier otra de tu agrado-; en la misma proporción se despiertan los sentidos psíquicos, -percepción psiconsiente de la mente creadora-, y se ve lo que se requiere conocer, tanto en la propia fuente, -si allí reside el conocimiento-, como en la que, efectivamente, esté. Con práctica se desarrolla la maestría.

Mientras mejor se auto-interioriza, en la mente creadora psiconsciente, -el espíritu-, mediante el proceso de la meditación, más claramente se percata, cada persona, de las realidades y aspectos esenciales de la propia vida.

Meditar todos los días, es como subirse, periódicamente, a la cima de la montaña y contemplar a lo lejos. Es percibir un poco más allá, lo cual permite recorrer con más seguridad el camino, con la certidumbre de estar haciendo lo correcto, oportunamente.

En el proceso de la meditación efectiva, se requiere afrontar la realidad en forma positiva y sin evasión, lo cual permite aceptar la solución real, conveniente y que debe aplicarse, en cada caso, como vehículo de realización en el mecanismo evolutivo.

A través de la contemplación objetiva de un plan, proyecto, meta u objeto cualquiera, sobreviene el adormecimiento de la percepción sensorial, en cuyo mismo grado se despierta la subjetiva que constituye la comunicación con la mente creadora psiconsciente, propia o de otras personas, vinculadas o desvinculadas de un cuerpo físico, en este planeta o en millones de millones de otros mundos, y también con la Inteligencia Infinita del Universo –el Creador Universal- de cuyos contenidos mentales, por afinidad de sintonía psico-espiritual, se obtiene la respuesta a las inquietudes del momento y el rapport con los elementos o personas que, en la realidad de la existencia diaria, deberán prestar su concurso y viceversa. Aquí reside un profundo secreto de la mente creadora psiconsciente, que es preciso escudriñar a fondo, perfeccionando su práctica.

-¿CÓMO MEDITAR CON EFECTIVIDAD Y CUÁNDO?

Todo momento en el que se requiere guía interior es bueno para meditar. Empero, hay dos periodos adecuados en los cuales es valioso hacerlo: el que antecede al sueño y el que sigue al despertar.

Temprano, en la mañana, o, en la noche, antes de dormir, durante algunos minutos, lee una obra de auto-desarrollo que a ti, particularmente, te llene de verdad.

A un cierto momento, sentirás cierto grado de recogimiento;  es el momento indicado para dejar la lectura y abandonarse a la ensoñación. En este acto, evocarás o rememorarás, espontáneamente, las cosas más importantes, en ese momento, para ti, las que ocupen tu mente; entonces, en ese estado de quietud mental pide asistencia espiritual a las fuerzas positivas de la cosmogonía, a tus guías espirituales, al CREADOR UNIVERSAL, para que iluminen tu mente y te proporcionen asesoramiento y protección en la realización de tu ideal u objetivo. Por la Ley de cooperación cósmica obtendrás la asistencia que solicitas. Empero, recuerda, prestarás tu correspondiente servicio a cambio donde los requerimientos de la vida los precisen.

Saturado de la sutil inspiración de ese estado de comunicación de tu mente creadora psiconsciente con las mentes creadoras psiconscientes y/o espirituales de tus guías, afines y el CREADOR UNIVERSAL, imagina en tu mente, pinta en la pantalla mental, a través del poder de visualización que posees, la culminación feliz de tu obra, objetivo o la solución satisfactoria de la situación que deseas corregir, o la conciencia intuitiva del conocimiento que anhelas obtener sobre cualquier inquietud, pregunta o valor universal.

Los pensamientos son cosas, tienen fuerza de atracción y repulsión, por lo cual, se crea lo que se piensa. “Como es arriba es abajo y como es adentro es afuera y viceversa”. Todas las realizaciones, grandes o pequeñas, empiezan en la mente. Actúa como el pintor, o la pintora, quien primero visualiza su obra en la pantalla mental y luego la plasma en el lienzo.

Sigue, reposadamente, todos los días, mañana o noche, como te sea más cómodo, tu período de meditación, siguiendo los siguientes sencillos pasos:

  1. Breve lectura de en una obra de auto-desarrollo.

  2. Al surgir la ensoñación, -que puede producirse, también, por contemplar fijamente un objeto oscuro o brillante, la luz de una vela, o mirándote en un espejo, en el entrecejo-, interiorízate, contemplando en la pantalla mental, las cosas que requieren prioridad.

  3. Formula a tu mente creadora psiconsciente, -o a la Inteligencia Infinita del Universo-, la pregunta necesaria –repítela tres veces- y atiende la respuesta, la cual puede llegar minutos, horas o días más tarde, pero, siempre llega si se atiende receptivamente y se presta la suficiente atención.

  4. Medita sobre el plan y estrategia del día y vislumbrarás, certeramente, lo que tienes que hacer, en cada caso.

  5. Prográmate, positivamente, con afirmaciones de éxito.

  6. Pide asistencia espiritual como se te indicó.

  7. Visualiza el resultado final satisfactorio y, luego, con confianza, ve a realizar tu labor.

  8. Después de la meditación viene la acción efectiva. Actúa, decididamente, como si……todo procede normalmente y así será.

Este método es seguro y efectivo.

 

LA UNIFICACIÓN DE LA CONCIENCIA

POR MEDIO DE LA MEDITACIÓN:

 

A continuación, se expone uno de los secretos más poderosos de la meditación. Es la herramienta más efectiva para obtener estados de iluminación muy profundos y la respuesta, prácticamente, a todas las preguntas que puedas formularte, si trabajas con asiduidad y el tiempo suficiente.

¿Qué hacer, cómo hacerlo y qué efectos se logran?

El primer paso es la relajación. El adormecimiento de los sentidos físicos, concentrándose en cada parte del cuerpo desde los dedos de los pies a la cabeza. Al mismo tiempo que se relaja cada parte, despertar la conciencia de la misma, percibir una emanación de calor, de energía y de radiación luminosa.

Al llegar a la cabeza, imaginarse una puerta en la pantalla mental con el título Puerta de la mente creadora.

Aquí te preguntas tres veces: ¿Qué hay detrás de la puerta de la mente creadora?

Luego, te imaginas que la puerta de la mente creadora se va abriendo lentamente y que tú pasa por ella y sales a un hermoso jardín de bellas y fragantes flores. Percibes la armonía del lugar y participas de su quietud y tranquilidad.

En este jardín hay catorce asientos ubicados en forma de círculo, con los siguientes y respectivos rótulos o nombres, empezando por la izquierda: LUZ, VIDA, AMOR, SABIDURÍA, JUSTICIA, FORTALEZA, TEMPLANZA, BELLEZA, PERDÓN, SERENIDAD, TOLERANCIA. RIQUEZA, CONCIENCIA y por último: ELOÍ –EL CREADOR UNIVERSAL.

Ahora, contempla frente a ti el asiento de la LUZ, siéntate en él y realiza, por orden, el siguiente ejercicio:

  1. LUZ:

  • Pregúntate:

  • ¿Qué es la luz? Percibes que es fundamental.

  • ¿Por qué es fundamental la luz? Es fundamental porque nos permite ver la realidad del universo.

  • Afirma: –Soy un ser de luz que ve claramente la realidad del universo, la comprende y actúa de acuerdo con ella.

  • ¿Qué más es la luz? –Percibes que es energía protectora, poder.

  • Afirma: -Enciendo la luz en mi vida. ELOÍ, Creador de la luz, ilumíname. –Ahora, imagina el punto de tu cabeza donde se forma el remolino de pelo, menciona el nombre de ELOÍ, una vez, e imagina como la luz penetra desde ese punto a todo tu ser, irradiando un campo de luz blanca a tu alrededor que se va expandiendo que llena tu hogar, a tus seres queridos, tu lugar de trabajo, a tus clientes y amigos, al planeta tierra y a toda la humanidad, a todo el universo y a todos los seres. Repite el proceso.

  • Ahora, percibes la armonía, el orden, la quietud y la paz.

  • ¿Qué debo hacer para tener LUZ abundante? (Una vez). Percibes la respuesta: tener conciencia de la unión indisoluble y permanente con ELOÍ.  Imagina que te levantas del asiento en que ahora te encuentras y te sientas en el que tiene el nombre de ELOÍ, el Creador Universal.

  • Afirma: Estoy en la luz permanente, eterna e infinita de ELOÍ, -el Creador Universal. Hecho está.

 

  1. VIDA: Después de haber accedido al jardín interior de tu vida, por el proceso explicado en la primera parte, ahora, contempla frente a ti el asiento de la VIDA, siéntate en él y realiza, por orden, el siguiente ejercicio:

    • Pregúntate:

    • ¿Qué es la vida? Percibes que es fundamental.

    • ¿Por qué es fundamental la vida? Es fundamental porque nos permite vivir la realidad del universo.

    • Afirma: –Soy un ser de luz, eterno e inmortal que vive la constante creación del universo, en el eterno presente.

    • ¿Qué más es la vida? –Percibes que es eterna y continuada en infinitos ciclos de vidas.

    • Afirma: -Comprendo el significado de la vida en mi ser y en el universo. ELOÍ, Creador de la Vida, ilumíname.

    • –Ahora, imagina el punto de tu cabeza donde se forma el remolino de pelo, menciona el nombre de ELOÍ, una vez y percibe como la vida es una condición inmutable en tu ser y que formas parte de Él, es decir, una unidad indisoluble de la vida del Creador Universal; tu mente es parte de la mente de Él, conectada en forma permanente.

    • Ahora, percibes que hay armonía, orden, quietud y paz en tu vida; percibes el Plan de Eloí –el Creador Universal, para ti; tienes consciencia clara de que es preciso respetar la vida de todo ser en la naturaleza como una expresión del Creador Universal.

    • ¿Qué debo hacer para optimizar mi vida? (Una vez). Percibes la respuesta que te llega.

    • Imagina, ahora, que te levantas del asiento en que ahora te encuentras y te sientas en el que tiene el nombre de ELOÍ, el Creador Universal.

    • Afirma: –Estoy viviendo la vida dinámica, eterna e infinita de ELOÍ, -el Creador Universal y coopero en sus eternos planes cósmicos, cada día mejor. Gracias, ELOÍ, por mi ser eterno y de infinita vida. Hecho está.

Siguiendo el esquema anterior, desarrolla el proceso de la meditación sobre los valores enunciados a continuación u otros que tú desee:  1) AMOR,  2) SABIDURÍA, 3) JUSTICIA, 4) FORTALEZA, 5) TEMPLANZA, 6) BELLEZA,        7) PERDÓN, 8) SERENIDAD, 9) TOLERANCIA,  10) RIQUEZA,  11) CONCIENCIA y  12) ELOÍ –EL CREADOR UNIVERSAL-.

Una vez que has realizado la meditación en cada uno de los catorce puntos, a partir de ahí, cada vez que entra en el hermoso jardín de tu vida, se ubicas en el asiento cuyo atributo, cualidad o valor precisas fortalecer en ese momento, o directamente, en el asiento de ELOÍ, el Creador Universal, en el caso de que desees meditar en un atributo diferente a los allí señalados.

Puedes, crear los asientos que tú desees y agregarlos a los ya existentes.

En el caso de que no desees meditar sobre un tema en particular, sino simplemente entrar en el estado contemplativo de la meditación, te ubicas en el asiento con el título de ELOÍ, el Creador Universal, y allí te dejas ir, libremente, en un estado contemplativo sin límites. Observas y percibes  la armonía universal y cualesquiera otros estados de la conciencia intuitiva.

Aquí es donde comienzas a llevarse a cabo los estados sublimes de iluminación, conciencia cósmica y la unificación de la conciencia.

¿Cómo se lleva a cabo la unificación de la conciencia por medio de la meditación?

Mediante la meditación, previa relajación de los sentidos físicos, se despiertan, automáticamente, los sentidos psíquicos o espirituales, pasando, la persona, de un estado objetivo de la conciencia a un estado subjetivo de percepción expandida de la misma, en la cual, por medio de la meditación contemplativa –o la meditación centrada en un objetivo o valor en particular- comienza a tener percepción del conocimiento registrado en los archivos espirituales de cada uno de los ciclos de vida anteriores que haya tenido en los múltiples mundos en que le haya tocado vivir.

Lo bueno y lo que no lo es tanto, a la luz del estado de meditación le permite percibir un caudal de conocimientos que constituyen su acervo espiritual que, en ese estado fronterizo de conciencia en que se encuentra, al aflorar la conciencia de esos conocimientos, los va registrando en su actual cerebro permitiendo la percepción de un conocimiento y de una realidad de la cual no conocía su existencia y va enriqueciendo su acervo cultural, expandiendo su conciencia y unificando la misma con el conocimiento de su archivo espiritual de  las respectivas e incontables existencias anteriores.

De igual manera, en ese estado expandido de conciencia, durante la meditación –contemplativa o centrada en un objetivo particular- la persona establece contacto con las mentes de incontables seres, encarnados o no, cuya lectura de contenidos mentales efectúa o lleva a cabo, -sobre todo de quienes en cuyos archivos espirituales se encuentra el conocimiento requerido, el cual va pasado, por medio de su estado fronterizo de conciencia, a su actual cerebro que lo va registrando y lógicamente, a la vez que va incrementando su conocimiento en el estado objetivo de su conciencia actual, va unificando su conciencia con todos sus ciclos anteriores de vida, con los ciclos anteriores de vida de incontables seres, en incontables mundos con los cuales su estado evolutivo le permita establecer contacto; y luego, al penetrar en la mente universal de ELOÍ, -el Creador Universal, y adquirir conciencia de su unión permanente, participa de un estado de lucidez espiritual muy elevado que le permite transmitir a su conciencia la percepción de unos objetivos y planes universales del mundo en que le toca vivir, su plan espiritual de su actual vida, su plan espiritual de los ciclos venideros de vida, su plan de vida asignado en el orden cósmico y el plan de vida del planeta tierra y de otros en los cuales en el futuro se prevé que vivirá. Además los planes universales de otros mundos, del universo y del adelanto existentes en los infinitos mundos del universo hasta donde su percepción y capacidad evolutiva se lo permita.

Adelante.

 

EL PODER DEL AUTODOMINIO

AUTODOMINIO

EL PODER DEL AUTODOMINIO

Del libro:

Cómo Potenciar el Autodominio

Autor: ©Giuseppe Isgró C.

 

-“Domina tu carácter…”-.

Horacio

-“No se puede tener mayor,

ni menor señorío que el de sí mismo”-.

Leonardo da Vinci

-“Quien posea dominio de sí mismo, será dueño de fuerza….., tendrá la fuerza necesaria para ver las cosas con claridad, juzgarlas por lo que en realidad son, incrementar mucho el por ciento de las situaciones vitales que tornará en su beneficio y el de otros”.

Napoleón Hill

-“Vivir es engendrar energía; dominarse es acumularla; pensar es irradiarla; emocionarse es esforzarla; renovar el esfuerzo es acentuar lo precedente”-.

Paul C. Jagot

-“…Ese aprendizaje sólo pueden emprenderlo con provecho quienes posean ya el dominio de sí mismos”-.

Alexis Carrel

-El autodominio es el poder supremo. Quien se auto-domina, domina todo, en su respectivo grado de conciencia y nivel evolutivo-.

Giuseppe Isgró Cattafi

  

El poder del autodominio permite ejercer un amplio control sobre sí, sobre las propias imágenes mentales, pensamientos, acciones, sentimientos, emociones, sensaciones y facultades físicas, mentales y espirituales en general.

La clave del poder de psico-control personal consiste en tener, ante de todo, una visión clara de la realidad circundante, cuya percepción permita forjar una misión esencial en la vida, en base a las responsabilidades sociales que se tiene la disposición de asumir, para ubicarse en el espacio y en el tiempo y en un área determinada de actividades.

Los resultados que precisan ser alcanzados –como misión de vida- permiten establecer las metas específicas hacia las cuales concentrar, con constancia, los recursos, esfuerzos, energía y entusiasmo.

Establecidas las metas que orientan el propio curso de acción, -o del equipo humano que se dirige-, es necesario, además, controlar que los resultados están siendo logrados, para retroalimentar cualquier eventual desviación.

El autodominio es sinónimo de psico-autocontrol.

 

PSICO-AUTOCONTROL:

El proceso de psico-autocontrol se puede subdividir en cuatro fases:

  1. Dominio del cuerpo.

  2. Dominio del alma.

  3. Dominio del Espíritu.

  4. Psico-control integral y su interrelación con el Universo.

 

  1. DOMINIO DEL CUERPO:

 

El cuerpo es el vehículo del Espíritu, para realizar su labor en el plano físico de la existencia humana; obedece sus directrices y las influencias del alma. Sin embargo, tiene sus propias leyes, cuyo conocimiento es indispensable para el dominio de sus funciones.

EL DOMINIO DEL CUERPO REQUIERE:

  1. Dominio de las percepciones y estímulos sensoriales, para que, una vez recibidos e interpretados, a nivel mental, la reacción a los mismos sea auto controlada, para optimizar la canalización de la propia energía creativa en resultados positivos, aceptables y que dejen una sensación de autorrealización.

  2. Equilibrio: Usar la maquina humana de manera que se mantenga el equilibrio entre actividad y descanso y entre estudio y acción.

  3. Cuido de la maquina humana: El cuerpo humano es un instrumento perfecto, capaz de mantener la salud y una larga vida, si se proporciona un régimen alimenticio adecuado, utilizando sólo sustancias saludables, con ejercicio suficiente, práctica de la relajación, yoga, afirmaciones positivas, sueño reparador, atención médica oportuna con homeopatía y sana alimentación, excluyendo de la dieta diaria los cinco grandes enemigos de la salud, en orden de importancia: Pollo y huevos, carne de cerdo, azúcar, pimentón y manzanilla (chamomilla).

  4. El cuerpo da sus propias señales cuya observación es una forma efectiva de autodominio. Por ejemplo: Cuando presenta signos de cansancio hay que darle descanso. Pero, si cuando debe trabajarse el cuerpo está cansado hay que llevar a cabo la debida retroalimentación para corregir la causa, lo cual, la mayoría de las veces es la de haber ingerido alimentos pasivos, a base de carbohidratos y azúcar, en la mañana, cuando lo indicado hubiera sido proporcionarle alimento proteico, que estimula a la acción. Para efectuar un efectivo autocontrol es indispensable posesionarse del conocimiento de las leyes de la salud o consultar al médico homeópata y profesional en dietética.

  5. Dominio del cuerpo por la mente: El cuerpo está dotado por el más poderoso ordenador –computadora- del Universo, pero, hasta que grado se es capaz de accionarlo? A través de directrices psíquicas como la auto-hipnosis, autosugestiones o afirmaciones positivas, práctica del yoga, zen, relajación creativa, meditación, psico-programaciones y órdenes post-hipnóticas entre otras. Es posible condicionar la mente humana de tal manera de lograr la máxima efectividad, equilibrio, optimización de funciones fisiológicas o de otra índole, desarrollo a un mejor nivel de expresión de las propias facultades de percepción, memoria y control de hábitos.

  6. El cuerpo obedece a la mente cuando la persona se autogobierna, pero aquél puede imponer su dominio sobre ésta , si el espíritu suelta las riendas o infringe las leyes naturales.

  7. El espíritu es el piloto que guía la carrera integral del ser, cuya fase es estudiada más adelante.

    1. DOMINIO DEL ALMA:

El alma es el vehículo etérico del espíritu. Está formada por materia quintaesenciad, la cual es fluídica y plástica, a la vez.

El alma, además de fungir como intermediaria entre el cuerpo y el espíritu, alberga una síntesis de todos los instintos y sustancias de los tres reinos naturales. Tiene capacidad de sensibilidad, emociones y percepción extra-sensorial. Los pensamientos del ente espiritual se manifiestan por su intermedio, como imágenes que se impregnan de la materia quintaesenciada, como vehículo etérico, fungiendo, -dichas imágenes- como contenedores magnéticos, que, por asociación, atraen y llenan, de contenido análogos, la manifestación física existencial.

El dominio del alma se lleva a efectos mediante el control de las imágenes mentales. Domina tus imágenes mentales y dominarás el mundo, hasta donde tu poder creativo alcance, en armonía con los designios del Gran Arquitecto del Universo. De esta forma te armonizas con los planes cósmicos, siendo la Inteligencia Infinita la que se expresará a través tuyo, alcanzando una posición de poder en cierto eslabón de la cadena universal, desde la cual te haces más útil a la realización evolutiva en el mundo en que vives.

 

  1. EL DOMINIO DEL ESPÍRITU:

 

El espíritu es la sede de la inteligencia; es la personalidad del alma, la cual posee un potencial ilimitado que desarrolla, gradualmente, en múltiples ciclos de vida, en diferentes planetas del Universo.

Además, tiene capacidad de percepción espiritual, tanto a nivel de espíritu, como de la ecología mental y física.

Es decir, en su fase de encarnación humana, las percepciones objetivas, el espíritu, las recibe a través de los cinco sentidos; pero, emancipándose, -por vía psico-sensorial-, puede obtener informaciones anímicas y espirituales, y aún físicas, de lugares adyacentes o lejanos.

Las percepciones son recibidas, en el mundo espiritual, por intermedio del alma y las del mundo físico, también por su intermedio, previa recepción por los sentidos físicos.

Los sentimientos son expresiones propias del espíritu, los cuales conforman una serie de sentidos espirituales como: el sentido del amor, de la prudencia, de la justicia, de la compensación, de la igualdad, de la afinidad, dirección u orden, del equilibrio, de la verdad, de la realización, del deber, de la belleza, de la fortaleza y de la templanza, etcétera, en perfecta correspondencia con cada uno de los valores universales, respectivamente.

Estos sentidos espirituales generan, en el espíritu,  sentimientos análogos al respectivo valor representado por cada uno de ellos, los cuales se expresan, en el alma, en forma de emociones y en el cuerpo como sensaciones equivalentes. De igual manera, se traducen –a nivel anímico- los estímulos físicos o sensaciones del cuerpo.

La persona, en estado de vigilia, puede auto-programarse, con efectividad, por medio de autosugestiones, preferiblemente después de haber contemplado, por un rato, un objeto oscuro o brillante, y momentos antes de disponerse a dormir, para facilitar su absorción por la mente psiconsciente, a nivel del alma.

El dominio del espíritu se lleva a efectos mediante el conocimiento, la sabiduría, la luz y el amor como suprema fuerza equilibrante del Universo. El del alma a través del equilibrio energético y control de imágenes mentales.

El del cuerpo, es un reflejo del autodominio ejercido en los planos anteriores y de las programaciones que a tales efectos se haya efectuado. A nivel objetivo, se ejerce a través del autocontrol consciente.

El jefe es el espíritu, el alma es el instrumento energético que funciona mediante órdenes visuales-imágenes visualizadas-, y el cuerpo es el vehículo físico, con el cual se actúa en el mundo material.

El autodominio debe ser ejercido en los tres niveles.

  1. PSICO-CONTROL INTEGRAL E INTERRELACIÓN CON EL UNIVERSO:

El autodominio integral, se lleva a cabo, simultáneamente, en los planos espiritual, anímico y físico. Tanto en su fase de encarnación física como en la del espíritu, la persona está vinculada con ambos mundos: físico y espiritual, pero en conjunto, conforman una sola ECOLOGÍA MENTAL integrada por las mentes de todas las personas del mundo físico, en un momento dado, y por los entes que viven en su fase de espíritu.

Dicha ecología mental está diferenciada por grados evolutivos o esferas mentales, con las cuales, cada ser, encarnado o espíritu, mantiene contacto permanente a través de la facultad de telepatía –comunicación de contenidos mentales-. Hermes Trismegisto, lo expresó sabiamente, en la Tabla Esmeraldina, cuando dijo: -“Como es arriba es abajo y como es abajo es arriba, para que se cumpla la gran obra de la Creación”-.

El verdadero gobierno del mundo está en el plano del espíritu. Los seres humanos encarnados son instrumentos de los directores espirituales bajo cuya influencia actúan. Nada ocurre en el plano físico que no haya sido autorizado o permitido, previamente, en el espiritual, dejando, por supuesto, el ejercicio del libre albedrío, -hasta cierto punto-, para permitir que las personas interesadas, por libre iniciativa o conciencia, se integren armónicamente a los planes cósmicos.

Una vez que la persona transgredió las leyes naturales, es sacada del escenario donde es factor discordante hasta que haga conciencia, rectifique, compense sus acciones y se auto-domine, entonces es utilizada de nuevo –con normalidad- en los planes del Gran Arquitecto del Universo.

El poder del autodominio es esencial para optar a las grandes responsabilidades cósmicas, según el propio avance evolutivo.

Las personas con dotes de liderazgo, a nivel mundial, son receptoras de órdenes espirituales y/o sugerencias, las cuales reciben mediante intuiciones, “corazonadas”, presentimientos e inspiraciones que al llevarlas a efectos con éxito, se suelen vanagloriar, al decir: -“Cuando menos lo esperaba, me vino la idea en la mente, creí en ella y la llevé a cabo resolviendo la situación con suceso”-.

Por supuesto, muchas de estas intuiciones  son percepciones o lecturas psico-sensoriales que, en proyección, el espíritu, por si mismo, obtiene.

Si esa idea, “corazonada”, es la programación u orden espiritual, recibida de los directores a cuyo cargo está el desarrollo de la evolución del planeta tierra o de cualquier otro planeta del Universo donde dichos actos se llevan a efectos, el merito consiste en ser consciente de dicha intuición y realizarla.

                                                                    

 

CÓMO DESARROLLAR EL PODER DEL AUTODOMINIO:

 

El conocimiento y la luz del espíritu, dan libertad de acción. Sin estas condiciones, decían los antiguos, -“puede un rey ser sirviente, mientras que un esclavo lúcido mandar y ser obedecido”-.

El autodominio sintetiza el verdadero poder. Cada quien, puede utilizar su creatividad interior para equilibrar, en un férreo dinamismo, las circunstancias de su vida. El secreto consiste en dejar el impulso de dominar a otras personas y, en su lugar, dominarse, lo cual es más productivo y factible.

Quien lograre dominar a alguien, por un lado de la cadena estará la persona dominada y por el otro, la dominadora, ambas esclavizándose recíprocamente.

La persona sabia permanece sin ataduras. Epicteto, en su famoso Manual, sostenía: -“la libertad interior, no de las circunstancias, sino de sí, es el supremo bien que se ha de adquirir”-.

La Ley Cósmica del Autodominio, expresa: –Quien se auto-domina controla, en forma análoga, -y simultáneamente- las circunstancias del mundo exterior, por cuanto, poniendo orden en lo interno, se ordena, proporcionalmente, en lo externo-.

Los hábitos y creencias que se desean transformar en sus polos opuestos positivos, indican el claro camino hacia el cual debes orientar la aplicación del poder del autodominio, en cuyos procesos aplicas, además de la voluntad, la imaginación modeladora, visualizando las cualidades o situaciones apetecidas.

Visualiza, una y otra vez, en estado de relajación profunda, la acción que conlleva a la posesión del nuevo hábito, siempre en su fase culminante o etapa final satisfactoria, como si ya lo poseyese y formase parte de tu personalidad.

Ejerce el poder del autodominio cada día en un mayor y mejor grado de acción efectiva y óptimos resultados. Busca la cooperación cósmica y encuentra el lugar que te corresponde, en el eterno presente, ahora, en el orden universal de todas las cosas, dando y recibiendo ayuda, prestando el servicio que tu responsabilidad, iniciativa y capacidad te permitan, con lo cual, cosecharás las bendiciones y compensaciones equivalentes.

El poder del autodominio da seguridad, confianza propia y ajena; inspira y atrae la buena voluntad.

Práctica la autodisciplina, el método científico de trabajo, la constancia, la tenacidad, la paciencia, la serenidad, el estudio continuo, la superación gradual, el amor, la tolerancia, la benevolencia, la motivación y el entusiasmo. Sigue adelante con la mira puesta en el blanco. Uno prioritario a la vez.

Autosugestiónate con afirmaciones positivas de las cualidades que desees desarrollar y luego visualízate en posesión de las mismas. Memoriza la fórmula que desea implantar en tu mente psiconsciente  –la creadora por excelencia y encargada de la obtención de los resultados-, primero la lees en forma silenciosa; luego, cierra los ojos, y la repite, en voz alta, tres o más veces.  Léelas durante veintidós días seguidos, en la noche antes de dormir y en la mañana, al levantarte.  Este es un secreto cuya aplicación genera gran efectividad y poder.

 

FORMULAS AUTOSUGESTIVAS PARA PROGRAMAR DIFERENTES ASPECTOS DEL PSICO-CONTROL Y EL AUTODOMINIO:

Para leer en la noche, antes de acostarse o en la mañana, al levantarse, durante veintidós días seguidos.

 

  1. Tengo dominio sobre mí, sobre mi actividad, sobre el tema que voy a tratar, sobre las circunstancias de mi vida. Cada día estoy mejor en todas formas y en todos sentidos. Tengo suficiente energía que canalizo creativamente; optimizo el uso de mi sentido direccional; tengo conciencia clara de las cosas que debo atender con sentido de prioridad; resuelvo, positivamente, toda situación que me compete; todo va bien. Hecho está.

  2. Mi memoria se fortalece; estudio a fondo y asimilo con facilidad cualquier tema de mi interés y recuerdo los aspectos esenciales del mismo, cada vez que lo requiero, fluyendo las ideas, clara y fácilmente, en mi mente. Hecho está.

  3. Hablo con tranquilidad a cualquier persona. Escucho y comprendo, fácilmente, los puntos de vista de todas las personas con quienes hablo, cada día mejor. Mantengo tacto, amabilidad y gentileza en mi trato con la gente, teniendo claro, en mi mente, el objetivo que busco realizar y los resultados que preciso alcanzar en cada conversación. Hecho está.

  4. Tengo serenidad, calma imperturbable, paz interior y lucidez en mi espíritu. Cada día desarrollo más y mejor: la conciencia de mi ser, la comprensión de mi inteligencia, el poder de mi voluntad, el amor de mi intención, la sabiduría y prudencia de mis acciones, la confianza de mi actitud, la tenacidad de mi esfuerzo, la firmeza en mis propósitos hasta alcanzarlos, la organización de mis recursos, la planificación de mis estrategias, la constancia en mis estudios, la amabilidad con mis semejantes y la autodisciplina. La armonía sublime del SER UNIVERSAL inspira mi mente y bajo su protección, y guía, confío mi vida. Hecho está.

 

La voluntad se manifestará por sí sola para llevar a cabo el ideograma visualizado.

Fortalece el hábito de concluir toda tarea iniciada sin desmayar frente a los obstáculos de la vida diaria. Deja de prometer algo contrario al deseo de cumplirlo y decir “sí” cuando lo que deseas decir es “no”.

Vive cada día con una agenda cuidadosamente planeada.

Alégrate, de la vida, en todo momento. Comprende que cada situación trae certeramente una nueva oportunidad. Conéctate con las esferas mentales positivas de la ecología mental con pensamientos equivalentes para que a través tuyo, por la ley de la atracción, se canalicen fuerzas creativas armoniosas y la realización de cuanto desees de acuerdo con tu plan de vida y a los objetivos planteados y en armonía con todos.

Alcanza la justa medida de las cosas y mantén un nivel de vida por encima del punto de equilibrio vital.

Desásete de las cosas que ya han dejado de serte útiles en un proceso de auto liberación.

Logra un perfecto equilibrio entre acción, trabajo y estudio; entre tarea y descanso, marchando rítmicamente con los ciclos de la vida. Tienes una acentuada facultad perceptiva; observa con aguda visión –profundamente- la realidad que te circunda –y la universal, también-. Auto-analízate, diariamente, para retroalimentar lo que debe ser corregido y llevar a cabo lo que debes realizar.

Habla cuando debes hablar y calla cuando es preciso hacerlo. Cumple con tu deber, aceptando, sin evasión, las propias responsabilidades. Hazte cargo de ti, ahora. Domínate y dominarás al mundo, (tu mundo).

Marcha rítmicamente con las leyes naturales. Colócate en situación de ser un eslabón de la gran cadena universal en cuya posición sirves en lo superior y mandas en lo inferior. Prestas y recibes ayuda, das servicio y recibes abundancia suficiente para todas las necesidades humanas, la cual administras con sabiduría.

Estás aquí y ahora! Aprovecha la fuerza vital que te empuja y lleva al cumplimiento de tu misión en la vida. Encausa tu energía creativa a la realización de la meta concebida, siguiendo adelante sin permitir que nada –ni nadie- te desvíe del cumplimiento de tu destino.

Ponte en movimiento, venciendo la fuerza de inercia inicial y sigue adelante, -en dirección de la meta-, aprovechando la misma fuerza de la inercia que tiende a mantener el movimiento hacia el éxito.

Descubre el rol que debes desempeñar en la vida, forjándote en cada etapa las metas y estrategias adecuadas.

Adelante.


 

EL PODER DE LA MENTE PSICONSCIENTE

RECTO E INQUEBRANTABLES PROPÓSITOS

EL PODER
DE LA MENTE PSICONSCIENTE

Del libro:
Coraje, el valor de vivir con ética

Autor: ©Giuseppe Isgró C.

Pitágoras, llamaba “Genios” a los espíritus por cuya evolución habían desarrollado una elevada conciencia de la verdad y cultivado en alto grado todas las virtudes, por lo cual, su experiencia reflejaba maestría y sabiduría.

La vida, con sus pruebas, saca a relucir el poder interior que se anida en cada ser, -con los respectivos dones con que le ha dotado el Supremo Arquitecto- al cual no es preciso buscar, por cuanto Él te sigue a donde vayas. Aquiétate y míralo dentro de ti; escucha su voz silenciosa y el sentimiento de los valores universales, lenguaje que utiliza al comunicarse contigo a través de tu conciencia.

Para conectar con el poder de la mente psiconsciente es preciso interiorizarse, adormeciendo los sentidos físicos, para despertar, simultáneamente los sentidos espirituales.

Siendo el poder de la mente psiconsciente el del propio ente espiritual que conforma la personalidad del ser, al emanciparse de los sentidos físicos automáticamente adquiere una conciencia equivalente a la total suma existencial conquistada en toda la carrera cósmica hasta ese momento, con la particularidad de que, en estado de libertad, por las facultades espirituales que posee, alcanza cualquier esfera de conocimientos, incluyendo la divina, hasta su nivel de conciencia o evolución, y percibir el conocimiento que precisa, en un momento dado, vinculado con los propósitos existenciales que, el genio interior conoce, decretando, por vía de intuición, la verdad que debe ser implantada a nivel humano, o existencial, en el presente ciclo de vida.
El ser humano posee un ordenador bio-psiquico perfecto cuyo dominio permite aflorar el poder de la mente psiconsciente con las posibilidades de realización que le son inherentes en sabiduría, amor, salud, armonía y fuerza creadora.

El primer paso es reconocer que tú posees el poder de la mente psiconsciente, tanto potencialmente como desarrollado en determinado grado hasta donde alcanza tu evolución personal.

La mente psiconsciente posee –en potencia- el conocimiento de todos los valores universales: todas las facultades que le permiten desenvolverse en el cosmos, y percibir la realidad en cada grado evolutivo; y genera el poder creativo que requiere para culminar su obra, en cada ciclo de vida.

Existe una mente cósmica cuya sabiduría se expresa a través de los valores universales, su visión, en el ser humano, se refleja por medio de la práctica de todas las virtudes y el sentimiento respectivo de cada valor, como el amor, la sabiduría, la prudencia, la justicia, la fortaleza, la templanza, la belleza, la bondad, la perfección, la armonía, el orden, la prosperidad, etcétera.

En cada etapa, es necesario profundizar a fondo en el área de conocimiento que conforma el interés del momento para percibir la totalidad del saber acumulado hasta entonces.

Es preciso llevar a cabo las siguientes prácticas para conectar con el poder de la mente psiconsciente y optimizar la visión de la sabiduría:

1. En primer lugar: Relajarse, aquietando los sentidos físicos, interiorizándose en el ser interno.

2. Luego: Entra en comunicación con tu mente psiconsciente, de la siguiente manera:

Busca un punto hacia en centro de la frente o hacia la derecha de la misma en que exista una pequeña hendidura o hueco. Tócalo con el dedo índice, cierra los ojos, y afirma tres veces: Entro en el nivel de mi mente psiconsciente. (Ya puede separar el dedo índice de la frente). Ahora estoy en el nivel de mi mente psiconsciente. (Tres veces). Me encuentro completamente relajado(a) física, mental y espiritualmente. Siento una gran quietud, tranquilidad y paz mental. Voy a permanecer en este nivel de mi mente psiconsciente durante: (Señala el tiempo, diez, quince, treinta, sesenta minutos o más, con el tiempo, hasta doce horas o más aún, cuando se requiere llevar a cabo una larga jornada de trabajo), durante este tiempo voy a tener completo dominio de mi mismo (a), sobre mis facultades y voy a:

-Señala el tipo de actividad que vas a llevar a cabo-, por ejemplo:

a.Dormir profundamente y descansar en forma adecuada para recuperar las energías suficientes, durante: (señala el tiempo).

b.Estudiar (señala el tema o los temas), voy a asimilar fácilmente todos los aspectos del mismo y los recordaré claramente cada vez que lo requiera con sólo repetir tres veces el nombre del tema.

c. Llevar a cabo el siguiente trabajo, (señalarlo), cuyos resultados que voy a realizar, una vez terminado el mismo, son: (describirlos).

d.Meditar sobre (mencionar el tema), cuya comprensión profunda obtengo una vez culminada la misma.

e.Escribir sobre: (mencionar la materia).

f. Hacer ejercicios de: -mencionar-.

g. Afirmar tres veces: -yo soy la fortaleza del amor, de la sabiduría, de la prudencia, de la justicia, de la templanza, de la creatividad, del equilibrio y de la prosperidad-.

h.Obtener respuestas de la mente psiconsciente, como: ¿Cuál es mi verdadera misión en la vida? O, de cualesquiera otras preguntas, formulándolas tres veces. Esperar el mensaje intuitivo o la idea creativa. La primera impresión suele ser la válida.

O, simplemente, programa la permanencia en el nivel creativo de la mente psiconsciente durante un tiempo determinado, para la realización de una tarea especifica, de la siguiente manera: Ahora voy a permanecer en el nivel creativo de mi mente psiconsciente desde este momento hasta (señalar), con pleno dominio de mi mismo (a) a nivel objetivo y subjetivo, sobre el medio ambiente y sobre la actividad que voy a realizar: (describir).

Este el método que, practicándolo, con asiduidad, permite conectar con la mente psiconsciente y aprovechar la profunda sabiduría que posee y el enorme poder realizador que facilitará llevar a cabo tareas de largo aliento sin cansarse y a la perfección máxima posible. Etcétera.

i. Transcurrido el tiempo de la programación, automáticamente, se saldrá de dicho nivel. Si deseas salir antes, puedes hacerlo contando del uno al cinco, complementándolo con afirmaciones de que te sientes muy bien, con la mente lúcida y con voluntad de continuar tus actividades normales.

La práctica siguiente, es un poderoso coadyuvador del desarrollo del poder de la mente psiconsciente y la sintonía creativa:

I. Leer las obras de los genios en todas las áreas de la creatividad humana y de las personas que han obtenido importantes logros, los diferentes tratados de economía, la gerencia moderna, los ensayos de los grandes pensadores, así como los libros sagrados de todo tiempo y país y literatura de crecimiento personal.

II. Leer las biografías de los maestros de la humanidad.

III. Escuchar la música de los grandes compositores.

IV. Conocer los temas que ocuparon el interés de los grandes genios, inventores, filósofos, economistas y personas exitosas.

V. Rodearse de fotos de genios o personajes importantes cuya afinidad de intereses sea común o cuyas cualidades se desee desarrollar.

VI. Hacer lo que ellos hicieron, es decir, estudiar a fondo, trabajar incansablemente, tener la paciencia suficiente y practicar un profundo amor por la humanidad.

VII. Entrar en comunión con la fuente suprema del universo: el Gran Ser Supremo, conformando una unidad con Él y constituirse un canal de su luz, amor, sabiduría y poder.

VIII. Forjarse un elevado propósito de servicio a la humanidad en base a la propia vocación, visión y amor.

IX. Tomar posesión de las propias facultades mentales y cultivar en alto grado la templanza, orientada al cumplimiento de la misión de vida que se ha traído al planeta tierra.

PSICO-PROGRAMACION

(Para leer en la noche antes de dormir; hacerlo durante 22 días seguidos, la primera vez; luego, cada vez que se desee.)

Afirma:

I. Entro en comunicación con mi mente psiconsciente, aquí y ahora y con el Gran Ser Supremo, fuente de toda sabiduría, poder creador, amor y perfecta armonía y orden cósmico. Percibo la realidad de mi verdadera misión en la vida y todo el potencial del cual estoy dotado (a) para llevar a cabo los objetivos existenciales, en cada etapa de mi actual ciclo existencial.

II. En cada momento sé lo que debo hacer y tengo la fortaleza suficiente para afrontar la realidad, oportunamente, con decisión firme y voluntad tenaz, con paciencia, constancia y acción sostenida.

III. Cada vez que me toque con el dedo índice un punto de mi frente y repita tres veces: -entro en el nivel de mi mente psiconsciente, automáticamente entro en el nivel de mi mente psiconsciente, -el verdadero nivel de ni genio interior, sabiduría, amor, luz espiritual, poder creador y fortaleza- durante el tiempo que yo desee, para realizar cualquier cosa que programo a tales efectos. Puedo trabajar durante el tiempo programado con pleno dominio de mi mismo (a), de mis facultades y del medio ambiente, para culminar, fácilmente, las tareas que emprendo.

IV. En el nivel de mente psiconsciente puedo meditar y alcanzar la iluminación sobre cualquier valor universal, principio, virtud, cualidad u objetivo de conocimiento y con sólo repetir la pregunta tres veces, puedo obtener la respuesta adecuada a todo planteamiento.

V. En el nivel creativo de mi mente psiconsciente puedo realizar cualquier labor de creación literaria, artística, científica, económica, o de otra índole, durante el tiempo que sea necesario, con solamente programarlo, afirmándolo una sola vez.

VI. En este nivel de mi mente psiconsciente tengo la visión correcta de todos los principios, leyes y valores universales, de todas las facultades humanas y espirituales en todos los niveles existentes, la comprensión suficiente de cualquier tema planteado en mi conciencia y la fortaleza suficiente para practicar con templanza todas las virtudes y llevar a cabo, a la perfección posible, cualquier tarea que me compete, siempre a tiempo.

VII. Incremento mi conciencia del amor, la sabiduría, la fortaleza, la templanza y la prosperidad y alcanzo la riqueza integral suficiente para llevar a cabo, en todas las etapas de mi vida, los objetivos existenciales. Cada día más y mejor me conecto con la fuente de provisión divina que provee para todo, oportunamente, siempre.

VIII. Cada día estoy mejor en todas formas y condiciones.

IX. Cada día me siento mejor en todas formas y condiciones.

X. Cada día me veo mejor en todas formas y condiciones.

XI. Cada día me agrado más en todas formas y condiciones.

XII. Cada día me oigo mejor en todas formas y condiciones.

XIII. Cada día me imagino mejor en todas formas y condiciones.

XIV. Cada día y en todas formas soy mejor y más útil al servicio de la humanidad.

XV. Cada día en todas formas amo más y mejor.

XVI. Cada día y en todas formas me estimo más y mejor en lo que valgo y en todo mi verdadero potencial.

XVII. Cada día y en todas formas mejora mi auto-concepto a los niveles óptimos e ideales.

XVIII. Cada día y en todas formas uso más y mejor la sabiduría de mi mente psiconsciente.

XIX. Cada día y en todas formas uso más y mejor el poder creador de mi genio interior.

XX. Cada día y en todas formas me alimento mejor de acuerdo a la sabiduría y directrices de mi mente psiconsciente teniendo clara conciencia de los alimentos saludables y adecuados.

XXI. Cada día y en todas formas trabajo más efectivamente bajo la guía y sabiduría de mi genio interior.

XXII. Cada día y en todas formas tengo más y mejor conciencia de mi verdadera misión en la vida y la cumplo a cabalidad.

XXIII. Cada día y en todas formas se optimiza más y mejor mi salud física, mental y espiritual.

XXIV. Cada día y en todas formas me cargo más y mejor de energías vitales a nivel físico, mental, intelectual y espiritual.

XXV. Cada día y en todas formas todos mis órganos físicos, mentales y espirituales funcionan mejor y mejor.

XXVI. Cada día y en todas formas mi intuición es más clara y funciona mejor y mejor.

XXVII. Cada día y en todas formas todas mis células se renuevan más y mejor y conservan mi juventud perfecta y la plena vitalidad de mi cuerpo, mente y espíritu.

XXVIII. Cada día y en todas formas estoy más fuerte y resistente a nivel físico, mental y espiritual y en cualesquiera otros niveles en que actúe.

XXIX. Cada día y en todas formas tengo más y mejor tranquilidad y serenidad frente a todo y todos.

XXX. Cada día en todas formas veo más y mejor, las oportunidades de prosperidad y las aprovecho útilmente, en la medida adecuada.

XXXI. Cada día y en todas formas aumenta más y mejor mi atención sobre las cosas que me competen.

XXXII. Cada día y en todas formas aumenta mi comprensión de todas las cosas de mi interés.

XXXIII. Cada día y en todas formas tengo más y mejor tacto en el trato con todas las personas y expresiones de vida.

XXXIV. Cada día y en todas formas soy más tolerante.

XXXV. Cada día y en todas formas soy más tenaz y persistente en el logro de mis objetivos.

XXXVI. Cada día y en todas formas olfateo más y mejor todas las cosas a nivel físico, mental y espiritual.

XXXVII. Cada día y en todas formas domino más y mejor todas las virtudes y la visión de los valores universales.

XXXVIII. Cada día y en todas formas soy más imperturbable frente a todas las circunstancias de la vida.

XXXIX. Cada día y en todas formas me comunico más y mejor con mi mente psciconsciente y aprovecho útilmente su sabiduría, inspiración, guía.

XL. Cada día y en todas formas aumenta la visión de mi conciencia cósmica.

XLI. Cada día y en todas formas pienso, razono, decido y actúo mejor.

XLII. Cada día y en todas formas desarrollo mi capacidad para crear riqueza, prosperidad y abundancia.

XLIII. Cada día y en todas formas gano más y mejor en mi actividad profesional.

XLIV. Cada día y en todas formas soy más feliz.

XLV. Cada día y en todas formas conservo una juventud perfecta.

XLVI. Cada día y en todas formas, vivo mejor.

XLVII. Cada día y en todas formas cultivo la belleza a nivel físico, mental y espiritual.

XLVIII. Cada día, en todas formas, disfruto más y mejor la vida.

XLIX. Cada día y en todas formas tengo el trabajo perfecto y lo desarrollo óptimamente.

L. Cada día y en todas formas, me acepto más y mejor.

LI. Cada día y en todas formas conservo perfecta calma, serenidad y autodominio.

LII. Cada día y en todas formas desarrollo mi capacidad múltiple para comunicarme con mi mente psiconsciente y aprovechar todo el caudal de sabiduría y poder creador que posee para cumplir mi verdadera misión cósmica. Hecho está.

L A L U Z

TRASCENDENCIA DEL KARMA SEGÚN EDGAR CAYCE

L A L U Z

Autor: Aldo Lavagnini

«Era la luz verdadera que alumbra a
todo hombre que viene a este mundo.»
(JUAN I – 9)

El objeto interior iniciático y filosófico hacia el cual converge todo el simbolismo masónico, puede resumirse en las palabras búsqueda o revelación de la luz.

La Logia, síntesis local, imagen pequeña y expresión particular de la Orden, se halla, como lo hemos visto, orientada, o sea dispuesta y dirigida en la dirección en que se encuentra o aparece la luz. A su vez, esta luz material, que afecta nuestro ojo físico y nos da la visión externa del mundo fenoménico, es emblemática de otras dos formas de luz, de las cuales la primera brilla y la otra se halla todavía latente en su fuero interior.

La primera de estas dos luces simbólicas es la luz de la inteligencia, representada alegóricamente por la estrella flameante, como signo del hombre y de sus facultades, que obedecen a la ley quinaria, precisamente como los sentidos y sus órganos físicos. Esta luz intelectual, o sea la facultad interior de ver y reconocer las cosas exteriores, tiene como símbolos más apropiados Hércules y Mercurio, así como la luz física está representada por Helios y por Venus, en su aspecto de armonía fecunda y creadora de la naturaleza.

Estas dos formas de luz son conocidas y familiares a todo hombre, dado que alumbran respectivamente el mundo exterior de la experiencia física, y el mundo interior de la conciencia y de la razón. Pero, hay otro género de luz, superior a estas dos, y generalmente latente y oscura para el hombre, hasta que no se despierta en él su íntima percepción.

Esta luz espiritual, que representan mitológicamente Apolo y Minerva es el principio de toda inspiración y se llama con feliz expresión la verdadera luz, precisamente como la denominan a la vez el evangelio juanítico (to phos to alethinón) y las constituciones masónicas de Anderson (true light).

Las primeras de estas tres luces son las luces respectivamente objetiva y subjetiva, alumbrando la una nuestros sentidos y la otra nuestra inteligencia. En cuanto a la tercera, su carácter es más profundo y misterioso, dado que trasciende tanto la una como la otra, aunque sea la esencia, o lo real en ambas, la luz Eterna e Inmanente que constantemente resplandece en el dominio de la relatividad, de la apariencia y de la contingencia. Sólo cuando nuestra propia conciencia se reconoce más profundamente a sí misma, adquiere la capacidad de percibirla y reconocerla como la única y más verdadera luz, de la cual las otras dos formas —que alumbran los sentidos y las facultades ordinarias de la mente— no son sino ‘aspectos relativos y comparativamente ilusorios, pues no tienen realidad en sí mismas, sino únicamente en cuanto participan de la realidad propia de la última y la expresan.

Estas tres luces —la luz de la naturaleza, la luz humana y la Divina— que presiden respectivamente al mundo fenoménico de las formas, al mundo intelectual de las ideas, y al mundo nouménico de la absoluta realidad, están representadas en la Logia por los tres puntos cardinales del Sur, del Norte y del Oriente, en donde se sientan las luces simbólicas que la dirigen y presiden en sus trabajos. La primera desarrolla en nosotros la capacidad de apreciar la belleza, la armonía y el orden que presiden a la naturaleza; la segunda se manifiesta en nuestras propias facultades internas y en su expresión activa y operativa (Fuerza); y la tercera estimula en nosotros la Sabiduría, que nace y se desarrolla, por medio del discernimiento de la verdadera realidad.

El hombre se hace simbólicamente masón —o sea, llega a ponerse en contacto consciente y constructivo con la Suprema Realidad Planeadora y Constructora del Universo— al percibir esta luz, pues la conciencia de esta Trascendente Realidad lo inicia (o sea, lo hace ingresar o nacer) en una nueva manera de ser, en una nueva visión de la vida y de las cosas, así como de su propia relación con el principio íntimo de éstas y con el mundo v las condiciones externas que lo rodean. Pues, esta Luz del Oriente es aquella que, de ahora en adelante, tiene que orientar u ordenar constructivamente todos sus pensamientos, palabras y acciones.

Sin embargo, no se llega a la percepción de la Luz Trascendente —o sea, al discernimiento de la verdadera realidad— sino como resultado de una serie de viajes; o sea, por medio de etapas sucesivas de progreso en cada una de las cuales tiene uno que enfrentarse con ciertos obstáculos o experiencias, que le es menester superar o resolver, para que en cada etapa se le permita ir adelante, o proceder.

Cada uno de estos viajes o conjuntos de experiencias implica y efectúa una determinada purificación, representada simbólicamente por la naturaleza del elemento que preside a la misma, librando la naturaleza interna del individuo —que es pura conciencia, y por ende también Luz y Verdad— de alguna forma particular de ilusión.

Toda ilusión y todo error es, pues, una forma de impureza de los medios o vehículos de que aquél se sirve, y que forman su personalidad. En otras palabras, la Vida Interna por su origen divina y perfecta, se afirma sobre la impureza de los vehículos en que se expresa —resultado de la evolución natural, que es involución de la Realidad nouménica en la apariencia fenoménica— de manera que la propia expresión, purificada por medio de los viajes (o experiencias), se acerca siempre más a la Verdad inherente (o verdadera luz), manifestando su implícita virtud.

Todas las posibles, y por supuesto, infinitamente variadas experiencias de la vida, se resumen simbólicamente en tres viajes fundamentales que también indican los tres tipos de purificación que respectivamente se relacionan con el dominio de los pensamientos, de los sentimientos y de la voluntad. A su vez cada viaje se halla precedido por un estado preliminar de reflexión, o concentración en uno mismo, en el cual encuentra uno el primer vislumbre de la luz, e igualmente nace la determinación de viajar o progresar, en las dos direcciones, de su reconocimiento primero, y luego de su expresión.

Esta experiencia preliminar familiar a todos los masones como estancia en el llamado cuarto de reflexión, es de por sí algo profundamente significativo. En las antiguas iniciaciones, o sea en los misterios que precedieron y preludieron a la Masonería en su forma, actual (en la que, de la misma manera, se halla la semilla de su porvenir), el candidato era conducido v dejado solo, por algún tiempo, en una gruta o lugar subterráneo, en obscuridad casi completa y en presencia de símbolos o imágenes —casi siempre de un carácter fúnebre o lúgubre— sobre los cuales tenia que reflexionar.

Se trataba, pues, de una prueba, análoga a la de la propia semilla, cuando se pone en el seno de la tierra labrada, para que pueda germinar y crecer, abriéndose su propio camino hacia la luz, por medio del esfuerzo interior, hacia abajo con las raíces, y hacia arriba con las hojas, o sea en la dirección vertical (u oriental) de las aspiraciones latentes en ese germen. El candidato a la iniciación es precisamente esa semilla, que oculta en sí mismo, en un estado latente, sus posibilidades espirituales, cuyo desarrollo empieza con la reacción interior a esa primera prueba, para luego afirmarse y crecer con las siguientes; dado que todas las pruebas son, esencialmente, oportunidades y medios de crecimiento y progreso.

La prueba del cuarto de reflexión la encontramos a menudo en la vida externa, cuando las experiencias de éstas, especialmente los dolores, decepciones y contrariedades, nos llevan o nos inclinan hacia un estado de comparativa soledad, en el cual nos hallamos enfrente de nosotros mismos, tratando de comprender la razón y el sentido de aquellas experiencias, y cómo podemos salir satisfactoriamente de las mismas. Muchas veces el alma se encuentra, en esa condición de desolación, como si fuera casi destruida, o literalmente hecha pedazos; o sea en un estado de muerte interior, en la que han de manifestarse las posibilidades hasta entonces latentes de la Vida Interna, impulsándola hacia el nuevo nacimiento o resurrección de que es en sí semilla y poder. Y, según esto se verifique, la vida renace literalmente, o vuelve a rehacerse sobre la destrucción del pasado así superado.

El despojo de los metales que se verifica al ingresar en el cuarto de reflexión, es un índice de que los valores materiales y morales, que nos han servido hasta entonces, y sobre los cuales habíamos construido nuestra existencia, aparece como si nos fueran quitados por la fatalidad externa, o bien cesaran de ser apreciados y poderse utilizar. De todos modos, nos es preciso buscar nuevos valores, en substitución de aquellos de que ya no nos es dado servirnos — valores adecuados a las nuevas condiciones, que nos permiten enfrentar y superar.

Pero, ese despojo tiene también un más profundo sentido filosófico. Para buscar la Verdad (la verdadera luz), es preciso previamente despojarnos de todas las opiniones preconcebidas, y especialmente de las creencias (científicas, filosóficas y religiosas) que, más bien que ser fruto maduro de la reflexión y del discernimiento, provienen de nuestra educación y de la sugestión del medio en que vivimos, en el que se aceptan como moneda corriente, pero cuyo brillo no registe la claridad de la luz meridiana de la Verdad, en donde pierden, por consiguiente, todo valor y toda efectividad.

Es igualmente necesario despojarnos, por medio del discernimiento, de todo aquello cuyo valor y utilidad sean puramente aparentes: de todas las posesiones ficticias, que no pertenecen a nuestro ser real; pues todas estas cosas que ocupan y dominan nuestra conciencia, por su misma presencia nos impiden reconocer, apreciar y buscar los valores verdaderos, que son como la perla preciosa del parangón evangélico, para comprar la cual el que la encuentre se halla dispuesto a vender o deshacerse de todo lo que tiene. Así es la Verdad: para poderla adquirir se precisa estar dispuestos a vender o dejar todos aquellos valores transitorios que no rigen en su comparación con los valores reales, que son los únicos que pueden darnos certidumbre y seguridad. Sólo en ese estado de desnudez filosófica, de quien se haya librado de los inciertos valores profanos, puede sernos franqueado el umbral del Templo en que se encuentra la Verdad y nos es dado conocerla.

La palabra templo, derivando de una raíz (temes o tamas) que tiene el sentido originario de obscuridad, manifiesta haber significado, en un principio, un lugar obscuro (caverna, hipogeo o cripta); como aquellos de los que tenemos ejemplos en la antigüedad histórica del Oriente y prehistórica del Occidente. Muchísimos subterráneos y verdaderos templos, cavados en la roca, pueden admirarse aún hoy en la India.

Ahora, esa obscuridad relaciona el templo con el cuarto de reflexión, pues los dos indican el lugar en que se oculta y se encuentra, en estado latente, aquella Luz Divina que ha de buscar el iniciado, o sea la luz verdadera para encontrar la cual las mismas tinieblas, con relación a la luz externa, representan la condición más favorable. ¿No es esa obscuridad, que simboliza también en su nombre Leto, la madre de Apolo y Diana, la verdadera madre de la luz que alumbra por igual el día de la conciencia objetiva y la noche de la subjetiva? ¿Cómo pudiera, esa misma luz verdadera, encontrarse, sino apartándose temporalmente del dominio ilusorio de la ordinaria luz de los sentidos externos y de las facultades internas, que sólo pueden hacernos desviar del Camino Recto de esa búsqueda?

Esta condición indispensable para encontrar en las profundidades internas de nuestro ser la Luz Verdadera —que nos da el sentido de lo real, y el más genuino criterio de la Verdad—, tiene como otro problema el de la venda que cubre los ojos del recipiendario, al emprender sus viajes en el camino que ha de llevarle a reconocerla. Al franqueársele con ese objeto la puerta del Templo, ha de estar, pues, en estado de voluntaria ceguera, con relación a la luz exterior, además de encontrarse en la «desnudez filosófica» de que hemos hablado, poniendo al descubierto su corazón; que hace patente su mejor buena voluntad, así como el pie que le hará reconocer las asperezas del camino y la rodilla que demuestra su humildad y la interna devoción; con las cuales sólo pueden superarse los obstáculos y dificultades que se encuentran esparcidos sobre sus pasos, y constituyen otras tantas oportunidades, o gradas en la senda de su progreso.

Todos los viajes se dirigen al principio hacia el Oriente, o sea el lugar de origen o Manantial de la Luz; así como la mente se encamina, para buscar la Verdad, desde los efectos a las causas, desde los fenómenos a las fuerzas o principios que los originan, desde el mundo concreto de la sensación al mundo abstracto de la pura ideación. Pero, ese estudio inductivo de las leyes y principios que gobierna la naturaleza exterior y las experiencias de nuestra propia vida individual, quedaría estéril e infructuoso, si no fuera luego aplicado y comprobado en el dominio de los efectos. De aquí la necesidad de emprender luego un nuevo viaje de vuelta hacia el occidente, para llevar en las experiencias de la vida externa la nueva luz que ha sido encontrada en la búsqueda anterior.

«La ida y la vuelta son, en realidad, las mitades de un único viaje o ciclo de estudio y experiencia, de reflexión y actividad, y la segunda es el complemento indispensable de la primera. Hay, pues, una unidad esencial que, por igual, sirve de fundamento a las experiencias externas del mundo fenoménico e internas de la realidad espiritual, o sea, al mundo concreto de los objetos (representado por el Occidente) y al dominio puramente abstracto de las ideas (que simboliza el Oriente).

Oriente y Occidente son dos aspectos de una Suprema y única Realidad, que es el río del que constituyen respectivamente el Manantial y la desembocadura, y que además se halla en todo el recorrido del mismo.

De aquí la necesidad de buscar esa única realidad en esos dos polos opuestos, en lo que se halla, por así decirlo, entretejida toda la trama del universo. Pues la luz que en el Oriente se revela en su pureza originaria, y así puede ser percibida y reconocida como tal, se halla igualmente al Occidente, pero de una manera oculta y velada, y debe buscarse —como se buscaba a Osirís en los misterios egipcios— así sepultada en el dominio de las sombras o formas exteriores, que la encierran; como aquel en el arcón, que le había preparado su malvado hermano Set-Tifón, personificación de la obscuridad combatiendo la luz.

La primera parte del viaje, o sea la búsqueda de la verdadera luz (que sólo podemos ver como tal en el principio u origen de las cosas), es el camino áspero que se dirige del occidente al oriente en la región obscura del Norte, en donde nos sirve para orientarnos la estrella polar, fulcro del mundo físico y emblema del eje inmóvil, descansando sobre el cual y moviéndose en su derredor, parecen desarrollarse, en el Tiempo y en el Espacio, todos los fenómenos contingentes.

El progreso es particularmente difícil y trabajoso, dado que se trata de ascender lugares más elevados (condiciones de conciencia que se hallan más cerca del olímpico dominio de la Realidad Trascendente), y el camino se halla sembrado de obstáculos mayores: precisa trepar sobre las rocas que, con motivo de su solidez, se parecen a aquellos principios más firmes —morales y filosóficos — sobre los cuales podemos sentarnos y descansar, basando en ellos nuestros pensamientos y nuestra conducta en la vida. Pero ese descanso sólo puede ser contemporáneo: la vida es un progreso continuado, que no admite detenciones o paradas verdaderas, sino sólo etapas sucesivas, siendo cada una el presupuesto de la otra.

Delante de nosotros, se halla una peña más elevada —un lugar más próximo y cercano a la Verdad. Es menester descender, para poder nuevamente subir y conquistarlo. Así pues, por medio de una larga serie de ascensos y de descensos, se cumple ese viaje que nos lleva siempre más cerca de aquellos lugares, en que el día y la mañana tienen su nacimiento. Llegaremos tan cerca como pueda nuestro ojo resistir esa luz deslumbrante; e igualmente puedan nuestros pulmones soportar el aire sutil y rarefacto que se halla en todas las regiones elevadas tanto del mundo físico, como del espiritual.

El primero de los viajes es, también, la prueba del aire: la prueba que espera a todo aquel que quiera elevarse y ascender. Cuando se llegue a las regiones filosóficas de la pura abstracción hay, sobre todo, que vencer el vértigo que pueden causarnos, pues nos parece muchas veces estar sin asiento, y como suspendidos en el espacio, a la merced de los vientos que pueden barremos y hacernos precipitar nuevamente sobre aquella misma realidad, concreta, por encima de la cual por medio de una comprensión superior, parecíamos habernos elevado.

También representa, esa prueba del aire, nuestra inherente firmeza de propósito por medio de la cual, haciendo nuestro firme apoyo la roca de la Verdad, y los principios morales a los cuales hemos determinado conformarnos, estamos capacitados para enfrentarnos animosamente y sin vacilar, con las falsas creencias, opiniones y corrientes hostiles del mundo exterior, sin que éstas tengan el poder de hacernos caer en el abandono de esos principios, de los que nuestra propia conciencia íntima nos da la seguridad.

Encontramos la prueba, en esta forma, en nuestro camino de regreso, del Oriente al Occidente, cuando se traía sobre todo de aplicar, probar y hacer efectivos aquellos principios y verdades que hemos reconocido más justos y reales. Esos principios, leyes y verdades abstractas han de demostrarse en su aplicación en las diferentes experiencias de la vida, por medio de la cual nuestro primer convencimiento se hace a la vez más firme y más valioso. Cuando la Verdad logra hacerse operativa en estas experiencias, en cuanto llega a dominarlas, trasmutando los efectos por medio de las causas en que tienen su origen y su fundamento, entonces esa Verdad es para nosotros la luz creativa1 que obra constructivamente en nuestro fuero interno, haciendo igualmente fecunda la vida exterior.

Por consiguiente, el viaje de regreso sólo puede efectuarse en esa luminosa región del Sur, que hemos visto ser el asiento de Venus, como principio de la armonía creadora de la naturaleza, aprovechando y utilizando con ese objeto todas indistintamente las experiencias que se nos presenten, cuyo resultado ha de ser en definitiva benéfico y constructor.

La prueba del aire es también la primera que encuentra el embrión de la planta, al abrirse su camino, desde la obscuridad protectora de la tierra y de la semilla, verticalmente, hacia la luz. Viniendo en contacto con ese elemento, móvil y frío, cuyas corrientes poderosas abaten y arrebatan, a veces, los árboles más fuertes debe aprender a resistirle y aprovecharlo útilmente, apoyándose e inmergiéndose en el mismo, en su crecimiento, y sacando de aquél su propio alimento; por ser el oxígeno el más indispensable entre los elementos sostenedores y activadores de la vida orgánica.

Lo mismo ha de hacer quien se abre —por sus esfuerzos, y por su íntimo anhelo hacia la luz— su propio camino hacia la Verdad que es fuerza, vida y alimento. Pues, aquello mismo que tiene el poder de abatirnos y hacernos caer, cuando sepamos aprovecharlo, se hará nuestro apoyo y el medio de nuestra elevación y crecimiento. Que el uno y el otro de estos dos efectos contrarios sea aquel que esa influencia produce en nuestra vida, estriba precisamente en nuestra propia actitud interna, o sea en el dominio y control constructivo que sepamos realizar sobre nuestros propios pensamientos.

Pues nuestro enemigo, en ningún caso se halla afuera, sino que está dentro de nosotros mismos, en las propias tendencias negativas de los pensamientos y en los errores y falsas creencias que hemos aceptado y reconocido, formando la simiente de la cizaña que crece y se manifiesta en el campo de la vida externa, junto con las espigas sabrosas de nuestros pensamientos positivos y constructores, que son los que expresan sabiduría y verdad.

La propias corrientes hostiles y todos los vientos contrarios que parecen soplar en. contra de nosotros, han sido por así decirlo, involuntariamente creados, llamados, atraídos y producidos por la actitud interior negativa de la mente y toda nuestra oposición en contra de ellos no haría más que acrecer su violencia. Pero podemos utilizarlos sabiamente, eligiendo con el ideal que nos guía la dirección de la marcha, dado que con el mismo viento puede un barco ir en dos rumbos contrarios, y hacia su puerto o su destrucción, según sabe aprovechar su empuje, disponiendo oportunamente las velas.

El segundo viaje, que hace el candidato antes de ser recibido masón, representa una etapa sucesiva en la cual, en razón del progreso hecho anteriormente el camino resulta más fácil y menores son los obstáculos que sobre el mismo se encuentran. Esto se debe tanto a la crecida fuerza y capacidad de superar las dificultades, por lo cual éstas cesan de ser tales, así como al dominio adquirido sobre los pensamientos, cuya actividad creativa y causativa se manifiesta, según proceden la experiencia y el discernimiento de una manera siempre más constructiva y armoniosa.

En lugar de los ruidos más burdos y desordenados del primer viaje, alusivos a los vientos impetuosos de la destrucción, y al estado en que nos encontramos cuando nos dominen los errores y los pensamientos que no hemos aprendido a controlar, se oye ahora el toque suave y argentino de las espadas. Estas indican los combates que se verifican, sin embargo de una manera leal y ordenada, a la luz de nuestro mejor discernimiento, entre opuestos sentimientos y emociones que, a la vez, quieren dominarnos. El lugar de ese combate es nuestro propio corazón, el manantial interior de las aguas de la vida que necesitan purificarse, así como nuestros pensamientos.

La misma prueba del agua la encuentra la plantita en su crecimiento, cuando sobre ella se abaten las lluvias, cuyas gotas, animadas por una moción en sentido contrario al de su crecimiento, son como otras tantas espadas que aparentan dirigirse en su contra para destruir y anonadar su esfuerzo hacia la luz. Sin embargo esa lluvia no deja de ser benéfica, en cuanto purifica el aire y lo hace más claro y transparente, mientras riega y refresca la tierra: también se refresca la plantita, resistiendo esa prueba, y absorbiendo con su raíz la humedad benéfica que será para ella un nuevo elemento favorable para su crecimiento al mismo tiempo que le quita las escorias que pudieran depositarse en su superficie, llevadas por el aire y los animales.

Lo propio sucede con el hombre, que sale purificado del combate de las emociones, según aprende a dominarlas armonizándolas con sus aspiraciones superiores; y de las lágrimas que resultan de todas las emociones negativas y que, regando el órgano de la vista, hacen a ésta más clara, serena y despejada.

Sin ningún ruido tiene lugar el tercer viaje, alusivo a una fase más elevada de, progreso y purificación. Mientras en el primero se trata sobre todo del dominio de los pensamientos —pues a ellos se les deben todas las dificultades y obstáculos que el hombre puede encontrar sobre el sendero de su vida— y que han de ser clarificados, iluminados y coordinados constructivamente, conociendo y aprovechando la Luz de la Verdad; y en el segundo se trata de controlar y dominar todos aquellos sentimientos y emociones que manifiestan imperfectamente la Vida Interna y tratan de impedir el progreso según los anhelos más elevados de ésta; en el tercero se aprende, de la misma manera, a purificar la voluntad de todos aquellos hábitos e instintos, cuya influencia se ejerce en un sentido opuesto a la conservación y al progreso evolutivo de la existencia.

Sobre los hábitos y los instintos, que constituyen lo que se ha llamado la mente subconsciente descansa, pues, como un edificio sobre sus cimientos, el templo de nuestra existencia orgánica y activa. En estos fundamentos, además del factor individual, concurre la herencia atávica y la de la raza, cuya base es mental aunque se consideren a menudo como atributos propios e inseparables del plasma vital, o bien de los más pequeños, ultramicroscópicos, elementos morfológicos. El dominio y la purificación de esos hábitos e instintos, de manera que estén en perfecta armonía con la voluntad de nuestra Vida Elevada —incluyendo las intenciones y motivos que pueden impulsarnos a la acción— es precisamente la tarea a la que aluden el tercer viaje y la prueba del fuego, anticipándosele como programa iniciático al recipiendario, aquello mismo que encontrará nuevamente en forma más directa en los grados superiores.

La regeneración individual es, pues, aquello que ha de salir de la prueba del fuego, como nos lo muestra la narración mitológica de Demeter que pone al niño Demofonte, confiado a sus cuidados, en la llama del hogar, para que se purificara de sus escorias (o instintos) mortales, y se hiciera inmortal.

Así la Luz de la Verdad, después de haber brillado claramente en la mente, como principio ordenador de los pensamientos, y luego en el corazón, purificando y ordenando constructivamente, las emociones, desciende en las mismas profundidades de los instintos y hábitos arraigados en la carne —que constituyen el infierno de la vida individual — con objeto de salvarlos, o sea purificarlos y ennoblecerlos. De esta manera la misma luz o Verbo Divino se hace carne y habita en nosotros’, y según le recibamos nos da «potestad de ser hechos hijos de Dios» o sea, hijos conscientes de la verdadera luz, que en nosotros brillará eternamente.

Habiendo encontrado y recibido la Luz, el iniciado, de la misma manera, recibe y encuentra la palabra que es sagrada, en cuanto renovadora y ennoblecedora de su ser y de su vida. Esa Palabra es la misma Luz, que se presenta al oído del entendimiento, después de haber sido percibida por el ojo del discernimiento. La Luz y la Palabra igualmente hacen, al masón, constituyendo de ahora en adelante el propio Logos o Centro Divino y principio constructor y ordenador de la logia de su propia vida renovada —desde sus funciones instintivas al cielo de los pensamientos y de las inspiraciones— en virtud y por medio del mismo. Puede ahora dignamente ceñírsele el mandil como emblema de la pura conciencia constructiva que ha nacido en él, al encontrar y recibir esa Luz verdadera que de ahora en adelante lo orienta y lo guía en todos sus pasos, iluminando su existencia y derramándose y esparciéndose en su derredor, con el místico aroma de la virtud, que siempre la acompaña y la demuestra.

PODER INTERIOR

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PODER
INTERIOR

Monólogo Nº 13, del Libro La Eterna Luz

Autor: ©Giuseppe Isgró C.

Una afirmación en primera persona para meditar

El retiro espiritual puedo hacerlo, diariamente, en la quietud de mi hogar u otro sitio de mi preferencia. Bastan algunos minutos o una hora diaria, durante los cuales relajo el cuerpo desde los dedos de los pies hasta la cabeza, luego visualizo escenas de calma en la naturaleza, como un lago, un bosque, o una playa y en ese ambiente de quietud mental y espiritual, me conecto con el Creador Universal, formando un centro de unión con Él, canalizando su luz, amor, sabiduría, poder, armonía y orden perfectos.

Mi mente interior, por su propio potencial o por medio de la comunicación telepática con la fuente que contiene la información o de la conexión con la mente divina, tiene la capacidad de dar la respuesta a toda pregunta que yo le formule, respondiendo, siempre, al qué, al cómo, al cuándo, al dónde, al quién y al por qué. Es posible que la respuesta requiera su tiempo para manifestarse, pero, oportunamente, siempre se manifiesta si persisto con confianza y desapego en la búsqueda.

Cada día aprendo a confiar más y mejor en este poder interior conectado con el Creador Universal. Siempre ha satisfecho mis expectativas, aún las más exigentes y profundas que se puedan imaginar; por lo menos, esa es mi apreciación personal. Al armonizar con el Supremo Hacedor y Dador de todo, ordeno mi vida y fluye en mí la luz, la abundancia, el amor, la gratitud y el poder creador, por cuanto, al igual que todos, yo soy un ser co-creador con ELOÍ, en continua cooperación con la vida activa del Planeta y del Universo.

Como es adentro es afuera, expresa la Ley cósmica. Lo que hoy existe en el Planeta fue antes pensado por alguien, cuya idea captó del entorno cósmico y asumió el reto de llevar a cabo sus concepciones creativas.

Cada día, en la quietud interior del ser humano, se va gestando el inicio de los nuevos avances que traerán mayor bienestar y paz a la humanidad.

Si quiero un mundo mejor, debo cultivar la paz mentalmente, y visualizar el planeta en armonía, orden, bienestar y paz.

Si anhelo una vida de mayor prosperidad, es preciso aceptar la abundancia en la quietud interior y abrir los canales mentales para su manifestación en el aquí y ahora.

Es preciso exteriorizar toda la nobleza que reside en mi ser para construir un mundo de acuerdo a los elevados ideales del Supremo Arquitecto.

Antes que crecer exteriormente es preciso hacerlo interiormente.

Cuando anhelo resolver alguna situación, la respuesta se encuentra en mi ser interno y la fuerza para culminarla, exitosamente, también.

Aquieto mi ser más y mejor. Confío en la vida y en mí; en todo busco el bien y éste viene a mi encuentro. Mi pensamiento tiene el poder de atraer a mi vida lo que deseo, de acuerdo con la voluntad divina y en armonía con todos y repeler lo que no deseo, en cumplimiento de la ley de aislamiento cósmico. Lo que siembro en mi mente, cosecho en la vida.

Mantengo firme la decisión de alcanzar la realización de mi misión en la vida y el éxito en todos los objetivos personales y profesionales, que, en cada etapa existencial, me propongo.

Encuentro y conservo mi lugar creativo en la vida, desde el cual brindo y recibo ayuda, con afecto, fervor y gratitud.

Puedo si creo que puedo, en cada caso, en armonía con el plan del universo.

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CÓMO UTILIZAR MI POTENCIAL INTERIOR:

En temprana edad aprendí a escuchar con respeto y humildad para detectar las oportunidades de recibir conocimientos y aprender de todos, en forma gradual. La misma vida me va presentando a quienes ejercen las funciones pedagógicas y trasmiten las enseñanzas que, en cada etapa, requiero, oportunamente, casi siempre de donde menos pienso o espero, y, muchísimas veces, sin que la persona que me proporciona la información se de cuenta del bien que me la ha aportado. El mecanismo de la vida refleja una sabiduría que me emociona profundamente.

Siempre he sentido el impulso interior de ir a las fuentes fundamentales de conocimiento de la humanidad, las cuales constituyen un patrimonio común de todos. Opino que, aislarse, restringiéndose a un solo grupo o corriente de pensamiento me privaría de esa visión universal que caracteriza a los grandes pensadores y maestros de todos los tiempos.

Cada época y civilización generó una visión que es preciso conocer y calibrar lo que le inquietó y motivó en su búsqueda de la eterna sabiduría; cómo afrontaron los retos de su tiempo y superaron los obstáculos que las circunstancias que imperaban les antepusieron como pruebas existenciales y cómo, en el curso de los siglos, van apareciendo nuevos pensadores que retoman el hilo de la gran conversación universal donde la dejaron los antecesores.

Entrelazar estos eslabones del conocimiento, aparte de ser apasionante, me permite subirme sobre hombros de gigantes –en la expresión de Newton- y ver más lejos, en el espacio y tiempo, de lo que podría hacerse sin el concurso del aporte dado por las generaciones anteriores.

Es cierto, todo está en el propio interior en estado de potencialidad; pero, es preciso sacarlo al exterior en obras útiles a la humanidad, aprovechando el aporte de los maestros precedentes, por cuanto, donde ellos terminaron, empieza la propia labor y, oportunamente, la iniciación espiritual, en el ser interior, complementa la preparación obtenida por la enseñanza transmitida por ellos. Estoy consciente de que, en cada área de estudio, oportunamente, aparecen los respectivos maestros espirituales que guían y orientan el propio plan de estudios, según la inquietud, el grado de conciencia evolutiva y el área respectiva del conocimiento objeto del propio interés.

Comprendo que es imperativo poseer la visión y la vocación de profundizar en la sabiduría universal de todos los tiempos y países, la de continuar la obra de quienes me han precedido en el camino evolutivo y resolver las incógnitas que han quedado para los tiempos actuales, anticipando soluciones factibles para las del futuro, luego de haber percibido, en la conciencia, su existencia.

Abro la mente a todo el conocimiento posible, en forma gradual, lo máximo factible cada día. Una idea nueva por semana en un año habrá ampliado mi visión con 52; en diez años, con 520, y así sucesivamente.

Con adecuados y correctos pasos de ascensos graduales en el conocimiento, casi sin percatarme, en pocos años, habré consolidado una visión intelectual y espiritual de la vida que, cuando toque potenciar nuevos estados de iluminación por medio de la meditación, esas percepciones interiores podrán ser mejor comprendidas, asimiladas y aprovechadas para optimizar la obra en que participo en mi actual ciclo existencial.

Siempre he tenido la amplitud mental para estudiar las enseñanzas que cada corriente de pensamiento ofrece y tengo un absoluto respeto por las creencias que cada ser humano, en un momento dado, posee de acuerdo a su estado de conciencia. Empero, muchas veces observo que, en muchos de estos grupos se requiere impartir la respectiva enseñanza respetando la libertad de pensamiento e ideas, -libre albedrío- exenta de manipulaciones diversas. Una gota no es el océano y quien busca éste no puede conformarse con aquella, pese a que, en esencia, lo contenga.

Cuando transmito mis experiencias, procuro hacerme cargo mental del efecto probable de mis palabras ya que, comprendo que las personas requieren tiempo suficiente para pasar de un estado de conciencia a otro y me limito a hacer las respectivas sugerencias dejando en libertad, a la persona, que siga su camino libremente, de la misma manera en que me gusta que los demás lo hagan conmigo. Sé, también, que algunas personas, en forma momentánea, estiman innecesaria toda interferencia exterior o ayuda por considerar satisfechas sus necesidades. Respeto dicho criterio. El estudiante debe manifestar su deseo de recibir la enseñanza respectiva y buscar la fuente correspondiente y el maestro pertinente. Lo demás lo lleva a cabo la vida, -gran pedagoga universal y eterna-.

Afirmación:

Amplio mi perspectiva y visión de la vida, estudiando en todas las fuentes de conocimiento que puedan contribuir a mi crecimiento personal, profesional y espiritual.

Desarrollo mi potencial interior y las facultades espirituales, psíquicas, mentales y físicas que poseo y alcanzo un nivel de aprovechamiento cada día mejor en todas las áreas y dimensiones en que me desenvuelvo.

Aprendo, cada día más y mejor, a percibir mi verdadero ser espiritual y a tener conciencia de mi misión cósmica en el eterno presente y a cumplir el rol que me está asignado, en cada etapa, en el quehacer universal y en el día a día.

Percibo, claramente, que vivo en el Creador Universal y que Él tiene un plan de vida para mí, en el aquí y ahora; veo, en cada época, cuál es ese plan y lo cumplo a cabalidad.

Perfecciono mi ser de acuerdo al ideal divino o expectativa que el Creador Universal tiene de mí. Así sea; así será; hecho está.

MEDITACIÓN:

Me interiorizo de la siguiente manera:

• Entro en conexión con la Inteligencia Infinita del Universo, contando de cero a uno: 0-1-.
• Ahora, estoy ya en conexión con la Inteligencia Infinita del Universo.
• Soy uno con el Ser Universal. (Diez veces.)
• Conservo pleno control sobre todas mis facultades físicas, mentales y espirituales.
• Visualizo una rueda de luz blanca en movimiento. (El círculo y el más en el centro.)
• Me pregunto tres veces:

I. ¿Quién soy yo?
II. ¿Quién soy yo?
III. ¿Quién soy yo?

• Repito ahora, tres veces:

I. Yo soy.
II. Yo soy.
III. Yo soy.

Espero y observo.

Realizo esta meditación cuantas veces experimento el deseo interior de llevarla a cabo. Aparte de percibir, mentalmente, una probable cadena de rostros que significan ciclos de vida anteriores y de obtener estados de conciencia e iluminación como respuesta a la pregunta, experimento una gran quietud y paz mental y espiritual al compenetrarme más íntimamente con la verdadera esencia de mi ser o personalidad del alma.

Todo el conocimiento de mis vidas anteriores reside en mi archivo espiritual –en el alma-, el cual, si bien dejo de recordar en el plano objetivo por no haber sido mi cerebro físico actual quien registró el mismo, la evolución alcanzada se manifiesta, en este ciclo de vida, como estados de conciencia o visión de las cosas, percepción intuitiva que no es otra que mi capacidad innata o aptitudes naturales, en cierta manera, los dones que poseo y que, en forma personal he desarrollado en mis existencias pasadas hasta alcanzar el presente nivel.

La interiorización y la meditación permiten desarrollar una mejor percepción y unificación de los citados estados de conciencia en relación a mi propio ser y todo lo que me es inherente en la vida.

Sigo siempre adelante.

LA REENCARNACIÓN COMO VEHÍCULO DEL ETERNO RETORNO

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LA REENCARNACIÓN COMO VEHÍCULO
DEL ETERNO RETORNO
Por: © Giuseppe Isgró Cattafi
Del libro: El retorno a la natura
–Escritos de juventud-. Año: 1971.

-“Muchas moradas tiene la casa de mi Padre”..
-“Os es necesario nacer, renacer y volver a nacer”.
-“En verdad os digo que no verá el reino de los cielos el que no naciere de nuevo”.
-“Yo fui antes de Moisés y después de él”.
Jesús de Nazareth
-Vida de Jesús dictada por él mismo-
-“Y sus discípulos le preguntaron: -¿Pues, por qué dicen los escribas que Elías debía venir primero? Y él le respondió: -Elías, en verdad, ha de venir y restablecerá todas las cosas. Pero os digo que ya vino Elías y no le conocieron, antes hicieron con él cuanto quisieron. Así ellos harán padecer al hijo del hombre. Entonces entendieron los discípulos que de Juan El Bautista les había hablado”.
(Mateo, cap. XVII, V. 10 a 13;
Marcos, cap. IX, V. 10,11,y 12),.

En la naturaleza, es fácil observar como la igualdad no es el molde que modela todas las cosas, –o seres-, en sus manifestaciones. Existen marcadas diferencias o “desigualdades”; la igualdad sólo existe como ley para que se manifieste la “desigualdad” o variedad. Es decir, cada ser, tiene individualidad propia y en un grado determinado y diferente a los demás, fruto, generalmente, del propio estado evolutivo y de la aplicación de su libre albedrío, en los tres reinos naturales.

Entre los habitantes de la tierra, se observa la existencia de enormes desigualdades sociales, económicas, culturales, etcétera. Existen individuos en todos los “status” sociales. Los hay pobres, ricos, felices, menos felices, evolucionados o muy poco evolucionados, etcétera.

Si admitimos la existencia de un “Creador” de quien provienen todos los seres y cosas, en la naturaleza, y Él dispuso las mismas con estas marcadas diferencias en las condiciones humanas, y de ser cierto que después de la “muerte” unos irían al “cielo” y otros al “infierno”, ese “Creador” merecería los calificativos menos positivos que la mente humana pudiese idear, por cuanto demostraría ser injusto, parcial y poco equitativo, si eso realmente fuese así. ¿Pero, lo es?

¿Sería posible que tanta grandeza, como lo es el ser humano, deba vivir una existencia de esfuerzo, con las circunstancias que les son inherentes, para que, luego, ese “Dios” le condene eternamente? ¿Dónde residiría esa misericordia que tanto pregonan las diferentes doctrinas?

Un padre sabio y bondadoso, -como se le supone –y es- al Creador del Universo-, corrige y educa, no castiga; En la naturaleza, observamos la existencia de leyes que una vez violadas por el hombre, generan consecuencias que le llevan a comprender la necesidad e importancia de que en un futuro no las viole más. Es decir, el ser experimenta las consecuencias de la infracción a las leyes naturales y aprende.

El ser humano, en el curso de una existencia, sigue una ruta determinada, desarrolla ideales, vocaciones, pero, el ser más capaz encuentra que el tiempo de un ciclo de vida es corto para desarrollar las concepciones y alcances de su mente.

¿Sería, pues, ese “Creador” capaz de dotar al ser con capacidad de concebir la inmensidad del Universo y no permitirle la posibilidad de sondear –o explorar- la misma? De ser así, ¿dónde residiría su sabiduría?

Tienen razón los antiguos filósofos –Seth, Pitágoras, Sócrates, Cicerón, Orígenes, entre centenares más- y los investigadores espiritistas, -Allan Kardec, Oliver Lodge, León Denis, Gabriel Delanne, Ernesto Bozzano, Joaquín Trincado, Amalia Domingo Soler, Camilo Flamarion y una constelación más- al señalar pruebas que evidencian la realidad de la reencarnación y explicar estos hechos.

Es preciso plantearse dos preguntas: La primera: ¿Por qué existen estas marcadas diferencias, en el planeta Tierra, tomando en cuenta la Reencarnación y el libre albedrío? La segunda: ¿Qué otra razón existe, además?

A la luz de la Doctrina Espirita, la primera pregunta, en lo que queda dicho, está virtualmente contestada; es decir, esas marcadas diferencias existentes en el marco de la humanidad del planeta Tierra, son debidas a que, por el libre albedrío de cada ser, en los infinitos ciclos de vida que vive en múltiples planetas o mundos, por medio del cumplimiento de la ley de la reencarnación, los seres que aprovechan mejor el tiempo se adelantan a aquellos que llevan un ritmo más suave y se van quedando rezagados. Esto está muy claro.

Pero, las diferencias son tan marcadas entre los seres, dentro del planeta Tierra, que es preciso complementar esta explicación con elementos de juicios adicionales que permitan precisar exactamente la razón esencial. Por eso el planteamiento de la segunda pregunta, inquiriendo: -¿Qué otra razón existe, además?

Primeramente, recordemos una pregunta que planteara Allan Kardec a los Espíritus en El libro de los Espíritus, signada con el No. 172, en el capítulo Pluralidad de las existencias, la cual es: -“Las diversas existencias corporales se efectúan todas sobre la tierra? El Maestro obtiene por respuesta: -“No, sino en los diversos mundos; la de aquí –la Tierra- no es ni la primera ni la última, sino todavía una de las más materiales y lejanas de la perfección”.

Tanto la pregunta efectuada como la respuesta obtenida por el Maestro Kardec revisten variada importancia.

En el planeta Tierra, existe una familia primitiva que proviene de dos mundos anteriores denominados “Mundo embrionario” y “Mundo primitivo”, es decir, para la familia primitiva del planeta Tierra, este sería su tercer mundo; empero, hay que destacar, que los integrantes espirituales de la familia primitiva mencionada, no necesariamente todos vivieron en el mismo mundo embrionario y no todos en el mismo mundo primitivo; es decir, por la philia, -rasgos, aptitudes, tendencias, costumbres, idiosincrasia, etcétera-, los diversos grupos de la familia primitiva podría provenir de diversos mundos primitivos anteriores, vale decir, cada grupo de un mundo diferente, por lo cual, pese a ser más o menos uniforme el grado de progreso de los diversos grupos humanos en el planeta, por provenir de diferentes mundos, sus aptitudes, costumbres, lenguaje, tendencias, son diferentes entre uno y otros, pero similar su estado evolutivo.

Pero, a medida que ha transcurrido el tiempo sobre el planeta Tierra, van surgiendo civilizaciones diferentes, con niveles evolutivos marcadamente superiores a los diversos grupos originarios. ¿A qué se debe esto?

Es sabido que, en los mundos, -en el inmenso universo- se llega a una etapa de progreso en donde una mayoría ha aprovechado el tiempo de manera óptima, entre un grado mínimo aceptable y un grado excelente evolutivo, dentro del esquema de cada mundo; pero, siempre existe una minoría que se queda rezagada y que, llega un momento en que constituye un serio problema para la gran mayoría, y es cuando ésta pide a la justicia divina y a los regidores de ese mundo en particular que se efectúe el llamado “juicio de mayoría o juicio final”; aquellos que desacatan someterse a los dictados de progreso de la mayoría es invitada a desalojar el planeta y según el nivel evolutivo de cada grupo, es reubicado en un mundo que le sea afín, pero siempre será un mundo de menor progreso al que dejan, en el cual, cada grupo espiritual pasa desde la condición de ser un obstáculo al progreso –en ese mundo más adelantado- a convertirse en maestro, en el nuevo mundo menos evolucionado a que ha sido remitido, donde, empero, conserva el grado evolutivo alcanzado en su anterior morada y a partir del cual comienza su labor en la nueva. Esas son las historias que la memoria ancestral conserva de los “ángeles caídos”, del paraíso perdido, entre otros, y que determinadas corrientes del Espiritismo explican, entre ellos, Allan Kardec, Joaquín Trincado y Rodolfo Benavides, empero, hay otras fuentes dispersas.
Al haber ocurrido, en diferentes épocas, juicios de mayoría en diversos mundos, los retrógradas de los mismos cuyo grado evolutivo lo ameritaba han sido enviados al Planeta Tierra, por eso vemos como han emergido civilizaciones como la Atlante, la de Lemuria, la Hindú, la China, la Egipcia, la Sumeria, la Mesopotámica, la Griega, la Etrusca, la Romana, la Íbera, la Árabe, las Precolombinas, etcétera, cuyos rasgos culturales, manifestaciones espirituales, grupos étnicos, costumbres y sensibilidad artística son marcadamente superiores a los que hasta ese momentos hubiesen manifestados todos los diversos grupos de la familia primitiva de la Tierra.

Aquí entra en juego la explicación del libre albedrío y la ley de reencarnación y la del Karma; esta es la verdadera razón por la cual existen tan marcadas diferencias entre los diversos segmentos de la familia humana del planeta Tierra.

Los mundos que suelen señalarse como más adelantados que la Tierra, los cuales constituyen probables fuentes de origen de inmigraciones espirituales, son: Júpiter, Saturno, Neptuno, Venus, entre otros. Quizá, las probables características de los Atlantes, Lemures, Chinos, Egipcios y Precolombinos, haya que buscarlas en las inmigraciones provenientes de Júpiter y Saturno, quizá unos 200 mil años antes de nuestra era; y las Hindúes, las Griegas, Etruscas, Romanas, Árabes, etcétera, en las inmigraciones de Neptuno, Venus, y otros, a partir de 3.800 años -o más- antes de nuestra era. (Analizar la probable antigüedad de los Vedas estimada en 18.000 años antes de n.e., por las referencias astronómicas que contienen, de acuerdo a la Doctrina Secreta de H. P. Blavasky, lo cual determinaría la existencia de un grupo de sabios receptores de los Vedas anteriores al grupo que se inicia con Adán y Eva históricos y su hijo Seth y la recepción de las Leyes de Manú).

Es preciso traer a colación otro de los puntos tocados por el maestro Kardec, en la pregunta Nº 178 del citado capítulo Pluralidad de las existencias, de El libro de los Espíritus, en la cual inquiere: -“Pueden los Espíritus reencarnarse en un mundo relativamente inferior a aquel sobre el cual han ya vivido?

La respuesta que obtiene, el Maestro, expresa: -“Sí, cuando tienen que cumplir una misión para contribuir al progreso de la humanidad de ese mundo; en cuyo caso aceptan con alegría las tribulaciones de aquella existencia por cuanto aportan, ellos, el medio de progresar”.

Acto seguido, hay otra pregunta: -“¿No sucede así, también, por expiación, pudiendo Dios mandar espíritus rebeldes en mundos inferiores?”

La respuesta que el Maestro obtiene, es: -“Los espíritus pueden quedar estancados, pero no regresar atrás: su castigo consiste en no progresar y en repetir las existencias mal empleadas en el medio afín a su propia naturaleza”. (Subrayado nuestro).

Lógicamente, existen etapas evolutivas en la vida de un mundo en que al espíritu estancado no se le obliga por el libre albedrío que sustenta; empero, a una cierta etapa, los que se quedan muy rezagados, que constituyen un problema para la mayoría, al efectuarse el juicio de mayoría, siempre se le concede un período durante el cual ellos puede optar entre quedarse o ser expulsados; sigue siendo un privilegio del espíritu elegir; según su nivel evolutivo –y elección- es reubicado en el medio más idóneo a sus gustos y preferencias. Pero, en el nuevo escenario, generalmente viene a traer un muevo progreso y, también, muchas veces, el problema que constituía en el mundo anterior, también lo constituye aquí, pero, lucha entre sus iguales o, a veces, peores que él, pero, todos tendrán que progresar oportunamente.

Otra de las objeciones que suele anteponerse a la reencarnación, es: -“Por qué, si en los primeros tiempo de vida en el planeta había pocos habitantes, de ser realidad la reencarnación, la población sería siempre la misma, pero, ha ido siempre aumentando; -¿de dónde han salido esos nuevos espíritus?”-

La objeción encierra, en sí, dos preguntas o planteamientos; la primera, hay una humanidad en constante crecimiento que sugiere un incremento de entes espirituales y la pregunta es, ¿de dónde sale esa cantidad creciente de nuevos espíritus? La segunda, si hay nuevos espíritus, por cuanto existen ahora más personas, en el planeta, que hace varios miles de años, -suponen los que anteponen la objeción-, es porque hay una causa diferente a la reencarnación que lo determina, sino siempre sería la misma cantidad de personas.

La explicación dada antes, en cuanto a las desigualdades entre los diversos segmentos de la humanidad del planeta, con una familia espiritual originaria del planeta y las sucesivas llegadas de grupos espirituales desterrados de otros mundos al realizarse los respectivos juicios de mayoría en sus mundos, más aquellos grupos que vienen al planeta en misión para ayudar al progreso, -que son los grupos minoritarios-, sirve para explicar, aquí, porque a través del tiempo va aumentando el número de integrantes de la humanidad, lo cual, no sólo no invalida la ley de reencarnación sino que, después de su llegada, cada miembro de los diversos grupos, en el logro de los respectivos objetivos existenciales, va realizando las diferentes reencarnaciones, sin límite alguno, hasta completar el cupo que le es inherente en este planeta, para luego ascender al mundo que le corresponda, en la siguiente fase evolutiva.
Es decir, la familia espiritual del planeta tierra va aumentando en la medida en que nuevos integrantes vienen a formar parte de este planeta, en similitud a las corrientes inmigratorias que se van sucediendo en los diversos países del planeta tierra, contribuyendo a transformar los grupos étnicos con su aporte multidimensional. En línea general, el planeta tierra tiene una familia espiritual, conformada con entes provenientes de diferentes fuentes, que, en un momento dado, siempre, –en el espacio-, será superior a la encarnada.

El siglo XX, ha abierto el horizonte cultural en todas las corrientes del pensamiento y campos del saber. El ser humano sondea con confianza y comprende, comprueba, que las “experiencias psíquicas” no son meras ficciones. Las ciencias psíquicas –en sus diversas denominaciones de Investigaciones Psíquicas, Metapsíquica y Parapsicología, de manera preponderante- han tomado un auge tal que culminará sólo en una mayor y profunda comprensión del ser sobre sí mismo.

A continuación, transcribimos del diario “El Nacional” –de Venezuela-, del 23-01-1971, el siguiente artículo sobre recientes investigaciones del Dr. Ian Stevenson, de algunos casos de reencarnación:

“POR PRIMERA VEZ LA CIENCIA ACEPTA ESTUDIAR ALGUNOS CASOS COMPROBADOS DE REENCARNACIÓN”.

“EL MISTERIO DE LA SEGUNDA VIDA”.
“HASTA HACE POCO TIEMPO, QUIEN HABLASE DE REENCARNACIÓN ERA UN MÍSTICO O UN CHARLATAN A LOS OOS DE LA CIENCIA. AHORA SURGE EN LOS ESTADOS UNIDOS EL PRIMER ESTUDIO SERIO AL RESPECTO, OBRA DEL DOCTOR IAN STEVENSON, UN PROFESOR UNIVERSITARIO QUE NO CREE EN FANTASMAS, PERO DESCUBRIÓ QUE EN CIERTA FORMA, SÍ EXISTEN.

“Vive actualmente en Nueva York una señora de 69 años, holandesa, de pequeña estatura y morena, que se llamó otrora Henriette Ross. Cambió de nombre al casarse con hombre llamado Weisz. Más tarde se divorció y aunque en Holanda las divorciadas también recuperan su nombre de solteras, ella prefirió no proceder de esa manera. Su madre la reprendió una vez a causa de eso, pero la oven le contestó: -“Me siento más cómoda con ese nombre”, y acabó por firmarse Henriette Weisz Ross.

“Se fue a vivir a París donde se ganaba la vida pintando. Hacía principalmente retratos. Una noche, en el verano de 1936, se acostó temprano, pero algunos pensamientos insistentes le impedían conciliar el sueño. Volvió a levantarse y se puso a pintar. Lo más singular del caso es que lo hizo en la oscuridad, casi automáticamente, sin tener la menor idea de lo que estaba pintando. Luego, calmada, regresó al lecho y se durmió profundamente. A la mañana siguiente vio en su caballete el retrato de una mujer joven.

“La experiencia no podía ser más extraña. Tratando de aclarar el misterio, llevó un día el cuadro a una médium que, según se decía, poseía poderes psíquicos y conocimientos extra-sensoriales, respecto a los objetos que contemplaba o que tocaba. Esa mujer le dio que Goya, el gran pintor español fallecido en 1828 le había hablado: -“El me dio que usted lo recibió en su casa, en una gran ciudad al sur de Francia y en aquel entonces usted lo ayudó a escapar del país y de sus enemigos. Goya aún le estaba agradecido y quería prestarle ayuda, pero sentía que ella se resis tía”. Era su educación académica –dio la médium- la razón de la actitud rígida, que no aceptaba la orientación del artista español; “fue por eso que la obligó a pintar en la oscuridad, a fin de que usted no se diese cuenta de lo que estaba haciendo”.

“La Sra. Weisz-Ross, confiesa que, a pesar de ser pintora, no había leído nunca nada sobre Goya. Esa misma noche va a casa de una amiga que posee un templar de una detallada biografía del artista español. Al leerla, descubre la historia de Rosarito Weisz, en cuya casa de Burdeos, Goya se había hospedado durante el período que estuvo exiliado, ya casi al final de su vida.

“La Sra. Weisz-Ross cree que su experiencia prueba la Reencarnación, vale decir, el hecho de que ella vivió, aparentemente, en una vida anterior.

“NI LA HERENCIA NI EL AMBIENTE PUEDEN EXPLICAR A CABALIDAD LA PERSONALIDAD DEL HOMBRE. ¿QUÉ HAY DETRÁS DE ELLA?

“Uno de los más grandes investigadores de esta materia en los Estados Unidos es un psiquiatra llamado Ian Stevenson. El estudió el caso de la pintora holandesa y atestigua la verdad de los hechos. Y este caso es sólo uno de los numerosos templos que recogió en decenas de entrevistas e investigaciones.

“Para la mayoría de la gente culta del mundo occidental, la idea de la reencarnación es una aberración de la ortodoxia religiosa. ¿Cómo puede entonces una persona seria, un verdadero científico, dedicarse a este tipo de estudios e investigaciones?

“El doctor Ian Stevenson es un hombre alto, flaco, de hablar lento, con casi 51 años; hizo sus estudios de medicina en la Universidad McGill de Montreal. Durante años se dedicó a pesquisas convencionales. El año pasado la editora Little, Brown & Co., publicó su libro “The Psichiatric Examination”.

“Este año, la editora Harper & Row lanzará una nueva edición de otro de sus trabaos, “The Diagnostic Interview”. En 1953 empezó a interesarse por la reencarnación. La razón que lo llevó a eso fue el sentimiento de insatisfacción sobre los conocimientos disponibles sobre la herencia y de las influencias ambientales , consideradas aisladamente o en su conjunto, en el examen de la personalidad.

“EN SUS ARCHIVOS FIGURAN DECENAS DE CASOS COMPROBADOS.

“Cuatro años después aceptó el cargo de director del Departamento de Psiquiatría y Neurología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Virginia. Ese puesto le fue ofrecido por autoridades universitarias que conocían su interés en Parapsicología y, particularmente en reencarnación.

“Ejerce actualmente el cargo de profesor de Psiquiatría. Aún enseña, administra y hace pesquisas en la línea tradicional, pero gran parte de su esfuerzo está ahora dirigido hacia un campo nuevo. Y el resultado de ese esfuerzo lo representa un archivo con centenas de casos de aparente reencarnación, ocurridos en varias partes del mundo. Algunos están basados en relatos publicados, pero otros fueron descubiertos personalmente por él y sus socios.

“Es más o menos sabido que algunas religiones orientales, como el budismo y el hinduismo están basadas en la reencarnación.

“El doctor Stevenson admite por lo menos ocho alternativas para explicar casos que parecen ser de reencarnación. Fraude es lo primero que se le ocurre pensar a cualquiera. Pero el doctor Stevenson no toma muy en cuenta esto, porque en ningún caso hay retribución financiera. Publicidad podría ser otro motivo, pero esta es generalmente indeseable, sea en Oriente u Occidente.

“Otra posibilidad es la derivación de recuerdos de fuentes que después son olvidadas. El doctor Stevenson recuerda el caso de un oven que, hipnotizado, hablaba una lengua desconocida que después se descubrió ser el dialecto toscazo, hablado en una región de Italia en el siglo III antes de n.e. La fuente, como después se descubrió, era una gramática de esa lengua que el muchacho tomara en su infancia de la biblioteca paterna, la había estado leyendo y conservó en su memoria algunas frases.

“Entre las explicaciones plausibles está la “memoria racial”, se transite a través de los genes , de generación en generación; la “posesión”, esto es la ocupación del cuerpo de una persona viva por el espíritu de una persona muerta o desencarnada, la percepción extra-sensorial; la presencia (que es el don de revelar las cosas pasadas); y la comunicación con una personalidad sobreviviente. El doctor Stevenson niega, en los casos por él registrados, cualquier ligación con esas diversas motivaciones.

“Chester Carlson, inventor de la Xerox, fue uno de los entusiastas financiadotes del doctor Stevenson. En diciembre del año pasado la Asociación Americana por el Progreso de la Ciencia –el cuerpo más amplios de científicos del mundo- concedió a la asociación de Parapsicología el derecho de filiación en sus cuerpos, aún sabiendo que ésta estudia la reencarnación.

“El doctor Gardner Murphy, profesor de Psicología de la Universidad de Washington, es el profesor de la Sociedad Americana de Pesquisas Psíquicas, y tiene en alta estima al doctor Stevenson.

“La Dra. Gertrudis Schmeidler, profesora de Psicología en el City Colllege de Nueva Cork, es de la misma opinión, como los son asimismo los doctores Albert Stunkard, director del departamento de Psiquiatría de la Universidad de Pensilvania, en Filadelfia y Herbert S. Ripley, que ocupa igual puesto en la Universidad de Seattle. Todos concuerdan en que el doctor Stevenson es un científico serio y competente. Falta saber si Ian Stevenson conseguirá dar una respuesta definitiva a la pregunta: -¿Existe otra vida más allá de la muerte?”

“El problema está abierto: los estudios sobre la reencarnación se han convertido hoy en un campo respetable de pesquisas científicas”.
La reencarnación, para los estudiantes de metafísica profunda, es un hecho. No importa que se niegue o afirme, la realidad de la reencarnación no variará por eso.

El ser humano, tiene por misión “labrar evolución”, progresar, hacerse sabio, para lo cual, el Universo infinito se ofrece como taller experimental del hombre.

Como es conocido por los físicos y estudiantes de la Escuela Espiritista, la materia no es más que un estado determinado o “condensación” de energía en un número “x” de vibraciones.

Los tres reinos de la naturaleza son transformadores de energía; absorben energía del medio ambiente, adquieren forma determinada y se transforman para luego “volver” a su etapa inicial, es decir, la energía o estado de energía.

El cuerpo del hombre, es relacionado por Papus (Dr. Gerard Encausse) con un coche tirado por caballos, donde el coche es el vehículo o instrumento físico de trabajo, de transporte; por supuesto, el caballo representa el papel de los “instintos” que el hombre, o sea, el “ente inteligente y espiritual” intenta dominar y domina en el curso de su evolución.

El hombre, en la Cátedra del Espiritismo, así como en algunas órdenes esotéricas y aún en la obra divulgativa de Papus, es estudiado en sus tres entidades, que resultan ser: El espíritu o ente inteligente; el alma o intermediario entre el cuerpo y el espíritu, y el cuerpo o vehículo físico.

Es en las enseñanzas del Espiritismo donde todo estudioso y amante de la sabiduría, puede encontrar un conocimiento profundo del hombre en las tres entidades señaladas y su misión sublime en el Universo, libre de dogmatismos superfluos.

El ente espiritual, es el verdadero ser en sí; es el llamado “yo interno”, es quien evoluciona, se hace sabio, y utiliza el cuerpo material como un instrumento, o vehículo, en cada nueva encarnación, en un proceso infinito, en el eterno presente, mientras tanto va ascendiendo en evolución, en sabiduría, hasta adquirir el llamado grado de Maestro de la Naturaleza o del Universo, y como tal, luego, ayudar, enseñar a los “hermanos menores”, es decir, dirigir la evolución de los mundos, con lo cual, el Maestro continúa ascendiendo en evolución, en sabiduría, porque siempre hay un más allá, y no porque se haya graduado de Maestro no tiene nada más que aprender, sino que como aquel que se gradúa de doctor en una Universidad, es a partir de entonces cuando realmente comenzará a disfrutar la Luz, comprender su intensidad y participar en un proceso creativo de nuevas realidades según las concepciones que ese elevado nivel evolutivo le permita desarrollar.
Una de las objeciones que se tejen alrededor de la reencarnación es la que expresa que “el ser humano no puede tener varios cuerpos” y por tal motivo algunos consideran que la reencarnación es una teoría gratuita.

Por supuesto que el ser humano, en el cumplimiento de la Ley de la Reencarnación, no tiene varios cuerpos, en el sentido de que yo estoy encarnado aquí en América y al mismo tiempo me encuentro encarnado en otro cuerpo, en Japón.

Sólo se puede tener un cuerpo a la vez. El cuerpo del hombre es como un vestido, cuando ya no le sirve se desecha, se cambia por otro.

En la naturaleza, ningún organismo es perpetuo. Hay una ley que determina que los cuerpos biológicos nazcan de la forma conocida según la especie, pero en su desarrollo toman o absorben energía del medio ambiente. Una vez desarrollados, comienzan un proceso de envejecimiento, con el cual, gradualmente, se llega al estado de desencarnación -o transición- que permite la transformación del organismo, determinando que las partículas, o sustancias químicas que lo integraban, regresen, retornen nuevamente al estado primario, es decir, a la energía, en su aspecto físico, preservándose, al mismo tiempo o paralelamente, el ente espiritual que le animaba, que en el reino mineral recibe el nombre de espíritu elemental; en el vegetal y en el animal, es un espíritu de acuerdo con la especie. Es oportuno recordar aquí que el reino animal recibe esta denominación al hecho de atribuirle, los antiguos, la posesión de un alma o ánima, del griego psique.

Deducimos que, si esa energía fue usada una vez para usar un cuerpo determinado, ¿por qué se debería dejar de utilizarla, nuevamente, para el desarrollo de otro cuerpo?

Nada se pierde en la naturaleza. El ser humano toma energía del depósito universal, la utiliza y luego la regresa al mismo transformada, para nuevamente ser utilizada, y así infinitamente.

El cuerpo del ser humano, -e igualmente en los tres reinos naturales-, una vez que agotó los recursos físicos o fisiológicos de los cuales estaba abastecido, y en cuyas condiciones servía al espíritu de vehículo, de instrumento de trabajo, es abandonado por éste, sufriendo los conocidos procesos durante los cuales se transforman en partículas de la misma naturaleza en que se encontraban inicialmente cuando fueron utilizadas.

Entonces, el Ente Espiritual-Inteligente –el espíritu- que animaba ese cuerpo ¿se debería perder?

Se puede asumir, confiadamente, que no. El espíritu tomará materia en una sucesiva reencarnación e impulsará su progreso a partir del grado en que quedara en la precedente. Ese grado de progreso al cual ha llegado en la última existencia se puede denominar “suma existencial”, cuya evolución alcanzada se traduce en un determinado grado de conciencia. (Ese grado de conciencia podría significar un determinado grado de absorción de Dios y/o, a la vez, un determinado grado de manifestación –o expresión- de Dios; –meditar este punto-).
Las condiciones menos positivas de esa suma existencial, son las que, el espíritu, deberá transmutar en los siguientes ciclos de vida paralelamente que va escalando otros niveles evolutivos de acuerdo a los planes del mundo en que vive en un momento dado.

Una de las principales objeciones que se anteponen a la reencarnación es que “el ser humano no recuerda sus existencias pasadas”, y sus sostenedores plantean la siguiente pregunta: -“Si el hombre reencarna, ¿por qué no guarda recuerdo de sus existencias pasadas?
Existen diversas respuestas que explican correctamente esta objeción.

En primer lugar, las leyes naturales y “divinas” son muy sabias. Suponiendo que Juan Xavier mandara a mejor vida a Antonio José en una existencia pasada, por cualquier motivo. Si en una de las siguientes existencias de ambos volvieran a encontrarse y lograran reconocerse, es muy probable que el uno volviese a mandar a mejor vida al otro o viceversa. Esto, desde luego, no pondría fin a las condiciones de enemistad entre los seres, en el proceso evolutivo.

En segundo lugar, si la persona recordase quien fue y las cosas poco positivas que, eventualmente, hubiere realizado, ese conocimiento le atormentaría en tal grado que sería un obstáculo a su progreso evolutivo en el actual ciclo de vida; pese que, en la práctica, los efectos de los hechos pocos positivos que se hayan realizados en ciclos de vida anteriores, dejan sus huellas en la presente existencia, al manifestarse sus efectos como fobias, tendencias, hábitos o rasgos de personalidad que reproducen conductas propias de existencias anteriores, tanto a nivel mental, como físico, que se expresan mediante marcas de nacimiento que son reproducciones de las eventuales señales que por diversas circunstancias haya experimentado en su cuerpo, la persona en particular. La ciencia ha denominado a estas señales como philias, que engloba tanto a los rasgos psicológicos como los físicos.

Es fácil observar como en muchas familias existen hermanos que se odian, padres e hijos que sin motivos aparentes son enemigos, etcétera. Esto se debe a circunstancias propias de vidas anteriores y que, la ley divina, por una parte, y por la otra, los mismos seres, al preparar su plan de vida para el siguiente ciclo existencial, eligen nacer en el seno de la misma familia para que los lazos sanguíneos vayan limando las asperezas y nazca la afinidad entre los seres que lo requieran, compensándose, al mismo tiempo, las respectivas deudas karmicas que pudieran existir.

Lógicamente, quienes objetan la reencarnación suelen anteponer como explicación que ello acontece por influencia de factores ambientales. Por supuesto, este tipo de respuesta resulta insatisfactoria; hay causas más profundas, como se ha visto.

La Cátedra de Espiritismo, en dos aforismos enunciados por Joaquín Trincado, que reflejan una realidad universal, expresa: -“Si odias tendrás que amar; si matas, con tus besos resucitarás al muerto”.

Es decir, como ya fue expresado, el primer aforismo, por efecto de la ley divina de compensación o, denominada, también, ley del karma, en los medios esotéricos y doctrinas orientales, es tan sabia que agrupa a enemigos en la misma familia, para que los lazos familiares o “nexos sanguíneos” permitan que nazca la afinidad, lo cual muchas veces se cumple por medio de muchas reencarnaciones. Mientras que, de acuerdo al segundo aforismo, quien haya quitado una vida, deberá reponerla, por lo cual, en una sucesiva reencarnación, la persona será la madre de aquel que antes mandara a mejor vida y “con sus besos resucitará al muerto”. De acuerdo a las circunstancias se puede ser madre o padre, de la persona a quien se debe la vida, pero, en ambos casos, los besos de ambos progenitores están presentes.

En tercer lugar, es preciso destacar que, lo que un cerebro no percibe por los sentidos físicos y no graba en la memoria actual, es imposible que pueda recordarlo.

Es decir, el cerebro actual, de cualquier persona, no podría recordar lo que no ha registrado, como sería el caso de lo acontecido en existencias anteriores cuyos hechos registraron en sus respectivos cerebros. Entonces, surge una pregunta: -“¿Ese conocimiento se pierde?

Por supuesto que no. Paralelamente con la memoria física registrada por el respectivo cerebro, en un ciclo de vida determinado, existe una memoria espiritual que conforma el archivo espiritual del hombre, el cual reside en el alma –y yo diría que también en el espíritu-, es decir, existe un triple registro, a nivel físico, anímico y espiritual. Con la desencarnación –o transición- se pierde el registro físico de la memoria –que en mi opinión, funge únicamente de puerta de acceso a la verdadera memoria, la del alma y como medio de expresión objetiva- de una determinada existencia, pero lo conserva el alma –y el espíritu-, donde el alma de cada ciclo de vida conforma un eslabón de una extensísima cadena, tan grande como ciclos de vida haya tenido el espíritu, que conforma su archivo espiritual, en el cual mira –automáticamente- cuando quiere recordar algo; pero, en el espíritu, el efecto de esa memoria espiritual acumulada se refleja como estado de conciencia, capacidad de percepción y visión de la realidad universal en el respectivo grado.

Por eso, el grado evolutivo alcanzado en cada uno de los ciclos de vida se traduce, en el momento actual como “suma existencial”, es decir, el saldo existencial, que arroja un resultado, manifestándose, en la actual existencia como capacidad o aptitud de hacer, vocación, visión, habilidad, capacidad innata, etcétera, o en su aspecto negativo, como fobias, tendencias, hábitos, etcétera, cuya prueba consistirá en transmutarlas en su polaridad positiva.

La relajación profunda, la interiorización y la meditación –en Dios y sus atributos divinos o valores universales-, permiten la unificación de la conciencia de las memorias espirituales archivadas y desarrollar la capacidad de percepción en un grado más elevado mediante la cual aflora en forma intuitiva el conocimiento de ese acervo acumulado. Paralelamente, permite acceder a fuentes de conocimientos archivados en las memorias espirituales de los seres en el respectivo nivel evolutivo o esfera mental en que cada uno se desenvuelve –en la ecología mental: entes encarnados y entes del plano espiritual, pues ambos conforman una sola ecología mental- y percibir el conocimiento que, en un momento dado, se pueda requerir.

Entrar en un nivel fronterizo de conciencia, por medio de la relajación, interiorización y meditación, permite recordar, revivir, percibir, a nivel espiritual determinadas circunstancias que, una vez vuelto a la materia, a nivel psico-sensorial se lleva a cabo un registro en el actual cerebro, teniéndose conciencia de un conocimiento que trasciende y va más allá de la propia recepción a través de los presentes sentidos físicos.

Una de las cosas que suele llamar poderosamente la atención es el hecho que tan pronto se conozca una persona, por primera vez, parece como si la conociéramos de “toda la vida” o viceversa, sin causa visible para ello, nos cae mal.

Hay quien atribuye este hecho a la exteriorización del aura, es decir, por la sintonización magnética de los individuos es posible detectar el estado anímico positivo o negativo, lo cual permite recibir impresiones favorables o desfavorables de una persona. También, por este mismo mecanismo, se puede percibir si la persona sufre algún dolor en determinada parte de su cuerpo, experimentando la sensación en la misma parte del cuerpo, es decir, el mismo fenómeno tiene manifestaciones diversas. Al mismo tiempo, la auto-imagen de la persona, positiva o no, es percibida, en forma automática por las personas con quienes se entra en contacto, con su respectivo efecto de atracción o repulsión.

De igual manera, otra explicación plausible es la percepción espiritual del estado psíquico de la persona, vía telepatía, -es decir, comunicación de contenidos mentales-, que permite conocer aspectos menos positivos de la persona o muy positivos que determinen la atracción positiva o no.

Esto es cierto, empero, en gran número de casos que se presentan a diario existe una relación que data de existencias pasadas.

Ahora, bien, ¿será verdad que el ser humano no recuerda nada de sus existencias pasadas?

¿Cómo podría explicarse el caso de millones de personas que “saben tantas cosas” que nadie le ha enseñado” y que de manera innata están posesionados de tales conocimientos, habilidades o aptitudes?

¿Cómo clasificaríamos el hecho de que haya niños que a la edad de 4 años sean músicos, poetas, matemáticos, y aún otros que fácilmente pueden hablar y escribir varios idiomas, algunos de los cuales muchas veces antiguos y ya en desuso?

Por supuesto que lo anterior no es sino una cita pequeña de los sorprendentes casos que en la naturaleza humana abundan y que como ejemplos sirven para comprender tan importante ley como es la reencarnación.

Algunos dicen: -¡Son genios! Pero, los genios no existen en la acepción que le considera “seres privilegiados de Dios”.

¿No será ese “niño prodigio” que sobresale en matemática a la edad de cuatro años, un Ser o Espíritu que, en una existencia anterior cultivó profundamente las matemáticas, alcanzando un dominio tal en las mismas, que al reencarnar de nuevo, especialmente en la niñez, cuando los lazos que unen al espíritu con la materia son “elásticos” y permiten que aquél tenga cierta emancipación o libertad del cuerpo, hasta el grado en que, con relativa facilidad rememora sus conocimientos de matemáticas, -o de otra índole- aplicándolos de manera sorprendente para la edad de 4 años, edad en que generalmente no ha tenido la oportunidad de estudiar esa u otra materia?

De manera similar acontece con gran número de personas, en mayor o menor grado, que sin haber estudiado una rama determinada del saber humano, se encuentran en capacidad de comprender los más arduos problemas de la manera más natural.

El siguiente caso, acontecido con Blaise Pascal, que copiamos de la biografía “Pascal, La Vida del Genio”, de Morris Bishop, ilustra, admirablemente, este punto de estudio sobre la Reencarnación:

“DESCUBRIMIENTO DE LA GEOMETRÍA”

“La extraordinaria precocidad de Blaise Pascal trastornó por completo el plan educativo que su padre había forjado.

“Las conversaciones sostenidas por Etienne con sus solemnes amigos solían ser acerca de las matemáticas y de la geometría.

-“¿Qué era aquello de la geometría?, -se preguntaba el muchacho y preguntaba a los demás. Y el padre le contestaba, con su acostumbrada sobriedad, que era el más alto y más noble de todos los conocimientos.

“Acaso le recordase la inscripción que figuraba en la puerta de la Academia de Platón, y que decía: -“Que no entre aquí ningún ignorante de la geometría”.

“Blaise se sentía decepcionado y molesto y pedía y suplicaba se le instruyera en las matemáticas, igual que otro niño hubiera pedido se le diesen dulces.

“Pero el padre se negó resueltamente a ello, porque temía que el muchacho distrajese su atención de los clásicos por concentrarla en la geometría; sin embargo, le prometió hacerle aprender las matemáticas en cuanto supiese el latín y el griego.

“A fin de poner fuera del alcance del chico tales golosinas intelectuales, el padre encerró bajo llave todos los libros de texto y rogó a sus amigos que no mencionasen las matemáticas en presencia de aquel pequeño escudriñador.

“Lo único que Blaise consiguió saber de su padre fue que la geometría era la ciencia de hacer diagramas exactos y de averiguar la proporción entre ellos.

“Entregase Blaise a la meditación, solo en su cuarto, y se puso a aplicar tal definición. Comenzó a trazar con carbón diagramas en el suelo de la habitación, tratando de hacer una circunferencia y un triángulo equilátero.

“Al conseguirlo, sintió como si en ello le complaciese n el ritmo y el equilibrio de las líneas.

“Observó ciertas verdades o axiomas, y llegó a formular algunas descripciones circunspectas o definiciones.

“Planteó el mismo algunos problemas y vislumbró métodos de pruebas o demostraciones.

“Gracias a su preparación en el uso del razonamiento, procedió adelante paso a paso, hasta llegar a la trigésima segunda proposición de Euclides, la de que: la suma de los ángulos de un triángulo es igual a dos ángulos rectos.

“Mientras Blaise estaba por completo absorbido en tan intrincado problema, se le ocurrió al padre ir a la habitación del muchacho y se quedó allí parado un gran rato observando la actuación del geómetra inconsciente. No pudo el padre contenerse más y, medio temeroso y medio orgulloso, se dio a explicar la estructura de su lógica con una ridícula e improvisada terminología de “rayas” y “ruedos”, de “líneas rectas” y de “círculos”. Y lo perdonó todo en un gran arrebato de orgullo y de afecto por el hijo.

“Este es poco más o menos el relato hecho por Gilberto, y su relación , en calidad de testigo presencial, es acreedora a todo nuestro respeto. Debe por fuerza , de ser verídica, salvo las naturales exageraciones que el comprensible orgullo de familia haya ido introduciendo en una historia repetida con frecuencia. Se ha impugnado el testimonio de la hermana, fundando la impugnación en el hecho de que el orden de las primeras treinta y dos proposiciones de Euclides no es tan lógicamente inevitable que permita a un desconocedor de las matemáticas , por grande que sea su genio, reproducirlas de igual forma que se hallan en los libros de textos. Pero, es el caso que Gilberto no dijo jamás que su hermano llegase a reproducir milagrosamente a Euclides, sino que llegó por la simple vía de su propio razonamiento a la proposición treinta y dos; resultado perfectamente creíble, si bien de todo punto extraordinario: a decir verdad, casi maravilloso”.

Esa capacidad innata para asimilar, comprender, resolver “ciertas cosas”, es el conocimiento acumulado, la experiencia previa, que como herencia cultural –o espiritual- traemos de existencias anteriores, lo cual es un proceso completamente natural y, además, es un reflejo de las sabias e inmutables leyes de la Creación, las cuales, el ser humano ahora comienza a desentrañar en su esencia profunda y natural.

El ser humano, en cada nueva existencia comienza su nueva etapa evolutiva desde el grado de progreso que alcanzara en la anterior.
Es el mismo ser, quien al final de su existencia, hace un balance de la misma y en base al resultado o saldo, -suma existencial- organiza un plan de trabajo para la sucesiva reencarnación.

Él es quien selecciona donde y cuando nacer, según convenga a su evolución; quienes han de ser los miembros de su familia, etcétera.
Esto es prueba tangible del libre albedrío del ser, aún cuando el cumplimiento de las leyes universales es inexorable y natural, en beneficio de su avance en una ascendente evolución.

EL PODER DE LA PACIENCIA

EL PODER DE LA PACIENCIA

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EL PODER DE LA PACIENCIA

©Giuseppe Isgró C.

La paciencia, como virtud genial, implica previsión de metas y su distribución en espacio y en el tiempo, con pleno dominio del “know how”, para hacer más efectivo tu logro.

La persona, en la vida, comienza por conocer cuales son los instrumentos que habrá de utilizar en su tarea.

Luego, aprende a utilizarlos y, por último, como hacer la obra que le está encomendada.

Más allá de la obra física realizada, llega a comprender que aún hay más.

Adquiere la conciencia de que su obra complementa la realización de un plan diseñado por el Gran Arquitecto del Universo, bajo cuyos designios, en concordancia con la evolución cósmica, adquiere la sabiduría que la paciente búsqueda y autorrealización le permiten.

La acción individual de cada persona constituye una activa cooperación con el plan rector universal.

En todo momento, es conveniente mantener la calma y la paciencia, organizando los esfuerzos en base a estrictas prioridades, continuando, pacientemente, la acción en pos de la meta con expectativa positiva.

Oportunamente, cuando las propias prioridades coinciden con las del engranaje cósmico, y se sincronice con el mismo, desaparece cualquier eventual bloqueo y todo marchará fluidamente.

La humanidad está embarcada en la nave espacial llamada tierra, de cuyo programa de objetivos colectivos se forma parte, con sus responsabilidades inherentes.

Si se restringe el plan de vida a la propia misión cósmica, se tendrá siempre lo necesario para seguir adelante con éxito.

La paciencia es, en toda persona, -y expresión de vida-, la manifestación tangible de la propia comprensión de las leyes que rigen el cosmos.

Cada uno de los propios talentos puede ser mejorado con esfuerzos pacientes y constantes.

William James hizo una valiosa sugerencia al respecto, cuando dijo: -“….Que ningún joven esté ansioso acerca del resultado final de su educación. Cualquiera que sea la línea de su especialidad, si se mantiene fielmente ocupado cada hora del día laborable, puede dejar, sin riesgo alguno, que el resultado aparezca por sí mismo. Puede contar, con perfecta certeza, que se despertará una bonita mañana para encontrarse a sí mismo como uno de los hombres más competentes de su generación, en cualquier campo que pueda haber escogido”-.

El que persevera, con paciencia, atacando los obstáculos uno a uno, resuelve positivamente todas las situaciones, alcanzando sus metas con efectividad.

Un antiguo aforismo expresa: -“Hasta su hora aguanta el que es paciente, más después se le dará contento. Hasta su hora contiene sus palabras, y entonces, muchos labios proclaman su inteligencia”.-

La paciencia es una expresión de la voluntad y dominando en el ánimo controla, externamente, todas las cosas.

Adelante.

VIDA ESPIRITUAL

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Capítulo X

EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS
La obra cumbre del pensamiento universal!!!
Autor: Allan kardec
Versión castellana y comentarios exegéticos: Giuseppe Isgró C.

VIDA ESPIRITUAL

Espíritus en la dimensión espiritual. Mundos transitorios. Sensaciones y sufrimientos de los Espíritus. Elección de las pruebas. Jerarquía social de la dimensión espiritual. Relaciones simpáticas y antipáticas entre los Espíritus. Espíritus gemelos. Memoria de las existencias corpóreas. Conmemoraciones de los desencarnados. Tributos.

ESPÍRITUS EN LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

1. El Espíritu se reencarna inmediatamente después de su separación del cuerpo?
-“Algunas veces inmediatamente; pero, generalmente lo hace después de intervalos más o menos largos. En los mundos superiores la reencarnación es casi siempre inmediata; por cuanto la materia del cuerpo es más depurada, el Espíritu encarnado goza de casi todas sus facultades de Espíritu, y su estado normal es el de vuestros sonámbulos lúcidos”-.
2. Qué es el Espíritu en los intervalos entre las diversas encarnaciones?
-“Un Espíritu que vive en la dimensión espiritual, que aspira a un nuevo destino, y espera”-.
Cuánto pueden durar estos intervalos?
-“Desde unas pocas horas hasta miles de siglos. Del resto, al estado de vida, en la dimensión espiritual, no existen límites extremos fijados, por cuanto puede durar larguísimo tiempo, sin ser jamás perpetuo; el Espíritu encuentra siempre, tarde o temprano, la manera de recomenzar una existencia, la cual sirve a la purificación de las precedentes”-.
Esta duración depende de la voluntad del Espíritu, o puede ser impuesta como una expiación?
-“Es una consecuencia del libre albedrío, por cuanto los Espíritus saben perfectamente lo que hacen. En muchos casos, empero, es una sanción ejecutada por la ley de Dios; otros solicitan de extenderla para continuar realizando estudios que únicamente pueden hacerse útilmente en el estado de Espíritu”-.
3. El estado de Espíritu, en la dimensión espiritual, es un signo de inferioridad entre los entes?
-“No, por cuanto existen Espíritus en todos los grados. La encarnación es una fase transitoria, ya ha sido dicho; en su estado normal, el Espíritu se encuentra libre de la materia”-.
4. Se puede decir que todos los Espíritus desencarnados se encuentran de tránsito en la dimensión espiritual?
-“Solamente aquellos que deben reencarnar; los Espíritus puros que han superado el estado de corporeidad, no: el estado de Espíritu de estos es definitivo”-.
Respecto a las cualidades íntimas, los Espíritus, como hemos visto, son de varios órdenes que ellos recorren sucesivamente a medida que se purifican. En cuanto a su estado, pueden encontrarse encarnados, es decir, unidos a un cuerpo material, y libres, en la dimensión espiritual, es decir, emancipados del cuerpo físico y en espera de una nueva encarnación para el propio mejoramiento; puros, como decir relativamente perfectos y ya no más sometidos a la encarnación.
COMENTARIO EXEGÉTICO: Cuando se menciona el hecho de que, los Espíritus, habiendo alcanzado un determinado grado de pureza, y perfección evolutiva, ya no están obligado a reencarnar, debe entenderse que ya no están obligado a reencarnarse con fines de expiar, compensando, deudas kármicas de existencias pasadas. Es decir, que se han liberado de compromisos que les hacía necesario reencarnar a tales efectos a los fines de compensar, cancelando sus respectivas deudas. Habiendo quedado libres de tales deudas, los Espíritus no se encuentran obligado a hacerlo con tales finalidades kármicas, adquieren una autonomía que trasciende toda obligación con otros seres, Empero, este grado de autonomía y de libertad no implica de que ya jamás deban volver a reencarnar. Esto es preciso descartarlo absolutamente. Existen otras condiciones que obligan a los Espíritus a reencarnarse, como son:
I. El progreso eterno e infinito, en el cual el Espíritu elabora su propio plan de desarrollo, mediante el cual coopera en la realización de la Gran Obra cósmica.
II. El plan de estudio existente en cada mundo, al cual, cada Espíritu se encuentra adscrito, en un momento dado, por propia elección, o por el grado evolutivo alcanzado, que le ubica, automáticamente, en un determinado grupo, ejerciendo, siempre, su libre albedrío, o facultad de autonomía.
III. Por misión autoimpuesta, de cooperar con humanidades que precisan de un instructor en el nivel alcanzado por determinado Espíritu.
IV. Por misión asignada por los Regidores Cósmicos, en un determinado mundo, y libremente aceptada por el Espíritu en particular.
V. Cualquier otra condición en que, los Espíritus, por la ley de la solidaridad, se encuentran obligados, moralmente, por la propia conciencia, a cooperar con las humanidades que lo precisan, lo cual, no deja de ser, al mismo tiempo, una oportunidad de crecimiento espiritual, ya que, tales misiones, les facultan para poner en práctica, sus conocimientos, experiencias y visión de desarrollo alcanzado.
VI. Esto nos permite ver que, a partir de cierto grado evolutivo, el Espíritu queda en libertad de cooperar por libre elección en la parte de la Gran Obra que mejor se adapte a su experiencia y conocimiento, optimizando su vocación de servicio y aptitudes.
VII. Por otra parte, el Espíritu va percibiendo áreas determinadas en las cuales precisa fortalecerse, y desarrollarse, en un mejor nivel, por lo cual, elige existencias físicas, a tales efectos, por propia iniciativa, ya que el afán evolutivo es incesante en la propia conciencia. Tomemos en cuenta de que, en la dimensión espiritual, los Espíritus, bajo la dirección de los respectivos guías, visitan los mundos más avanzados que implican los siguientes grados de desarrollo en su escala evolutiva. De lo que allí observan, eligen libremente, aquellas áreas por las cuales se sienten identificados. Las unas para optimizar sus facultades y aptitudes desarrolladas. Las otras, para desarrollar las que lo precisan.
5. De qué manera se instruyen los Espíritus en la dimensión espiritual? Seguramente no como nosotros.
-“Estudian su pasado y buscan de elevarse. Ven y consideran lo que sucede en los lugares que recorren: escuchan los discursos de los seres humanos y los consejos de los Espíritus superiores, aprovechando las ideas que precisan”-.
6. Conservan los Espíritus alguna pasión humana?
-“Los Espíritus elevados, en la gradual purificación de su envoltura, abandonan las tendencias al mal y no alimentan más que el deseo del bien; pero, los Espíritus inferiores conservan las pasiones terrenas, de otra manera no serían inferiores”-.
7. Por cuanto al abandonar la tierra, los Espíritus no abandonan todas sus malas pasiones, se conocen las desventajas?
–“Vosotros tenéis en este mundo algunos que son excesivamente envidiosos: creéis, quizá, que abandonando la tierra, ellos pierden este defecto? No siempre los Espíritus conocen las consecuencias de sus pasiones negativas, poco después de la desencarnación; especialmente a quienes han tenido pasiones dominantes, les queda a su alrededor una cierta atmósfera material que le obscurece la inteligencia. Es sólo por intervalos que entrevén la verdad, lo cual les señala el buen camino que precisan seguir”-.
8. El Espíritu progresa en la dimensión espiritual?
–“Ciertamente puede mejorar mucho también en este estado, siempre según su voluntad y deseo; pero, es sólo en la existencia corpórea que él pone en practica las ideas adquiridas en la dimensión espiritual”-.
9. Los Espíritus, en la dimensión espiritual son felices o infelices?
-“Según sus propios meritos: sufren por las pasiones de las cuales conservan trazas, o gozan en la medida en que han progresado. En la dimensión espiritual, el Espíritu entrevé lo que aún le falta para ser más feliz, buscando, entonces, medios para conseguirlo; pero, no siempre le es permitido reencarnar a su agrado, esto debido a sanciones en curso”-.
10. Pueden los Espíritus, mientras se encuentran en la dimensión espiritual ir a todos los mundos?
-“Según los casos. El hecho de haber dejado el cuerpo, no significa que el Espíritu sea perfectamente libre de la materia, por lo cual pertenece, todavía, al mundo en el cual ha vivido, o a otro del mismo grado, salvo que durante su vida él no se haya elevado, a cuyo fin debe siempre apuntar, si quiere perfeccionarse. Él, en algunos casos, puede trasladarse por poco tiempo en algunos mundos superiores; empero, se encuentra como un extranjero, y no hace, por así decirlo, que entreverlos, lo cual le despierta el deseo de mejorarse, para ser digno de la felicidad que allí se goza, para así poderlos habitar más adelante”-.
11. Los Espíritus ya purificados vienen a los mundos inferiores?
-“Vienen con frecuencia, con el fin de ayudarlos a progresar, por cuanto, de otra manera, éstos dependerían sólo de sí mismos y carecerían de guía de la cual ser dirigidos”-.
MUNDOS TRANSITORIOS
12. Existen, como nos fue dicho, mundos que sirven a los Espíritus de la dimensión espiritual de estaciones o lugares de reposo?
–“Sí; los Espíritus se pueden establecer, temporalmente, y hacer un espacio de tiempo en su larga estadía en la dimensión espiritual, para reposar y estudiar; empero, siempre representa un estado de inquietud por progresar”-.
Los Espíritus que se establecen temporalmente, pueden, después, dejarlos en cualquier momento?
-“Sí, para ir a donde le corresponde. Os pueden dar una idea los pájaros de tránsito, que se posan en una isla, donde esperan mientras reponen sus fuerzas para trasladarse al lugar hacia donde transmigran, gozando, de esta manera, de un bienestar más o menos grande”-.
13. Mientras duran estas etapas en mundos transitorios, los Espíritus progresan?
-“Ciertamente. Quienes se reúnen de este modo, lo hacen para instruirse, para hacerse dignos de ser transferidos a lugares mejores y así conseguir la felicidad de los elegidos”-.
14. Los mundos transitorios, por su especial naturaleza, están destinados en forma permanente para albergar Espíritus que se encuentran en la dimensión espiritual?
-“No; aquel estado es temporal”-.
Son, al mismo tiempo habitados como el nuestro, también de seres corpóreos?
-“No, por cuanto su superficie es estéril. Quienes los habitan no precisan de nada”-.
Tal esterilidad es permanente, y depende de su naturaleza especial?
-“No; son estériles por transición”-.
Aquellos mundos deben ser, entonces, desprovistos de bellezas naturales?
-“La naturaleza se traduce en las bellezas de la inmensidad, las cuales no son menos admirables de aquellas que vosotros llamáis bellezas naturales”-.
Por cuanto el estado de aquellos mundos es transitorio, nuestra tierra estará, un día, también en esa condición?
-“Ya lo ha estado”-.
En qué época?
-“Durante su formación”-.
No existe nada sin utilidad en la naturaleza: cada cosa tiene su finalidad; el vacío no existe; cada lugar está habitado, la vida se encuentra en todas partes. De la misma manera ha ocurrido durante la extensa serie de siglos que han transcurrido ante de que apareciese el hombre sobre la tierra; a lo largo de aquellos períodos de transición, llenos de estratos geológicos, aún antes de la primera formación de los primeros seres orgánicos, sobre esta masa informe, en este árido caos, donde los elementos se encontraban confundidos unos con otros, no faltaba la vida: seres que no tenían nuestras necesidades, ni nuestras sensaciones físicas, encontraban, allí, un refugio. Dios ha querido que, también en aquel estado imperfecto, la tierra sirviese para alguna cosa. Quién, por lo tanto, osaría aseverar que, entre los innumerables mundos esparcidos en la inmensidad, uno sólo, uno de los más pequeños, perdido en la cantidad, tenga el privilegio exclusivo de ser habitado? Cuál sería, entonces, la utilidad de los demás? Sería una suposición absurda, incompatible con la sabiduría que se manifiesta en todas las obras divinas, inadmisible por el hecho que de los planetas nosotros no vemos sino una parte infinitesimal. Nadie negará que en esta idea de mundos todavía no propicios para la vida, y habitados nada menos que por seres adecuados a aquellos ambientes, exista algo de grandiosidad en la cual se encuentra, quizá, la solución a muchas incógnitas.
PERCEPCIONES, SENSACIONES Y SUFRIMIENTOS DE LOS ESPÍRITUS
15. El Espíritu, pasado que haya a la dimensión espiritual, alimenta las sensaciones que tenía en la vida física?
-“Sí, y adquiere otras que no poseía, desde el momento en que el cuerpo representaba una especie de velo, que le opacaba. La inteligencia es siempre un atributo del Espíritu; empero, se manifiesta más libremente sin el obstáculo de la envoltura material”-.
16. Las percepciones de los Espíritus son infinitas? En otras palabras, saben ellos, todo?
-“No. Cuanto más se acercan a la perfección, tanto más saben: los Espíritus superiores saben mucho; los inferiores poco o muy poco”-.
17. Conocen, los Espíritus, el principio de las cosas?
-“Según su elevación y pureza; los inferiores, saben cuanto los seres humanos”-.
18. Los Espíritus miden la duración del tiempo como nosotros?
-“No; y por esto muchas veces no nos comprendéis, cuando os hablamos de fechas o de épocas”-.
Los Espíritus viven fuera del tiempo, tal como lo comprendemos nosotros. La duración casi se anula para ellos, y los siglos, tan largos para nosotros, son a sus miradas fugaces instantes, que se pierden en la eternidad, como las desigualdades para quien se eleva en el espacio.
19. Los Espíritus tienen del presente una idea más precisa y más exacta de aquella que tenemos nosotros?
-“Tal como una persona que nos ve, se forma una idea más exacta de aquel que carece del sentido de la vista. Los Espíritus ven aquello que vosotros no veis y juzgan, por lo tanto, en forma diversa de vosotros. Empero, os lo repetimos, todo depende de su grado de elevación”-.
20. En qué modo conocen los Espíritus el pasado? El conocimiento que poseen es sin límites?
-“El pasado, cuando nos ocupamos de él, se convierte en presente, tal como cuando vosotros os recordáis de una cosa que os ha impresionado en el curso de la vida. Por cuanto nosotros no tenemos más el velo material que opaca nuestra inteligencia, lamentamos que las cosas se olviden entre vosotros. A todo esto, no quiere decir que, entre nosotros, se conozca todo el pasado”-.
21. Los Espíritus conocen el porvenir?
-“También esto depende del grado de su perfección. Frecuentemente lo entreven, pero no siempre le está permitido de revelarlo. También el futuro, cuando tienen conocimiento, le parece, a ellos, presente, y lo ven tanto más claro, cuanto más se acercan a Dios. Después de la desencarnación, el Espíritu contempla, en una visión panorámica, sus pasadas emigraciones; empero, no puede descubrir lo que Dios le prepara. Para que esto ocurra, es preciso que él le esté muy cercano, lo cual sólo es posible después de un gran número de existencias”-.
Los Espíritus, llegados a un elevadísimo grado de perfección, tienen pleno conocimiento del porvenir?
-“No. Sólo Dios es el conocedor supremo y nadie puede igualarle”-.
22. Los Espíritus ven a Dios?
-“Los superiores lo ven, y lo comprenden; los inferiores lo sienten y buscan de intuirlo”-.
Cuando un Espíritu inferior dice que Dios le prohíbe o le permite una cosa, cómo sabe que proviene de Él?
-“El no ve a Dios; pero siente su sublimidad, y, cuando no debe ser hecha una cosa, o dicha una palabra, siente como una intuición, una advertencia invisible, que le prohíbe de hacerlo. Vosotros mismos no tenéis presentimientos, que son como avisos secretos de hacer, o no, esta o aquella cosa? Es lo mismo para nosotros, pero en grado superior, por cuanto comprendéis que, siendo la esencia de los Espíritus más sutil que la vuestra, ellos pueden intuir mejor los advertimientos divinos”-.
COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: Los Espíritus, en la dimensión espiritual, al igual que aquellos que se encuentran en la física, perciben en la conciencia, el efecto coercitivo de los valores universales, o atributos divinos, que les advierten, lo que deben evitar, o lo que deben hacer, en un momento dado. Es la acción pedagógica del Creador Universal por medio de los sentimientos de los valores universales dentro de la conciencia.
La conciencia del ser, encarnado o desencarnado, es una réplica exacta de la del Creador Universal, y en ella se expresa el sentimiento de lo justo o de lo injusto, de lo bello o de lo feo, del bien o del mal, del deber y de la solidaridad, de la vergüenza y del pudor, del amor y de la compasión, entre otros, indicando los límites y la polaridad de los pensamientos, de los sentimientos, de las palabras y de los actos u omisiones de actos. Los valores universales, o atributos divinos, constituyen los sentidos espirituales que guían al ser en todas las fases existenciales, cuando se escucha la voz de la conciencia. Desoída la misma, se activa la acción coactiva, haciendo experimentar la respectiva percepción del error en que se ha incurrido, y la reprimenda inherente, como un efecto de reclamo, o sanción, de la ley cósmica impresa en la propia conciencia.
El aviso viene transmitido directamente de Dios, o por medio de otros Espíritus?
-“No directamente de Dios. Por cuanto para comunicarse con Él es preciso ser dignos; sino por medio de los Espíritus a ellos superiores en perfección e instrucción”-.
23. La vista en los Espíritus, está circunscrita en un órgano como en los seres corpóreos?
-“No; reside en ellos”-.
24. Los Espíritus necesitan la luz para ver?
-“Ven por sí mismos, y no precisan de luz exterior. Para ellos no existe oscuridad salvo aquella en que puedan encontrarse por efecto de expiación”-.
25. Necesitan los Espíritus trasladarse para ver en dos lugares diferentes? Pueden ellos, por ejemplo, ver al mismo tiempo en los dos hemisferios del planeta?
-“Por cuanto el Espíritu se traslada de un lugar a otro con la velocidad del pensamiento, se puede decir que él ve por todas partes al mismo tiempo. Por otra parte, su pensamiento puede irradiarse, al mismo tiempo, en muchos sitios diversos; empero, esta facultad depende de su pureza; cuanto menos él es puro, tanto más esa capacidad se encuentra limitada. Solamente los Espíritus superiores pueden en un solo instante abrazar un conjunto de cosas”-.
La facultad de ver en los Espíritus es una propiedad inherente a su propia naturaleza, por lo cual su sede reside en toda la persona, como la luz en todas las partes del cuerpo luminoso: es una especie de lucidez universal, que se extiende en todo, abraza en uno el espacio, los tiempos y las cosas, y para ella no existen más oscuridades, ni obstáculos materiales. Y es natural: en el ser humano, por cuanto la vista es el efecto de un órgano tosco de la luz, sin luz se manifiesta la oscuridad; en el Espíritu, en quien la facultad de ver es un atributo suyo propio, sin necesidad de algún agente externo, la vista es independiente de la luz (ve nº 92).
26. El Espíritu ve las cosas en forma diferente de nosotros?
-“Bastante más, por cuanto su vista, no obscurecida por ningún obstáculo, penetra donde a nuestra mirada no le es posible hacerlo”-.
27. El Espíritu escucha los sonidos?
-“Mejor que vosotros, por cuanto existen otros que el oído humano no puede percibir”-.
También la facultad de oír se encuentra en todo su ser, como la de ver?
-“Todas las sensaciones constituyen atributos del Espíritu, y hacen parte de su ser: cuando él se encuentra revestido de un cuerpo material, las percibe por medio de los órganos; empero, en el estado espiritual o de pureza dejan de estar localizados en un determinado órgano”-.
28. Por cuanto las sensaciones son atributos del Espíritu, le es posible, a él, evadirlas?
-“En general, y especialmente para los elevados, los Espíritus no ven y no sienten sino lo que quieren: todavía los imperfectos oyen y ven, frecuentemente, en contra de su voluntad, lo que puede procurarle su propio progreso”-.
29. Le gusta la música a los Espíritus?
-“Entended referiros a vuestra música? Qué puede representar ella en comparación con la espiritual? De aquella armonía de la cual nada en la tierra os puede dar una idea? La una es respecto de la otra, lo que el canto del salvaje respecto a una suave melodía. Todavía, los Espíritus vulgares pueden sentir vuestra música con cierto placer, por cuanto aún no le es dado de comprender una más sublime. La música tiene para los Espíritus infinitas atracciones, según sus desarrolladísimas propiedades sensitivas. Entiendo hablar de la música celeste, que es cuanto la imaginación puede concebir de más bello y de más suave”-.
30. Los Espíritus perciben como nosotros las bellezas de la naturaleza?
-“Las bellezas naturales de los mundos son de tal manera variadas que los Espíritus no las pueden conocer todas; empero, las perciben de acuerdo a su aptitud para apreciarlas y comprenderlas. Para los Espíritus elevados existen bellezas de conjunto, delante de las cuales desaparecen, por así decirlo, las particulares”-.
31. Se encuentran, los Espíritus, sujetos a nuestras necesidades y dolores físicos?
-“Son de su conocimiento por cuanto han experimentado sus efectos; empero, por ser Espíritus, su percepción es diferente”-.
32. Los Espíritus experimentan el cansancio y la necesidad de descansar?
-“Ellos no pueden sentir el cansancio tal como vosotros lo entendéis, y en consecuencia no precisan vuestro descanso corporal, por cuanto no tienen órganos cuyas fuerzas deban restaurar. Si descansan en cierto sentido, por cuanto no se encuentran en actividad continua. Por cuanto no actúan materialmente, su acción es toda intelectiva y su descanso totalmente moral, vale decir que existen momentos en los cuales su pensamiento es apartado de su férvida actividad, y no se para sobre un objeto determinado: es un verdadero descanso, empero no es comparable al del cuerpo. En todo caso, también esta especie de cansancio, que pueden experimentar los Espíritus, se encuentra en razón de su propia inferioridad, ya que, cuanto más son elevados, tanto menos les es necesario el descanso”-.
33. Cuando un Espíritu manifiesta que sufre, qué clase de sufrimiento es el suyo?
-“Son emociones morales, que le torturan mucho más que los dolores físicos”-.
34. Y, entonces, cómo explicar que algunos Espíritus se hayan quejado de sufrir frío y calor?
-“Por remembranza, muchas veces penosa cuanto la realidad de todo lo que habían sufrido en la dimensión física, y frecuentemente, por comparación, con la cual, por falta de un medio mejor de expresión, describen el propio estado. Dado que se acuerdan del cuerpo, experimentan cierta impresión, como cuando alguien se quita una manta, experimentando la sensación de sentirlo, por un cierto tiempo, encima”-.
ENSAYO TEORICO SOBRE LAS SENSACIONES DE LOS ESPÍRITUS
35. El cuerpo, más que el instrumento del dolor, es, si no la causa primera, por lo menos la causa inmediata. El Espíritu tiene la sensación de este dolor: siendo esta sensación el efecto. El recuerdo que ella alimenta, puede ser muy penoso, pero no ejercita acción física. En efectos, ni el frío ni el calor pueden disolver la esencia del Espíritu: la cual no puede helarse ni quemarse. No vemos, nosotros, todos los días, el recuerdo o la aprensión de un mal producir el efecto de una realidad, y causar, también, la desencarnación? Todos saben que las personas que han sufrido alguna amputación pueden sentir dolor en los miembros que no existen más, por lo cual no pueden ser, ciertamente, las sede del dolor, ni el punto de partida: el cerebro ha conservado la impresión, es ahí todo. Ahora, por qué no tendría alguna analogía con esto el fenómeno de los sufrimientos del Espíritu después de la desencarnación? Un estudio más profundo del alma (periespíritu), que tiene parte esenciadísima en todos los fenómenos espiritas; las apariciones vaporosas o tangibles; el estado del Espíritu al momento de la desencarnación, la idea tan frecuente de encontrarse todavía vivo –en la dimensión física-; el horrible cuadro de las desencarnaciones forzadas o autoprovocadas, la de los ajusticiados, de quienes se habían sumergido en los placeres materiales, y muchos otros hechos, han venido a traer la luz sobre este argumento, dando lugar a amplias dilucidaciones que aquí es preciso sintetizar.
El alma, es el ligamen que une el Espíritu con el cuerpo. Su esencia es absorbida del ambiente desde el fluido magnético, y, hasta cierto punto, de la materia inerte. Se podría decir que es la quintaesencia de la materia: ese es el principio de la vida orgánica, como el Espíritu es el de la vida intelectiva y moral, y por lo tanto el agente de las sensaciones externas. En el cuerpo, estas sensaciones se localizan en los órganos, que le sirven de vehículos.
Una vez destruido el cuerpo, las sensaciones se generalizan. Es aquí la razón por la cual los Espíritus dicen de sufrir mas bien en la cabeza que en los píes. Adviértase de no confundir las sensaciones del alma en libertad con las del cuerpo: tomemos estas últimas como punto de comparación y no como analogía. El Espíritu puede sufrir, también, después de separado del cuerpo. Pero, qué sufrimiento es el suyo? No es corporal, pero tampoco exclusivamente moral como el remordimiento, por cuanto se lamenta, por ejemplo, del frío y del calor. Y él, es su condición de Espíritu, no puede sufrir más ni el invierno ni el verano, por cuanto podría estar entre los hielos o pasar a través de las llamas sin el mínimo dolor: por lo cual, no recibe impresión alguna de las intemperies. En consecuencia, los dolores que siente no son dolores físicos propiamente dichos, sino vagas sensaciones íntimas, de las cuales, el mismo no sabe explicarse la razón; este es el motivo por el cual no son locales, ni producidos por agentes externos: ellos consisten, más que en una realidad, en recuerdos penosos.
Todavía, alguna vez, son algo más que un recuerdo y esto, de acuerdo a lo que nos enseña la experiencia, en el momento de la desencarnación el alma se separa con cierta lentitud del cuerpo y durante algún tiempo el Espíritu no se explica el estado en que se encuentra: no cree de haber desencarnado, por cuanto siente que vive, pero ve su cuerpo abandonado, sabe que es el suyo, y no percibe de estar separado de él; tal estado dura mientras exista un ligamen entre el cuerpo y el alma. Un Espíritu que había provocado su propia desencarnación nos decía: -“No, yo sigo viviendo!”; agregando luego: “Nada menos, siento los gusanos que me roen”. Por supuesto, los gusanos no roían el alma, y todavía menos el Espíritu: roían el cuerpo. Empero, por cuanto la separación del cuerpo y del alma no era perfecta, resultaba de ello una especie de repercusión moral, que transmitía al Espíritu la sensación de lo que ocurría en el cuerpo. No obstante, es preciso tomar en cuenta que repercusión no es el término correcto, por cuanto podría hacer creer a un efecto muy material; lo utilizamos a falta de otro mejor, para significar como la visión de lo que ocurría en su cuerpo, al cual todavía le unía el alma, producía en él una ilusión, la cual él tomaba como real.
Por lo cual, el sufrir del Espíritu no era por remembranza, por cuanto durante su vida en la dimensión física él no había sido jamás roído por los gusanos, sino que se trataba de la percepción de un hecho que le ocurría en tiempo presente. Veamos, ahora, cuales deducciones se pueden extraer de los hechos observado de manera tan atenta.
Durante la vida, el cuerpo recibe las impresiones externas y las transmite al Espíritu por medio del alma, que probablemente es lo que se denomina fluido nervioso. El cuerpo ya separado del Espíritu no siente nada, por cuanto no tiene más ni alma, que es la que transmite, ni Espíritu, que es quien siente.
El alma, separada totalmente o en parte, del cuerpo, experimenta la sensación; sin embargo, por cuanto tal sensación no le viene transmitida más por medio de un órgano determinado, la percibe de una manera generalizada. Ahora, por cuanto el alma no es más que un agente de transmisión, ya que solamente el Espíritu es quien tiene la conciencia, se deduce que, si pudiese existir un alma separada del Espíritu, éste no percibiría nada más relativo al cuerpo, al igual que, si el Espíritu no tuviese alma, o en el caso de tener una etérea por excelencia, sería inaccesible a toda sensación penosa, tal como ocurre a los Espíritus puros.
Sabemos, de hecho, cuanto más se purifican los Espíritus, tanto más etérea llega a ser la naturaleza del alma, lo cual quiere decir que la influencia de la materia disminuye en la medida en que el Espíritu progresa, por lo que el alma se depura en grado equivalente.
Empero, se objetará: las sensaciones placenteras son transmitidas al Espíritu por medio del alma, como, por ejemplo: las penosas; ahora, si el Espíritu puro es inaccesible a las unas, debe serlo, igualmente, a las otras. Sí, sin duda, el Espíritu puro es insensible a las sensaciones agradables que se derivan de aquella materia que nosotros conocemos. El sonido de nuestros instrumentos, el perfume de nuestras flores no les impresionan en absoluto: sin embargo, él es capaz de percibir íntimas sensaciones de atracción inefable, de las cuales no nos podemos formar idea alguna, por cuanto nosotros, respecto a ellos, como las personas privadas del sentido de la vista desde su nacimiento con respecto a la luz. Sabemos que tales sensaciones existen, pero, en qué modo? Nuestra ciencia no va más allá. Conocemos que tienen sensaciones, oído, vista, y que estas facultades son atributos de todo el ser, y no ya, como en la persona, funciones de un órgano; pero, repetimos, de cuál medio se sirven ellos? Es preciso dilucidar este punto. Los mismos Espíritus no nos pueden dar descripciones, ya que nuestro lenguaje no está hecho para expresar ideas que no tenemos, al igual que el de los pueblos primitivos no tiene términos para explicar nuestras artes, ciencias y doctrinas filosóficas.
Cuando decimos que los Espíritus se encuentran en un estado que hace inaccesible la percepción de las impresiones de nuestra materia, entendemos hablar de los muy elevados, cuya envoltura etérea no tiene nada de símil en nuestra dimensión física. Los otros, en quienes su alma es más densa, sienten nuestros sonidos y olores, pero no más por medio de un determinado órgano de su ser, como cuando se encontraban encarnados. Podría decirse que las vibraciones moleculares son sentidas en todo su ser, llegando, de esta manera a su sensorium commune, que es el mismo Espíritu, si bien en diferente manera, y probablemente, aún, con impresión distinta, lo cual produciría una modificación en las impresiones. Ellos oyen el sonido de nuestra voz, pero nos comprenden sin el discurso de la palabra, por la sola comunicación de contenidos mentales, y lo que le da más valor a lo que afirman, es que esta intuición es tanto más fácil cuanto más se ha destacado el Espíritu de la materia. En cuanto a la vista, ella es independiente de nuestra luz. La facultad de ver es un atributo esencial del Espíritu, para quien no existe oscuridad; aquella es tanto más amplia y aguda cuanto éste es más puro. El Espíritu, por lo tanto, posee en sí la facultad de todas las sensaciones: en la vida corpórea ellas son percibidas de acuerdo a la sensibilidad de los órganos, mientras que en la dimensión espiritual en menor grado según se encuentre depurada la envoltura anímica.
Esta envoltura, tomada del medio ambiente, varía según la naturaleza de los planetas. Al pasar de un mundo a otro, los Espíritus cambian de envoltura, al igual que nosotros la vestimenta, pasando del invierno al verano o de los polos al ecuador.
Los Espíritus, aún los más elevados, cuando vienen a visitarnos, se revisten, por lo tanto, del alma terrestre, y desde aquel momento perciben las sensaciones como los inferiores, pero, con la diferencia de que pueden rendirlas activas o anularlas, a voluntad.
En cuanto al oído en general, los Espíritus pueden dejar de oír, si así lo desean, las palabras de los inferiores, mientras que éstos siempre están obligados de escuchar las de los superiores. Lo mismo sucede con respecto a la vista, con análoga ley se pueden ocultar los unos a los otros, por cuanto cada Espíritu, sea cual fuere su grado evolutivo, siempre, a su libre arbitrio, pueden ocultarse a los inferiores, empero, a éstos les es imposible sustraerse a la mirada de los superiores.
En los primeros momentos posteriores a la desencarnación, la vista del Espíritu siempre es turbia y confusa: pero ella se va esclareciendo a medida en que se efectúa su liberación, llegando a penetrar cuerpos que para nosotros son opacos.
En cuanto a su extensión a través del infinito espacio, en el pasado o en el futuro, ella depende del respectivo grado de elevación y pureza del Espíritu.
Toda esta teoría, dirán muchos, no está hecha para reconfortar: nosotros creíamos que, despojados de la densa envoltura, instrumentos de muchos dolores, no habríamos sufrido más, y ahora, venís a anunciarnos que seguiremos sufriendo, todavía, por cuanto, de una manera u otra, es el dolor que nos atiende.
Con todo, así es; podemos sufrir aún, y mucho, y largamente; pero, podemos, también, no sufrir más desde el momento en que dejamos esta vida corpórea.
Los sufrimientos en la dimensión física, frecuentemente, es verdad, no dependen de nosotros; empero, en gran parte son los efectos de nuestra voluntad. Trasladémonos a la fuente, donde veremos que muy pocos de ellos dejan de ser consecuencias de causas que habríamos podido evitar. Cuántos males y qué número de enfermedades no debe el ser humano a sus propios excesos y a sus pasiones? Si viviese una vida sobria, sin abusar de nada, si fuese simple en sus gustos y moderado en sus deseos, se ahorraría muchas tribulaciones.
Lo mismo ocurre al Espíritu, cuyos sufrimientos son siempre los efectos de la conducta que ha tenido sobre la tierra; ciertamente, él no tiene más reumatismos, pero, experimentará otros dolores que no serán menos penosos. Hemos visto, como sus sufrimientos son producidos por los ligámenes que existen todavía entre él y la materia, es decir, que cuanto más se haya él sustraído a su influencia, tanto menos tendrá sensaciones penosas.
Ahora, depende de él, solamente, emanciparse ya en esta vida. Dotado de libre albedrío, tiene la facultad de elegir entre hacer o dejar de hacer: que dome sus pasiones, cultive el amor y la emulación de las grandes virtudes, la confianza y la dignidad; que sea generoso y purifique el Espíritu con sentimientos elevados; haga siempre y en todo el bien; no de a las cosas de este mundo mayor importancia de la que tienen, y entonces, mientras aún se encuentre en la dimensión física, se habrá purificado, liberándose del yugo de la materia, y cuando deje a la tierra su envoltura, no experimentará más su influencia, mientras que los sufrimientos físicos no les dejarán impresiones algunas, por cuanto habrán afectado únicamente al cuerpo: el Espíritu incólume se encontrará contento de haberse liberado, y su conciencia tranquila le eximirá de toda afectación moral.
Nosotros hemos interrogado a miles de Espíritus, en todos los grados y en todas las condiciones sociales; los hemos estudiado en todos los períodos de su vida espiritual, desde el momento en que han abandonado el cuerpo, siguiéndolos paso a paso en la vida de la dimensión espiritual, para observar los cambios que iban efectuándose en ellos, en sus ideas, en sus sensaciones y sobre este argumento hasta los Espíritus de los seres más vulgares nos han proporcionado elementos de estudio muy preciosos. Ahora, siempre hemos observado que los sufrimientos del Espíritu se encuentran en relación directa con su vida en la dimensión física, de la cual experimenta las consecuencias, y que la nueva existencia es fuente de inefable felicidad para quienes se han conducido por el buen camino, de donde se deduce que, quien sufre, lo hace porque ha querido, no debiendo culparse más que a sí mismo, tanto en la dimensión espiritual como en ésta.
ELECCIÓN DE LAS PRUEBAS:
36. En la dimensión espiritual, antes de iniciar un nuevo ciclo de vida corpórea, tiene el Espíritu conciencia y conocimiento previo de los sucesos que habrán de acontecer en el curso de la nueva vida?
-”No es él mismo que, haciendo uso de su libre albedrío, elige el tipo de pruebas a las cuales quiere someterse?”
Entonces, no es Dios que le impone las tribulaciones de la vida como castigo?
-“No ocurre nada sin el permiso de Dios, por cuanto Él solo ha establecido todas las leyes que rigen el universo. Pretenderíais, quizá, conocer por qué ha implantado una ley en vez de otra? Concediendo al Espíritu la libertad de elección, le deja toda la imputabilidad de sus acciones y de sus respectivas consecuencias; a su porvenir nada se le impone: la vía del bien le permanece abierta al igual que la del mal. Empero, si el Espíritu sucumbe a la prueba, le queda una consolación: todo no ha terminado para él, y Dios, en su bondad, le permite de rehacer bien lo que ha efectuado en forma deficiente. Del resto, es preciso distinguir lo que es obra de la voluntad de Dios, y lo que es obra de la voluntad del ser humano. si un peligro os amenaza, no sois vosotros que lo habéis creado, sino Dios. Vosotros lo afrontáis voluntariamente, por cuanto habéis visto en él un medio para avanzar, y eso porque Dios os lo ha permitido”-.
37. Si el Espíritu tiene la facultad de elegir el género de prueba que debe asumir, se deduce, por eso, que todas las tribulaciones de su vida han sido previstas y seleccionadas por él?
-”Tener la facultad de elegir el género de prueba no quiere decir que podremos prever todo cuanto nos sucederá hasta en los mínimos particulares, por cuanto éstos son la consecuencia de nuestra propia condición, y, frecuentemente, de nuestros propios actos. Si el Espíritu, pongamos por caso, ha querido nacer entre gente con tendencias poco favorables, él conocía de antemano a lo que se exponía, pero no cada una de las acciones que él habría cumplido, las cuales serían los efectos de su voluntad y libre albedrío. El Espíritu sabe que, eligiendo una determinada vía tendrá que asumir la respectiva índole de la acción: sabe, por lo tanto, la naturaleza de las vicisitudes que encontrará, pero no bajo qué aspectos se le presentarán. Los acontecimientos particulares nacen de las circunstancias y de la fuerza de las cosas. Solamente los grandes avenimientos, aquellos que tienen mucho peso sobre el destino, son previstos por el Espíritu. Si tomáis un sendero lleno de peligros, sabéis que tenéis que tomar grandes precauciones, por el riesgo que corréis de caer; empero, el lugar en que podría caerse se desconoce, y darse el caso de que, por la cautela asumida, de superar exitosamente la prueba. Si ocurre algún hecho en particular, no creáis, al igual que el vulgo, que eso estaba escrito que sucedería”-.
38. Por qué un Espíritu querría nacer entre gente de tendencias menos favorables?
–“Es preciso que vaya a un ambiente en el cual pueda experimentar la prueba que ha solicitado. Por lo cual, se precisa, entonces, una cierta analogía: para actuar, por ejemplo, en contra del instinto del mal, es necesario que él se encuentre entre gente que se desenvuelve en tal ambiente”-.
Es decir, si no hubiese gente de condición negativa sobre la tierra, ciertos Espíritus no podrían encontrar el ambiente necesario para experimentar sus pruebas?
-“Así es. Existe alguna razón para lamentarse por ello? Solamente los mundos superiores, donde viven únicamente Espíritus buenos, son inaccesibles al mal. Haced que lo mismo ocurra pronto en vuestra tierra”-.
39. En las pruebas que debe asumir con el fin de perfeccionarse, debe el Espíritu experimentar todo tipo de tentaciones, o, en otras palabras, debe pasar por todas las circunstancias que puedan excitar en él el orgullo, la envidia, la avaricia, la sensualidad, y otras pasiones similares?
-“No necesariamente, por cuanto sabéis que existen muchos que toman, desde el inicio, una vía que los exime de muchas pruebas, y que, solamente quienes se dejan arrastrar por la vía opuesta al bien corren todos los peligros que ésta presenta. Un Espíritu, por ejemplo, puede pedir y obtener la riqueza: entonces él, según su carácter, podrá convertirse en avaro o pródigo, en egoísta o generoso, o podría abrazar todas las variantes de los placeres de la sensualidad; pero esto no quiere decir que él debe pasar, necesariamente, por el filo de estas pasiones”-.
40. Cómo es posible que el Espíritu, que en su origen es simple, ignorante e inexperto, puede elegir, con conocimiento de causa, un determinado perfil de existencia, y tener que responder de la elección?
-“Dios suple su inexperiencia, trazándole la vía que debe seguir, como hacéis vosotros con un niño desde la cuna, empero, a medida que desarrolla el libre albedrío, poco a poco lo deja en libertad de elegir. Entonces ocurre, frecuentemente, que él se desvíe, tomando la falsa vía, si deja de escuchar los consejos de los buenos Espíritus: esta es la verdad sobre la caída del ser humano”-.
Habiendo alcanzado el Espíritu el ejercicio de su libre albedrío, la elección de su nueva existencia corpórea depende siempre, y exclusivamente, de su propia voluntad o la nueva existencia puede serle impuesta por Dios como expiación?
-“Dios sabe esperar y no apresura la expiación. Todavía puede imponer una existencia a un Espíritu, cuando éste, por inferioridad o mal querer, no comprende lo que es mejor para él, y cuando ve que la nueva existencia le puede servir para su purificación y progreso, cumpliendo, al mismo tiempo, funciones de expiación”-.
41. Los Espíritus hacen su elección inmediatamente después de su desencarnación?
-“No, por cuanto muchos creen a la eternidad de las penas, lo cual, como ya fue dicho, constituye un castigo”-.
42. Quién dirige al Espíritu en la elección de las pruebas que quiere asumir?
-“El mismo elige aquellas que pueden ser una expiación, según la naturaleza de sus fallos, que puedan hacerle progresar más rápidamente. Por esto, algunos se imponen una vida humilde y de privaciones con el propósito de soportarla con coraje; otros desean desafiar las tentaciones de la fortuna y del poder, muy peligrosas por el abuso que se puede hacer y por las la índole negativa de las pasiones que suscitan; otros, en fin, tienden a templarse con las acciones que la persona virtuosa debe sostener, estando en contacto con el vicio”-.
43. Comprendemos que algunos Espíritus elijan el contacto con el vicio como prueba; empero, no hay de aquellos que lo eligen movidos por la simpatía y por el deseo de vivir en un ambiente conforme a sus gustos, con el fin de abrazar las satisfacciones materiales?
Realmente es así, y hay muchos cuyo sentido moral es todavía muy poco desarrollado; empero, la prueba, después, llega por sí misma, y dura por un tiempo largo. Tarde o temprano, comprenden, sin embargo, que la satisfacción de las pasiones brutales conlleva consecuencias deplorables; emanciparse de sus efectos en un determinado lapso le parecerá una eternidad. Dios podrá dejarle en tal estado hasta tanto comprendan la propia falla, y por sí mismos soliciten expiarla con pruebas provechosas”-.
44. No sería natural elegir las pruebas menos penosas?
-“Para vosotros sí; para el Espíritu no. Cuando se encuentra libre de la materia, cesa la ilusión, y él piensa de manera diferente”-.
El ser humano sobre la tierra, dominado por las ideas mundanas, ve en estas pruebas el lado penoso, por lo cual le parece natural que se elijan aquellas que puedan permitir los goces materiales; empero, después, en la vida de la dimensión espiritual, compara estas fugaces y rudimentarias sensaciones con la felicidad inalterable que entrevé, entonces, qué le importan unos pocos sufrimientos temporales? Por lo cual, el Espíritu puede elegir la más dura prueba, la existencia más penosa, con la esperanza de alcanzar, en breve, a un estado mejor, tal como la persona que, para curarse más pronto, elige la medicina más amarga. Quien desea unir su nombre al descubrimiento de un país ignoto no elige una vía florida: conoce los riesgos que corre, empero, está consciente, también, de la gloria que le espera, si lo logra.
La teoría de la libertad en la elección de nuestras existencias y las respectivas pruebas que deberán ser experimentadas, deja de parecer singular cuando se considere que los Espíritus, liberados de la materia, aprecian las cosas en forma diversa de cómo lo hacemos nosotros. Ellos ven la meta infinitamente más preciosa que los placeres caducos de aquí abajo, y, por cuanto después de cada existencia observan el progreso que han hecho, comprenden cuanto aún le falta, en pureza, para alcanzarla. Esta es la razón por la cual se someten, voluntariamente, a todas las vicisitudes de la vida corpórea, y prefieren aquellas que puedan conducirle, más rápidamente, adelante. Sería un error asombrarse de ver un Espíritu que elige las pruebas menos fáciles. Hasta que él permanezca en la imperfección, no puede gozar la vida inmune de sinsabores; empero, sabe que ésta lo atiende más allá del error, y para alcanzarla busca mejorarse.
Por otra parte, no tenemos, nosotros, todos los días debajo de los ojos ejemplos de elecciones semejantes? El ser humano que trabaja sin tregua y descanso los dos tercios de la vida para acumular los medios que le aporten el bienestar en su edad madura, no se impone, quizá, un riguroso trabajo actual con el objetivo de un porvenir mejor? El soldado se ofrece, espontáneamente, para ejecutar un encargo riesgoso, el viajante que afronta riesgos de no menor calibre a beneficio de la ciencia o de la propia fortuna, no eligen, voluntariamente, aquellas arduas pruebas, que, una vez superadas, les aportarán honores y ventajas? A qué deja de someterse, el ser humano, por el interés o por la gloria? Todos los concursos, no son, también ellos, pruebas, a la cual se somete, por propia voluntad, para elevarse en su carrera? Nadie alcanza un elevado grado social, bien sea en la ciencia, en las artes, en las industrias y en los públicos o privados despachos, sino pasando por la larga escala de los grados precedentes, que constituyen, todos, verdaderas pruebas. De esta manera, la vida humana, es la reproducción de la vida de la dimensión espiritual, por cuanto encontramos en ella, en pequeño, las mismas peripecias. Si, por lo tanto, en la tierra, nosotros elegimos, frecuentemente, las más duras pruebas con el objetivo de ascender más alto, por qué, el Espíritu, que observa mucho más lejos, y para quien la vida del cuerpo no es más que un rápido incidente, dejaría de elegir una existencia de exigente trabajo y laboriosa, cuando ella debe conducirlo a una eterna felicidad? Quienes expresan que, si el Espíritu tiene la facultad de elegir su existencia, pedirán ser príncipes o millonarios, demuestran escasa visión, como aquellos niños glotones que, interrogados sobre cual profesión desean ejercitarse, responden: la de pastelero o confitero.
Tal el viajante, que, en el fondo de un valle oscuro por la neblina, no ve ni lo largo ni los puntos extremos de su vía; pero, llegado junto a la veta de la montaña, abraza con la mirada el camino recorrido y el que le queda por delante, y al mismo tiempo, descubriendo la meta y los obstáculos que se le atraviesan en la vía, puede con mayor seguridad encontrar los medios adecuados para alcanzar más rápido y fácilmente la misma.
El Espíritu encarnado es como el viajante que se encuentra, todavía, abajo en el valle; libre de los ligámenes terrestres es como el viajante sobre la cima de la montaña. La meta es, para el viajante, el descanso después de la actividad; para el Espíritu la suprema felicidad después de las tribulaciones y las pruebas.
Todos los Espíritus dicen que en el estado espiritual indagan, estudian y observan para hacer la propia elección; y nosotros, en la vida corpórea, no buscamos por largos años la carrera sobre la cual fijar, libremente, nuestra elección, para conseguir el fin que nos hemos propuesto? Si después no lo logramos en una, buscamos otra; y cada carrera que abrazamos es una fase, un período de la vida. No pensamos, nosotros, cada día, a lo que haremos el día de mañana? Ahora, las diversas existencias corpóreas constituyen para el Espíritu las fases, los períodos de su vida en la dimensión espiritual, que, como sabemos, es su vida normal, no siendo la del cuerpo que transitoria y pasajera.
45. Podría el Espíritu hacer una elección durante la vida corpórea?
-“Algunas veces sí, en los momentos en los cuales se emancipa de la materia que le envuelve; pero éstas son excepciones. La elección se hace en el estado de libertad, por cuanto, entonces, ve las cosas bajo un aspecto muy diverso”.
Los más desean las grandezas y las riquezas; pero parecería que no fuese ni como expiación ni como prueba.
-“Aquellos en quienes prevalece la materia las desean para gozarlas; en quienes prevalece el Espíritu, para aguerrirse en sus vicisitudes”-.
46. Hasta que el Espíritu no alcanza el máximo grado de pureza, debe experimentar, continuamente, determinadas pruebas?
-“Sí, pero no las que entendéis vosotros, que llamáis pruebas a las tribulaciones materiales. De estas, el Espíritu, llegado a un cierto grado, sin ser perfecto, no les quedan más que experimentar; en cambio, les incumben, siempre, ciertos deberes que les ayudan a perfeccionarse sin resultarles, en lo mínimo, penosos, y, entre estos deberes se encuentran, también, el de contribuir al perfeccionamiento de los demás”-.
47. Puede, el Espíritu, engañarse en la elección de la prueba?
-“Puede elegir una que sea superior a sus fuerzas y, entonces, sucumbe; y puede, también, elegir una que no le sea de ningún provecho; tal sería, por ejemplo, la elección de una vida ociosa e inútil. Empero, reentrado que haya en la dimensión espiritual, se da cuenta, y solicita de compensar el tiempo perdido”-.
48. De qué derivan las vocaciones, y la voluntad de seguir una carrera en vez de otra?
-“A esta pregunta podéis contestar vosotros mismos. No son estas cosas, quizá, la consecuencia de cuanto hemos dicho sobre la elección de las pruebas y sobre el progreso hecho en las existencias anteriores?”
49. Desde el momento que en la dimensión espiritual el Espíritu estudia las diversas condiciones en las cuales puede progresar, -cómo es que existen quienes piensan conseguir aquel objetivo naciendo, por ejemplo, entre los antropófagos?
-“No son los Espíritus ya progresados quienes nacen entre los antropófagos, sino los de la misma naturaleza de éstos, o, todavía, más bajos”-.
Sabemos que nuestros antropófagos no se encuentran en el último grado de la escala de los seres, por cuanto existen mundos en los cuales la brutalidad y la ferocidad superan largamente la barbarie de la tierra. Aquellos Espíritus son, por lo tanto, todavía inferiores a los ínfimos de nuestro mundo y el encarnarse entre nuestros salvajes es para ellos un progreso, como lo sería para los caníbales el ejercitar entre nosotros una profesión que les obligara a derramar la sangre. Si no miran más alto, esto ocurre por su inferioridad moral que no le permite de comprender un progreso mayor. El Espíritu, por cuanto progresa gradualmente, no puede superar de un salto la distancia que le separa de la barbarie a la civilización. Es ésta una de las razones que rinden la reencarnación necesaria y del todo conforme con la justicia de Dios: de otra manera, qué sería de aquellos millones de seres que desencarnan, cada día, en los grados más bajos de la humanidad si después un tuviesen los medios de alcanzar, cuando sea el momento, a los grados superiores? Dios los habría inicuamente privados de los favores concedidos a otros seres.
50. Una persona que hubiese hecho parte de un pueblo civilizado, podría, por expiación, reencarnarse en medio de un grupo étnico salvaje?
51. –“Sí, pero según el género de expiación. Un jefe que, en una existencia previa, hubiese sido cruel con sus dependientes, podría en otra ser dependiente a su vez y sufrir los tratos que hizo experimentar a otros, al igual que aquel que haya mandado mal, podría ser obligado a obedecer a quienes en una vida precedente les eran subordinados. Son expiaciones que Dios puede imponer al que abusa de su poder. Ocurre, por otra parte, que un Espíritu bueno elija una existencia entre aquellos bárbaros para moverlos y guiarlos en la vía del progreso: entonces constituye una misión”-.
JERQRQUÍA EN LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL
52. Existe, entre los Espíritus, una jerarquía de poderes? Hay, entre ellos, subordinación y autoridad?
–“Sí, y grande: los Espíritus tienen los unos sobre los otros una autoridad correspondiente a su elevación, la cual ejercen con una fuerza moral irresistible”-.
Los Espíritus inferiores pueden sustraerse a la autoridad de quienes son más elevados?
-“Absolutamente no, como he dicho, por cuanto ella es irresistible”-.
53. El poder y la consideración que un ser ha gozado en la tierra, les dan una primacía en la dimensión espiritual?
-“No, por cuanto los humildes serán exaltados y los poderosos humillados”-.
En qué modo debemos entender esta exaltación y esta humillación?
-“No sabéis que los Espíritus son de ordenes diversos según su propio mérito? Pues bien, el ser humano más grande de la tierra podría ser, en la dimensión espiritual, entre los ínfimos Espíritus, mientras su servidor podría encontrarse entre los primeros. Recordad que Jesús ha dicho: -“Quien se humilla será exaltado y quien se exalta será humillado”. Leed los salmos.
54. Quién habiendo sido grande en la tierra, y se encuentra en bajo nivel entre los Espíritus, experimenta humillación?
-“Frecuentemente muy grande, especialmente si fue orgulloso y envidioso”-.
55. El soldado que, caído en batalla conjuntamente con su general, y lo encuentra, después, en la dimensión espiritual, le reconoce, todavía, como su superior?-.
-“Vuestros títulos no tendrán más ningún valor; todo depende de la superioridad del mérito”-.
56. Los Espíritus de los diversos órdenes se encuentran juntos?
-“Si y no, es decir, se ven pero se distinguen los unos de los otros. Se atraen y se rechazan recíprocamente, según las semejanzas o la disparidad de sus sentimientos, tal como sucede entre vosotros, por cuanto vuestro mundo no es más que un débil reflejo del mundo espiritual. Aquellos del mismo grado se reúnen por afinidad, formando grupos o familias de Espíritus ligados por la simpatía y por el objetivo común que se proponen alcanzar: los buenos desean hacer el bien, los de polaridad opuesta, lo contrario: en todos vergüenza por sus fallos y la necesidad de encontrarse en medio a seres similares a ellos”-.
De esta manera es entre nosotros una gran ciudad, donde los seres humanos de todos los grados y de todas las condiciones se ven y se encuentran sin confundirse; donde, las sociedades se forman por la analogía de los gustos; allí, el vicio y la virtud siguen, sin tener nada en común, su propia vía.
57. Los Espíritus tienen todos, indiferentemente, acceso los unos cerca de los otros?
-“Los buenos van por todas partes, y es preciso que sea de esta manera, hasta tanto puedan ejercitar la propia autoridad sobre los malos; pero lugares habitados por los buenos se encuentran prohibidos a los Espíritus bajos, para que no puedan llevar turbaciones relativas a las bajas pasiones”-.
58. Cuál es la naturaleza de las relaciones entre los buenos y los malos Espíritus?
-“Los primeros buscan de combatir las malas tendencias de los segundos, con el objetivo de ayudarlos a ascender: es una misión”-.
59. Por qué los Espíritus inferiores gozan induciendo al mal?
-“Por envidia de no encontrarse entre los buenos y por el deseo de impedir a los Espíritus aún inexpertos que alcancen el sumo bien: quieren hacer probar a los demás aquello que ellos mismos experimentan. No ocurre igualmente entre vosotros?
60. En cuál modo se comunican los Espíritus entre ellos?
–“Se ven y se comprenden; por el simple reflejo del Espíritu, por cuanto la palabra es cosa material. El fluido cósmico establece entre ellos una constante comunicación; constituye el vehículo de la transmisión del pensamiento, al igual que entre vosotros el aire es el vehículo de la del sonido, una especie de telégrafo universal, que une todos los mundos, y permite a los Espíritus de corresponder de un globo a otro”-.
COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: El Espíritu tiene la facultad de viajar a la velocidad del pensamiento y se desplaza de un lugar a otro en el cual se encuentra la persona con quien se comunica; al entrar en contacto sus campos magnéticos se efectúan, automáticamente, lecturas de contenidos mentales, por el pensamiento. Constituye una capacidad de percepción del pensamiento al igual que la de los demás sentidos. Realmente, no hay transmisión, sino comunicación y percepción del pensamiento o del sentimiento con contacto espiritual entre las partes, por cuanto el uno se desplaza al lugar en que se encuentra el otro o viceversa, en forma instantánea. Es decir, se adquiere conciencia del contenido mental de la otra parte por contacto espiritual entre ambos.
61. Los Espíritus pueden disimularse recíprocamente sus pensamientos o escondérselos respectivamente?
–“No: a ellos todo les es manifiesto, especialmente cuando son perfectos. Aún lejos el uno del otro se ven, y se comprenden siempre. Empero, esto no constituye una regla absoluta, por cuanto algunos Espíritus, juzgándolo necesario, pueden muy bien hacerse invisibles para otros”-.
62. En cuál modo, ya que se encuentran libres de cuerpo físicos, pueden los Espíritus conservar su individualidad y distinguirse los unos de los otros?
–“Por medio del alma, –peri-espíritu-, que los hace ser diferentes, como el cuerpo entre los seres humanos”-.
63. Los Espíritus se reconocen por haber cohabitados en la tierra? El amigo reconoce al amigo? El hijo reconoce a su padre?
-“Sí, perfectamente, y de esta manera de generación en generación”-.
Cómo hacen los seres humanos que se han conocido en la tierra para reconocerse en el mundo de los Espíritus?
-“Nosotros vemos el pasado leyéndolo como en un libro; descubriendo en tal manera lo de nuestros amigos o enemigos, vemos, también, su pasaje de la vida a la desencarnación”-.
64. Tan pronto como se haya efectuado la desencarnación, el Espíritu ve inmediatamente a sus familiares o amigos que les han precedido en la dimensión espiritual?
-“Enseguida, raramente, por cuanto, con frecuencia, como ya se ha dicho, precisa algún tiempo para reconocerse, y sacudirse del velo de la materia”-.
65. Cómo es acogido el Espíritu por los seres buenos a su regreso a la dimensión espiritual?
-“La del ser justo, como un hermano amadísimo por largo tiempo esperado; la del perverso, como un ser digno, solamente, de compasión”-.
66. Cuál sentimiento prueban los Espíritus inferiores al llegar a ellos otro de su mismo nivel?
-“La satisfacción de ver un semejante privado como ellos de la felicidad, sentimiento que también experimentan en la dimensión física al observar el estado de los seres de similar nivel”-.
67. Los parientes y amigos acuden al encuentro, cuando se deja la dimensión física?
-“Sí: reciben al Espíritu hacia quien experimentan afecto; se emocionan con él como al regreso de un viaje, si ha sabido evitar los riesgos, y le ayudan a desvincularse de los ligámenes del cuerpo. Esta afectuosa acogida es un premio para los buenos; mientras el culpable, en castigo, queda en el aislamiento, o no es circundado más que por Espíritus de similar condición”-.
68. Los parientes y los amigos se vuelven a reencontrar después de la desencarnación?
-“Esto depende de su elevación, y de la vía que siguen para progresar. Si uno de ellos se encuentra ya más adelantado, o camina más rápido que el otro, no quedarán juntos: podrán verse alguna vez, pero no permanecerán unidos para siempre, sino cuando procedan con ritmo paralelo, es decir, al alcanzar igual grado de perfección. Por otra parte, el hecho de no poder ver los parientes y amigos, frecuentemente, constituye un castigo”-.
RELACIONES SIMPÁTICAS Y ANTIPÁTICAS ETRE LOS ESPÍRITUS:
ESPÍRITUS GEMELOS:
69. Además de la simpatía general que nace de la semejanza, tienen los Espíritus afectos particulares?
-“Sí, como entre los seres humanos; empero, el afecto que une a los Espíritus desencarnados es más fuerte, por cuanto ya no se encuentra sujeto a las vicisitudes de las pasiones”-.
70. Existe, entre los Espíritus, también, el odio?
-“Sí, entre los inferiores, quienes suscitan entre vosotros las inamistades y la divergencia”-.
71. Dos seres que hayan sido enemigos sobre la tierra, conservan su enemistad también en la dimensión espiritual?
-“Solamente los Espíritus imperfectos alimentan la animosidad hasta tanto que, con el mejorarse, llegan a comprender que su odio era insensato, y pueril la respectiva causa. Si les dividió un mero interés material, por muy poco que hayan progresado, dejarán de pensar en ello. En tal caso, desapareciendo la causa que les separaba, la antipatía que existía entre ellos desaparecerá y vuelven a verse con alegría”-.
De la misma manera, dos chavales, hechos adultos, reconocen la frivolidad de las cuestiones habidas en la infancia y cesan de tenerse aversión.
72. El recuerdo de las faltas que dos hombres hayan podido hacerse recíprocamente, es un obstáculo para su amistad en la dimensión espiritual?
-“Sí, eso le lleva a alejarse el uno del otro”-.
73. Qué sentimiento experimentan después de la desencarnación quienes han sido perjudicados por nosotros en la dimensión física?
-“Si son buenos, perdonan de acuerdo con vuestro arrepentimiento; si son pocos evolucionados, alimentan rencor, y alguna vez pueden perseguiros, como una consecuencia permitida por Dios, también en otra existencia”-.
74. Los afectos personales de los Espíritus son mutables?
-“No, porque ellos no se pueden engañar; en la dimensión espiritual no existe más la mascara debajo de la cual se pueda esconder la hipocresía. Por lo cual, los afectos de los Espíritus son inalterables y fuente, para ellos, de suprema felicidad”-.
75. El afecto que dos seres se tienen en la dimensión física, continuará en la espiritual?
-“Sin duda, si está fundado sobre la base de una verdadera simpatía; pero, si proviene de una causa material, terminará con ésta. Las afecciones entre los Espíritus son más fuertes y más permanentes que sobre la tierra, porque ya no están sujetas al capricho de los intereses materiales y del amor propio”-.
76. Los Espíritus, que deben unirse por amor, están predestinados a hacerlo desde el origen, y el Espíritu de cada quien tiene en alguna parte del universo su pareja gemela, a quien estará un día fatalmente ligado?
–“No, no existe una unión predestinada y fatal entre dos Espíritus. Ella reina entre los Espíritus en grados diversos, según el lugar que ocupan, es decir, de acuerdo al grado de su propia perfección. Cuanto más son perfectos, tanto más íntima es su unión. Todos los males de la humanidad nacen de la discordia, mientras que de la concordia nace la completa felicidad”-.
77. Entonces, son impropias las voces almas gemelas, de las cuales algunos se sirven para denotar dos Espíritus simpáticos?
-“Impropias e inexactas; si un Espíritu fuese la mitad de otro, separado de éste, sería incompleto”-.
78. Dos Espíritus simpáticos, una vez unidos, permanecen unidos por toda la eternidad, o pueden separarse y unirse con otros Espíritus?
-“Todos los Espíritus se encuentran unidos entre ellos: hablo de aquellos que alcanzaron la perfección; en las esferas inferiores, después, cuando un Espíritu se eleva no siente más la misma simpatía por aquellos que ha dejado atrás”-.
79. Dos Espíritus simpáticos se completan recíprocamente, o, en cambio, su simpatía es la consecuencia de una identidad perfecta?
-“La simpatía que mantiene unidos dos Espíritus es el resultado de su perfecta afinidad de tendencias e instintos; si uno de los dos debiese completar al otro perdería su propia personalidad”-.
80. La identidad necesaria para la perfecta simpatía consiste sólo en la similitud de los pensamientos y de los sentimientos, o, también, en la uniformidad de las condiciones intelectuales?
-“En el idéntico grado de elevación”-.
81. Los Espíritus que hoy no sienten recíprocamente simpatía, podrán sentirla más adelante?
-“Sí, todos la sentirán, cuando el Espíritu de un mundo inferior alcanza, perfeccionándose, el mundo en el cual otro reside. Y su encuentro ocurrirá tanto más rápido cuanto más el Espíritu elevado habrá mal soportado las pruebas a las cuales se había sometido, quedando estacionado”-.
La simpatía que ya existe entre dos Espíritus, puede cesar?
-“Sin duda, tan pronto uno de los dos se quede rezagado”-.
La teoría de las almas gemelas es una figura que alude a la unión de dos Espíritus simpáticos. Es una expresión del lenguaje vulgar, la cual es preciso dejar de tomar a la letra. Si algún Espíritu se ha servido de ella, no pertenecía, ciertamente, a un orden elevado; de ideas limitadas, ha expuesto su pensamiento con términos que les eran habituales en la vida corpórea. Conviene, por lo tanto, repudiar la idea de dos Espíritus creados el uno para el otro, los cuales, después de haberse dividido por un tiempo más o menos largo, deban un día reunirse fatalmente por toda la eternidad.
MEMORIA DE LA EXISTENCIA CORPÓREA
82. Recuerda el Espíritu elevado sus existencias corpóreas?
-“Sí, y os aseguro que, frecuentemente, sonríe de compasión hacia sí mismo”-.
Al igual que el ser humano, alcanzada que haya la edad de la razón, se ríe de las imprudencias de su juventud, o de las puerilidades de su infancia.
83. La memoria de la existencia corpórea se presenta al Espíritu perfecta y enseguida después de la desencarnación?
-“No: le regresa poco a poco, como algo que sale de la neblina, a medida que él centra la atención”-.
84. Recuerda el Espíritu todos los particulares de su vida y puede tener una visión de conjunto con una mirada?
-“Recuerda las cosas en razón de la consecuencia que hayan tenido en su estado de Espíritu; pero comprenderéis que existen en su vida circunstancias a las cuales no dará ninguna importancia y de las que no buscará, siquiera, de recordar”-.
Pero, si quisiera, podría?
-“Cuando sea útil, sí, inclusive los detalles más mínimos tanto de los hechos como de los propios pensamientos”-.
Entrevé él el fin de la vida terrestre con respecto a la vida futura?
-“Ciertamente, lo ve, y lo comprende mucho mejor que cuando se encontraba ligado al cuerpo; entiende la necesidad de depurarse para alcanzar el infinito, reconociendo que en cada existencia se despoja de alguna impuridad”-.
85. En qué modo se asoma a la mente del Espíritu la memoria de sus vidas pasadas? Por un esfuerzo de memoria o como un cuadro que se le presenta ante su visión?
-“Ni en la una ni en la otra manera: todos los avenimientos, de los cuales le resulta importante recordarse, se les presentan como actuales; los otros permanecen como ocultados o enteramente olvidados. Cuanto más él se ha destacado de la materia, tanta menor importancia le concede a las cosas materiales. Frecuentemente, le sucederá de evocar un Espíritu, en la dimensión espiritual, que, a pesar del poco tiempo ha dejado la tierra, no recuerda el nombre de las personas que más amaba, ni muchas otras circunstancias que a vosotros os parecen importante: lo cual quiere decir que, por cuanto para él no tienen peso, las olvida. Lo que rememora muy bien, en cambio, son los hechos que les ayudan a mejorar”-.
86. Se recuerda, el Espíritu, también, de todas las existencias que precedieron la última?
-“Todo su pasado se desenvuelve delante como las estaciones recorridas por un viajero; pero, repetimos, él no recuerda sus actos sino en razón de su influencia sobre su estado actual. En cuanto a sus primeras existencias, a las que se pueden comparar como a la infancia del Espíritu, esas se diluyen poco a poco, y desaparecen en la noche de los tiempos”-.
87. Cómo considera el Espíritu el cuerpo del que se ha despojado en la tierra?
-“Como un viejo vestido que le incomodaba y del cual está contento de haberse liberado”-.
Qué siente el Espíritu a la vista de su cuerpo en el proceso que sigue a la desencarnación?
-“Casi siempre indiferencia, como de algo que ya no posee más”-.
88. Después de algún tiempo, reconoce el Espíritu sus restos corpóreos u otros objetos que les pertenecían en esta vida?
–“Alguna vez; esto depende de la mayor o menor elevación con la cual considera las cosas terrenas”-.
89. El respeto que se tiene aquí abajo por sus despojos físicos atrae la atención del Espíritu y lo agradece?
-“El Espíritu está siempre contento de vuestro buen recuerdo y las cosas que de él conserváis constituyen una prueba de ello; empero, lo que le atrae a vosotros es vuestro pensamiento, no aquellos objetos”-.
90. Recuerdan los Espíritus las experiencias experimentadas durante su existencia corpórea?
-“Frecuentemente sí, y aquella rememoración rinde mayor la felicidad que puedan gozar como Espíritus”-.
91. El ser humano que ha sido feliz aquí, lamenta sus disfrutes una vez dejada la tierra?
-“Solamente los Espíritus inferiores pueden lamentar el disfrute proveniente de la impuridad de su naturaleza, las cuales expían mediante pruebas, Los Espíritus elevados prefieren mil veces la felicidad perdurable a la satisfacción efímera de la tierra”-.
De la misma manera, el ser humano adulto se ríe de las cosas que les alegraban en su infancia.
92. Aquel que ha empezado trabajos de gran calibre por el bien de la humanidad y los ve interrumpidos por la desencarnación, se lamenta en la dimensión espiritual por haberlos dejado incumplidos?
-“No, porque ve que otros están destinados a continuar su obra. Más bien, él mismo se esfuerza de alentar otros Espíritus humanos a la continuación de estos trabajos. Su objetivo sobre la tierra era el bien de la humanidad, el cual conserva en la dimensión espiritual”-.
93. Quien ha dejado detrás de sí trabajos de arte o de literatura, conserva por sus obras el amor que por ellas tenía en la dimensión física?
-“Según su elevación, las juzga de una manera diversa, y, frecuentemente, en la dimensión espiritual desaprueba lo que en la física admiraba”-.
94. Le importan al Espíritu los trabajos que se hacen en la tierra, el progreso de las artes y de la ciencia?
-“Depende de su elevación, o de la misión que él ha de desempeñar. Lo que a vosotros os parece magnífico, frecuentemente es poco cosa para los Espíritus avanzados, que lo valoran como el docto lo hace con la obra de un escolar. Ellos no miran sino a lo que pueda dar prueba de la elevación de los Espíritus encarnados y de su progreso”-.
95. Los Espíritus conservan en la dimensión espiritual el amor de patria?
-“Es siempre el mismo principio: para los Espíritus elevados la Patria es el Universo; de la tierra pueden amar como tal aquella parte en la que han dejado el mayor número de personas queridas”-.
Las condiciones de los Espíritus y su manera de ver las cosas varían al infinito en razón del grado de su desarrollo moral e intelectual. Los Espíritus de orden elevado vienen, en general, muy poco a la tierra; todo aquello que se realiza es mezquino en relación a las grandezas del infinito; también las cosas a las cuales los seres humanos atribuyen la mayor importancia son a sus ojos tan pueriles que encuentran pocas atractivas, cuando no son llamados a cooperar al progreso de la humanidad. Los Espíritus de orden medio la frecuentan en forma más asidua, si bien consideran las cosas con una elevación mayor de cuando se encontraban en la dimensión física. Los Espíritus vulgares son, por así decir, de residencia permanente y constituyen la masa de la población ambiental del mundo invisible: han conservado, en línea general, las mismas ideas, los mismos gustos y las mismas tendencias que tenían en su envoltura material; se entrometen en nuestras reuniones, en nuestros negocios, en nuestras diversiones, en las cuales toman parte más o menos activa según su carácter. Por cuanto no pueden satisfacer sus propias pasiones, gozan que otros se abandonen a las mismas y les excitan. Entre tantos, pero, los hay más serios que miran y observan para instruirse para transformarse en mejores.
96. Las ideas de los Espíritus se modifican siempre en la dimensión espiritual?
-“Mucho: ellos asumen grandes transformaciones a medida que el Espíritu se cansa de la materia. Él, puede, empero, permanecer largo tiempo con las mismas ideas; pero, poco a poco la fascinación de la materia disminuye; él ve las cosas más claramente, y, entonces, busca los medios para mejorarse”-.
97. Por cuanto el Espíritu ha vivido la vida en la dimensión espiritual antes de su encarnación, -de dónde se deriva su estupor al regresar a la misma?
-“Del efecto momentáneo producido por la turbación que experimenta al despertarse después de la desencarnación: más tarde, él se reconoce perfectamente por cuanto adquiere conciencia de la memoria del pasado y se sensibiliza, borrando la impresión de la vida terrena.
CONMEMORACIÓN DE LOS ESPÍRITUS
98. Es grata a los Espíritus el buen recuerdo de quienes han amado sobre la tierra?
-“Mucho más de lo que podáis creer: este recuerdo acrecienta la felicidad, si son felices; y, si son infelices, es para ellos un motivo de sosiego”-.
99. El día de la conmemoración de los desencarnados es solemne para los Espíritus? Vienen ellos de preferencia, aquel día, a visitar a quienes van a visitarle en su última morada física?
–“Los Espíritus acuden a la llamada del pensamiento al igual que en cualquier otro día del año”-.
Ese día se sienten llamados de preferencia en el lugar de su última morada física?
-“Los hay en mayor número, ese día, por cuanto les llama un mayor número de personas; pero cada uno llega solamente por sus seres queridos y no por la multitud de indiferentes”-.
En qué forma nos visitan y como se verían si pudiésemos verle?
-“En aquella forma bajo la cual les conocimos encontrándose en la dimensión física”-.
100. Los Espíritus olvidados, de quienes nadie va a visitar su última morada física, -visitan aquel lugar, igualmente, y les afecta el hecho de que nadie les recuerda?
-“Qué les importa a ellos de la tierra? Los Espíritus solamente estiman los sentimientos, por lo cual si no les atrae el afecto, no se preocupan: tienen para sí el universo”-.
101. La visita de sus seres queridos al lugar de su última morada física resulta al Espíritu más grata que una oración efectuada por ellos en el secreto del propio hogar?
-“Esa visita es solamente un modo para demostrar que se piensa en el Espíritu ausente. Ya os lo he dicho: es la oración que dinamiza el acto de la memoria: poco importa el lugar donde esa se hace, si se realiza con afecto”-.
102. Los Espíritus de quienes se elevan estatuas y monumentos, -asisten a la inauguración, y la observan con placer?
–“Muchos van, cuando pueden; pero, en aquellos actos agradecen, más que el honor, el buen recuerdo que se conserva de ellos”-.
103. Dónde se origina, en muchos, el deseo de que su última morada física sea en un lugar o en otro? Regresan a ellos con mejor voluntad después de la desencarnación? Es esta importancia dada a una cosa material un signo de inferioridad moral del Espíritu?
-“Habéis juzgado bien. Qué importa un lugar en vez de otro a un Espíritu elevado? Él sabe que los Espíritus amados se reunirán de todas maneras”-.
Entonces, la reunión de los restos físicos de todos los miembros de una familia debe considerarse como una cosa frívola?
-“No: es costumbre venerable, demostración de simpatía para quienes hemos amado. Si es de poca importancia para los Espíritu, en cambio es importante para los seres humanos como vehículo de expresión de los propios sentimientos”-.
104. El Espíritu, ya regresado a la dimensión espiritual, recibe con agrado los honores que se les tributan a su vestidura física?
-“Si ha alcanzado ya cierto grado de perfección, ya está despojado de vanidad terrenal y comprende la inutilidad de las ceremonias. Existen, empero, muchos Espíritus, quienes, después de la desencarnación, disfrutan de los honores que se rinden a sus cuerpos y se entristecen del abandono en el cual venga dejado, por cuanto alimentan, todavía, los prejuicios de la vida terrenal”-.
105. Asiste el Espíritu a las ceremonias de su última morada física?
-“Frecuentemente; pero, si es presa de la turbación no se rinde cuenta de lo que sucede”-.
Le es grato el concurso de la gente en ese acto?
-“Más o menos, según el sentimiento que lo conduce”-.
106. El Espíritu desencarnado asiste a las reuniones de sus herederos?
-“Casi siempre: Dios lo quiere, para que él se instruya, y para que experimenten el castigo los culpables. Es allí, que él juzga cuanto valían sus demostraciones de afecto, por cuanto lee en su ánimo como en un libro y el desengaño que prueba, frecuentemente, al ver la rapacidad de quienes se dividen sus bienes le iluminan sobre sus sentimientos; pero, también para ellos llegará su turno”-.
107. El respeto instintivo que en todos los tiempos y en todos los pueblos el ser humano ha demostrado por los Espíritus desencarnados, -es un efecto de su intuición sobre la vida futura?
-“Es la consecuencia natural: sin esa intuición aquel respeto no tendría razón de ser”-.

ENCARNACIÓN DE LOS ESPÍRITUS

 

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Capítulo VI

 

DE: EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS

  • El mejor libro de todos los tiempos

  • Autor: ALLAN KARDEC

  • Versión castellana: Giuseppe Isgró C.

 

 

ENCARNACIÓN DE LOS ESPÍRITUS

 

Objetivo de la Encarnación. Del Espíritu y del Alma. Materialismo.

 

OBJETIVO DE LA ENCARNACIÓN

 

  1. Cuál es el objetivo de la encarnación de los Espíritus?

-“Dios se la impone como el medio para alcanzar la perfección, soportando todas las circunstancias de la existencia corporal, que para los más constituye una expiación o una prueba, para otros una misión. La encarnación tiene, al mismo tiempo, otra finalidad, la de delegarle al Espíritu su parte en la obra de la Creación. Para conseguir este objetivo el Espíritu toma, en cada mundo, una vestimenta corpórea en armonía con la materia del mismo, condición esencial para poder actuar en conformidad con los mandatos de Dios, y mientras concurre a la ejecución de los planes de Dios, trabaja, también, para su propio perfeccionamiento.

La acción de los seres corpóreos es necesaria al desenvolvimiento del universo; pero, Dios, en su sabiduría, ha querido que en ella encontrasen un medio para progresar y de acercarse a Él. De esta manera, por Ley admirable de su Providencia, todo se liga conjuntamente, todo es armonía en la naturaleza.

  1. Los Espíritus, que desde el principio han seguido la vía del bien, tienen necesidad, también ellos, de la encarnación?

-“Todos son creados sencillos e ignorantes, y no se instruyen sino en las acciones y en las tribulaciones de la vida corpórea. Dios, que es justo, no podía hacer feliz algunos sin sufrimientos y sin fatigas, y por lo tanto sin mérito”-.

Entonces, a qué sirve a los Espíritus el haber seguido la vía del bien, si Dios no les dispensa de las pruebas de la vida corpórea?

-“Alcanzan más rápidamente la meta. Por otra parte, las pruebas de la vida son, frecuentemente, una consecuencia de las imperfecciones del Espíritu, empero, quien las tiene en menor grado sufre menos tormentos; de esta manera, quien no tiene envidia, celos, avaricia y ambición, no sufrirá las torturas que son consecuencia de estos defectos”-.

DEL ESPÍRITU

  1. Qué es el Espíritu?

-“Un ente espiritual encarnado”-.

Qué era el Espíritu antes de unirse al cuerpo?

-“Era un Espíritu en la dimensión espiritual”-.

Almas y Espíritus son las mismas cosas?

-“No. Antes de unirse al cuerpo, el Espíritu es uno de los seres inteligentes que pueblan el mundo invisible, y revisten, temporalmente, un involucro carnal para purificarse e instruirse”.

COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: El alma y el Espíritu son dos cosas totalmente diferentes, pese a que, suele, con frecuencia, usársele como sinónimos. El Espíritu es el ente inteligente, el conductor del cuerpo; el alma es lo que se denomina periespíritu, el elemento de enlace que une al Espíritu con el cuerpo. Ya los egipcios tenían clara esta diferencia, denominando al Espíritu con el término Khu, al alma: kha, y al cuerpo Khut. Nosotros, ahora, hemos adaptado la terminología al uso actual, en concordancia con lo que ha predominado en el pensamiento universal, con las denominaciones de Espíritu, Alma y Cuerpo.

  1. Hay en el ser humano algún otro elemento además del Espíritu y del cuerpo?

-“El ligamen que les une”-.

Cuál es la naturaleza de este ligamen?

-“Es una sustancia semi-material, de naturaleza intermedia entre el Espíritu y el cuerpo, que rinde posible las comunicaciones del uno con el otro. Es por medio de este ligamen que el Espíritu actúa sobre la materia, y la materia sobre el Espíritu”-.

El ser humano consta, por lo tanto, de tres partes esenciales:

  1. Por el cuerpo, que es un ser material análogo al de los animales y vivificado por el mismo principio vital; 2. Por el Espíritu, -ente inteligente encarnado- a quien el cuerpo sirve de morada; 3. Por el principio intermedio, periespíritu o alma, que es sustancia semi-material, que sirve como primera envoltura del Espíritu, la cual une al Espíritu con el cuerpo. De igual manera que en un fruto encontramos la corteza, la pulpa y la semilla.

  2. Es el Espíritu independiente del principio vital?

-“Sin duda, por cuanto el cuerpo no es más que la envoltura”-.

Puede existir el cuerpo sin el Espíritu?

-“Sí: empero, tan pronto como el Espíritu lo abandona, el cuerpo cesa de vivir. Con el nacimiento se consolida la unión del Espíritu con el cuerpo, -la cual ocurre en el mismo instante de su engendramiento y concepción-; mientras que, en el momento de la desencarnación se rompe el ligamen que mantenía unido al Espíritu con el cuerpo y éste se separa. La vida orgánica puede animar un cuerpo sin Espíritu, pero éste no puede morar en un cuerpo privado de la vida orgánica”-.

Qué sería de nuestro cuerpo, si no tuviese Espíritu?

-“Una masa de carne sin inteligencia, todo aquello que queráis, pero jamás un ser humano”-.

  1. El Espíritu, puede encarnarse, al mismo tiempo, en dos cuerpos diferentes?

-“No; el Espíritu es indivisible, y no puede animar, al mismo tiempo, dos seres diferentes”-.

  1. Qué debemos pensar sobre la opinión de quienes consideran el Espíritu como el principio de la vida material? (*)

-“Es cuestión de palabras: nosotros no nos atenemos a eso; buscad de entenderos entre vosotros”-.

  1. Algunos Espíritus, y antes de ellos algunos filósofos, han definido el Espíritu: “una chispa de naturaleza espiritual emanada del Gran Todo”. Por qué esta contradicción?

-“La contradicción es aparente y depende de la variedad de significados de las palabras. Por qué no tenéis para cada cosa un término propio?”-.

El vocablo Espíritu es empleado para expresar cosas muy diferentes. Unos denominan así el principio de la vida, y en este significado es exacto decir, figurativamente, que el Espíritu es una chispa “de naturaleza espiritual” emanada del Gran Todo, cuyos últimos vocablos indican la Fuente Universal del principio vital, de quien, cada ser, absorbe una partícula, la cual regresa a la dimensión espiritual después de la desencarnación. Esto se compagina con la idea de un ser moral distinto e independiente de la materia, denominado Espíritu, -“cuya unión con el cuerpo realiza por intermedio del alma o periespíritu”-. Por lo cual, al darle, los Espíritus, al alma -y al Espíritu-, diferentes definiciones, lo han hecho de acuerdo a las aplicaciones que ellos hacían de dichos términos, según las ideas terrenas en que se habían cultivado. Esto deriva de la insuficiencia del lenguaje humano, el cual no posee un vocablo para cada idea, lo que da origen a múltiples equívocos y debates: esta es la razón de porque los Espíritus superiores nos aconsejan de ponernos, antes, de acuerdo sobre el significado de las palabras.(**)

  1. Qué debemos pensar de la teoría que supone al Espíritu dividido en tantas partes cuantos músculos tiene el cuerpo humano, y prepuesto, así, a cada una de sus funciones?

-“Esta depende del sentido que se atribuye al término Espíritu; si se entiende como fluido vital, se tiene razón; si se hace referencia al Espíritu encarnado, es incorrecto. Nosotros lo hemos dicho: el Espíritu es indivisible, y transmite el movimiento a los órganos por vía del fluido intermedio”-.

Cómo se explica, pero, que existan Espíritus que hayan dado esta definición?

“Los Espíritus ignorantes pueden confundir el efecto por la causa”-.

El Espíritu, que informa al cuerpo durante la vida, y le abandona con la desencarnación, actúa por medio de los órganos, y los órganos son animados por el fluido vital distribuido en ellos, en forma más abundante en aquellos que constituyen los centros y pilares del movimiento. Empero, el fluido vital no es más que el medio de acción: el agente es el Espíritu.

  1. Existe algo de verdad en la opinión de quienes piensan que el Espíritu se encuentra fuera del cuerpo y que lo envuelve todo?

-“El Espíritu no está encerrado en el cuerpo, como un pájaro en una jaula, sino que irradia, y se manifiesta fuera del mismo como la luz atraviesa un globo de cristal, o como el sonido en torno a un centro sonoro. En este sentido se le puede considerar externo, sin deducir, por ello, que sea el involucro del cuerpo. Es, en cambio, el Espíritu que tiene dos envolturas: una, sutil y ligera, la primera, que vosotros denomináis alma –o periespiritu-; la otra, más densa, que es el cuerpo. El Espíritu, repetimos, es el centro de este involucro, como la parte comestible en una avellana.

  1. Qué pensáis de la otra teoría, según la cual el Espíritu en un niño se desenvuelve y se cumple en cada período de la vida?

-“El Espíritu es uno y entero en el niño como en el adulto: el desenvolvimiento es inherente a los órganos o instrumentos de la manifestación del Espíritu por intermedio del alma. También aquí, suele tomarse el efecto por la causa”-.

  1. Por qué todos los Espíritus no definen el Espíritu de la misma manera?

-“Porque su grado de instrucción no es el mismo en todos. Los hay, todavía, con conocimientos de tal manera escasos, que, al igual que los niños entre vosotros, no comprenden las cosas abstractas; y los hay, siempre como entre vosotros, pseudo-sabios, quienes hacen alardes utilizando palabras altisonantes para impresionar a los simples. Hay que tener en cuenta, también, que aún los Espíritus sabios pueden expresarse en términos diferentes, los cuales, en el fondo comunican el mismo significado, especialmente si vuestro lenguaje es inadecuado para expresarse con claridad y precisión, en cuyo caso deben utilizar figuras, alegorías y comparaciones, las cuales vosotros tomáis por realidades”-.

  1. Qué debe entenderse por alma del mundo?

-“El principio universal de la vida y de la inteligencia, de quien emanan las individualidades; empero, quienes se sirven de estas expresiones no se entienden, mayormente, ni siquiera ellos mismos. La palabra alma es de tal manera elástica. Que cada quien la interpreta de acuerdo a sus propias concepciones. Alguno ha llegado hasta a atribuir, también, un alma a la Tierra, queriendo con esto entender el conjunto de Espíritus devotos, que tienen como objetivos cuidar de vosotros, orientando, cuando le prestáis atención, vuestras acciones hacia la buena vía y son, en cierto modo, los vicarios de Dios para vuestro globo”-.

  1. Por qué tantos filósofos antiguos y modernos, habiendo debatido tan a fondo en torno a la ciencia psicológica, no han llegado a la verdad?

-“Precursores de la doctrina Espirita eterna, han preparado la vía. Eran seres humanos, y se engañaron, tomando las propias ideas por la luz; empero, sus mismos errores sirven para hacer resaltar la verdad, mostrando el pro y el contra, y por otra parte, entre aquellos errores se encuentran grandes verdades que un estudio comparativo os puede hacer comprender”-.

  1. El Espíritu tiene sede determinada y circunscrita en un órgano del cuerpo?

-“No; pero en los genios y en todos aquellos que piensan mucho, reside más particularmente en la cabeza, como reside en la conciencia en quienes sienten mucho y cuyas obras están dedicadas al bien de la humanidad”-.

Qué pensáis de la opinión de quienes ubican el Espíritu en un centro vital?

-“Quisieran decir que el Espíritu reside de preferencia en determinada parte de vuestro organismo, por cuanto allí ubican todas las sensaciones. Pero, quien lo coloca en lo que considera como un centro de la vitalidad, la confunde con el fluido o principio vital. En todo caso, se puede decir que la sede del Espíritu se encuentra más particularmente en los órganos que sirven a las manifestaciones intelectuales y morales”-.

MATERIALISMO

  1. Por cuál razón los anatomistas, los fisiólogos y en general quienes estudian, de manera especial, las ciencias naturales, son, frecuentemente, llevados al materialismo?

-“Porque refieren todo a lo que ven: orgullo de los seres humanos, quienes creen de saber todo, y no admiten que existen cosas que puedan sobrepasar su propia inteligencia! Su ciencia le rinde de tal manera presuntuosos que llegan a creer que la naturaleza ya no tiene secretos para ellos”-.

  1. No es lamentable que el materialismo sea por lo más consecuencia de estudios, los cuales deberían mostrar al ser humano la superioridad de la inteligencia que gobierna el mundo?

-“No es verdad que el materialismo sea efecto de estos estudios. La culpa es del ser humano, que deduce falsas consecuencias, por cuanto suele abusar de todo, aún de las mejores cosas. Por otra parte, la nada lo aterra más de cuanto quiere aparentar y los Espíritus fuertes son, frecuentemente, más fanfarrones que animosos. Los más son materialistas, solamente porque no tienen con que llenar este vacío; empero, delante del abismo que amenaza de tragárselos, mostradle el ancla salvadora, y ellos se afianzarán satisfechos”-.

Por una aberración del intelecto hay quien no ve en los seres orgánicos sino la acción de la materia, y le refiere todos nuestros actos. Por cuanto no han sabido descubrir en el cuerpo humano más que una maquina eléctrica; han estudiado el mecanismo de la vida solo en las funciones de los órganos; ya que han visto ésta culminar su ciclo vital por la rotura de un hilo, han buscado para ver si quedaba algo y no habiendo encontrado nada más que materia inerte, no habiendo visto al Espíritu partir y no pudiendo agarrarlo al vuelo, por decirlo de alguna manera, han concluido que todo era, únicamente, sustentado por las propiedades de la materia y que, después de la desencarnación, no quedaba otra cosa que la nada: consecuencia desalentadora, si fuese verdadera, por cuanto, entonces, el bien y el mal serían indiferentes y la humanidad, fundada sobre el egoísmo, pondría, por encima de cualquier otra cosa, la satisfacción de los propios placeres, y los lazos sociales serían destruidos, y los más elevados afectos rotos para siempre. Empero, afortunadamente, estas ideas no son generalizadas, ya que en ningún lugar constituyen lo que suele decirse una doctrina. Una sociedad que se afincase sobre estas bases, llevaría, en sí misma, el germen de la propia disolución, y sus miembros se destruirían, recíprocamente, como bestias feroces.

El ser humano siente que con la desencarnación no termina todo para él; siente horror por la nada, y, por cuanto rehúya del pensamiento del porvenir, llegado que sea el momento supremo, no puede dejar de preguntarse que será de él, por cuanto la idea de abandonar la vida sin retorno agota el Espíritu más endurecido. Y, en efectos, quien podría jamás mirar con indiferencia la separación absoluta y eterna de todo lo que ha amado? Quien, sin temor, podría mirar delante de sí el inmensurable abismo de la nada, en el cual desaparecerían para siempre todas sus facultades, todas sus esperanzas, y decirse a sí: Cómo, después de mí, nada más? Nada más que el vacío? Todo, por lo tanto, debe terminar, irreparablemente? Algún día más y después mi memoria debe ser borrada para siempre, también, de la mente de mis queridos seres? Y, de mi estadía en la tierra no quedará ningún vestigio, y será, también, olvidado el bien que habré hecho a ingratos, para rendírmelos benévolos? Y, como compensación de todos los dolores de mi vida, y de las luchas sostenidas por un noble y generoso ideal, nada más que la nada, y ningún otra prospectiva más que la conclusión del presente ciclo de vida?

Oh, cómo estos pensamientos deben llenar el ánimo de incertidumbre!

La Doctrina enseña y la razón lo confirma que no puede ser así. Empero, la existencia futura, vaga e indeterminada, tal como la predican, no satisface las exigencias de una mente ávida de conocimientos concretos, la cual cosa, en muchísimos genera la duda. Decís que tenemos un Espíritu, y sea; empero, qué es este Espíritu? Tiene alguna forma, o apariencia? Es un ser limitado, o indefinido? Hay quien lo quiere un aliento de Dios; quien una chispa del fuego eterno; quien una partícula del Gran Todo, el principio de la vida y de la inteligencia; empero, con cuál ventaja? Y, qué nos importa tener un Espíritu, si después de nosotros habrá de confundirse en la inmensidad como una gota en el océano? La perdida de nuestra personalidad no equivale a la nada, para nosotros? Se pretende que el Espíritu sea inmaterial; pero, una cosa inmaterial no podría tener proporciones definidas; por lo tanto, volvemos a encontrarnos en la nada. La religión, es verdad, nos enseña que seremos felices o infelices según el bien o el mal que hayamos hecho. Pero, cuál es la felicidad que nos espera en el seno de Dios? Una perenne beatitud, una contemplación eterna, sin ningún otro objetivo que cantar alabanzas al Creador? Y, las llamas del infierno, los instrumentos de la pena, son una realidad o una metáfora? La misma religión lo entiende en este último significado. Entonces, cuáles son los sufrimientos antepuestos en forma de amenazas? -Dónde se encuentra el lugar del suplicio? En pocas palabras: qué se hace, qué se ve en aquel mundo de allá, que a todos nos atiende? Aseguran que nadie ha regresado jamás para contarnos al respecto.

 

A lo cual, responderemos: Os engañáis; la misión del Espiritismo es, precisamente, la de iluminarnos en torno a este porvenir, y de hacérnoslo, casi, tocar con las manos, no más con razonamientos, sino con hechos. Gracias a las comunicaciones espiritas, esto ya no es una hipótesis, una probabilidad que cada quien imagina a su gusto, que los poetas crean con ingeniosas ficciones, describiéndolas con falsas figuras alegóricas; sino una realidad objetiva, por cuanto, los mismos seres de la dimensión espiritual, vienen a describirnos las vivencias de su nueva vida, nos muestras el porvenir que nos está reservado según los propios méritos o deméritos. Es, quizá, ésta, una doctrina de anti-espiritualidad? Parecería lo contrario, por cuanto los incrédulos encuentran en ella la fe, y los tibios, su entrada al fervor y a la confianza. Por lo tanto, el Espiritismo es el más válido auxiliar de la verdadera espiritualidad, y Dios lo concede para reanimar nuestras vagas esperanzas, y para reconducirnos sobre la vía del bien, mediante el conocimiento del porvenir.

REGRESO A LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

 flor-loto

Capítulo VII

 

REGRESO A LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

De: El Libro de los Espíritus

Autor: Allan Kardec

Versión castellana y comentarios exegéticos:

Giuseppe Isgró C.

 

El Espíritu después de la desencarnación; su individualidad. Vida eterna. Separación del Espíritu del cuerpo. Turbación espiritual.                                                                                            

EL ESPÍRITU DESPUÉS DE LA DESENCARNACIÓN

 

  1. En qué se transforma el Espíritu en el instante de la desencarnación?

En Espíritu, que ya libre de los lazos de la materia, regresa a la dimensión espiritual.

  1. Conserva el Espíritu su individualidad después de la separación del cuerpo?

-“Sí, jamás la pierde; de otra manera, qué sería el Espíritu?

Cómo hace el Espíritu, no teniendo más el cuerpo material, a reconocer su individualidad?

-“Si no tiene el cuerpo físico, conserva, empero, el fluídico, que había adquirido de la atmósfera de su planeta, el cual conserva la figura de la última encarnación: es su alma o periespíritu”-.

Además del alma, el Espíritu no lleva nada más de la dimensión física?”-.

-“Nada más que el deseo de un mundo mejor y el recuerdo de éste, todo dulzura o amargura, según las obras de su vida. Cuanto más haya sido su vida pura, tanto más comprende la vanidad de lo que deja sobre la tierra”-.

  1. Cómo se debe entender la opinión, según la cual el Espíritu después de la desencarnación vuelve a entrar en el Todo universal?

–“Que el conjunto de los Espíritus forma un todo, constituye un mundo. Cuando intervenís en una asamblea, sois parte integrante de la misma, pero, siempre conserváis vuestra individualidad”-.

  1. Podemos tener pruebas de la individualidad después de la desencarnación?

-“Y, no la tenéis, acaso, en nuestras comunicaciones? Si mirad bien, veréis, y, si prestad atención, oiréis, por cuanto, con frecuencia os habla una voz, que os revela la existencia de un ser diferente de vosotros mismos”-.

Quienes piensan que con la desencarnación el Espíritu vuelve a entrar en el Todo universal, yerran si entienden que, a semejanza de una gota de agua que cae en el océano, él pierde su individualidad; empero, dicen la verdad si entienden por el Todo universal el conjunto de los seres incorpóreos, del cual cada Espíritu es un elemento.

Si los Espíritus estuviesen reintegrados en la masa, tendrían las cualidades del conjunto, en cuyo caso nada le distinguiría entre uno y otro. Ellos carecerían de inteligencia y de cualidades propias; mientras que, en todas las comunicaciones, nos dan prueba de tener la conciencia del yo y una diferenciada voluntad; la variedad infinita que presentan bajo todo respecto es consecuencia de personalidad innegable. Si después de la desencarnación hubiese, de verdad, este gran Todo absorbedor de la individualidad, sería uniforme, y entonces, todas las comunicaciones espirituales resultarían idénticas. Empero, por cuanto de hecho nos permiten comprender que provienen de seres buenos y malos, doctos e ignorantes, felices e infelices, alegres y tristes, serios y ligeros, está claro que estas comunicaciones provienen de entes espirituales que conservan su individualidad y su conciencia. Esto resulta todavía más evidente cuando prueban su identidad con signos incontrovertibles y con particularidades personales relativas a su vida terrestre, las cuales pueden verificarse, lo cual se vuelve incontrastable cuando se manifiestan a la vista en las apariciones, La individualidad del Espíritu nos era enseñada, en teoría, como un artículo de fe; el Espiritismo la demuestra de un modo evidente y positivo.

  1. Qué se debe entender por vida eterna?

-“La vida del Espíritu, por cuanto la del cuerpo es transitoria y pasajera. Cuando el ser humano desencarna, el Espíritu –eterno e inmortal- regresa a la dimensión espiritual”-.

No sería más exacto llamar vida eterna la de los Espíritus puros, que, habiendo alcanzado el supremo grado de perfección relativa, no tienen más pruebas por las que pasar?

-“Ésta sería, más bien, la felicidad eterna. Empero, ésta es siempre cuestión de palabras; llamad las cosas como queráis, si con ello lográis entenderos”-.

SEPARACIÓN DEL ESPÍRITU DEL CUERPO

  1. Es dolorosa la separación del Espíritu del cuerpo?

-“No; el cuerpo sufre, frecuentemente, mucho más durante la vida que en el instante de la desencarnación. El Espíritu, sin embargo, no participa en modo alguno a aquellos dolores; más bien, si es bueno, goza, por cuanto le anuncian el fin de su exilio”-.

En la desencarnación por causas naturales, que avienen por el agotamiento de los órganos a consecuencia de la edad, el ser humano deja la vida física sin darse cuenta: es como una lámpara que se apaga por falta de corriente eléctrica.

  1. Cómo ocurre la separación del Espíritu del cuerpo?

-“Rotos los ligámenes, que le retenían, el Espíritu se separa del cuerpo”-.

La separación se produce instantáneamente sin preparación? Existe un límite claramente fijado entre la vida y la ausencia de ella?

-“No: el Espíritu se desvincula gradualmente, y no escapa como un pájaro cautivo restituido inesperadamente a la libertad. La vida va confundiéndose con la ausencia de ella, por cuanto el Espíritu se libera poco a poco de los lazos, que se desatan, sí, pero no se rompen”-.

Mientras dura la vida, el Espíritu se encuentra ligado al cuerpo mediante su envoltura semi-material, periespíritu –o alma-; la desencarnación conlleva la destrucción o transformación del cuerpo y no del periespíritu, que se separa cuando en aquel cesa la vida orgánica. La observación enseña, que en el instante de la desencarnación la separación del periespíritu no se efectúa de una sola vez, sino gradualmente y con mayor o menor lentitud según las personas; en algunos es muy rápido, y a un día próximo a la desencarnación se encuentra también el de la liberación; en otros, y especialmente en aquellos cuya vida fue toda materia y sentidos, es mucho más lento, pudiendo durar días, semanas, y también meses, la cual cosa no implica, en el cuerpo, la mínima vitalidad, ni la posibilidad de un regreso a la vida, sino una simple afinidad entre el cuerpo y el Espíritu, afinidad siempre en razón de la preponderancia que, durante la vida, el Espíritu ha concedido a la materia. Está claro y es lógico que, cuanto más el Espíritu se identificó con la materia, tanto más rehúse a separarse; mientras la actividad intelectual y moral y la elevación de los pensamientos hacen sí que el desprendimiento se inicie mientras el cuerpo se encuentre, todavía, en vida, por lo que, ocurrida la desencarnación, aquel se cumple casi instantáneamente.

Esto es el resultado de los estudios de gran número de personas observadas en el instante del traspaso. Estas observaciones prueban, por otra parte, que la afinidad persistente en algunos, todavía perdurable entre el Espíritu  y el cuerpo  extinto es penosísima, por cuanto aquel puede probar el horror de la descomposición de éste. Un tal caso, empero, constituye una excepción, y es particular a ciertos géneros de vida y a algunas variantes de desencarnaciones; se tenía, por ejemplo, en algún tipo de desencarnación auto-provocada.

  1. La separación definitiva del Espíritu del cuerpo, puede ocurrir antes de que cese completamente la vida orgánica?

-“En la agonía, el Espíritu alguna vez ya ha dejado el cuerpo, por lo cual a éste no le queda más que la vida orgánica. El ser humano, entonces, no tiene más consciencia de sí mismo, aunque, todavía, le queda un soplo de vida. El cuerpo es una maquina puesta en movimiento por el corazón, por lo cual existe hasta cuando el corazón hace circular la sangre en las venas, para cuya función no tiene necesidad de Espíritu”-.

COMENTARIO EXEGÉTICO GIC.

 

Mientras existan signos vitales, vida orgánica, aunque la persona se encuentre inconsciente, es indicio de que, aún, el Espíritu se encuentra unido al cuerpo en determinado grado, aunque los lazos que unen al Espíritu con el cuerpo, mediante el alma, -periespíritu-, hayan comenzado a soltarse, -no a romperse-.

El Espíritu suele emanciparse del cuerpo tan pronto se adormezcan los sentidos físicos, y con el desdoblamiento del Espíritu, el cuerpo duerme, pero mantiene las funciones vitales.

Empero, tan pronto se suelten los lazos del alma, -periespíritu-, que unen al Espíritus con el cuerpo, cesan, automáticamente, todos los signos vitales, toda la vida orgánica, evidencia clara de la desencarnación del Espíritu.

En algunos casos, el apego del Espíritu a la materia es tan grande que, la desencarnación requiere de un largo proceso antes de que se suelten los ligamentos -del Alma, o periespíritu-, que unen al Espíritu con el cuerpo de turno.

En los Espíritus de elevada conciencia, con desapego correcto de la materia, los lazos de unión se sueltan con facilidad.

Recordemos que el ser, en los cuatro reinos naturales, fundamentalmente está formado por el Espíritu, el Alma, o periespíritu, y el cuerpo. La ley cósmica es una, y rige en los cuatro reinos naturales, en semejante modo, adaptado a las particularidades de cada especie.

  1. En el instante de la desencarnación el Espíritu, tal vez, no tiene una aspiración o éxtasis, que le hace entrever el mundo que le espera?

-“Frecuentemente el Espíritu, al aflojarse los ligámenes que les unen al cuerpo, hace todos los esfuerzos posibles para romperlos del todo, y entonces, ya suelto en parte de la materia, ve desenvolverse delante  el porvenir y goza, anticipadamente el estado de Espíritu libre”-.

  1. El ejemplo del gusano, que primeramente se arrastra por el suelo, y después, convertido en crisálida, en estado de vida latente, regresa a la existencia como espléndida mariposa, puede darnos una idea de la vida terrestre, de la que sigue a la desencarnación y de nuestra nueva vida?

-“En pequeño sí, por cuanto la comparación no es mala; empero, tened en cuenta, después, de no tomarlo a la letra, como con mucha frecuencia os sucede”-.

  1. Cuál sensación prueba el Espíritu, cuando se reconoce en el mundo de los Espíritus?

-“Según los casos: si tiene conciencia de haber hecho el mal, se encuentra todo avergonzado y doliente; si, en cambio, tuvo la oportunidad de vivir virtuosamente, experimenta la sensación de ser aliviado de un gran peso, y goza sin temor de ninguna mirada escrutadora”-.

  1. El Espíritu reencuentra a quienes ha conocido en la tierra, y que han desencarnado antes que él?

-“Sí, según el afecto que él tenía por ellos, y de acuerdo al que ellos tenían por él. Frecuentemente, de sus seres queridos, ya desencarnados, algunos vienen a recibirlo a su reingreso en la patria común, y le ayudan a despojarse del involucro material. Él,  además, reconoce a muchos otros de quienes había perdido los rastros durante su estadía en la tierra: ve aquellos que se encuentran en la dimensión espiritual, y va a visitar a quienes, aún, se encuentran encarnados”-.

  1. En caso de desencarnación por causa violenta o accidental, cuando los órganos no se encuentran aún debilitados por la edad, o por ausencia de salud, la separación del Espíritu y la cesación de la vida física acontecen al mismo tiempo?

-“En general sí: empero, en todo caso, el instante que le separa es brevísimo”-.

  1. Después de la decapitación, por ejemplo, -conserva la persona, aún por poco tiempo, la conciencia de sí misma?

-“Hasta que la vida orgánica se haya extinguido. Frecuentemente, la aprensión de la desencarnación le hace perder aquel sentimiento mucho antes del suplicio”-.

Aquí se habla de conciencia, que el ajusticiado puede tener de sí mismo como hombre, por vía de los órganos, y no ya como Espíritu. Por lo cual, parece que, si no la ha perdido antes del suplicio, puede conservarla, aún, algún breve momento después, empero, cesa, necesariamente, con la vida orgánica del cerebro, la cual cosa, todavía, no implica que el periespíritu –o alma-, se haya soltado en absoluto del cuerpo. Ocurre, más bien, lo contrario en todos los casos de desencarnación violenta, es decir, no provocada por la progresiva consumación de las fuerzas vitales, donde los ligámenes que unen el cuerpo con el periespíritu son más tenaces, lo que determina que sea más lenta la separación completa.

EL ESPÍRITU TIENE LA CONCIENCIA

  1. El Espíritu tiene conciencia de sí inmediatamente que haya dejado el cuerpo?

-“Inmediatamente no; él permanece por algún tiempo en una especie de turbación”-.

  1. Experimentan todos los Espíritus, en el mismo grado y en igual duración, la turbación que sigue a la separación del Espíritu del cuerpo?

-“No: Esto depende de la diversidad de su elevación. El ser virtuoso se reconoce casi inmediatamente, por cuanto ya se emancipó de la materia durante la vida del cuerpo, mientras que el ser sensual, cuya conciencia no es pura, conserva más largamente la impresión de la misma”-.

  1. El conocimiento del Espiritismo tiene alguna influencia sobre la duración más o menos larga de la turbación?

-“Peso grandísimo, por cuanto el Espíritu conocía ya su futura condición; empero, más que ninguna otra cosa, abrevian esta duración una conciencia pura y la práctica del bien”-.

En el momento del traspaso todo es confuso, y el Espíritu precisa algún tiempo para reconocerse; él se encuentra aturdido, como en el estado de quien sale de un profundo sueño, que busca darse cuenta de su condición. La lucidez de las ideas y la memoria del pasado le regresan  a medida que se va borrando la influencia de la materia, de la cual se ha soltado, disipándose aquella especia de neblina que vela los pensamientos.

La duración de la turbación, que sigue a la desencarnación, es variabilísima: puede ser de alguna hora, como de varios meses o años. Es menos larga para aquellos que ya en vida se han compenetrado al estado futuro, por cuanto, apenas se encuentran allí, lo comprenden inmediatamente.

La turbación espiritual ofrece circunstancias particulares, según el carácter de las personas, y sobre todo según el género de la desencarnación. En aquellas violentas, por auto-determinación, por suplicio, por accidente, por heridas, y similares, el Espíritu es sorprendido; lleno de estupor, no cree de encontrarse en la dimensión espiritual, y lo niega con obstinación; ve su cuerpo, sabe que es el suyo y no comprende que se ha separado; va cerca de las personas que ama, les habla, y desconoce la razón por la cual no le escuchan. Esta ilusión dura hasta la perfecta separación del periespíritu. Solamente entonces el Espíritu se reconoce, y comprende que no hace más parte de los vivos, -en la dimensión física. Un fenómeno de tal naturaleza se explica fácilmente. Sorprendido, de repente, por la desencarnación, el Espíritu está aturdido por el brusco cambio que se ha efectuado en él. Él, como ordinariamente suele ocurrir, creía que la desencarnación fuese sinónimo de destrucción, de anulación: ahora, por cuanto él piensa, ve, siente, no comprende de haber desencarnado. Acrecienta el engaño el hecho de verse en un cuerpo símil al precedente en la forma, cuya naturaleza etérea él no ha tenido tiempo, aún de percibir; él lo cree sólido y compacto como el primero; y, cuando alguna cosa llama su atención sobre este punto, se maravilla de no poderse tocar. Este fenómeno es análogo al de los sonámbulos, quienes desde el principio están persuadidos de no dormir. Para ellos el sueño equivale a supresión de las facultades: ahora, por cuanto piensan libremente, y ven, están persuadidos de no dormir. Algunos Espíritus presentan esta particularidad, aunque la desencarnación no le haya tomados por sorpresa; empero, ella es más común en aquellos que, si bien con ausencia de salud, no piensan en la desencarnación. Se ve, entonces, el singular espectáculo de un Espíritu, que asiste a su funeral como al de un extraño, y discurre como de algo que no le concierne, hasta que llega a comprender la verdad.

La turbación que sigue a la desencarnación no tiene nada de penosa para la persona de bien: es serena y en todo similar a la que acompaña un plácido despertar. Para el malvado, al contrario, es plena de ansiedad y de angustia, las cuales aumentan a medida que él adquiera la cognición de sí mismo.

En los casos de desencarnación colectiva se ha observado que no todos aquellos que desencarnan conjuntamente se vuelven a ver siempre enseguida. En la turbación que sigue al traspaso, cada quien va por su propia vía, o se cuida únicamente de aquellos seres que les son más queridos.

COMENTARIO EXEGÉTICO 27

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COMENTARIO EXEGÉTICO 27

©Giuseppe Isgró C.

 

 27. De tal modo, habrían dos elementos generales en el universo: la materia y el Espíritu?

-“Sí, y, por encima de ellos, Dios, Creador de cada cosa. Es aquí el principio de todo cuanto existe, la triada del universo. Empero, al elemento materia es preciso agregar el fluido universal, que constituye la parte intermedia entre el Espíritu y la materia propiamente dicha, la cual es muy densa para que el Espíritu pueda actuar directamente sobre ella”.

-“Este fluido, aunque, en cierto modo, haya que considerarlo como parte del elemento material, se diferencia por algunas propiedades especiales”.

-“Si este fluido fuese materia, no habría razón para no suponer como tal también al Espíritu. Se encuentra entre el Espíritu y la materia; es fluido, como la materia es materia, y, por las innumerables combinaciones con ésta, bajo la acción del Espíritu puede producir una infinita variedad de cosas, de las cuales vosotros solamente conocéis una pequeñísima parte”.

-“Este fluido universal o cósmico, o primitivo, o elemental, como el agente de quien se sirve el Espíritu, es el principio sin el cual la materia quedaría en estado de perpetua disolución, y no conquistaría jamás los caracteres que le dan la gravedad”-.

Este fluido sería, quizá, aquel que nosotros definimos con el nombre de electricidad?

-“Hemos dicho ya que puede producir innumerables combinaciones. Los agentes físicos que vosotros denomináis  fluido eléctrico y fluido magnético, son simples modificaciones del fluido cósmico, el cual, propiamente hablando, no es sino materia más noble, más sutil que la propiamente denominada así”-.

 

El Libro de los Espíritus

Allan Kardec

 

 

COMENTARIO EXEGÉTICO GIC:

Quizá sería más propicio decir: Espíritu, Alma -elemento de enlace- y Materia, -condensación de energía-.

El Espíritu, como emanación de la Divinidad, sin separarse de la Divinidad y sin dejar de ser la Divinidad, en cada expresión de vida, en los cuatro reinos naturales conocidos, y en los que, eventualmente, aún queden por descubrirse.

Podríamos imaginar tres dimensiones claramente definidas, o determinadas:

La primera, la de la Divinidad, separada por una tenue barrera, que no es otra cosa que una Diferenciación Vibratoria. Es decir, un nivel absoluto. Esa barrera podría imaginarse como una pared divisoria entre una dimensión y la que le sigue.

La segunda: El Alma Universal. En la que emana la Divinidad a la conciencia individual tantas veces como sea necesario en la eterna expansión de la Creación universal. Es el elemento de enlace entre la Divinidad y el ser emanado a la conciencia individual, en los cuatro reinos naturales. Además, es el hábitat, o  la dimensión espiritual en  que se desenvuelve el Espíritu, mientras se encuentre en estado de Espíritu. Es lo que se denomina fluido universal en la respuesta dada a la pregunta que comentamos. Es un departamento intermedio entre la dimensión de la Divinidad y la de la materia, que se analizará en el epígrafe siguiente. Hay una puerta de entrada de una dimensión a otra y es la del alma.

En la dimensión del Alma Universal existe una inmensa variante de Espíritus emanados a la conciencia individual, tantos como Espíritus hay en los cuatros reinos naturales, y con gradaciones de estados de conciencia que varían del cero grado al infinito, aunque jamás se agotará el infinito ascensional de la espiral evolutiva.

En el Alma Universal, cada Espíritu emanado a la conciencia individual, adquiere su propia alma individualizada. Es como decir, “su hogar personal” en el entorno cósmico, ubicado en el “lugar” en que adquirió conciencia individualizada. Constantemente se reubicará de acuerdo con sus estados, y grados, de conciencia, según su suma existencial, o densidad espiritual, regido por la ley de afinidad y las leyes que les son interrelacionadas: Amor, afinidad, justicia, igualdad y compensación, entre otras. Es como decir: -“Donde amas, allí está tu Espíritu y tu hábitat”. El grado de amor es el que ubica, o reubica, el hogar personal, en el eterno viaje de retorno a la fuente universal.

La tercera: La materia. Es condensación de la energía de acuerdo al grado vibratorio de los Espíritus elementales de la naturaleza. Esta dimensión es la que sirve de manifestación física a los demás reinos de la naturaleza: el humano, el animal y el vegetal.

Cada reino utiliza su propia e inherente combinación de la materia, de acuerdo al fin que le corresponde en el contexto de todas las cosas y a la naturaleza misma del Espíritu, en cada uno de estos reinos naturales.  

Por cada tipo de materia fundamentalespecífica, existe un Espíritu elemental, o la cooperación de un conjunto de ellos, simultáneamente, de acuerdo con las leyes de la física, de la química, y de la ley cósmica, en general.

 

 

INSATISFACCIONES Y ALEGRÍAS EN LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

 

Capítulo XXIX

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 INSATISFACCIONES Y ALEGRÍAS

EN LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

Autor: Allan Kardec

Versión castellana y comentarios exegéticos:

Giuseppe Isgró C.

La Nada. Vida Futura. Intuición de las Insatisfacciones y de las Alegrías en la Dimensión Espiritual. Intervención de Dios en las Sanciones y en las Compensaciones. Naturaleza de las Insatisfacciones y de las Alegrías enla Dimensión Espiritual. Sanciones temporales. Expiaciones y Arrepentimiento. Duración de las Sanciones en la Dimensión Espiritual.Reencarnación del Espíritu. Paraíso, Infierno, Purgatorio. Pecado original.

LA NADA. VIDA FUTURA

  1. Por qué el ser humano aborrece, instintivamente, la nada?

-“Porque la nada no existe”-.

  1. De qué proviene, en el ser humano, el sentimiento instintivo de la vida futura?

-“Lo hemos ya dicho: antes de encarnarse, el Espíritu la conocía; en el archivo espiritual de su alma, conserva una remembranza de lo que sabe y ha visto en la dimensión espiritual”-. (Ver Nº 393).

En cada época, el ser humano se ha ocupado de su porvenir en la dimensión espiritual, y esto es muy natural. Por cuanto peso él le de a la vida presente, no puede considerar cuanto ella sea breve y precaria, ya que puede ser truncada en cualquier momento, por lo que, nadie está seguro del mañana. Qué será de él después del instante fatal? La cuestión es grave, por cuanto no se trata de breve tiempo, sino de la eternidad. Quien debe pasar algún año en un país extranjero piensa y repiensa en la condición en que se encontrará. Cómo, entonces, dejamos de ocuparnos, de aquella en que, nosotros, nos encontraremos cuando hayamos dejado esta dimensión?

La idea de la nada repugna a la razón. El ser humano, aún el más despreocupado, llegada la hora suprema, se pregunta a sí mismo, en lo que se convertirá, e involuntariamente, espera. Creer en Dios sin admitir la vida futura sería una paradoja. El sentimiento de una existencia mejor se encuentra en la conciencia de todos los seres; esto significa que Dios no lo ha colocado allí en vano.

La vida futura implica la conservación de nuestra individualidad después de la desencarnación. Y, en verdad, qué importancia tendría sobrevivir al cuerpo, si nuestra esencia moral debería perderse en el océano infinito? Sería lo mismo, para nosotros, que caer en la nada.

INTUICIÓN DE LAS INSATISFACCIONES Y DE LAS ALEGRÍAS ENLA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

  1. De qué se deriva la creencia que tienen todos los pueblos, en las penas y en las recompensas futuras?

-“Del presentimiento de la realidad, que el Espíritu trae consigo al encarnarse. Sabed que no en vano os habla una íntima voz, y es un error no prestarle suficiente atención. Si la escucháis bien, muy rápidamente os convertiréis en mejores”-.

  1. En el momento de la desencarnación, cuál es el sentimiento que domina en el mayor número de seres humanos? Es la duda o la esperanza?

-“La duda en los escépticos obstinados; el temor en los malvados; la esperanza, en los buenos”-.

  1. Cómo es que existen escépticos, desde el momento en que el Espíritu tiene innato el sentimiento de las cosas espirituales?

-“Los hay en menor número de cuanto se pueda creer; muchos se demuestran como espíritus fuertes, por orgullo; pero cuando están próximos a la desencarnación, pierden la serenidad y la seguridad que ostentaban y buscan la fe”-.

Nuestros actos son los responsables de lo que resulte nuestra vida futura. La razón y la justicia nos dicen que en los beneficios del bien a los cuales todos aspiramos, los buenos y los malvados no deben ser tratados de análoga manera. Dios no puede querer que algunos gocen, sin mérito alguno, de aquella felicidad a la cual otros no llegan sino en virtud de esfuerzos y de perseverancia.

El concepto que Dios nos da de la justicia y de su bondad, con la sabiduría de sus leyes, no nos permite creer que el justo y el malvado sean iguales a sus ojos, ni de dudar de que, cada quien, recibirá, respectivamente, la recompensa del bien, y el castigo del mal hecho, según el caso. Y, el sentimiento innato que tenemos de la justicia nos permite la percepción intuitiva de las penas y de las recompensas futuras.

INTERVENCIÓN DE DIOS EN LAS SANCIONES Y EN LAS COMPENSACIONES.

  1. Se ocupa Dios de cada ser humano? No es demasiado grande la diferencia entre su grandeza y la pequeñez humana para que cada individuo particular tenga importancia para él?

-“Dios provee a todos los seres que han emanado de Él, por cuan pequeños seamos. Su bondad no tiene límites”-.

COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: Cada ser, en los cuatro reinos naturales, emana del Creador Universal, como un instrumento de su voluntad. El uno es anhelo de ser y ley cósmica; el otro, es la expresión de ese anhelo, en el cumplimiento de esa ley cósmica, para realizar la gran obra de la Creación. No solamente se ocupa del ser humano; lo hace con cada uno de los seres en los demás reinos naturales, incluyendo el mineral. Quién dijo que es pequeño el ser humano? Es una emanación de la misma naturaleza espiritual del Creador, dotado de sus mismos atributos y de un poder creador, con infinita potencialidad, tanto en percepción como en acción, en el eterno ahora. Se conoce el ser humano a sí mismo para percibir su grandeza? Si se conociese, no pensaría que es pequeño. Es tal como emanó del Creador y con una misión y un plan, que es el plan de Él. No es poca cosa ni de poco peso. Teniendo el ser humano una conciencia que es la réplica de la de Él, en ella están encerrados los atributos divinos, equivalentes a cada valor universal, y por medio de los sentimientos análogos a cada valor, Él se expresa en la conciencia de cada ser, en los cuatro reinos naturales, con el conocimiento oportuno del qué, del cómo, del quién, del cuándo, del cuánto, del dónde y del por qué, y con la energía creadora, que le impulsa o le frena, según las circunstancias. Por medio de la ley cósmica impresa en la conciencia del ser, Él realiza la gran obra universal en perfecta coordinación con cada ser.

  1. Sigue Dios cada uno de nuestros actos para recompensarnos, o sancionarnos?

-“Él tiene sus leyes, que los regulan; si las violáis es culpa vuestra. Si un ser humano comete un exceso, Dios, ciertamente, no pronuncia una sentencia en contra de él para decirle, por ejemplo: -“Tú fuiste intemperante, y ahora te castigaré”. Él ha trazado un límite; las enfermedades, y, con frecuencia, la desencarnación, son la consecuencia de los excesos. Este es el castigo, es decir, el resultado de la infracción de la ley. Así ocurre en todo”-

Cada una de nuestras acciones está sujeta a la ley de Dios: aún cuando nos parezcan de poca importancia, puede constituir una violación. Si después nos toca asumir las consecuencias de esta violación, no debemos culpar más que a nosotros mismos, por cuanto, de esta manera, somos los artífices de nuestro propio bien, o del mal futuro. Esta verdad se hace evidente en el apólogo siguiente.

Un padre, que le ha dado al hijo la educación y la instrucción, es decir, los medios para saberse comportar, le cede, para que los cultive, un campo, y le dice: -“Esta es la regla que hay que seguir y todos los instrumentos necesarios para rendir fértil este terreno, y estructurar tu subsistencia. Tú tuviste de mí la instrucción que basta para comprender esta regla, si la sigues, tu campo será muy productivo, y te procurará el reposo en la edad avanzada; si no la sigues, no te producirá nada, y pasarás necesidad”. Dicho esto, le deja actuar a su manera.

No es verdad, quizá, que aquel campo producirá en razón de los cuidados puestos en cultivarlo, y que, cada negligencia será en detrimento de la cosecha? El hijo, estará, por lo tanto, en la edad avanzada, feliz, o insatisfecho, según que haya seguido o descuidado la regla que el padre la había trazado.

Ahora, Dios, también es más previsor, por cuanto nos advierte a cada paso, si hacemos bien o mal, y nos envía los Espíritus a aconsejarnos: peor para nosotros si no les escuchamos. Y, todavía, existe esta diferencia: que Dios concede siempre, al ser humano, con nuevas existencias, el medio de reparar sus propios errores, mientras que al hijo del relato, si ha empleado inadecuadamente su tiempo, no le queda ninguno.

COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: Dentro de la conciencia de cada ser existe una hoja de vida que representa el equivalente a una hoja de cálculo electrónica, en la cual cada registro suma, resta, divide y multiplica cantidades que, en forma automática, afectan el saldo total. En cada persona, ese saldo representa la SUMA EXISTENCIAL, el gran total de vida. El programa que rige el proceso, desde cada asiento hasta el resultado final, está basado en las leyes de afinidad, de justicia, de igualdad y de compensación. Es decir, cada acto es pesado en la balanza de la justicia, cuyos platillos son la ley de igualdad y la de compensación. Todos los seres son iguales en la ley y ante ella; cada acto es pesado, y compensado, en la respectiva polaridad positiva o negativa: o suma o resta, en el saldo existencial. El resultado, es decir, la suma existencial, otorga un poder de acción o de pasividad, y de acuerdo al respectivo saldo es ubicado, o reubicado, cada ser, en el orden que le corresponda, del cero al infinito. De manera, que, es un proceso automático e instantáneo.

NATURALEZA DE LAS INSATISFACCIONES Y DE LAS ALEGRÍAS EN LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

  1. Las insatisfacciones y las alegrías del Espíritu después de la desencarnación, son de naturaleza material?

-“El buen sentido indica que no, por cuanto el Espíritu no es materia. Aquellas insatisfacciones, así como las alegrías resultantes, no tienen nada de carnal, y todavía son mil veces más intensas de las que probáis en la tierra, porque el Espíritu desencarnado es más impresionable, por cuanto la materia no embota más sus sensaciones”-. (Ver Nº 237 y 257).

COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: Las sensaciones son experimentadas a nivel físico, cuando el Espíritu se encuentra encarnado. El Espíritu experimenta sentimientos, en su conciencia, las cuales, se traducen, en el alma, como emociones. Estando encarnado, el ser, conformado por Espíritu, alma y cuerpo, experimenta las tres vertientes de un mismo valor, simultáneamente: sentimientos, emociones y sensaciones. Encontrándose en la dimensión espiritual, experimentaría, únicamente, sentimientos y emociones. Por lo cual, cualquier estado espiritual en que se encuentre, se reflejará, simultáneamente, como sentimiento, a nivel de Espíritu, y, emoción, a nivel del ama. Recordemos que, en la dimensión espiritual, el Espíritu está dotado del alma, que le sirve de vehículo y de archivo espiritual; esto último, equivalente al disco duro de un ordenador. Empero, el operador, que es el Espíritu, refleja todo el progreso acumulado en toda su trayectoria, como APTITUD, o estado de CONCIENCIA, es decir: capacidad de sentir en determinado grado en cualesquiera de los sentimientos equivalentes a los valore universales, como atributos divinos, en ambas polaridades; de hacer, o dejar de hacer; de percepción, visión y comprensión-

  1. Por qué razón, el ser humano, con frecuencia se hace una idea tan rudimentaria y absurda de las penas y de los goces de la vida futura?

-“Por qué su inteligencia no es, todavía, muy desarrollada. El niño comprende, quizá, como el adulto? Por otra parte, la cosa depende, también, de lo que le han enseñado; es de ahí que debe comenzar la reforma. Vuestro lenguaje defectuoso no puede exprimir lo que está fuera de vuestro alcance, por lo cual, se precisan analogías, de las cuales percibís imágenes y figuras por la realidad; pero, a medida que el ser humano se instruye, su pensamiento comprende mejor las cosas que la palabra no logra expresar bien”-.

  1. En qué consiste la felicidad de los buenos Espíritus?-“En conocer todas las cosas y en no tener ni odio, ni celos, ni envidia, ni ambición indebida, ni alguna de aquellas pasiones que producen insatisfacciones en los seres humanos. El amor que les une, es, para ellos, fuente de suprema felicidad. No prueban ni las necesidades, ni los sufrimientos, ni las angustias de la vida material. Disfrutan del bien que hacen, por cuanto la felicidad de los Espíritus es siempre proporcional a su elevación. Es verdad que, únicamente los Espíritus puros disfrutan la felicidad suprema; pero, tampoco los demás son infelices; entre los malvados y los perfectos hay una infinidad de grados, en los cuales los goces son relativos a su estado moral. Quienes se encuentran muy progresados comprenden la felicidad de los demás, que los preceden, y aspiran a ella; pero esto es para ellos un motivo de emulación, no de celos; saben que depende de ellos mismos alcanzarla, y trabajan con esta finalidad, con la tranquilidad de la buena conciencia, felices de no tener que sufrir como lo hacen los de menor progreso”-.

  2. Vosotros señaláis la ausencia de las necesidades materiales en el número de las condiciones para la felicidad de los Espíritus; pero, la satisfacción de estas necesidades no es, para el ser humano, origen de placer?

-“Sí, pero de placeres materiales, que, cuando no los podéis satisfacer, experimentáis importante desasosiego”-.

  1. Cómo hay que entender las frases, que los Espíritus puros están reunidos en el seno de Dios, y ocupados en cantarles alabanzas?

-“Estas son alegorías para expresar que ellos ven y comprenden la perfección divina; pero que no deber ser tomadas al pie de la letra, como muchas otras. Todo, en la naturaleza, desde el grano de arena al sistema de mundos, canta, vale decir, proclama la potencia, la sabiduría y la bondad de Dios; pero, no creáis que los Espíritus superiores están en eterna contemplación; esta sería una dicha pueril y monótona, y, peor aún, la del egoísta, porque su existencia resultaría de una inutilidad sin término. No más sujetos a las tribulaciones de la existencia corpórea, lo que no es poca felicidad, crecen y saben todas las cosas, y ponen al servicio del progreso de los demás Espíritus el desarrollo de su inteligencia. Esta es su ocupación, que constituye, al mismo tiempo, el instrumento de su felicidad.

  1. En que consisten los sufrimientos de los Espíritus inferiores?

-“Son tan variados como las causas que los han producido, y proporcionados al menor grado de progreso, al igual que los goces, equivalen a los de mayor nivel. Podrían compendiarse de esta manera: Darse cuenta de que le falta para ser felices, y no poder distinguirlo; ver la felicidad y no participar de ella; lamentación, envidia, rabia y desesperación por lo que le impide de ser dichosos; remordimientos y ansiedad moral indefinible. Tienen el deseo de todos los bienes, pero no los pueden satisfacer, torturándose por ello”-.

  1. La cercana influencia de los Espíritus desencarnados es siempre buena?

-“Siempre buena la de los buenos Espíritus, se sobreentiende; pero los Espíritus inferiores buscan distraer de la vía del bien y del arrepentimiento a quienes consideran adecuados para dejarse arrastrar, y que, frecuentemente, condujeron al mal durante la existencia corpórea”-.

Por lo tanto, la desencarnación no nos libra de la tentación?

-“No; pero el ascendiente de los Espíritus inferiores es mucho menor sobre los otros desencarnados que sobre los humanos, porque aquellos no se pueden seducir, más, con las pasiones materiales”-. (Ver Nº 996).

  1. Y, cómo tientan los Espíritus inferiores los demás desencarnados, ya qué a este fin no pueden servirse más de las pasiones?

-“Es preciso distinguir; es cierto que, para los Espíritus, las pasiones no existen más materialmente, pero es verdad, también, que ellas perduran en el pensamiento de los Espíritus vulgares. Ahora, los inferiores fomentan aquellos deseos vanos, arrastrando a sus víctimas en los lugares en los cuales se presentan los espectáculos de estas pasiones, y de todo lo que pueda excitarles”-.

Pero, a qué sirven aquellas pasiones, si ya no tienen el objeto real?

-“Para que les sirvan de suplicio a los Espíritus en cuestión; el avaro ve el oro que no puede poseer; el disoluto, orgías en las que no puede participar; el orgulloso, honores, que envidia, pero que no puede gozar”-.

  1. Cuáles son los mayores tormentos a los cuales pueden ser condenados los Espíritus inferiores?

-“Resulta imposible describir las torturas morales, que son el castigo de algunos actos indebidos; al mismo Espíritu que los prueba le sería poco fácil daros una idea al respecto; pero, ciertamente, la más tremenda es la errónea percepción suya de ser condenado a sufrir eternamente”-.

De las insatisfacciones y de las alegrías del Espíritu después de la desencarnación, el ser humano se hace una idea, más o menos elevada, según el grado de su inteligencia. Cuanto más él se instruye, tanto más esta idea se purifica y se separa de la materia; él comprende las cosas bajo un aspecto más razonable, y busca de interpretar a la letra las imágines de un lenguaje figurado. La razón más iluminada, enseñándonos que el Espíritu es un ser espiritual, nos dice que ella no puede estar sujeta a las impresiones que actúan sobre la materia; pero de esto no se deduce que él sea inmune de desasosiegos, ni que escape a la sanción de sus culpas”. (Ver Nº 237).

Las comunicaciones espirituales nos demuestran el estado futuro del Espíritu, no más como una teoría, sino como una realidad; colocando bajo nuestra mirada todas las peripecias de la vida en la dimensión espiritual; estas comunicaciones nos prueban que esas son consecuencias perfectamente lógicas de la vida terrestre, y, aunque despojadas de la vestimenta fantástica creada por la imaginación del ser humano, no son por esto menos temibles y penosas. La variedad de estas consecuencias es infinita; pero se puede decir, en general, que cada quien es sancionado por sus mismos actos indebidos: algunos, con la continua vista del mal que han ocasionado; otros, con los pesares, el temor, la vergüenza, la duda, el aislamiento, las tinieblas, la separación de los seres amados, y así sucesivamente.

  1. De qué se deriva la doctrina del fuego eterno?

-“De una imagen tomada, como tantas otras, por la realidad”-.

Y, el temor que inspira, puede producir un buen efecto?

-“Ved vosotros y juzgad, si vale como freno aún para muchos de aquellos que la predican. Quien enseña cosas que más tarde la razón rechaza, hace una impresión que no es durable, ni conveniente”-.

El ser humano, impotente al expresar con su lenguaje la naturaleza de sus insatisfacciones de la vida, en la dimensión espiritual, no ha encontrado comparación más enérgica que la del fuego, por cuanto para él constituye el medio del más cruel suplicio, y el símbolo de la acción más gallarda. Por lo tanto, la creencia en el fuego eterno se remonta a la más remota antigüedad, y los pueblos modernos la han heredado de los antiguos; por lo que, aún en su lenguaje figurado dicen: el fuego de las pasiones, arder de amor, de ira, de celos y otras expresiones semejantes.

  1. Los Espíritus inferiores comprenden la felicidad del justo?

-“Sí, y esto constituye su suplicio, ya que comprenden que se encuentran privados de ella por su propia culpa. Por lo cual, el Espíritu, liberado que se haya de la materia, aspira a nuevas existencias corporales, por cuanto, cada existencia, si empleada bien, puede abreviar la duración de aquel suplicio. Entonces, selecciona las pruebas, con las cuales podrá expiar sus culpas. Él sufre por todo el mal que ha hecho, o del que fuera la causa voluntaria, por todo el bien que habría podido realizar, pero que no ha hecho, y de todo el mal derivado del bien que ha descuidado de hacer. El Espíritu libre no tiene más cosa alguna que se le interponga como un velo; él, como ya ha salido de la neblina, descubre aquello que le aleja de la felicidad. Entonces sufre mucho más, dado que comprende cuanto ha sido culpable. Cada desilusión cesa para él, que ve la realidad de las cosas”-.

El Espíritu, en el estado libre, por una parte abraza todas sus pasadas existencias, y por la otra, observa el porvenir prometido, y por lo tanto comprende lo que le falta para conseguirlo. De esta manera, un viandante, alcanzando la cima de una montaña, ve el camino recorrido y aquel que le queda por recorrer para llegar a su meta.

  1. La vista de los Espíritus que sufren, no aflige a los buenos? Y, esa perturbación, no afecta su felicidad?

-“Los Espíritus buenos no se afligen, porque saben que aquel mal terminará; prestan, en cambio, su ayuda a estos seres y les ayudan a mejorarse. Esto es para ellos una tarea y una gran alegría, cuando logran los resultados anhelados”-.

Lo que decís está bien respecto a los Espíritus extraños o indiferentes; pero a la vista de los afanes y de las angustias de quienes han amado en la tierra, no menoscaba su felicidad?

-“No, porque lo consideran desde otro punto de vista; y saben cuanto sean útiles al progreso de quienes las soportan con resignación”-.

  1. Desde el momento que los Espíritus no se pueden esconder, recíprocamente, sus pensamientos, y los actos de su vida, se deriva de ellos que el culpable está siempre a la vista de su víctima?

-“El buen sentido os dice que no puede ser de otro modo”-.

Este conocimiento de todos nuestros actos reprobables, y de la continua presencia de quienes fueron las víctimas, son castigos para el culpable?

-“Más grande de lo que parece; pero duran, sólo, hasta que él haya expiado sus culpas, sea como Espíritu, sea como persona, en la dimensión física”-.

  1. El recuerdo de las culpas que el Espíritu ha podido cometer mientras era imperfecto, no turba su felicidad, cuando se haya hecho puro?

-“No, porque ha redimido sus faltas, saliendo victorioso de las pruebas a las cuales se había sometido a aquel fin”-.

  1. Las pruebas que le quedan por asumir para cumplir su purificación, no le crean al Espíritu, una aprehensión que le inhiben la felicidad?

-“Al Espíritu que puede, todavía, incurrir en acciones incorrectas, sí, por lo cual él no puede usufructuar de la perfecta felicidad hasta que no se haya purificado; pero, a aquel que es ya elevado, el pensamiento de las pruebas que, todavía, debe asumir, no es causa de inquietud alguna”-.

El Espíritu, que alcanzó cierto grado de pureza, ya goza de la verdadera felicidad; prueba un sentido de dulce satisfacción; es feliz de todo lo que ve y de lo que le circunda; su mirada penetra más allá del velo de los misterios y de las maravillas de la creación, y la perfección divina se le aparece en todo su esplendor.

  1. El vínculo simpático que une todos los Espíritus del mismo orden, es para ellos una fuente de felicidad?

-“La unión de los Espíritus, agrupados en el bien, es para ellos una de las mayores alegrías, porque no temen de verla perturbada por el egoísmo. Ellos, en el mundo espiritual, forman familias de un mismo sentimiento y recaban de ello una dicha espiritual, al igual que vosotros, sobre la tierra os unís por la identidad de tendencias, y gozáis de aquel acuerdo. El afecto puro y sincero que sienten, y del cual obtienen reciprocidad, es para ellos fuente de felicidad, que no teme, en los amigos, ni la falsedad ni la hipocresía”-.

El ser humano pregusta un ensayo de tal felicidad sobre la tierra, cuando encuentra un Espíritu con quien puede estrechar en una justa y perfecta unión. Pero, en la vida superior esta alegría será inefable y sin límites, por cuanto encontrará Espíritus que le son simpáticos, cuyo afecto no podrá ser enfriado por el egoísmo. Todo es amor en la naturaleza; pero, es preciso trascender el egoísmo.

  1. Para el estado futuro del Espíritu, existe diferencia entre aquel que en vida teme la desencarnación, y aquel que la espera con indiferencia, y, también, con alegría?

–“Sí, y puede ser muy grande; pero, con frecuencia desaparece frente a las causas de este temor, o de este deseo. A temerla, o a invocarla, se puede ser inducido por sentimientos muy diversos, y son estos los que tienen efectos sobre el Espíritu. Está claro, por ejemplo, que, quien desea la desencarnación, con el fin de poner término a sus tribulaciones, murmura, en cierta manera, en contra de la Providencia y de las pruebas que debe asumir”-.

  1. Es necesario profesar el Espiritismo, o creer en sus manifestaciones, para ser felices en la dimensión espiritual?

-“Si así fuese, se deduciría que todos aquellos que no crean, o no tuvieron la posibilidad de convencerse, estarían destinados a la infelicidad, lo que sería absurdo. Solamente la práctica del bien es la que proporciona la felicidad, y el bien es siempre bien, sea cual fuere la vía que al mismo conduzca”-. (Ver Nº 165 y 799).

La creencia en el Espiritismo ayuda al ser humano a mejorarse, esclareciéndole las ideas sobre determinados puntos del porvenir y acelera el progreso de los individuos, de la humanidad, por cuanto les demuestra lo que serán un día, y es, por lo tanto, un punto de apoyo, una luz que guía. El Espiritismo enseña a soportar las pruebas con paciencia y resignación, y contribuye a que sean evitados aquellos eventuales actos que podrían retardar la felicidad en la dimensión espiritual. De esta manera, contribuye a abreviar la vía que conduce a la meta; empero, aún sin él se puede llegar.

COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: Esta pregunta denota la profunda agudeza pedagógica del maestro Allan Kardec y su comprensión de la verdad universal. La respuesta, como todas las de la obra, es lúcida y certera, y aporta el conocimiento que bien valdría lo asimilaran las personas de las diversas corrientes de pensamiento, por cuanto es válida para todos. Ningún camino es excluyente de los demás; todos conducen al centro, al igual que los rayos de una rueda de bicicleta, se encuentran conectados al centro, a la fuente, al núcleo, al UNO, y todos conformanla RUEDA UNIVERSAL, con el signo más representando la eterna polarización, recorriendo el camino en la espiral evolutiva de la Creación.El Espiritismo, es representativo de la Doctrina Universal, ésta, está conformada por todas las corrientes de pensamiento, y por todo el bagaje evolutivo alcanzado por todos los seres, en el planeta tierra, y en todos los mundos del universo. Pero, a toda la Doctrina Universal actual, hay que agregar toda la que, en la eternidad, los seres, a nivel universal, es decir, en todos los mundos del universo, habrán de desarrollar sin límites algunos. Por encima de la Doctrina Universal se encuentra la VERDADUNIVERSAL, representada por la LEY CÓSMICA, y ésta, a su vez, está conformada por todas las leyes auxiliares existentes en todos los ámbitos de la vida universal, en todas las dimensiones, variantes y vertientes, en los niveles que van del cero grado al infinito, sin límites de ninguna naturaleza, en el espacio y en el tiempo: en la inmensidad y en la eternidad, en tiempo presente, siempre. Cada una de las leyes cósmicas, se encuentra sustentada por su respectivo valor universal, que corresponde a cada uno de los atributos divinos del Creador Universal, con doble polaridad positiva-negativa. De esta polaridad, es de donde nace la eterna polarización, es decir, el paso de un estado evolutivo a otro más avanzado, en un proceso eterno. Tan pronto se alcanza un grado, que constituía la polaridad positiva, en relación al anterior, que era el punto de partida, se transforma en negativa en relación con la nueva meta que percibe, y que oportunamente, alcanzará. De manera que, lo que existe a nivel universal, es la VERDAD UNIVERSAL TOTAL, la representada por la Doctrina Universal, hasta un momento dado, más la que eternamente conquistará, sin límites algunos, como fue, ya, dicho. Por lo cual, es intrascendente la denominación que se le de a la percepción parcial de la verdad universal: es un grado de la VERDAD UNIVERSAL. Es preciso hablar de Doctrina Universal que engloba a todo el conocimiento acumulado. Es oportuno recordar que los seres en los demás reinos naturales, además del humano, es decir: animal, vegetal y mineral, contiene un conocimiento que forma parte de la Doctrina Universal y de la Verdad Universal, que es preciso tener presente, ya que, cada uno de los Espíritus de los cuatro reinos naturales, realiza una labor en la gran obra, y todos conforman una UNIDAD, y en cada uno se encuentra un conocimiento acumulado, y otro por desarrollar, en el eterno presente.

Todos esos valores universales, que conforman los atributos divinos del Creador Universal, soportes de las leyes auxiliares y de la LeyCósmica, se encuentran impresos en la CONCIENCIA DEL SER UIVERSAL. Siendo cada Espíritu, en los cuatro reinos naturales, una emanación a la CONCIENCIA INDIVIDUAL, en un momento dado, y conformado de la misma naturaleza espiritual del Creador, con sus mismos atributos divinos (valores Universales), impresos en su conciencia, y siendo la conciencia de cada ser, una réplica de la del Creador, ÉL, en esa perfecta UNIDAD dela RUEDA UNIVERSAL (el Círculo y el Signo Más), se comunica, con cada ser, por el lenguaje de los sentimientos equivalentes a los valores universales, dentro de la conciencia, donde inspira el conocimiento y la FUERZA FUNDAMENTAL. Cada ser, sin importar su ubicación en la escala evolutiva, se encuentra conectado con la fuente, al igual que el rayo de la Rueda con el Centro, formando, cada ser, una unidad con el CREADOR, -EL CENTRO DE LA RUEDA- y con el Todo, los demás seres que la conforman, donde, cada quien, es el caminante, (el ser individual), el camino que conduce a la fuente (el rayo de la rueda, formado por cada ser en los cuatro reinos), y la FUENTE, conformada por el CENTRO, el SER UNIVERSAL. Es allí, que el ser individual percibe que él es, también, la fuente: el Creador, formando una unidad perfecta e indisoluble con Él.

PENAS TEMPORALES

  1. El Espíritu que expía sus culpas en una nueva existencia, sufre materialmente; sería inexacto, por lo tanto, decir que después de la desencarnación, el Espíritu no tendrá sino dolores morales?

-“Es muy cierto que, cuando el Espíritu está reencarnado, las tribulaciones de la vida son para él motivos de insatisfacción, pero el cuerpo sufre materialmente. Vosotros decís, con frecuencia, que, quien ha desencarnado no tiene más que sufrir; pero es preciso diferenciar. Como Espíritu, ciertamente, no tiene más dolores físicos, pero, en proporción de las culpas cometidas, debe sufrir estados de insatisfacciones muy intensos, y en una nueva existencia, podría afrontar grados de adversidad de mayor envergadura. El rico malvado podría transformarse en un mendigo, y sometido a las severas privaciones de una vida carente de bienes, así como, el orgulloso, experimentará humillaciones; quienes abusaron de la propia autoridad, y trataron sus dependientes con desprecio y tiranía, deberán obedecer a un jefe más duro, aún, de cuanto ellos fueron. Todas las penas y las tribulaciones de la vida son la expiación de las culpas de otra existencia, cuando no son las consecuencias de las culpas de la vida actual. Cuando hayáis trascendido la vida de la tierra, lo comprenderéis. (Ver Nº273, 393 y 399). La persona que se cree feliz, aquí, en la dimensión física, porque puede satisfacer sus pasiones, hace pocos esfuerzos para mejorarse. Él, da por hecho, ya, en esta vida, la efímera felicidad, y si no la descuenta en esta, la expiará, ciertamente, en otra”-.

  1. Las vicisitudes de cada vida, son siempre la sanción de culpas cometidas en ella?

-“No. Como os hemos dicho ya, son, también, pruebas impuestas por Dios, o seleccionadas por vosotros mismos en el estado de Espíritu y antes de vuestra reencarnación para expiar las culpas cometidas en otra existencia, por cuanto la violación de las leyes de Dios, y especialmente la de justicia, no quedan jamás impunes. Si la sanción no llega en esta vida, llegará, necesariamente, en otra. Es por esto que, quien, en una existencia practica la virtud de la justicia, y aún así sufre, no sería raro que esté descontando las culpas de una existencia anterior”-. (Ver Nº 393).

  1. La reencarnación del Espíritu en un mundo más evolucionado, es un premio?

-“Es la consecuencia de su purificación, por cuanto, como los Espíritus se van purificando, se encarnan en mundos siempre más perfectos, hasta que no se hayan despojado de toda la materia, y limpios de todas impurezas, para gozar, en el eterno presente, la felicidad de los puros en el seno de Dios”-.

En los mundos donde la existencia es menos material que en el nuestro, las necesidades son más depuradas, y las insatisfacciones físicas, menos intensas. Los seres humanos no sienten más las pasiones indebidas, que, en los mundos inferiores constituyen causas de enemistad entre los seres. Mientras se practiquen las leyes de justicia, de amor y de solidaridad, no habrá motivos algunos de odio o de envidia, y por lo tanto, vivirán en paz entre ellos; las ansias y los dolores, que nacen del orgullo y del egoísmo, y conforman las insatisfacciones de nuestra existencia terrena, se encuentran erradicadas. (Ver Nº 172 y 182).

  1. El Espíritu que ha progresado en su existencia terrena, puede volver a encarnarse en el mismo mundo?

-“Sí: si no le alcanzó el tiempo para terminar su proyecto, solicita una nueva existencia con tal propósito, para culminarlo. Pero, entonces, ésta ya no es una expiación!”. (Ver Nº 173).

  1. Qué será del humano, quien, sin hacer mal, todavía no se decide de emanciparse del yugo de la materia?

-Mientras no haya dado algún paso hacia la perfección, deberá reempezar una existencia igual a la última infructuosa; él queda estancado y de esta manera prolonga los dolores de la expiación”-.

  1. Hay algunos, cuya vida se desenvuelve en perfecta tranquilidad, exenta de los mínimos cuidados. Significa, esto, que no tienen nada más que expiar?

-“Creyéndolo así, os engañaríais; la mayor parte de las veces aquella quietud es aparente, no real. Todavía, pueden, también, haber elegido una tal existencia; pero, cuando la abandonen, se darán cuenta que no le hizo progresar ni un solo paso, y entonces, como el perezoso, lamentarán el tiempo perdido. Sabed que el Espíritu no puede conquistar conocimientos y elevarse, sino con la actividad; si se sumerge en la indolencia, dejaría de proceder como aquel que tuviese la necesidad de trabajar para vivir, y se fuese a pasear o a acostarse, para no hacer nada. Sabed, por otra parte, que cada quien deberá rendir cuenta de la voluntaria inutilidad de su existencia terrena, siempre inconveniente para su porvenir. La suma de felicidad resulta de la totalidad del bien hecho, al igual que la de la infelicidad de la del mal cometido”-.

  1. Hay algunos seres que, sin ser propiamente malos, con su carácter hacen infelices a todos quienes les circundan. Cuál será su suerte?

-“Estos no son buenos, ciertamente; como Espíritus libres, experimentarán estados de insatisfacción cuando vean los resultados de sus acciones en las personas que han rendido infelices, y después, en otra existencia, pasarán por las mismas experiencias por las que indujeron a los demás”-.

EXPIACIÓN Y ARREPENTIMIENTO

  1. El arrepentimiento se produce en el estado corpóreo o en el espiritual?

-“En el estado espiritual, pero puede ser experimentado, también, en el corpóreo, cuando sepáis, rectamente, distinguir el bien del mal”-.

  1. Cuál es la consecuencia del arrepentimiento en el estado espiritual?

-“El deseo de una reencarnación para purificarse. El Espíritu, comprendiendo las imperfecciones que le impiden ser feliz, aspira a una nueva existencia en la cual pueda expiar sus culpas”. (Ver Nº 332 y 975).

COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: Es importante preguntarse: con la expiación de la culpa es suficiente? Igual planteamiento es preciso hacerse en el Derecho positivo con los delitos penales, ya que, en los de orden civil, la legislación vigente, les otorga, a las personas, las acciones pertinentes para que les sea resarcido el perjuicio recibido. En el Derecho Penal, al ser condenada, la persona, a la pena inherente, de acuerdo a la normativa vigente, por el Estado, pese a que, siempre, quien resulte afectado, tiene, paralelamente, la posibilidad de ejercer las acciones civiles pertinentes, pero, en las mayoría de los veces, y de los casos, si quien incurrió en el acto indebido se encuentra recluido mientras transcurra el lapso inherente a la pena, todo recurso para resarcirse queda infructuoso; además, hay daños irreparables, como el de la vida humana, o determinados tipos de lesiones de efectos irreversibles. Entonces, en esos casos, con pagar la pena que le impone el Estado, mediante la legislación vigente en el ámbito del Derecho Penal, el daño que la persona en particular reciba, queda impune, pese al castigo que le es aplicado por el Derecho Positivo? Esta es una laguna que existe, en la actualidad, en el Derecho Positivo, en el ámbito Penal, que habrá que ser corregida, en lo posible, en el futuro, sobre todo en aquellos daños susceptibles de ser resarcidos en el ámbito económico o de otra índole. Por supuesto, en esos casos, el Estado, en el Nuevo Contrato Social, tendrá a su cargo, efectuar esa compensación, pero, tomando las medidas preventivas, mediante la EDUCACIÓN y otros tipos de previsiones que corrijan, en la sociedad, desde sus orígenes, las condiciones sociales inherentes que fungen de causas para los respectivos delitos penales. Aquí, viene ahora, la pregunta clave: En los casos en que ni la persona ni el Estado, por la índole del acto indebido, puedan resarcir el perjuicio en cuestión, y pese a que la persona pague la pena inherente impuesta por el Estado, por la que la persona estará privada de su libertad física por determinado número de años, con eso, la persona queda, ya, libre de responsabilidad y no debe nada más? En el Derecho Positivo, en la rama penal, es así. La persona cumple su pena, recupera su libertad, y nadie le puede reclamar ni civil ni penalmente, algo más, excepto aquellos daños que por las acciones civiles inherentes no hayan, aún, prescrito; y que, de todas maneras, una persona reducida a ese estado, tampoco estará en condiciones, en las mayorías de los casos, de afrontar, honrando las obligaciones que correspondan. Si la persona en cuestión, al igual que en la legislación humana quedara impune, pese a la pena impuesta por el Estado, habría un acto de injusticia y de falta de compensación, que dejaría un vacío. Pero, esa laguna, realmente existe en la Justicia Divina? Por supuesto que no. Quien produjo un daño material o moral, con consecuencias penales, cuya reparación del mismo, en la dimensión física resulte imposible de resarcir, por la legislación vigente y por la índole del daño efectuado, por la ley divina, se activa el mecanismo, donde la persona infractora, además de solicitar una nueva existencia mediante la cual adquiera el aprendizaje inherente pasando por las pruebas que le hagan experimentar lo mismo que él, o ella, hizo a otros, simultáneamente, pasará por las circunstancias de vida mediante las cuales compensará los perjuicios que en la vida anterior ocasionó. Por ejemplo: Si privó de la vida a alguien, ahora la repone, y aquel ser, víctima de su acción indebida, nacerá como hijo o hija. Si privó de sus bienes a algunas personas, probablemente, ahora, las tenga, también, como hijos, que heredarán bienes que compensen, en forma justa, el perjuicio anterior. Las variantes, por supuesto, son inmensas, pero, en la justicia divina, no queda ningún acto sin su correspondiente compensación, de la índole que fuere. Por otra parte, es el mismo Espíritu, además de la acción de la ley cósmica, que, en líneas generales, solicita la oportunidad, mediante una o más existencias, según la magnitud del caso, de, al mismo tiempo de pasar por análogas experiencias, como aprendizaje, compensar el daño efectuado, en la forma que corresponda a cada caso.

  1. Cuál es la consecuencia del arrepentimiento en el estado corpóreo?

-“La de progresar, ya, en esta vida, donde se tenga el tiempo de reparar las propias culpas. Dado a que la conciencia le amonesta, coactivamente, indicándole una imperfección, la persona siempre tiene a su alcance la oportunidad de mejorarse”-.

  1. Existen seres humanos que tengan, únicamente, el instinto del mal, y sean incapaces de arrepentimiento?

-“Ya sabéis que todos deben progresar. Quien en esta vida no tiene más que el instinto del mal, tendrá el del bien en otra, y, por lo tanto, se renacerá más veces, a tales efectos, por cuanto, todos deben alcanzar la meta, aunque sea en tiempo diferente, es decir, más o menos rápido, según el deseo experimentado. Una persona que tenga, solamente, el instinto del bien, ya se encuentra purificado, por haberse despojado del opuesto negativo, que habrá tenido en precedentes existencias”-. “Ver Nº 894).

  1. La persona de menor grado de purificación, que no se haya arrepentido de sus culpas durante su vida, lo hace siempre después de la desencarnación?

–“Siempre, y entonces sufre en mayor grado, por cuanto se da cuenta de todo el mal que ha hecho, o del cual fue la causa voluntaria. El arrepentimiento, todavía, no es siempre inmediato; hay Espíritus que se obstinan en la vía del mal a pesar de su sufrimiento; pero, tarde o temprano, reconocerán el propio error, y el anhelo de rectificar se manifestará. Los buenos Espíritus trabajan para iluminarles, objetivo, éste, al cual, también vosotros, os podéis dedicar”-.

  1. Hay Espíritus que, sin ser malos, son indiferentes a su propia suerte?

-“Los hay que no se ocupan útilmente: se encuentran a la expectativa, pero sufren proporcionalmente, por cuanto, dado que debe haber progreso en todo, el progreso, en tal caso, se manifiesta con la insatisfacción”-

No sienten la necesidad de abreviar sus propias insatisfacciones?

-“Ciertamente que la sienten; pero no tienen suficiente energía para querer lo que podría elevarles. Cuántos no hay entre vosotros que prefieren pasar necesidades que trabajar?

COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: El ser humano, al igual que todos los seres en los demás reinos naturales, son productores constantes de energía creadora que busca expresarse en dos vertientes: en primer lugar, para satisfacer las necesidades en todas sus variantes: básicas, de seguridad, afectivas, de estimación, de autorrealización y de conexión espiritual con la fuente universal. La segunda vertiente, es para la realización de los objetivos, personales o profesionales, en todos los ámbitos existenciales. Mientras la persona no tenga una necesidad imperiosa que satisfacer, problema que resolver, u objetivo que alcanzar, a corto, mediano y largo plazo, la producción de energía creadora, al no encontrar salida hacia el exterior, por cuanto la persona no tiene objetivos establecidos como metas, ni necesidades imperiosas ni problemas que resolver, por las múltiples razones que fueren, por ausencia de motivación, por no saber lo que quiere, etcétera, entonces, la persona, en vez de afrontar la realidad, y superarla, la evade. Entonces, la energía busca un escape hacia dentro, y se expresa como insatisfacción. La psicología humanística de Abraham Maslow, y su escuela, la denomina INSATISFACCIÓN CREADORA, por cuanto, al igual que el agua en una represa, bloqueada por un dique, se va acumulando, hasta que llega el momento en que la fuerza del agua se haga incontenible y rompa el dique. La energía creadora, llega el instante en que induce a la persona a la acción. Esto, realmente, en la práctica tiene fácil aplicación: por una parte, al agravarse la situación por resolverse, la persona es impelida a la acción: Cuando tiene hambre, tiene que comer; para adquirir los recursos, debe trabajar. Si tiene frío, tiene que cobijarse. Las necesidades sociales, de ser aceptado en un grupo, le hacen formar familia, a buscar trabajo, a ingresar en un centro de formación profesional, en un club, etc. Las necesidades de estimación, propia o ajena, le llevan a realizar obras ejemplares para granjearse su propia estima y la de los demás. Se puede transformar la insatisfacción creadora por medio de: primeramente: anteponiéndose objetivos por escrito. Desde el instante en que la persona se antepone los objetivos por escrito, la energía creadora se canaliza hacia el logro de los mismos, produciendo una sensación de bienestar y un sentimiento de autorrealización. En segundo lugar, es preciso tener presente que: desde el momento en que se afronta una situación por resolver, es porque se está en condiciones de resolverla, caso contrario jamás se habría topado con ella. Al tomar la decisión de afrontar cualquier situación que requiera solución, automáticamente, comienzan a aflorar las ideas y la energía creadora suficientes tendientes a su total y satisfactoria solución.

Esta genial percepción de Abraham Maslow, la tuvo, también, cinco siglos antes de nuestra era, Sidharta Gautama, cuando en el Parque de los Ciervos, da su primer discurso, hablando de las Cuatro Nobles Verdades. Allí, él explica la insatisfacción que el ser humano experimenta, la cual denomina con el término pali, “dukka”, que significa insatisfacción, y que algunos traductores denominan “sufrimiento”. Atribuye la causa de la insatisfacción a los deseos en polaridad negativa. Aporta una palabra de aliento, al afirmar que es posible erradicar la causa de la insatisfacción, y muestra, de manera contundente, que la manera adecuada de transmutar la insatisfacción –o sufrimiento-, es la aplicación del Noble Sendero Óctuple, es decir: Rectas opiniones, rectos propósitos, rectas palabras, rectas acciones, rectos medios de sustentamiento de vida, recto esfuerzo, reta atención y recta concentración. Es una percepción realmente genial y su aplicación transforma la vida de cualquier persona, desde un estado de insatisfacción, que es, virtualmente constante, hasta el de su transmutación, en estado de autorrealización o felicidad.

  1. Dado que los Espíritus ven el daño de sus imperfecciones, por qué razón, una parte de ellos agrava su situación, alarga su permanencia en ese nivel de inferioridad, haciendo el mal con el desviar a los seres humanos de la recta vía?

-“Esto ocurre, en primer lugar, porque en muchos el arrepentimiento es tardío, y después, debido a que el Espíritu que se ha arrepentido, puede, nuevamente, dejarse inducir al mal por otros Espíritus aún más bajos que él”-. (Ver Nº 971).

  1. Se ven Espíritus notoriamente inferiores acoger buenos consejos y conmoverse por los efectos de los pedidos elevados al Creador en su favor. Ahora, por qué razón, otros, que parecieran encontrarse en un estado de mayor iluminación, muestran una obstinación y un cinismo poco fácil de vencer?

-“El pedido elevado al Creador, resulta eficaz, y beneficioso, únicamente a favor de quien rectifica; pero, sobre quienes que, movidos por el orgullo, se rebelan a Dios, y persisten en sus desviaciones, como hacen muchos Espíritus infelices, nada puede, y nada podrá hasta el día en que surgirá en ellos el primer sentimiento de rectificación”.

Es preciso recordar que, el Espíritu, después de la desencarnación, no se transforma inmediatamente. Si su vida fue reprobable, es porque era, con seguridad, imperfecto. Su paso a la dimensión espiritual, no le confiere, en forma repentina, la perfección. Él puede persistir en sus errores, en sus falsas opiniones, en sus prejuicios, hasta tanto no sea iluminado por el estudio, la reflexión y las insatisfacciones.

  1. La expiación se cumple en la vida corporal, o en la espiritual?

-“En ambas; es decir, en la existencia corpórea con las pruebas que les son inherentes, y en la espiritual, con los sufrimientos morales propios del estado de inferioridad”-.

  1. Es suficiente el arrepentimiento sincero en vida para cancelar las culpas y encontrar gracia delante de Dios?

-“El arrepentimiento mejora el Espíritu, pero no le exime de la expiación de sus culpas”-.

Si, de acuerdo con esto, un culpable dijese que, ya que, de todas maneras debe expiar su pasado, es inútil el arrepentirse, que sería de él?

-“Que por esta obstinación en el pensamiento del mal, su expiación sería más larga y más intensa”-.

  1. Podemos, nosotros, rescatar nuestras culpas en esta vida?

-“Sí, reparándolas. Pero, no creáis poderlo hacer con alguna pueril privación, o con donaciones, previas a la desencarnación, de aquellos que ya no necesitáis. Dios no mira el arrepentimiento estéril, fácil, siempre, y que deje de compensar el perjuicio efectuado. El sacrificio de un dedo meñique en servicio de los demás cancela más culpas que el suplicio de la carne durante largos años con la única mira puesta en sí mismo. (Ver Nº 726). El mal no se resarce más que con el bien, y el resarcimiento no tiene mérito, si no toca al ser humano en su orgullo, o en sus intereses materiales. De qué sirve para su justificación, el restituir, desencarnando, el oro mal adquirido, ahora que ya no le sirve de nada, y después de haberse aprovechado, indebidamente, de él? De que le sirve la privación de algún frívolo goce, o de alguna cosa superflua, si el perjuicio hecho a los demás queda siempre igual? De qué le sirve, en fin, humillarse delante de Dios, si conserva su orgullo delante de los semejantes? (Ver Nº 720-721).

  1. Entonces, no tiene mérito, asegurando, en el acto de la desencarnación, el buen uso de las riquezas que deja?

-“Gran mérito, no; pero algo es siempre mejor que nada. Lamentablemente, quien dona después de la desencarnación es, con frecuencia, más egoísta que generoso; quiere tener el honor del bien sin incomodarse. Quien, al opuesto, se priva mientras esté encarnado, tiene doble ventaja; el mérito del sacrificio y la satisfacción de ver a los demás contentos por su intermedio. Pero el egoísmo se encuentra siempre allí, para susurrar al oído: Si das, te quitas a ti mismo!, y, por cuanto la voz del egoísmo es más fuerte que la del desinterés, y de la solidaridad, el ser humano cierra su mano con el pretexto de sus necesidades y de las exigencias de su estado. Oh! Compadeced a quien desconoce la dulzura de hacer el bien; él está, en verdad, privado de una de las alegrías más puras y sublimes! A quien está sometido a la prueba de la fortuna, tan seductora y riesgosa para su porvenir, Dios ha querido darle, en compensación, la dicha de la generosidad, que puede gozar, ya, en esta vida”-. (Ver Nº 814).

  1. Qué debe hacer aquel que, en el instante previo de la desencarnación, reconoce sus culpas, pero que no tiene tiempo, ya, de repararlas? Le resulta, en tal caso, el arrepentirse?

-“El arrepentimiento acelera la rehabilitación; pero no le absuelve. No tiene, quizá, delante de sí todo el porvenir?”-.

DURACIÓN DE LAS SANCIONES EN LA DIMENSIÓN ESPIRITUAL

  1. La duración de las sanciones del culpable, en la dimensión espiritual, es arbitraria, o subordinada a una ley?

-“Dios jamás actúa caprichosamente; todo, en el universo, está regido por leyes, que reflejan sabiduría y bondad”-.

  1. Sobre qué se basa la duración de las sanciones del culpable?

-“Sobre el tiempo necesario para su mejoramiento. Por cuanto el estado de insatisfacción o de felicidad es proporcionado al grado de purificación del Espíritu, la duración y la naturaleza de sus sanciones dependen del tiempo que él emplee en enmendarse. Según que progrese, y sus sentimientos se eleven, sus sanciones disminuyen o cambian de naturaleza”-.

  1. Al Espíritu insatisfecho el tiempo le parece tan largo, o menos largo, como si estuviese encarnado?

-“Parece, aún, más largo, ya que en la dimensión espiritual el sueño no existe. Solamente para los Espíritus que han alcanzado determinado nivel de pureza, el tiempo, si se puede decir de esta manera, se cancela frente al infinito”-. (Ver Nº 240).

  1. La duración de las sanciones del Espíritu podrían ser eternas?

-“Sin duda, si él fuese eternamente malo; es decir, si no decidiese enmendarse, ni mejorar nunca, estaría insatisfecho eternamente. Pero, de Dios no ha emanado ser alguno para que fuese sujeto al mal en forma perpetua. Todos comienzan en condiciones de igualdad, simples e ignorantes, debiendo progresar en un tiempo más o menos largo, según su voluntad. Y este puede ser más o menos tardío, como ocurre con los niños, según sean más o menos precoces, Empero, sea cuando fuere, debe llegar el momento por irresistible necesidad que mueve al Espíritu a emanciparse de su estado de inferioridad, y a ser feliz. Por lo tanto, la ley que regula la duración de las sanciones, es sabia y equitativa por excelencia, por cuanto las proporciona de acuerdo con los esfuerzos del Espíritu, que tiene, siempre, su libre albedrío. En cuanto él abuse, asume las consecuencias inherentes”.,

  1. Existen Espíritus que no se enmiendan jamás?

-“Los hay, en determinado número, cuya rectificación es muy tardía; pero aseverar que no se enmiendan jamás sería negar la ley del progreso, y pretender que el niño no pueda nunca convertirse en adulto”-.

  1. La duración de las sanciones depende siempre de la voluntad del Espíritu? No las hay que le sean impuestas por un tiempo determinado?

-“Las hay, también, de este tipo; pero Dios, que quiere, únicamente, el bien de los seres, acoge, siempre, la rectificación, y el deseo de mejorarse siempre da sus frutos constantemente”-.

  1. Si es así, las sanciones no serán jamás eternas?

-“Interrogad vuestro buen sentido, vuestra razón, y preguntaos si una condena a una pena eterna por cualquier momento de error no sería la negación de la bondad de Dios! Y, en verdad, qué es aún la vida más larga en comparación con la eternidad? Eternidad! La comprendéis bien esta palabra? Sufrimientos, torturas sin fin, sin esperanza, por algún paso en falso? Vuestro criterio, no aborrece un tal pensamiento?”-.

-“Que los antiguos hayan visto en el Creador del Universo un Dios terrible, celoso, vengativo, se comprende: en su ignorancia han atribuido ala Divinidad las pasiones de los seres humanos; pero ese no es el SER UNIVERSAL, que coloca el amor, la solidaridad, la bondad y el olvido de las ofensas entre las más importantes virtudes. Sería posible que Dios no poseyera, en sí mismo, las cualidades que nos impone como un deber? No se contradice quien quiere atribuirle la bondad infinita y la venganza sin fin? Dicen que él, ante de todo, es justo y que el ser humano no comprende la justicia; pero la justicia no excluye la bondad, y Dios no sería bueno si condenase a sanciones horribles, eternas, a la mayor parte de los seres. Podría, Él, obligar a los humanos a la justicia, si Él no le hubiese proporcionado los medios de comprenderla? Y, del resto, no es el sublime de la justicia acoplada con la bondad el hacer depender la duración de las penas de los esfuerzos del culpable? En esto reside la verdad del aforismo: A cada quien de acuerdo con sus obras”-.

-“Dedicaos, con todos los medios que se encuentran en vuestro poder, a combatir, a erradicar la idea de la eternidad de las sanciones, sacrílega blasfemia en contra de la justicia y la bondad de Dios, causa principal de la incredulidad, del materialismo y de la indiferencia espiritual, que se difundieron entre los seres humanos desde que comenzó a desarrollarse su inteligencia. El ser humano, apenas disipadas las tinieblas de la edad media, intuyó la enorme injusticia, y no pudiendo aceptar aquella doctrina sin renunciar a la razón, la rechaza, con desdén, y con frecuencia, conjuntamente con ella, lo hace, también, con aquel Dios en nombre del cual se le pretende imponer. De aquí los innumerables inconvenientes que se han derivado para todos, y a los cuales se viene, ahora, a remediar. El cometido, que os señalamos, no os resultará muy difícil, por cuanto los sostenedores de aquella incorrecta doctrina se han abstenido de pronunciarse con claridad sobre la misma”-.

-“Si bien es cierto que en los Evangelios hay palabras que, tomadas al pie de la letra, inducen a creer que Jesús haya amenazado al culpable con un fuego inextinguible, con un fuego eterno; empero, no se ha comprendido bien que aquellas palabras son simbólicas, y que, en ellas, no hay nada que pruebe la eternidad de las sanciones. Jesús no podía enseñar una doctrina que destruyese la justicia y la bondad del Creador que él enseñó a amar conscientemente”-.

-“Inocentes ovejas que precisan reencontrar el camino! Sabed distinguir el buen guía, el cual, en vez de querer desterraros para siempre de su presencia, sale a vuestro encuentro para reconduciros a casa”-.

-“Hijos pródigos, dejad vuestro voluntario exilio, y encaminad los pasos hacia el hogar. El Creador os acoge, y no desea otra cosa que celebrar vuestro regreso en la familia”-.

-“Algarabía de palabras! No estáis, aún, satisfechos del costo en sangre? Quisiereis reencender, nuevamente, las hogueras? Se disputa sobre las palabras: eternidad de las sanciones, eternidad de los castigos; pero, no sabéis, entonces, que por eternidad los antiguos entendían bien otra cosa distinta de la que entendéis vosotros? Se consulte la raíz del vocablo, y se descubrirá que el texto hebreo no daba a esta palabra el significado de sin fin, de irremisible, que adquirió después en las traducciones efectuadas por los griegos, los latinos y los modernos. La eternidad de los castigos corresponde a la eternidad del mal. Mientras que, en los humanos, exista el mal, existirán las sanciones; en este sentido se deben interpretar los textos inherentes. Por lo que, la eternidad de las sanciones es relativa, no absoluta”-.

-“Llegue oportuno el día en el que los seres humanos, virtuosos, se revistan de la blanca luz de la inocencia. Desde ese momento cesen los gemidos y el estridor de los dientes. Vuestra razón es, ciertamente, limitada, pero, aún así, es el más grande don de Dios, y es gravísima responsabilidad dejar de usarla. Ahora, no es posible que exista una sola persona de buena fe y que haga uso de la razón, que entienda de otro modo la eternidad de las sanciones”-.

-“Castigos eternos? Entonces habría que admitir la eternidad del mal. Pero admitir que Dios haya podido crear el mal eterno, significaría negar el más magnífico de sus atributos, es decir, la omnipotencia, ya que no puede ser omnipotente quien es obligado a crear un elemento destructor de sus obras”-.

-“Hijos de los humanos, no volváis más la mirada afanosa en los abismos de la tierra, para buscaros los castigos. Dirigid los ojos a la Divinidad, llorad, esperad, expiad y refugiaros en el pensamiento de un Dios íntimamente bueno, soberanamente potente, esencialmente justo”-.

-“Alcanzar la unión con Dios es la meta de la humanidad. Para lograrlo son necesarias tres cosas: la justicia, el amor y la ciencia. Tres cosas opuestas, en cambio, nos alejan de dicha meta: la ignorancia, el odio y la injusticia. Y bien, en verdad, vosotros pisoteáis estos principios fundamentales cuando distorsionad la idea de Dios con la exageración de su severidad. Cómo admitir, de hecho, sin distorsionar la idea de Dios, que pueda haber, en el ser emanado de Dios, mayor clemencia, mansedumbre y auténtica justicia de cuanta exista en el Creador?

-“No comprendéis, por otra parte, que, obstinándoos en este absurdo, vosotros destruís, inclusive, la idea de vuestro infierno, rindiéndolo ridículo e inadmisible a las inteligencias, como es repudiable a las conciencias el horrible espectáculo de los verdugos, de las hogueras y de las torturas de la Edad Media!”-.

-“Y que? Ahora que la era de las inhumanas represalias ha llegado a su término para siempre y excluida de todas las legislaciones humanas, esperaríais, quizá, de darle vida y poderla continuar teniendo oprimido al Espíritu humano con el horror y la angustia de torturas ideales?”-.

-“Hermanos, –y hermanas-, en Dios, creedlo: si no os decidid a revivir vuestras obsoletas ideas, con benéficos efluvios que de estos tiempos los buenos Espíritus, por voluntad de Dios, vierten sobre la tierra, y os obstináis en mantenerlas inalteradas e inalterables, las veréis desmoronar delante de vosotros mismos”-.

-“La idea del infierno con sus hornos ardientes y con sus calderas hirvientes, pudo tener alguna eficacia y ser perdonable en siglos de hierro y en tiempos de oscurantismo y de general ignorancia; pero en el siglo XIX es un esperpento que no causa terror a nadie más, y a lo más, un vano fantasma, bueno para asustar a los niños, que, una vez adultos, se ríen de ello, como del lobo feroz. Persistiendo en esta atroz mitología, vosotros generáis la incredulidad, fuente de disolución social, por cuanto cada orden de sociedad, sin una eficaz sanción penal, viene sacudido y vacila, y termina con precipitarse en el abismo de la anarquía”.

-“Adelante, entonces, seres de ardiente y viva fe, vanguardia de la luz, a la obra!

-“No se trata de sostener viejas fábulas ya acreditadas, sino volver a llamar a nueva vida la verdadera sanción penal bajo formas adecuadas a vuestras costumbres y sentimientos, a la luz de vuestro tiempo y conforme a los dictados de la razón”-.

-“Según la nueva doctrina, quién es el culpable? –Aquel que, por una desviación, por un falso impulso del ánimo, se desvía de la meta de la creación, la cual consiste en el culto armónico del bien, de lo verdadero y de lo hermoso, predicado con la palabra, y con el ejemplo, por uno de los más perfectos modelos de la humanidad: Jesús”-.

-“Cuál es, después, el castigo inherente a esta culpa? –La consecuencia natural de aquel falso impulso, que lo ha hecho desviar de la senda que conduce a la meta, es decir, una suma de dolores necesaria para hacerle aborrecer su imperfección moral. Este es el aspecto que estimula el Espíritu a replegarse en sí mismo, y a desear su rehabilitación, la liberación de la esclavitud del mal”-.

-“Pretender que sea eterno el castigo de una culpa no eterna, significa quitarle toda eficacia. En verdad; cesad de creer que puedan ser igualmente eternos el bien, que es esencia de el Creador, y el mal, que es contingencia del ser humano! Afirmad, en cambio, la cesación gradual de los castigos y de las penas, a las cuales se llega por medio de las reencarnaciones, y de acuerdo con la razón y con el sentimiento, haréis caer la barrera que la ignorancia y la superstición, no siempre en buena fe, han levantado entre el ser humano y Dios.

Se debe estimular al ser humano al bien y separarlo del mal con la expectativa de las recompensas y el temor de los castigos; pero, se aquellas o estas se les presentan de manera que la razón rehúsa de prestarle fe, perderán toda eficacia; no sólo esto, sino rechazará la idea de aquel Dios en nombre del cual se le presentan. Donde, al contrario, se le muestre en forma lógica el porvenir, inclinará la frente y creerá. Y el Espiritismo, -La Doctrina Universal-, le da esta explicación.

La doctrina de la eternidad de las penas, en el sentido absoluto, hace del Ente Supremo un Dios implacable. Sería lógico decir, de un gobernante que es de excepcional bondad, y benévolo con todos e indulgentísimo, y no quiere más que la felicidad del pueblo que dirige, y después, al mismo tiempo, afirmar, que es celoso, vengativo, inflexible en su rigor, y sanciona con el extremo suplicio, por una ofensa o una infracción de sus leyes, la tres cuarta parte del pueblo, aún a aquellos que las transgredieron por no haberlas conocido? No sería esta una contradicción evidente? Si esto no se puede admitir en un ser humano, como admitirlo en Dios?

Pero no es suficiente. Por cuanto Dios sabe todo, no podía ignorar, al emanar de Él un Espíritu, que habría incurrido en falta y por lo tanto le condenaría desde la formación, al suplicio eterno. Pero esto es imposible, ilógico, mientras que, con las doctrinas de las penas relativas, todo es justificado. Si Dios sabía que el Espíritu habría incurrido en faltas, conocía, también, que tendría los medios de iluminarse con la propia experiencia y por medio de sus mismas culpas. Es preciso que el Espíritu expíe sus culpas para afirmarse mejor en el bien; pero, la puerta de la esperanza no le está cerrada para siempre, y Dios hace depender el momento de su liberación de los esfuerzos que él hace para merecerla. Esto es lo que todo pueden comprender, y que, también la lógica más rigurosa puede admitir. Si las sanciones, en la dimensión espiritual, hubiesen sido presentadas bajo este aspecto, se contarían menos escépticos.

La palabra eterno es usada, frecuentemente, en el lenguaje común impropiamente, para denotar una cosa material o moral de larga duración, cuyo fin no se prevé, si bien se tenga la persuasión de que este fin existe, y llegará. Decimos, por ejemplo, los hielos eternos de las altas montañas, de los polos, aunque sepamos que, de una parte, el mundo físico puede terminar, y, de la otra, que el estado de aquellas regiones puede cambiar por el desplazamiento normal del eje, o por un cataclismo. El vocablo eterno, en este caso, no quiere decir perpetuo, sino al infinito. Cuando se experimenta una larga ausencia de salud, se dice de ese estado que es eterno; de qué hay que maravillarse, por lo tanto, de que Espíritus que experimentan insatisfacción desde hace mucho tiempo, de siglos, de miles de años, digan, quizá, otro tanto? Por otra parte, no se olvide que ellos, dado que su bajo nivel evolutivo no le permite descubrir el extremo del camino, creen que deberán sufrir para siempre, lo cual constituye una parte de la sanción.

Se note, por último, que la doctrina del fuego material, de las calderas y de las torturas, extraídas al Tártaro del paganismo, hoy se encuentra totalmente abandonada. Solamente en las escuelas se imparten estos atemorizadores cuadros alegóricos, como verdad positiva por personas más fervorosas que iluminadas, y con cual perjuicio, sólo Dios lo sabe, por cuanto, aquellas jóvenes imaginaciones, en cuanto se hayan recuperados de su temor, incrementarán el número de los incrédulos. La doctrina moderna reconoce que la palabra fuego es utilizada como figura para expresar un ardor moral. (Ver Nº 974). Quien, como nosotros, ha seguido, en las comunicaciones espirituales, las peripecias de la vida y de las sanciones en la dimensión espiritual, se habrá podido convencer, de que estas, aunque no tengan nada de material, no son por esto menos dolorosas. Y también, en cuanto a su duración, determinadas personas comienzan a admitirlas en el estricto sentido al cual se ha hecho referencia., pensando que, en realidad, el término eterno se pueda entender como de las sanciones en sí mismas, como efectos de una ley inmutable, y no de su aplicación a cada culpable. El día en que, de manera general se admita esta interpretación, como otras, que constituyen, paralelamente, consecuencias del progreso de la luz, accederán a la Verdad Universal todos aquellos que lo precisen.

REENCARNACIÓN DEL ESPÍRITU

  1. La idea de la Resurrección de la carne es, quizá, la confirmación dela Reencarnación enseñada por los Espíritus?

-“Precisamente. Estas palabras, como tantas otras, si se toman al pie de la letra, son absurdas, e inducen al error. Es preciso darle una interpretación lógica, en lo que verdaderamente se quiere significar con ellas, para que puedan pasar la prueba de quienes vosotros llamáis libres pensadores”-.

-“Estos libres pensadores, son buscadores con mentes abiertas, que tienen, más que nadie, sed del porvenir; pero no pueden admitir lo que es contrario a los principios de la ciencia. La doctrina de la pluralidad de las existencias es conforme a la justicia de Dios; ella sola puede explicar lo que sin ella es inexpugnable, y, por lo tanto, la ley de la reencarnación forma parte de la verdad universal”.

COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: Cuál era la acepción que los antiguos le daban a la palabra resurrección? Recordemos, en primer lugar, las palabras de Pablo de Tarso, en la primera epístola a los Corintios, libremente parafraseadas: -“El que baja a la tierra es el cuerpo, el que resucita es el Espíritu”-. Esto, ya, de por sí, deja claro de que, de lo que se trata es del Espíritu. Ahora, bien, profundizando en mayor grado, en la doctrina antigua, se denominaba como resurrección, -después del paso a la dimensión espiritual-, el acto en que el Espíritu adquiría consciencia de que había desencarnado, y se encontraba, ya, formando parte de la misma. La adquisición de este estado de conciencia pasa por el proceso siguiente: El espíritu, al desencarnar, generalmente, no se da cuenta, enseguida, del paso que ha dado; se ve separado de su cuerpo, que se encuentra como dormido, él se observa, a sí mismo, en pleno movimiento, se acerca a las gentes, familiares y amigos, les toca, les habla, y se sorprende de que nadie le hace caso. Este estado de turbación por el que pasa el Espíritu, puede tener una duración más o menos larga, de acuerdo a su estado evolutivo o apegos materiales. Puede durar horas, días, meses o años. En línea general, no es mucho tiempo, se trata de horas o días, salvo excepciones. Generalmente, los guías espirituales, los Espíritus afines, de familiares o amigos, que, generalmente, les reciben, en la dimensión espiritual, le ayudan, en estos casos, a adquirir la conciencia de su nuevo estado, ya que, el Espíritu, cree que, todavía, se encuentra en la dimensión física. A tales efectos, entre otras cosas, se le sugiere que se toque las manos, los brazos, u otra parte del cuerpo, para ver que pasa. Entonces se convence de su nuevo estado. A esto es a lo que se le denominaban resurrección. Evidentemente, en lo que se refiere a la vuelta a la dimensión física, se trata de la reencarnación del Espíritu en un nuevo cuerpo. Este proceso, regido por la ley de reencarnación y otras leyes coadyuvantes, no tiene límites, en el espacio y en el tiempo, continuándose, oportunamente, en otros mundos más avanzados, para aprender, o, en otros de menor nivel, para enseñar.

  1. Por lo tanto, es preciso centrarse en la idea de la reencarnación del Espíritu, por ser esto, realmente, lo que la doctrina enseña?

-“La realidad está muy clara. Esta doctrina, por otra parte, es el resultado de diversos aspectos que se precisa observar mejor, y se entienden en este sentido. En todos los libros sagrados se encuentran pruebas del Espiritismo, -la Doctrina Universal-. Por lo cual, las enseñanzas de los Espíritus ratifican la Espiritualidad con pruebas irrefutables; pero, habiendo llegado el tiempo de dejar el lenguaje figurado, ellos, ahora, se expresan sin alegorías, y les dan, a las cosas, un sentido claro y preciso, que no pueda estar sujeto a eventuales interpretaciones erróneas. Esta es la razón por la cual, la espiritualidad, con este enfoque, cada vez será practicada en mayor grado”.

La ciencia, en efectos, demuestra la imposibilidad de la resurrección según la idea vulgar. Si los avances del cuerpo humano quedasen homogéneos quedasen homogéneos, aunque dispersos y reducidos a polvo, se concebiría, la reunión, cuando fuera que fuese; pero la cosa no es así. El cuerpo está formado de diversos elementos: oxígeno, hidrógeno, nitrógeno, carbonoetcétera, y, con la descomposición, estos elementos se dispersan; pero para servir a la formación de nuevos cuerpos, de modo que la misma molécula de carbono, por ejemplo, habrá entrado en la composición de miles de cuerpos diferentes, y no hablamos más que de los humanos, sin contar todos aquellos de los animales. Se agregue a esto, que alguien tenga en su cuerpo moléculas que hayan pertenecido a un cuerpo de la edad primitiva; que las mismas moléculas orgánicas, absorbidas por uno en el nutrimiento, provengan, quizá, del cuerpo de otro, que habrá conocido, y así sucesivamente. Por cuanto la materia es en cuantidad definida, y sus transformaciones son en cantidades indefinidas, cómo podría,, cada cuerpo, reconstituirse con los mismos elementos? Imposibilidad material. Entonces, razonablemente, no se puede admitir la resurrección de la carne sino como una similitud, que simbolice el fenómeno de la reencarnación, y entonces, no colisiona más con la razón ni contradice a los datos de la ciencia.

Es verdad que, según aquella alegórica doctrina, esta resurrección no debe ubicarse sino al final de los tiempos; mientra que, de acuerdo con la Doctrina Espirita, se verifica todos los días. Pero, en el cuadro del juicio final no se descubre una gran y hermosa figura, que esconde, debajo del velo de la alegoría, una de aquellas inmutables verdades, que no encontrará más escépticos, cuando sea reconocida en su verdadero significado? Quien bien medite la teoría del Espiritismo, -la DoctrinaUniversal-, sobre el porvenir de los Espíritus y sobre su destino después de las diferentes pruebas que deben afrontar, verá que, salvo la contemporaneidad, el juicio que le condena o le absuelve, no es, por nada, una ficción, como piensan los incrédulos. Notemos que, por otra parte, esa es la consecuencia natural de la pluralidad de mundos poblados de seres, hoy admitida por todos, mientras, según la doctrina del juicio final, la tierra sería el solo mundo habitado.

PARAISO, INFIERNO Y PURGATORIO

  1. A las sanciones, como a los goces de los Espíritus, según sus méritos, está destinado un lugar circunscrito en el universo?

-“Las sanciones y las alegrías son inherentes al grado de perfección de los Espíritus; cada uno de ellos encuentra en sí mismo el principio de la propia felicidad, o infelicidad, y, por cuanto ellos se encuentran por toda parte, no existe algún lugar especial destinado al castigo, o a la recompensa? En cuanto, luego, a los Espíritus encarnados, son más o menos felices, según que el globo, en el cual ellos habitan, de mayor o menor grado de progreso”-.

Es decir, el infierno y el paraíso no existen tales como se los imaginan algunos?

-“Estos son conceptos humanos. En todas partes existen Espíritus felices e infelices. Es verdad, como hemos dicho, que los Espíritus del mismo orden se reúnen por simpatía; pero, especialmente cuando son elevados, pueden reunirse a donde a ellos más les place”-.

La circunscripción absoluta de los lugares de sanciones o de compensación no existe más que en la imaginación de algunos; ella viene de su tendencia a materializar y a circunscribir las cosas de las cuales no puede comprender la esencia indefinida.

  1. Qué se debe entender por purgatorio?

-“Dolores físicos y morales; el tiempo de la expiación. Es casi siempre sobre la tierra el purgatorio, en el cual Dios os hace expiar vuestras culpas”-.

Lo que el ser humano denomina purgatorio, es, también, una figura alegórica, y es preciso entenderla. No es un lugar determinado, sino el estado de los Espíritus imperfectos en expiación hasta su purificación completa, que le hará ascender al grado de Espíritus sabios. Y, dado que se purifican mediante las diversas encarnaciones, el purgatorio consiste en las pruebas de la vida corpórea.

  1. Cómo es que algunos Espíritus, quienes en su lenguaje revelan la propia elevación, han respondido a personas serias, sobre el infierno y el purgatorio, según la idea común?

-“Han debido hablar un lenguaje comprendido por las personas que les interrogaban: cuando estas son muy embebidas de ciertas ideas, no quieren contradecirles muy bruscamente para no ofender sus convicciones. Si un Espíritu dijese, sin precauciones oratoria, a un musulmán, pongamos por caso, que Mahoma no es un profeta, no tendría, en verdad, muy buena acogida”-.

Esto se comprende de parte de aquellos que nos quieren instruir; pero no explica, como ciertos Espíritus, interrogados en torno a su estado, hayan respondido que sufrían las torturas del infierno, o del purgatorio?

-“Cuando son Espíritus inferiores y no del todo despojados de la materialidad, conservan, en parte, las ideas terrestres, y exprimen sus impresiones con términos que les resultan familiares. El encontrarse en un ambiente en el que, a ellos, no le permite escrutar plenamente el porvenir, determina que, frecuentemente, Espíritus que se encuentran en la dimensión espiritual, de reciente data, hablen como lo habrían hecho en la corporal. Por infierno debe entenderse una vida de pruebas severas con la incertidumbre de otra más benévola. Por purgatorio, que sentís combatida, de pruebas, pero con la conciencia de un porvenir mejor. En algunas ocasiones en que vosotros experimentáis una gran insatisfacción, no decís que sufrís un infierno, o como un condenado? Es evidente que estas son palabras expresadas en sentido figurado”-.

COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: La calificación con la que Mahoma ejerció su misión fue la de Mensajero de Dios, divulgando el mensaje de la unicidad de Dios, para contrarrestar aquella idea de la trinidad que había nacido en el primer Concilio de Nicea, en el año 325 d.n.e., que tergiversaba la realidad histórico-espiritual existente hasta ese momento. La obra de espiritualidad y la civilización árabe que contribuyó a gestar, en el mundo occidental, es una labor admirable y digna de estudio, por cuanto sus poetas, pensadores y filósofos, han escrito algunas de las páginas más hermosas de sabiduría, en el planeta tierra, y divulgado el mejor ejemplo de espiritualidad directa y sin intermediarios, centrada en el Creador Universal, tanto por el islamismo, como por los sufíes y derviches danzantes, representando, en el mundo occidental, el equilibrio y la luz, frente al oscurantismo de toda la edad media y siglos posteriores, y aún, el sufismo constituye un excelente modelo de espiritualidad y sabiduría que siguen las mentes más brillantes del planeta tierra.

  1. Qué se quiere significar con la expresión: Espíritu en pena?

-“Un Espíritu desencarnado, que sufre, incierto de su porvenir, a quien podéis dar, brindar alivio, quien, con frecuencia os lo pide, viniendo a comunicarse con vosotros”-. (Ver Nº 644).

  1. Qué significa la palabra cielo?

-“No es un lugar, como los Campos Elíseos, donde se cree que se encuentran todos los buenos Espíritus, aglomerados sin más intención que la de gozar, eternamente, una felicidad pasiva. Es, en cambio, el espacio universal, es decir, los planetas, las estrellas, y todos los mundos superiores, donde los Espíritus disfrutan de todas sus facultades, sin la tribulación de la vida material, ni las angustias inherentes al bajo nivel evolutivo”-.

  1. Algunos Espíritus han dicho de habitar el cuarto, el quinto cielo, y similares: qué quieren significar?

-“Solicitaste en cuál cielo habitaban a quienes tenían la idea de muchos cielos, el uno sobre el otro, como los planos de una casa, y respondieron con el mismo lenguaje. Pero, ellos, con aquellas palabras: cuarto, quinto cielo, querían expresar diversos grados de elevación, y, en consecuencia, de felicidad. Lo mismo ocurre si se pregunta a un Espíritu si se encuentra en el infierno. Si él sufre, dirá que sí, por cuanto infierno es sinónimo de insatisfacción, aunque sepa que no se encuentra en una caldera. Un pagano habría respondido que se encontraba en el Tártaro”-.

De la misma manera se deben entender expresiones análogas, como ciudad de las flores, ciudad de los elegidos, primera, segunda, tercera esfera, y similares, las cuales no son más que alegorías utilizadas por ciertos Espíritus, sea como metáforas, sea, también, alguna vez, por ignorancia de la realidad de las cosas, y también, de las nociones científicas más elementales.

Según la idea limitada que se tenía en el pasado de los lugares de sanciones y de recompensa, y especialmente según la creencia de que la tierra fuese el centro del universo, y el cielo formase una bóveda, y de que hubiese una región de las estrellas, el cielo venía colocado en lo alto, y el infierno abajo, de donde se originaron aquellas expresiones: ascender al cielo, precipitarse en el infierno. Ahora, pero, que la ciencia ha demostrado que la tierra, entre tantos millones de otros mundos, es uno de los más pequeños, y sin importancia especial; ahora que la ciencia ha trazado la historia de su formación, y descrito su estructura, y probado, que, siendo el espacio sin fin, en el universo no existe lo alto ni lo bajo, se ha debido renunciar a poner el cielo por encima de las nubes y el infierno en los abismos. En cuanto al purgatorio, no se le había asignado algún lugar determinado. Estaba, reservado al Espiritismo, -la DoctrinaUniversal-, de dar, también, sobre esto, la explicación más racional y grandiosa, y al mismo tiempo más consolante para la humanidad. Ahora, gracias a las comunicaciones que hemos recibido, sabemos de llevar, en nosotros mismos, nuestro infierno y nuestro paraíso; nuestro purgatorio, después, lo encontramos en nuestras encarnaciones, es decir, en nuestras vidas corpóreas.

  1. Cómo se deben interpretar las palabras de Jesús: –Mi reino no es de este mundo?

-“En sentido figurado. Un estado interior de pureza, de desinterés, de amor y de bien”-

  1. Podrá, alguna vez, gestarse sobre la tierra el reino del bien?

-“El bien reinará sobre la tierra, cuando entre los Espíritus que vengan a habitarla, los buenos prevalezcan sobre los menos desarrollados. Entonces, ellos harán reinar el amor y la justicia, fuente del bien y de la felicidad. El ser humano, con el progreso moral y con la práctica de las leyes de Dios, atraerá sobre la tierra a los buenos Espíritus, alejando a los malos. Pero, para hacer eso, es necesario que él erradique el orgullo y el egoísmo. La transformación de la humanidad ha sido predicha, y vosotros os encontráis próximos a aquel momento cuya manifestación dinamizan todos quienes cooperan al progreso. Ella se cumplirá con la encarnación de Espíritus mejores, que formarán, en la tierra, una nueva generación. Entonces, los Espíritus menos de los malvados, que la desencarnación va quitando de escena día a día, y todos aquellos que buscan de frenar los avenimientos, serán excluidos, por cuanto estarían fuera de lugar, entre personas de bien, de quienes enturbiarían la felicidad. Ellos irán a cumplir penosas misiones en otros mundos menos avanzados, donde podrán trabajar para su propio progreso, y al mismo tiempo promoverán el de sus hermanos todavía de menor progreso. Y, en esta exclusión de la tierra transformada no veis, quizá, la figura del paraíso perdido? Y en el germen de sus pasiones y en las trazas de su inferioridad, traídos por el ser humano, cuando en una condición similar vino a habitar en la tierra, no veis la otra no menos sublime del pecado original? De esta manera, este último se encuentra en la naturaleza todavía imperfecta del humano, el cual responde sólo de sí mismo y de sus propias culpas, no ya de las de sus padres. OH, vosotros todos, seres humanos de fe y de buena voluntad, trabajad, por lo tanto, con fervor y coraje en la gran obra de la regeneración, y recogeréis el céntuplo del grano que habéis sembrado. Infelices quienes cierren los ojos a la luz, por cuanto se preparan largo tiempo de insatisfacción! Infelices quienes ubican su felicidad, únicamente, en los bienes de este mundo, por cuanto experimentarán la carencia de otros goces más elevados. Infelices, sobre todo, los egoístas, quienes experimentarán la necesidad de ser ayudados en la depuración de sus condiciones morales”-.

 

COMENTARIO EXEGÉTICO 25

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COMENTARIO EXEGÉTICO 25

 

©Giuseppe Isgró C.

 

 25. El Espíritu es independiente de la materia, o es, en cambio, una propiedad de ella, como los colores los son de la luz, y el sonido, del aire?

-“El uno es distinto de la otra; empero, es necesaria la unión de ambos para dar una inteligencia a la materia”-.

Es, quizá, igualmente necesaria esta unión también para la manifestación del Espíritu?

-“Es necesaria para vosotros, ya que no estáis organizados para percibir el Espíritu libre de la materia: las limitaciones de vuestros sentidos no lo permite”-.

El Libro de los Espíritus

Allan Kardec

 

Toda expresión de vida, en la dimensión física del planeta Tierra, y en cualquier mundo del universo, -siempre físicamente hablando-, está conformada, por lo menos, por tres entes claramente diferenciados, entre sí: El Espíritu, o ente inteligente; el Alma, o periespíritu, como elemento neutro de enlace entre el Espíritu y el cuerpo; y el cuerpo, vehículo que funge como elemento fundamental para la expresión física de la vida, en los cuatro reinos naturales.

Una es la ley cósmica que rige todo en la Creación Universal. Cada ser, en los cuatro reinos naturales, está conformado por Espíritu, Alma y cuerpo. Dejamos sentado este principio en forma clara, precisa y contundente, para corregir, definitivamente, cualquier equívoco al respecto. Hasta los animales, los vegetales y los minerales, están conformados por Espíritu, Alma y cuerpo; es decir, en toda expresión física, la fuente de la vida es el Espíritu.

El Espíritu, como se ha expresado reiteradamente, está conformado por la misma esencia de la Divinidad, sin separarse de la Divinidad y sin dejar de ser la Divinidad.

Igualmente, el Espíritu está dotado de todos los atributos divinos del Ser Universal, y del poder potencialmente infinito que le es inherente, que expresará sin límites de ninguna naturaleza, en la eterna polarización, en el eterno retorno del ser individual al Ser Universal.

Esto, algunas corrientes de pensamiento lo han denominado un proceso de involución-evolución. Es la teoría del eterno retorno. El viaje de regreso a la fuente, de la cual, en un momento dado, se ha emanado a la conciencia individual: No creado, sino emanado de la Divinidad, sin separarse de la divinidad que ha existido siempre, y sin dejar de ser la Divinidad.

Cada ser emana perfecto a la conciencia individual;  lo que evoluciona, en sí, es cada uno de los estados de conciencias relativos a los valores universales, o atributos divinos, pasando por todas las estaciones –o grados-, del cero al infinito, mediante cuyo proceso encuentra siempre un más allá en conocimiento de la verdad universal, de los valores universales, del uso del poder creador -potencialmente infinito- que le es inherente, y de los objetivos de cooperación en la realización de la Gran Obra, en la expansión de la Creación universal.

Todo este bagaje de realización cósmica se encuentra regido por los planes trazados por el Gran Arquitecto del Universo en la Ley Cósmica, cuyo soporte constituye cada uno de los valores universales.

Igualmente, en cada uno de los Espíritus de los cuatro reinos naturales se encuentra una réplica exacta de la Conciencia del Ser Universal, en la cual se expresa, por medio del lenguaje de los sentimientos relativos a los valores universales, la misma Divinidad, en una acción pedagógica constante, y perenne.

Al mismo tiempo, toda expresión de vida es la única vida que existe: la de la Divinidad. Por eso se habla que todo es UNO.

La Divinidad es voluntad y anhelo de ser a nivel universal, en la eterna expansión de la Creación, y cada ser que emana a la conciencia individual, en los cuatro reinos naturales, sin separarse de la Divinidad, y sin dejar de ser la Divinidad.

Cada ser es el instrumento de ese anhelo de realización y la voluntad de su expresión, en todas sus vertientes y variantes, desde un grado cero al infinito, encontrando, como ya fue dicho, siempre un más allá sin límites de ninguna naturaleza.

La Divinidad Universal jamás agotará el total del caudal de su potencial realizador, y de sabiduría de los valores universales impresa en la ley cósmica y en la conciencia de cada ser, o toda expresión de vida, en los cuatro reinos naturales conocidos, y en los eventuales otros por conocer.

Es importante destacar que el Espíritu interactúa, simultáneamente, en ambas dimensiones: Espiritual y física, en forma constante, aun cuando no tenga conciencia objetiva de ello.

El fenómeno, de interrelación entre ambas dimensiones, se realiza por medio de la facultad de desdoblamiento, o proyección espiritual.

Pero, lo que el Espíritu realiza en la dimensión espiritual no lo registran los sentidos físicos, razón por la cual no conserva un recuerdo claro en la conciencia objetiva.

Esto se explica por el viejo aforismo de que, lo que no pasa por los cinco sentidos no se encuentra en la conciencia, cuyo primer exponente fuera Aristóteles, y posteriormente, Francis Bacón. Empero, esto es, únicamente, una verdad a media, ya que, muchas de las realizaciones, o percepciones que el Espíritu realiza en esos breves intervalos, en la dimensión espiritual, aunque sean de escasos segundos, las recuerda como intuiciones, o ideas que les vienen a la mente sin saber de dónde las obtiene: Es decir, sabe sin saber cómo ni porque sabe. De esa interrelación con el mundo espiritual, obtiene, también, incontables inspiraciones, que no son más que la comunicación de contenidos mentales de entes encarnados, o desencarnados, comunicando pensamientos dentro del pensamiento,que aportan ideas que le conducirán, a cada quien, al desarrollo de las mismas, o de orientación, o guía, en la realización del propio trabajo. Homero es uno de los genios que describió con precisión esta interrelación entre ambas dimensiones, tanto en la Ilíada como en la Odisea. Es una faceta de la obra homérica que es preciso profundizar. Platón, en el diálogo Ion, también desarrolla este tema en forma admirable. (En el Blog Verdad Universal se encuentran tres amplios trabajos sobre la Intuición, la Inspiración y el Desdoblamiento, o proyección espiritual).

El Espíritu interactúa, como fue dicho, en ambas dimensiones: La Espiritual y la física, simultáneamente.

Sería beneficioso que los seres humanos se abocasen al estudio serio y profundo de las facultades del Espíritu, para optimizar esa interrelación. La primera obra que estudia a fondo, en la historia de la humanidad, y con conocimiento de causa, las facultades espirituales, es El Libro de las facultades espirituales, del ilustre maestro de Lyon, Allan Kardec. Esta obra, que estamos traduciendo, podrá leerse en nuestro Blog: El libro de las facultades.

Quilón, el Lacedemonio, en el siglo VI antes de nuestra era, inscribió su precepto, en Delfos: -“Hombre, conócete a ti mismo, que el estudio propio del hombre no es conocer a Dios, sino conocerse a sí mismo”. Mahoma, al inicio del siglo VII de nuestra era, acuño el aforismo: -“Conócete, y conocerás a Dios”.

Cada ser debe centrar su atención en conocer su propio ser en los tres entes que le conforman, con el fin de aprovechar al máximo su misión existencial en la expresión física de la vida.

Se tendrá ocasión, a lo largo de estos comentarios exegéticos, y del estudio de la obra que se comenta, de analizar a fondo, dentro de lo posible, cada uno de los entes que conforman cada ser, o expresión de vida, en sus tres elementos constitutivos: Espíritu, Alma y Cuerpo.

DIOS

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   DIOS

COMENTARIOS EXEGÉTICOS

AL CAPÍTULO I

DE: EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS

©Giuseppe Isgró C.

 

 

Dios y el Infinito. Pruebas de la Existencia de Dios. Atributos de la Divinidad.  Panteísmo.

 

DIOS Y EL INFINITO

 

 

  1. Quién es Dios?

-“Dios es la suprema inteligencia, la causa primera de todas las cosas”-.

COMENTARIO EXEGÉTICO GIC:

En la primera edición de El Libro de los Espíritus la pregunta se formula tal como la hemos traducido desde la edición italiana, es decir: Quién es Dios?, en vez de: Qué es Dios, como se modificó en la segunda edición francesa y en todas las versiones a partir de entonces. Cuál de las dos formas es más acertada?

Estimamos que ambos enfoques de preguntas son correctos, empero, la respuesta: -“Dios es la suprema inteligencia, la causa primera de todas las cosas”-, correspondería mejor a lo que es Dios. Ahora bien: “la suprema inteligencia” es un atributo que alguien posee; quién es ese alguien? Ese alguien es Dios. Entonces la respuesta a la pregunta: Quién es Dios?, debería ser: Dios, es el Ser Universal que posee la suprema inteligencia, y constituye, al mismo tiempo, la causa primera de todas las cosas-.

Como suprema inteligencia ha contemplado todas las variantes habidas y por haber en el eterno presente, sin límites de ninguna naturaleza.

Como causa primera de todas las cosas, constituye la fuente de donde emanan a la Conciencia, en un momento dado, todos los Espíritus de todos los seres en los cuatro reinos de la naturaleza, con individualidad claramente demarcada y con unos atributos que se corresponden, en forma análoga, a los atributos divinos poseídos por el mismo Ser Universal. En este caso tendríamos Seres individuales y un Ser Universal, formando una Unidad perfecta e indisoluble.

Fueron creados esos seres individuales o siempre han estado en la fuente, y en un dado momento han emergido a la conciencia? Esto derivado de que la vida no se crea ni se destruye, simplemente existe. Emana a la Conciencia, en cada uno de los cuatro reinos naturales con una misión específica y en calidad de ejecutores de la Voluntad del Ser Universal. El Ser Universal es el anhelo de ser, mientras que los seres individuales, -en los cuatro reinos- constituyen los ejecutores de dicha voluntad en todos los planos existenciales, en el eterno ahora.

La Conciencia de un Espíritu como ser individual, en los cuatro reinos naturales, nos aportaría la explicación de la creación de las formas materiales de la vida en todos los planos de expresión, así como de la creación de los mundos, su desarrollo y extinción, en incontables ciclos, los cuales, gradualmente, iremos analizando, buscando la percepción intuitiva más que la percepción objetiva o razonamiento intelectual, lógicamente limitado. Es preciso centrar la atención en este enfoque para ir expandiendo la conciencia al respecto y la gradual percepción o darse cuenta de la realidad, siempre en expansión ilimitada.

La Unicidad del Ser Universal; hay un solo Dios. Pese a su emanación a la conciencia individual desde el Ser Universal, los seres individuales siguen conformando la Unidad con Él. La citada emanación a la conciencia individual les faculta con el libre albedrío, y les dota, simultáneamente, con los mismos atributos del Ser Universal, los cuales se corresponden con los valores universales. Además, cada ser individual, en los cuatro reinos naturales, está dotado de una conciencia que constituye una réplica exacta de la del Creador, por medio de la cual los seres individuales y el Ser Universal se comunican entre sí.

El lenguaje mediante el cual se realiza esta comunicación -recíproca, es decir, en ambos sentidos-, es el de los sentimientos análogos a los valores universales. También, otro medio de comunicación utilizado, es el de la fuerza de empuje -expresión de la energía creadora, -por inspiración energética, y/o entusiasmo, que los antiguos denominaban “Dios dentro de sí” -(En Zeus)-, y por la fuerza de bloqueo, que induce a la quietud creadora. Ambas formas de expresión de fuerzas, permiten a la persona estar en el lugar adecuado, haciendo la cosa correcta, en el momento oportuno. Por supuesto que, esta forma de comunicación mediante los sentimientos de los valores universales, (en ambas polaridades), expresados en la conciencia, -capacidad perceptiva-realizadora de cada ser en los cuatro reinos naturales: humano, animal, vegetal y mineral-, y por la fuerza de empuje y la de bloqueo, se realiza entre los espíritus, en la interrelación constante, entre ambas dimensiones: la física y la espiritual, en sentido figurado, ya que, en esencia, existe una sola dimensión en la ecología mental: la espiritual, o del Espíritu: en unos casos en estado de encarnado, y en otros, de desencarnado, en interacción constante a nivel objetivo y subjetivo.)

Cuáles son esos atributos divinos -expresados como valores universales y/o sentidos cósmicos-, que los seres poseen en forma análoga a los del Ser Universal, en los cuatro reinos de la naturaleza, es decir: el humano, el animal, el vegetal y el mineral? Este es un objetivo de investigación.

Cuáles son los nombres divinos del Ser Universal, que analizándolos, o meditando sobre ellos, constantemente, permitan percibirle y conocerle? Se sugiere investigar los nombres que se le asignan a Dios en el Sufismo y en cualesquiera otras fuentes que se desee.

Evidentemente, conociendo los atributos divinos, -valores universales-, en su totalidad, o en parte, gradualmente, cada quien puede adquirir conciencia de ÉL, de acuerdo al propio nivel evolutivo.

  1. Qué debe entenderse por infinito?

-“Lo que no tiene ni principio, ni fin; lo ignoto. Todo lo que es desconocido es infinito”-.

COMENTARIO EXEGÉTICO GIC:

En el sufismo, se le asignan las siguientes dos características a Dios, -el Ser Universal: La primera, denominada «Qidám», es decir: -“Él es lo anterior a lo anterior. Él no se hizo. Él siempre fue“-. La segunda, con el término «Baqá'», que significa: -“Él es el después del después, Eterno; Él siempre será“-. 

Dios, -el Ser Universal-, constituye uno de los mejores ejemplos de la características del término “infinito”, por su carácter atemporal y eterno, como lo expresa el “Quidam”: -”Él no se hizo”; simplemente era, es y será en el eterno presente.

La primera vertiente del término “infinito” se relaciona con el tiempo: por su condición de eterno presente el tiempo es eterno, por lo cual, constituye el segundo mejor ejemplo de “infinito”.

En la segunda, Dios es, también, infinito en la perfección y en el potencial de sus atributos. En el potencial, por cuanto, si bien Su perfección lo es en grado infinito, en lo relativo a Su capacidad creadora, desde el momento en que siguen emanando de Él nuevos seres a la conciencia individual, en los cuatro reinos naturales, la misma se encuentra, aún, en grado de potencialidad, infinita, sí, pero potencial, es decir, seguirá en Su rol Creador eternamente. Esta característica de potencialidad de su capacidad creadora dejaría de ser potencial si ya todos los seres que existirán, en el eterno presente, existieran ya, es decir, que no van a emanar más nuevos seres a la conciencia individual, a partir del Creador Universal. En este caso, todos los seres, en los cuatro reinos naturales, existirían desde siempre, junto al Creador Universal. Pero, su capacidad creadora de nuevas expresiones de vida tiene un potencial infinito aún en el caso de que, el Espíritu individualizado en el Alma Universal, y dentro de una unidad de ella, sea, como de hecho es, el Espíritu Universal del Creador. Con este enfoque, realmente, no habría creación de nuevos seres, ya que quien se encarna en “la unidad” del Alma Universal, en una expresión individualizada, -SER INDIVIDUAL- es el mismo Creador Universal, -sin dejar de ser Él, ni separarse de Él-, a partir de cuyo estado inicial empieza un proceso evolutivo potencialmente infinito y eterno. Pero, en cualesquiera de las formas que se quiera ver, siempre constituye un carácter potencial, en grado infinito, de su capacidad creadora. (Ver comentario exegético de la pregunta Nº  81).

Un tercer enfoque del término “infinito” se relaciona con el espacio. El espacio cósmico es infinito, caso contrario, -qué habría más allá del límite? Si hubiese un límite dejaría de ser infinito.

Dentro de la respuesta dada por los Espíritus al maestro Allan Kardec, se expresa: -“lo ignoto. Todo lo que es desconocido es infinito”-.

Esta parte de la respuesta, realmente, tiene dos vertientes: la primera, de carácter infinito; la segunda, expresa un límite o condición finita. Es decir, en realidad lo ignoto, lo que se ignora, es infinitamente ilimitado; no tiene fin, eternamente encontraremos un más allá. Empero, en lo referente a: -“Todo lo que es desconocido es infinito”-, puede señalarse que en la suma de todo, en el Todo o en un área determinada, no en su número, sino en su potencial o posibilidades, lo desconocido es infinito, pero, en términos relativos, no todo lo desconocido es infinito. Por ejemplo: si a todas las galaxias existentes, aunque su número sea desconocido para nosotros, les agregáramos una más, dejarían de ser infinitas y así ocurrirá con todas las cosas en cuanto se refiera a su cantidad, cualidades y características. Pero, en cuanto al potencial y variantes de sus manifestaciones y aplicaciones, en todos los ámbitos, conservará su carácter infinito e ilimitado. Sin embargo, encontrándose el Universo en constante expansión, lo que aun siendo limitado, en un momento dado, se encuentra en constante crecimiento, lo cual ratifica que todo potencial es de carácter infinito.

  1. Podría decirse que Dios sea lo Infinito?

-“Sería una definición incompleta por la limitación del lenguaje humano, insuficiente para expresar las cosas que son superiores a vuestra inteligencia”-.

Dios es infinito en sus perfecciones; empero, lo infinito es una abstracción. Decir, por lo tanto, que Dios sea lo infinito, sería tomar el atributo por el sujeto, y definir una cosa ignota por medio de otra igualmente desconocida.

COMENTARIO EXEGÉTICO GIC:

Dios, El Ser Universal, es infinito en el desarrollo del potencial de sus atributos divinos, en todas las vertientes y variantes.

Este grado infinito de desarrollo se extiende en el tiempo, siendo atemporal, es decir, siempre existió dicho desarrollo en la eternidad pasada. Siempre existirá en la eternidad futura.

Sus vertientes fundamentales también son infinitas en conocimiento y poder.

Como conocimiento se expresa como ley cósmica impresa en la conciencia, con el lenguaje de los sentimientos de los valores universales. Ese es el lenguaje del Ser Universal.

Como poder creador, es ilimitado en todas sus vertientes y variantes.

Es fuente ilimitada y causa suprema de todo lo existente.

Él se expresa en cada ser de los cuatro reinos naturales sin separarse de sí mismo y sin dejar de ser Él mismo tantas veces como sea necesario para poblar cada mundo del inmenso universo, siempre en expansión.

Su potencial de auto-expresión en los seres de los cuatro reinos de la naturaleza es infinito; es decir: Eternamente seguirá expresándose cuantas veces sea necesario hacerlo.

Se expresa en cualquier mínimo espacio del infinito universo, simultáneamente.

Se encuentra, simultáneamente, en todas las conciencias de todos los seres del inmenso universo, en todos los niveles de expresiones posibles.

Se renueva constantemente en todas las expresiones físicas del universo, por lo cual, todo lo existente, a nivel físico, dejará de existir, y se formarán nuevos mundos y expresiones físicas de vida, de acuerdo a los estados de conciencias que, gradualmente se van expresando en cada ser, en los cuatro reinos de la naturaleza.

Él se interesa por todas las expresiones de vida, en los cuatro reinos de la naturaleza, en el inmenso universo, simultáneamente, expresándose dentro de la conciencia de cada ser, por el lenguaje de los sentimientos de los valores universales.

Es fuente infinita de provisión en todas las vertientes y variantes, en la medida que cada ser vaya experimentando niveles más elevados de necesidades, anhelos y objetivos de autorrealización.

Es el pedagogo universal actuando en la conciencia de cada ser por medio de los sentimientos de los valores universales.

Dios constituye para cada ser la eterna polarización, infinita e ilimitada, en el eterno retorno del ser universal hacia Él.

Es omnisciente: Siempre lo supo todo. Siempre lo sabrá todo, sin límites de ninguna naturaleza. 

Es omnipresente: Se encuentra en la conciencia de cada ser, al mismo tiempo, en los cuatro reinos de la naturaleza, y en cada lugar del infinito universo. Nada existe que no sea Él y que no esté en Él.

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Un amigo, L. N., plantea: -“Es posible pensar que Dios nos afecta en decisiones directas en nuestro plano humano (en todos los sentidos),  de manera que su conciencia de juicio, creadora, de amor, de equidad, entre otros atributos sean expresados en un nivel superior? Como lo que decía Platón, -que va más allá del mundo de los sentidos al cual estamos atados?”

Sin dudas algunas, el ser humano (y todos los seres de los cuatro reinos naturales: humano, animal, vegetal y mineral), han emanado, en un momento dado, a la conciencia individual, en el Alma Universal, con LIBRE ALBEDRÍO, y dotados de todos los atributos de la DIVINIDAD, y de una CONCIENCIA que es una réplica exacta de la CONCIENCIA del Gran Arquitecto del Universo, o Ser Universal.

Este ser emanado a la conciencia individual, en los cuatro reinos naturales, en primer instancia en el Alma Universal, es la misma DIVINIDAD (Ser Universal), sin separarse de sí misma y sin dejar de ser Ella misma), por lo cual su conciencia es exactamente la misma, en el ser individual, que en el Ser Universal.

La única diferencia reside en que, en el Ser Universal se encuentra desarrollada en todas sus vertientes y variantes, en grado infinito, y en los seres individuales, lo está en estado potencial, que eternamente, cada ser, desarrollará, sin límites algunos, en el eterno retorno del ser individual al Ser Universal.

A medida que el ser individual experimenta necesidades, deseos, anhelos y propósitos, así como conciencia de su ignorancia, van emergiendo en su conciencia las percepciones intuitivas, los sentimientos análogos a los valores universales (atributos divinos) que les inspirarán los sentimientos (de los valores universales) de lo justo o de lo injusto, de la verdad o de lo contrario, de la fuerza o de su opuesto, de la belleza o de la fealdad, del bien o del mal, que les sirven de parámetros para orientar, o reorientar, su conducta.

Simultáneamente, a las necesidades, y al conocimiento que percibe, aflora en su ser el poder potencialmente infinito que posee, y lo hace en el grado análogo a la necesidad que experimenta. Por eso se dice, en la expresión de Abraham Maslow, que “toda necesidad genera una fuerza motivadora equivalente, capaz de permitirle, a la persona, u otro ser, el desplazamiento desde el lugar en que reside su necesidad hasta otro en que se encuentra la satisfacción de la misma”.

Evidentemente, si cada ser fuese capaz de experimentar en grado infinito una necesidad, en ese mismo grado infinito expresaría el poder potencialmente infinito del cual está dotado, así como el conocimiento, o visión, inherentes.

Siendo la conciencia del ser individual una réplica exacta de la del Ser Universal, (Esta percepción es de la Filosofía Masónica, expresada de una manera nítida en los grados capitulares), el Ser Universal se comunica con el ser individual, por medio del lenguaje de los sentimientos –análogos a los valores universales-, en la conciencia, tanto como advertencias coercitivas, advirtiéndole, en forma de sentimientos de vergüenza –estados de representación mental de lo que resultaría si lleva a cabo la acción concebida-, como de estados de certeza si evita las acciones indebidas y ejecuta las debidas, así como, por las acciones coactivas, dentro de la conciencia, en forma de remordimiento, y percepción de haber incurrido en error, si llegare a ejecutar la acción indebida, que ya no le dejará tranquilo hasta que haya reparado el mal ejecutado, o lo haya compensado, o pedido perdón, simultáneamente, a la persona, o personas, afectadas, según se trate, en cada caso particular. 

Este mecanismo coercitivo, o coactivo, -pedagógico-, lo ejercita el Ser Universal en la conciencia de todos los seres, en los cuatro reinos naturales, sin afectar al libre albedrío de cada ser, en todo momento. Es decir, es cada uno de los seres individuales, en los cuatro reinos naturales, quien toma las decisiones inherentes, y por supuesto, cosecha los beneficios inherentes, o asume las consecuencias de sus acciones. Esto lo rige la ley de afinidad, la de justicia, la de igualdad y la de compensación, además de la del amor, que es una síntesis de todos los valores universales.

Platón, sin duda alguna, es el filósofo por excelencia que más profundamente refleja el conocimiento de los valores universales, o VIRTUDES.

Tal como es el lema de la Masonería Universal, en cuanto a su definición: -“La Masonería es el estudio de todas las ciencias, de todas las filosofías, de todas las artes y la práctica de todas las virtudes”, el enfoque tiene vinculación con esa definición y con la práctica de todas las virtudes. Empero, para lograr ejercerlas, en grado óptimo, es preciso realizar el estudio integral del Conocimiento reflejado por la Sabiduría de los Valores Universales, cuya percepción se logra por vía intuitiva, o inspirativa en la conciencia de los seres, en los cuatro reinos naturales. (Inspiración de un Ente espiritual,  -encarnado o desencarnado-, o por la misma DIVINIDAD, por el sentimiento) por el pensamiento en el pensamiento de la persona inspirada).

Es decir: Un trabajo pedagógico de Dios con Dios, o un juego de Dios con Dios, donde Él mismo respeta sus propias reglas, plasmadas en la LEY CÓSMICA, impresa en su conciencia y en la conciencia de cada ser, sustentada, ésta, por la Sabiduría de los Valores universales.

PRUEBAS DE LA EXISTENCIA DE DIOS

  1. En qué puede sustentarse la prueba de la existencia de Dios?

-“En un axioma que aplicáis a vuestras ciencias: No existe efecto sin causa. Buscad la causa de todo lo que no sea obra del ser humano y vuestra razón os responderá”-.

Para creer en Dios, es suficiente observar las obras de la Creación. El universo existe; por lo cual tiene una causa. Dudar de la existencia de Dios, sería como negar que cada efecto tenga una causa, y afirmar que la nada haya podido producir alguna cosa.

COMENTARIO EXEGÉTICO GIC:

La prueba de la existencia de Dios se puede observar en todo lo que es, o está manifestado en la realidad. También, en lo que, eternamente, se manifiesta en el eterno presente. Él es; tú eres; él, – ella-, es; nosotros somos; ustedes son; ellos son. Todo es Él, sin dejar de ser Él, y sin separarse de Él.

Todo lo que es, es Él.

Todo lo que es, emana de Él, sin dejar de ser Él y sin separarse de Él. Es Él emanado a la conciencia individual, en el Alma Universal, con los mismos atributos que los de Él, en los Espíritus de los cuatro reinos naturales.

Él es causa y fuente de todo lo existente y de todo lo que eternamente existirá.

Él es ley cósmica impresa en su propia conciencia y en la conciencia de cada ser.

Él es guía de sí mismo en la conciencia de cada ser por los valores universales, o atributos divinos, o sentidos cósmicos. Los valores universales fungen de sentidos cósmicos en cada ser de los cuatro reinos naturales.

Él es anhelo de ser; cada ser en los cuatro reinos naturales es una expresión de su voluntad.

Toda vida es una expresión de Él.

Toda voluntad es una expresión de su voluntad.

Todo amor es una expresión de su amor.

Toda justicia es una expresión de su justicia.

Toda belleza es un grado de la expresión de su belleza, la que cada ser es capaz de expresar en un momento dado, según el nivel de conciencia alcanzado.

Todo poder es una expresión de su poder creador.

Todo conocimiento es una expresión de su conocimiento, en determinado grado.

En el libro Génesis, Allan Kardec, expresa:

-“Por cuanto Dios es la causa primera de todas las cosas, el punto de partida de todo, la base sobre la cual se apoya el edificio de la creación, este es el punto que va considerado antes de cualquier otro”.

“Es elemental, en principio, que se juzgue una causa por sus efectos, aun cuando la causa no es visible. Si un pájaro mientras vuela es objeto de un proyectil, se estima que lo ha sido por un hábil tirador hábil, aun cuando no sea posible verlo. Por lo cual, no siempre es necesario ver algo para saber que existe, en cada caso, se llega al conocimiento de las causas observando los efectos”.

-“Otro Principio, de igual manera elemental, se ha convertido en un axioma por la fuerza de su verdad, el cual es: CADA EFECTO INTELIGENTE, DEBE TENER UNA CAUSA INTELIGENTE. Si se preguntara quien es el constructor de un determinado mecanismo ingenioso, -¿qué se pensaría de alguien que responda que ha sido hecho por sí mismo? Cuando se observa una obra maestra del arte o de la industria, se dice que debe ser el producto de un hombre de genio, ya que su concepción ha debido realizarla otra inteligencia, juzgando, al mismo tiempo, que ha debido hacerla un hombre, por cuanto se sabe que no es superior a la capacidad humana. A nadie se le ocurrirá de afirmar que salió de la mente de un idiota o de un ignorante, y menos aún que es el resultado del trabajo de un animal o el producto de la casualidad”.

-“En todas partes, la presencia del hombre se reconoce por sus obras. La existencia de los hombres antidiluvianos no está probada únicamente por los restos fósiles, sino, también, y con certeza mucho mayor, por la presencia, en los terrenos de una cierta época, de objetos trabajados  por seres humanos. Un fragmento de vaso, una piedra tallada, un arma y un ladrillo son suficientes para testimoniar su presencia. De la rusticidad o de la perfección del trabajo se podrá juzgar el grado de la inteligencia y del desarrollo de quienes lo han realizado Si, por lo tanto, encontrándoos en un pueblo habitado exclusivamente por salvajes, descubráis una estatua digna de Fidias, no dudarías en decir que, dado que los salvajes no han podido realizarla, debe ser la obra de una inteligencia superior a la de los indígenas”.

-“Ahora bien, si miramos alrededor y se observan las obras de la naturaleza, la previsión, la sabiduría y la armonía que presiden a todas estas obras, se reconoce que no hay ninguna que no supere el grado más alto de la inteligencia humana. Por cuanto, el hombre no ha podido producirlas, ellas son el producto de una inteligencia superior a la humanidad, a menos que se quiera afirmar que existen efectos sin causas”.

-“A esto, algunos contraponen el siguiente razonamiento:

-“Las obras de la naturaleza son el producto de fuerzas materiales que actúan mecánicamente, según las leyes de atracción y de repulsión; las moléculas de los cuerpos inertes se agregan y se disgregan por la acción de tales leyes. Las plantas nacen, crecen y se multiplican siempre del mismo modo, cada una en su propia especie, en virtud de las mismas leyes. Cada ejemplar es similar de aquel del cual nació. El crecimiento, la floración, la fructificación y la coloración se encuentran subordinadas a causas materiales, como el calor, la electricidad, la luz, la humedad, etcétera. Lo mismo ocurre, también, para los animales.  Los astros se forman a causa de la atracción molecular y se mueven perpetuamente en sus órbitas por efecto de la gravitación. Esta regularidad mecánica de las fuerzas naturales no hace, por lo tanto, pensar a una inteligencia libre. El hombre mueve el brazo cundo quiere y como quiere, pero quien lo movería de la misma manera desde el nacimiento hasta la desencarnación  sería un autómata: ahora, las fuerzas orgánicas de la naturaleza son puramente automáticas”-

-“Todo esto es verdad; empero,  estas fuerzas son efectos que deben tener una causa y nadie pretende que ellas constituyan la Divinidad. Son materiales y mecánicas. No son inteligentes en sí mismas, y también esto es verdad; pero, son puestas en acción, distribuidas, adaptadas a las necesidades de todas las cosas gracias a una inteligencia que no es la de los hombres. El útil acomodo de estas fuerzas es un efecto inteligente que denota una causa inteligente.  ¿Qué sería aquel péndulo si una inteligencia no hubiera combinado, calculado, distribuido el empleo de tal fuerza para hacerlo mover con precisión? Dado que la inteligencia no se encuentra en el mecanismo del péndulo, y por cuanto no se le ve, -¿sería, por lo tanto racional concluir que no existe? Es suficiente valuar los efectos”.

-“La existencia del reloj prueba la existencia del relojero; la ingeniosidad del mecanismo demuestra la inteligencia y la ciencia del relojero. Cuando un péndulo os da, en un momento dado, la información que precisáis, -¿os ha llegado a la mente, acaso, la idea: he aquí un péndulo inteligente?”

-“Lo mismo es válido para el mecanismo del universo. Dios no se muestra, pero se afirma por medio de sus obras”.

-“La existencia de Dios es, por lo tanto, un hecho adquirido, no solamente por medio de la revelación, sino por medio de las evidencias materiales de los hechos. Los pueblos salvajes no han recibido revelación alguna, empero, creen, todos indistintamente, a la existencia de una potencia sobrehumana; ven cosas superiores al poder humano, y concluyen que provienen de un ser superior a la humanidad. -¿No son, quizá, más lógicos de cuantos pretenden que se han hecho por sí solos?”

-“Al ser humano no le es dado sondear la naturaleza íntima de Dios. Para comprender a Dios ocurre, aún, el sentido que se adquiere, solamente, con la completa purificación del Espíritu. Empero, si el ser humano no puede penetrar la esencia, dado que su existencia es dada como premisa, puede, por lo tanto, a través el razonamiento, llegar al conocimiento de sus atributos necesarios; ya que, viendo que no puede no ser sin dejar de ser Dios, concluye en que debe ser”.

-“Sin el conocimiento de los atributos de Dios, sería imposible comprender la obra de la creación: es el punto de partida de todos los grupos espirituales, y, debido a que no se han revuelto a ellos como se hace con el faro que índica el camino, muchos de estos grupos han cometidos errores en sus concepciones. Aquellos que no han atribuido a Dios la omnipotencia han imaginado numerosos dioses; los que no le han atribuido la suprema bondad han plasmado un dios celoso, colérico, parcial y vengador”.

-“Dios es la suprema y soberana inteligencia. La inteligencia del hombre es limitada, por cuanto no puede ni hacer ni comprender todo lo que existe; la de Dios, que abraza el infinito, debe ser infinita. Si la supusiese limitada sobre un punto cualquiera, se podría concebir, todavía, un ser más inteligente, capaz de comprender y de hacer lo que el otro no podría hacer, y así, sucesivamente, hasta el infinito”.

-“Dios es eterno, es decir, no tiene principio ni tendrá fin. Si hubiese tenido un principio, habría salido de la nada; ahora, la nada no existe y no puede producir nada; o bien, habría sido creado por otro ser preexistente, y entonces, sería este último quien sería Dios. Si se le atribuyese un principio o un fin, se podría, por lo tanto, concebir un ser existente ante de Él, o que contribuiría a que existiese después de Él, y así sucesivamente hasta el infinito”.

-“Dios Es inmutable. Si estuviese sujeto a cambios, las leyes que rigen el universo no tendrían estabilidad alguna”.

-“Dios es inmaterial: su naturaleza difiere de todo lo que nosotros llamamos materia; de otro modo no sería inmutable, por cuanto estaría sujeto a transformaciones de la materia”.

-“Dios no tiene una forma que nosotros podamos valuar con los sentidos; de otro modo sería materia. Nosotros decimos: la mano de Dios, el ojo de Dios, la boca de Dios, porque el ser humano, no conociendo más que a si mismo, se toma como término de comparación de todo cuanto no comprende. Las imagines que representan Dios como un anciano de larga barba, envuelto en un manto, son ridículas; tienen el defecto de disminuir el Ser Supremo reduciéndolos a las dimensiones mezquinas de la humanidad; de aquí a que se les atribuyan las pasiones de la humanidad, que hacen de Él un Dios colérico y celoso, no hay más que un paso”.

-“Dios es omnipotente: Si no poseyera la potencia suprema, se podría concebir un ser más poderoso todavía, y así sucesivamente hasta cuando se encontrase el ser que ningún otro podría superar en potencia: y sería este último Dios”.

-“Dios es supremamente justo y bueno: La sabiduría providencial de las leyes divinas se revela en las más pequeñas cosas al igual que en las grandes: esta sabiduría no permite dudar ni de su justicia ni de su bondad”.

-“El infinito de una cualidad excluye la posibilidad de la existencia de una cualidad contraria que la disminuiría o la anularía. Un ser infinitamente bueno no puede tener la mínima partícula de maldad, y el ser infinitamente malvado no puede tener la mínima partícula de bondad: de igual manera que un objeto no podría ser absolutamente negro si tuviese una pequeña mezcla de blanco, ni absolutamente blanco si tuviese una pequeña mezcla de negro”.

-“Dios no podría ser, por lo tanto, bueno y malvado al mismo tiempo, por cuanto, en tal caso, no poseyendo en grado supremo ni la una ni la otra de estas cualidades, no sería Dios; todas las cosas serían abandonadas al capricho, y nada sería estable. Dios no podría ser, por lo tanto, que infinitamente bueno o, al contrario, infinitamente malvado. Ahora, dado que sus obras son testimonios de su sabiduría, de su bondad y de su precisión, es preciso concluir que, no pudiendo ser al mismo tiempo bueno y malvado sin dejar de ser Dios, debe ser infinitamente bueno”.

-“La bondad suprema comporta la suprema justicia; por cuanto si Él actúa injustamente o con parcialidad en una sola circunstancia, en relación con una sola de sus criaturas, no sería supremamente justo, y de consecuencia no sería supremamente bueno”.

-“Dios es infinitamente perfecto. Es imposible concebir a Dios sin el infinito de las perfecciones, sin lo cual no sería Dios, por cuanto se podría siempre concebir un ser que poseyera lo que le faltaría a Él. Para que ningún ser pueda superarlo, es necesario que Él sea infinito en todo”.

“Los atributos de Dios, siendo infinitos, no pueden ser aumentados ni disminuidos, de otra manera no serían infinitos y Dios no sería perfecto. Si se le quitara la más pequeña partícula de uno solo de sus atributos, no sería más Dios, ya que podría existir un ser más perfecto”.

-“Dios es único. La unicidad de Dios es la consecuencia del infinito absoluto de las perfecciones. Otro Dios podría existir solamente con la condición de ser igualmente infinito en cada cosa; por cuanto si entre los dos hubiese la mínima diferencia, uno sería inferior al otro, y subordinado a su potencia, por lo cual no sería Dios. Si entre los dos hubiese una igualdad absoluta habría, desde la eternidad, un solo pensamiento, una sola voluntad, una sola potencia; y así integrados en su identidad, en realidad los dos serían un solo Dios. Si tuviesen cada uno atributos especiales, y uno haría lo que el otro no hace, entonces ya no habría entre ellos una igualdad perfecta, por cuanto ni el uno ni el otro tendrían la autoridad suprema”.

-“La ignorancia del principio del infinito de las perfecciones de Dios ha generado el politeísmo, que es el culto di todos los pueblos primitivos; ellos han atribuido la divinidad a todas las potencias que parecían superiores a la humanidad; posteriormente, la razón los ha llevado a confundir en una sola estas potencias diversas. Después, a medida que los seres humanos han comprendido la esencia de los atributos divinos, han quitado de sus símbolos las creencias que constituían la negación”.

-“Resumiendo, Dios no puede ser Dios sino con la condición de no ser superado en nada por otro ser; ya que, entonces, el ser que lo superase en una cosa cualquiera, sea aún por muy poco, sería el verdadero Dios; en consecuencia, Él debe ser infinito en cada cosa”.

“En este modo, constatada la existencia de Dios a través de sus obras, se llega, por medio de la simple deducción lógica, a determinar los atributos que le caracterizan”.

-“Dios, es, por lo tanto, la suprema y soberana inteligencia; es único, eterno, inmutable, inmaterial, omnipotente, supremamente justo y bueno, infinito en todas sus perfecciones; y no puede ser otro”.

“Esta es la base sobre la cual se apoya el edificio universal; es el faro cuyos rayos se extienden sobre todo el universo, y es el único que puede cuidar al ser humano en la búsqueda de la verdad; siguiéndolo no equivocará jamás la vía, y si tan frecuentemente se deja desviar de su ruta, esto ocurre porque no ha seguido la ruta que le había sido indicada”.

-“Este es, también, el criterio infalible de todas las doctrinas filosóficas y espirituales, el ser humano, para juzgarlas, dispone de una medida rigurosamente exacta, constituida por los atributos de Dios; y se puede afirmar con certeza  que todas las teorías, los dogmas, las fe, los principios, las practicas que son en contradicción con uno solo de estos atributos de manera de debilitarlo o de anularlo, no podrían estar en la realidad”.

-“En la filosofía, en la psicología, en la moral, en la espiritualidad, no puede ser verdad lo que se separa, aunque sea de poco, de las cualidades esenciales de la Divinidad. La espiritualidad perfecta aquella en la cual ni un solo artículo de fe estuviese en contrasto con estas cualidades, en las cuales los fundamentos podrían asumir las pruebas de este control, sin recibir daño”.

  1. Cuál consecuencia se puede obtener del sentimiento intuitivo que todos los seres humanos tienen de la existencia de Dios?

-“La de que Dios existe. Cómo explicar en ellos este sentimiento si se apoyase en la nada? Y, también ésta es una consecuencia del principio de la  causalidad”-.

COMENTARIO EXEGÉTICO GIC:

Cada ser en los cuatro reinos naturales: humano, animal, vegetal y mineral, tiene conciencia de Dios. En qué grado le percibe depende del estado de conciencia alcanzado, en un momento dado.

Sabemos que el ser humano le percibe de diversas maneras y de que el sentimiento de reverencia es general tanto hacia el Ser Universal como hacia toda la Creación. Empero, la reverencia hacia Dios se encuentra generalizada en todos los seres de los cuatro reinos naturales.

Sabemos, intuitivamente, o por analogía, que el sentido de la conciencia perceptiva de Dios es constante en todos los reinos naturales. Los seres perciben a la Divinidad aun cuando no se dan cuenta de que lo hacen. También los animales, los vegetales y los minerales perciben a Dios en su conciencia, por ser ésta, aun en ellos, una réplica exacta de la conciencia de Dios.

Cómo le perciben y en qué manera, precisa mayor grado de meditación para detectarlo. El modo universal en que se percibe a Dios, en todos los seres de los cuatro reinos naturales, es el de los sentimientos análogos a los valores universales, en la conciencia.

En todos los seres late la misma vida, y es idéntica voluntad la que determina que esa vida continúe expresándose en cada individuo, sea mujer u hombre, animal, vegetal o mineral.

Esa voluntad, o anhelo de vivir, generalizado en todos los seres es la expresión de la voluntad de la Divinidad. Es la búsqueda de la expansión de la Creación haciendo tangibles los anhelos de Dios.

Siendo esa Divinidad perfecta en todas sus vertientes y variantes, lo es también el Espíritu de cada ser emanado a la conciencia individual, indiviso, y sin dejar de ser la misma Divinidad, Adquiriendo, la Divinidad, conciencia individual en cada ser, la evolución consiste en manifestar, por la experiencia, siempre, nuevos y más elevados estados de conciencia, y no de pasar de un nivel mineral al vegetal, de éste al animal y luego al humano. Por lo menos en el Planeta Tierra es así. (Si meditamos sobre la respuesta dada a la pregunta N° 172, observaremos implícita esta realidad).

Pero, siendo una y la misma la ley cósmica en todo el universo, ese proceso es uniforme en toda la Creación y en todos los mundos del universo.

Esto indica que la diferencia es aparente, y que es la misma la vida que late en todos los seres.

En el rol que asume, la Divinidad, en cada ser de los cuatro reinos naturales, cumple el que le está asignado desde siempre en los planes cósmicos, y en la ley cósmica. En ese rol cada ser sigue su propio camino en el eterno retorno del ser individual hacia el Ser universal.

Los infinitos grados –estaciones- de conciencia, y los estados de conciencia –valores universales, o atributos divinos-, por los que va avanzado en la espiral evolutiva, cada ser, son idénticos en todos los reinos naturales. Y en cada reino natural, todo ser experimenta análoga autorrealización, dada la justicia y la igualdad en la ley y ante la ley que rige a todos los seres. La diferencia es aparente, ya que en todos los seres de los cuatro reinos naturales es la misma Divinidad la que se expresa.

En los cuatro reinos naturales, ningún ser animal, vegetal o mineral se cree superior a otro, excepto un sinnúmero de seres en el reino humano.

Sólo el ser humano se cree superior a los demás reinos naturales, o a determinados seres de diferentes grupos étnicos o condiciones sociales. Empero, si bien en alguna forma ese sentimiento de superioridad puede expresarse, también, en los demás reinos naturales, en éstos el grado de conciencia de la realidad se encuentra libre de manipulación, por lo menos de la que se ha observado en diferentes niveles en la historia. El aprendizaje es idéntico en todos los seres de los cuatro reinos pese a que los roles son diferentes. Cada ser tiene conciencia del rol que la Divinidad ejecuta por su intermedio. Los roles de todos los seres conforman una obra armónica, un todo universal. Un trabajo de Dios con Dios. (Empero, y es un tema aparte, existe cierta analogía en la idiosincrasia de cada ser en los cuatro reinos naturales, por lo cual ciertas manipulaciones de dominio, o poder, son generalizadas en todos los seres, -de los cuatro reinos naturales-, y la ley de que el más domina al menos, en todas sus vertientes y variantes, rige en todo-.)

La Divinidad tiene conciencia de sí misma en cada ser en que se expresa, así como de los atributos divinos y de los sentimientos que les son inherentes. Los reinos parecen ser diferentes, los seres también, pero son diferencias aparentes. Lo roles son diferentes, pero la obra final es una sola, conformando un todo. Las partes de ese todo son diferentes, en expresión, pero conforman una unidad.

La conciencia de la Divinidad en cada ser refleja el nexo que existe entre causa y efecto.

Es la relación causal entre la Divinidad y cada uno de los seres de los cuatro reinos naturales, en todas sus vertientes y variantes, en el eterno camino del retorno del ser individual hacia el Ser Universal, mejor conocido como Dios.

  1. El sentimiento íntimo que tenemos en nosotros mismos de la existencia de Dios, no podría ser una consecuencia de la educación, y el producto de ideas adquiridas?

-“Si esto fuese así, cómo tuvieron este sentimiento, también, las personas de las humanidades de épocas primitivas?

Si el sentimiento de la existencia de un Ser Supremo fuese el producto de la instrucción, no sería universal, y no se encontraría, como las nociones de las ciencias, más que en los individuos y en los pueblos cultos.

COMENTARIO EXEGÉTICO GIC:

En todas las épocas, y culturas, desde la más temprana edad, en todos los seres de los cuatro reinos naturales, existe un sentimiento de reverencia hacia la Divinidad, de múltiples maneras.

Es la conciencia de un Ser Superior que, en edades primitivas de vida en el Planeta tierra, el ser humano ha identificado de diversas maneras:

1)       Reverencia y culto hacia algún fenómeno de la naturaleza.

2)       Culto hacia los antepasados.

3)       Culto a diversas deidades mitológicas.

4)       Culto a una Divinidad superior impersonal.

5)       Cualesquiera otras modalidades.

 

Evidentemente, no tiene nada que ver con un sistema de ideas, o creencias, impuestos por un determinado tipo de cultura. Esta es la razón por la cual ese sentimiento hacia la Divinidad es universal y simultáneo en todos los seres de las múltiples culturas. Caso contrario en aquellos lugares en que no se hubiese fomentado ese orden de ideas, no habría imperado la espiritualidad centrada en la Divinidad.

Esa conciencia de la Divinidad existe latente en cada ser desde sus inicios en el planeta de turno en que le toque vivir, por cuanto el Espíritu de cada ser es una emanación a la conciencia individual sin separarse de la Divinidad y sin dejar de ser la Divinidad. Empero, se expresa en mayor o menor nivel de acuerdo al grado evolutivo alcanzado. 

Siendo cada ser una expresión gradual de la potencialidad total de la Divinidad, no expresa toda la Divinidad sino una estación y un estado de la Divinidad. La parte tiene conciencia del Todo, aunque jamás pueda percibir el Todo. Empero, tiende hacia el Todo en el eterno retorno del ser individual hacia el Ser Universal. 

  1. Se podría encontrar la causa primera de la formación de las cosas en las propiedades íntimas de la materia?

-“Entonces, cuál sería la causa de estas propiedades? Volvemos siempre a la necesidad de una causa primera”-.

Atribuir la primera formación de las cosas a las propiedades íntimas de la materia, sería igual que tomar el efecto por la causa, por cuanto estas mismas propiedades constituyen un efecto que debe tener una causa.

COMENTARIO EXEGÉTICO GIC:

Cuáles son las propiedades íntimas de la materia? Cuál es la esencia de la materia, en cada tipo de la materia? Por qué de la misma tierra diversas especies vegetales extraen una inmensa variedad de plantas, flores, frutos, entre otros particulares? Por ejemplo: Cada especie tiene una forma diversa y uniforme, edad tras edad, excepto un estado de perfeccionamiento en el espacio y en el tiempo, que indica que cada una se va perfeccionando, o evolucionando, en su misma naturaleza. Un naranjo produce naranjas en cualquier parte del planeta en que se siembre. En un mismo lugar, un rosal y un cerezo, darán, respectivamente, y de la misma tierra, una rosa y un fruto denominado cereza. Existe una inteligencia vegetal que realiza un trabajo capaz de extraer –y elaborar- los elementos adecuados, de la tierra, para dar el respectivo fruto –resultado- inherente a la especie que representa.

Cada especie tiene una inteligencia particular y una programación mental –conocimiento-, para realizar una labor asignada por la naturaleza de las cosas para obtener un resultado que complementa la Gran Obra de la Creación.

La misma tierra que pareciera uniforme, contiene, sin embargo, una determinada cantidad de elementos –diferentes entre sí-, conocidos y por conocer, que tienen entre sí características particulares. Esas características particulares a nivel elemental –de los minerales- son los resultados –características- inherentes a cada mineral. La materia en sí no es más que energía condensada. Si se manifiesta una determinada variante en los elementos que conforman la materia, es porque existen determinadas esencias –Espíritus elementales- que vibrando a determinada frecuencia, son capaces de manifestar determinados elementos físicos –o materia-.

Esas propiedades íntimas de la materia a que hace referencia el Maestro Allan Kardec, en su pregunta número siete de El Libro de los Espíritus, no son más que las diversas variantes de Espíritus Elementales de la naturaleza que tienen una misión específica de condensar determinados tipos de materias en la dimensión física a partir de la energía universal. Cada Espíritu elemental tiene una frecuencia vibratoria determinada. Al vibrar en esa frecuencia, manifiesta su equivalente físico, condensando el respectivo elemento. Por ejemplo: El Espíritu elemental del hierro, condensando la misma energía universal, manifiesta el elemento hierro, tal como el del oro, manifiesta oro, y el del platino, platino, y así sucesivamente con cada elemento conocido o por conocer.

Si existen variantes en las manifestaciones físicas de la materia es porque también las hay en los espíritus elementales que las manifiestan, al igual que ocurre en el reino vegetal, en el animal y en el humano.

El tipo de materia manifestada es un efecto del tipo de Espíritu elemental que la manifiesta, es decir: Su causa. No existe efecto sin causa, ni causa que no genere efecto. De manera que es imposible aislar el efecto de la causa, o ignorar ésta, sin distorsionar la verdad. Es preciso en todo efecto buscar la causa que lo origina y tendremos una visión completa de la verdad, en el grado relativo al propio estado -y grado- de conciencia. Es indispensable ver toda la realidad y no solamente un aspecto de la misma. Y toda realidad tiene una vertiente física y otra espiritual. Además, existe un elemento de enlace que une ambas dimensiones o polaridades. En esa duplicidad de dimensiones el grado de conciencia imperante en la dimensión espiritual se refleja en la respectiva manifestación física. Una mayor depuración de la materia indica que existe una equivalente en la dimensión espiritual.

En todos los reinos naturales existen elementos, -o especies-, que presentan una mayor depuración que en otros. Es el grado de conciencia evolutiva que presenta, a nivel particular cada uno de los elementos, o especies vegetales, animales o humanos.

Entonces, la causa de estas propiedades íntimas de la materia lo constituye el Espíritu, en todas sus vertientes y variantes: Elemental, -en el reino  mineral-; Vegetal, -en el reino vegetal-; Animal, -en el reino animal; recordando que animal quiere decir que posee un alma, ya que alma equivale a –anima-, de ahí el término animal. El Espíritu elemental es la causa primera de la materia. La manifiesta a partir de la condensación de la energía por su respectivo grado vibratorio. 

El Espíritu de cada reino natural es una manifestación en la conciencia individual de la Divinidad sin separarse de la Divinidad y sin dejar de ser la Divinidad. Cada Espíritu en los cuatro reinos de la naturaleza está dotado de vida eterna e inmortal; es coeterno con la Divinidad y está dotado de los mismos atributos divinos de la Divinidad y es poseedor de una réplica exacta de la conciencia de la Divinidad.

La única diferencia que existe es que, mientras la Divinidad posee todos sus atributos divinos desarrollados en grado infinito en todas sus vertientes y variantes, cada uno de los Espíritus manifestado a la conciencia individual, en los cuatro reinos naturales, los posee en grado potencialmente infinito, que eternamente desarrollará sin encontrar jamás un límite.

Es el eterno retorno del ser individual hacia el Ser Universal. Es la búsqueda de sí misma de la Divinidad en sus ilimitadas expresiones a la conciencia individual.

Esos atributos divinos tienen una doble vertientes: La del conocimiento, que se expresa mediante los parámetros de los valores universales, mediante el lenguaje de los sentimientos en la propia conciencia, en la dimensión espiritual. Como emociones, en la conciencia, a nivel anímico o del alma; y como sensación, a nivel físico, o del cuerpo. Los pensamientos en cada una de las variantes espirituales se expresan mediante imágenes. Se piensa en imágenes. Cada ser en los cuatro reinos naturales demuestra ser poseedor de un conocimiento específico para realizar la propia labor que le asignara la naturaleza de las cosas en los planes cósmicos. 

     Empero, desde ese mismo estado de conciencia inherente a cada ser en los cuatro reinos naturales, cada quien realiza su viaje del eterno retorno hacia el Ser Universal, Jamás ese viaje tendrá fin por cuanto es infinito. Es el eterno camino del progreso universal sin límites de ninguna naturaleza, en una inmensidad de mundos, en la expansión eterna de la Creación. La misión consiste en adquirir consciencia del Todo en todas sus vertientes y variantes. Siempre encontrará un más allá. Es lo que denominamos la Eterna polarización del ser individual hacia el Ser Universal: -en el Círculo y el Signo Más-. Es un camino circunferencial que conforma la espiral cósmica, en los estados de conciencia y sus grados perceptivos de la verdad universal.

La segunda vertiente, es la expresión potencialmente infinita del poder creador que se anida en cada Espíritu, o ser, que eternamente expresará en un mayor nivel, a medida que vaya afrontando necesidades inherentes a ese nivel, o anhelos, propósitos u objetivos de auto-realización. Si cada ser experimentase una necesidad infinita, en ese mismo grado expresaría el conocimiento inherente, y el poder creador para autosatisfacerla.

Dentro de ese potencial infinito de manifestación expansiva de la Creación Universal, la Divinidad constituye la pedagoga de sí misma en la manifestación respectiva de cada ser en la conciencia individual por el lenguaje de los sentimientos análogos a los valores universales, expresión sublime de la ley cósmica impresa en la conciencia de cada ser. En fin de cuenta, no deja de ser un juego de la Divinidad con la misma Divinidad. Un juego para divertirse en toda la eternidad.

Entonces, porque no empezar ahora mismo con esa sublime diversión? Cambiaremos todo eso por un bien menor de lo que la Divinidad dispuso para todos?

  1. Qué se debe pensar de la opinión que atribuye la primera formación de lo creado a una combinación fortuita de la materia, es decir, de la casualidad?

-“Otra absurdidad! Cuál ser humano de buen sentido puede considerar la casualidad como un ser inteligente? Y, después, qué  es la casualidad? Nada”-.

La armonía, que regula las fuerzas del universo, demuestra combinaciones y principios determinados, y por lo tanto una potencia inteligente. Atribuir la primera formación a la casualidad, sería un absurdo, por cuanto en ella está ausente la visión y no puede producir los efectos inteligentes. Una casualidad inteligente dejaría de ser una casualidad.

COMENTARIO EXEGÉTICO GIC:

En nuestro comentario anterior se ha explicado, en líneas generales, la manera como emerge la materia a partir de la energía. Es una condensación de la energía que realizan los Espíritus Elementales –de los elementos- de acuerdo al respectivo grado vibratorio regido por la ley de afinidad. La ley de afinidad establece la armonía y el orden en la naturaleza, en todas sus vertientes y variantes. En todo existe un perfecto sistema y orden. Todo está ordenado y ubicado, en el esquema cósmico, por su grado vibratorio, en una escala que va del 0° a 360°, y a la vez ubicado-por su suma existencial-, en el respectivo grado de la infinita espiral evolutiva del universo. Y eso ocurre en todas las vertientes y variantes existenciales, de cada ser, en los cuatro reinos naturales. Esas vertientes y variantes, en el Sufismo se denominan los Estados y las Estaciones. Cada estado representa a un valor universal, o atributo divino, es decir el estado de conciencia de ese valor o atributo. Cada estación, equivale a un grado de progreso, o conciencia perceptiva, sobre un determinado valor. Cada estado y su respectiva estación pueden variar de un valor a otro. Esto equivale a la diferencia del bagaje de experiencia que  cada ser tiene en relación a una u otra de las áreas del conocimiento humano, y universal. Por cada área existe un ángulo de la espiral evolutiva, y su respectivo estado de conciencia y su grado perceptivo de la realidad, así como capacidad de percibir y comprender, hacer, o de dejar de hacer. Empero, el nivel de conciencia alcanzado en una determinada estación, o grado perceptivo de la realidad, le facilita la labor de alcanzar, con mayor efectividad, el mismo nivel de conciencia en todos los estados, o áreas de conocimientos relativos a los valores universales, o atributos divinos. Esto debido a que, estando en una determinada altura, en una montaña, hacia cualquier lado en que se mire, se hará desde esa misma perspectiva o elevación. 

Tanta perfección como existe en la naturaleza obedece a una ley cósmica que rige todo.

Toda ley cósmica –en todas sus vertientes y variantes- está sustentada por una inteligencia suprema ab eterna que la legisló con carácter eterno e inmutable.

Igualmente, existe una voluntad potencialmente infinita que vela por su cumplimiento en el espacio y en el tiempo. Es el carácter coercitivo y coactivo de la ley cósmica, Su carácter coercitivo regido por los parámetros de los valores universales. Y el coactivo, por las leyes de afinidad, justicia, igualdad y compensación. La ley ordenadora del universo es la de afinidad. Ella ubica y reubica cada ser y cosa en el orden que le corresponde en base a su peso específico –suma existencial-, en el lugar –orden- que le corresponde.

El orden es un valor universal, al igual que la armonía. Ese orden y armonía se logran por la guía de los parámetros de los valores de la justicia, de la compensación y de la igualdad, entre tantos otros que conforman la ley cósmica.

El amor es la síntesis de todos los sentimientos expresados por los valores universales, o atributos divinos. El amor es la ley matriz del universo y la síntesis de la ley cósmica. La ley cósmica es eterna e inmutable. Es ab eterna, es decir, existe desde siempre al igual que el Legislador Universal.

Detrás de toda obra existe un propósito, una idea, un objetivo, una intención.

Nada existe sin propósito alguno en la naturaleza. De manera que, viendo más allá de las apariencias se observa que, detrás de toda aparente casualidad existe una ley de causa y efecto que rige todo. Dada la condición mental del universo en que nos desenvolvemos, es en la mente del Ser Supremo –en su conciencia- donde se encuentra plasmada la ley cósmica, al igual que todos los valores universales –atributos divinos-. Su expresión –o manifestación- en la conciencia de cada ser de los cuatro reinos naturales, es por medio de los sentimientos análogos a cada valor universal. La retroalimentación de todo pensamiento, sentimiento y acto, -acción- lo realiza la ley de afinidad –coacción correctora-, con el auxilio de la ley de justicia, la igualdad, -en la ley y ante ella-, y la compensación, de acuerdo a los eternos planes trazados por el Ser Universal.

Hermes Trismegisto percibió claramente esta realidad cuando enunció los siete principios del Kybalión, -hace ya más de doce mil años, con toda seguridad en la antigua Atlántida-, de la siguiente manera:

     1.       El principio del Mentalismo.

  1.        El principio de la correspondencia.

  2.        El principio de la vibración.

  3.        El principio de la polaridad.

  4.        El principio del ritmo.

  5.        El principio de causa y efecto.

  6.        El principio del género.

La aparente casualidad en la manifestación de la materia es solo eso: apariencia. Detrás de todo lo existente hay un perfecto sistema y orden regidos por la ley cósmica de acuerdo con los planes de la Divinidad.

  1. Cómo se puede reconocer en la causa primera una inteligencia suprema, es decir, superior a todas las inteligencias?

-“Vosotros tenéis un proverbio que dice: La obra elogia el maestro. Ahora bien, examinad la obra y buscad el artífice; el orgullo, solamente, hace nacer la incredulidad. El ser humano orgulloso no acepta nada por encima de él, y se proclama un espíritu fuerte. Inconsciente ser que la ley de Dios neutraliza”.

El poder de una inteligencia se manifiesta por medio de sus obras. Ahora, por cuanto ningún ser humano puede crear lo que produce la naturaleza, se deriva que la causa primera debe ser una inteligencia superior a la de la humanidad.

Por grandes que sean los prodigios realizados por la inteligencia humana, la misma tiene una causa, y cuanto más lo que ella cumple es grande, tanto más debe serlo la causa primera. Ahora bien, esta inteligencia superior a cualquier otra es la causa primera de todas las cosas, sea cual fuere el nombre del cual el ser humano se sirve para designarla.

COMENTARIO EXEGÉTICO GIC:

La causa primera universal, Dios, fuente de todo lo existente y de la eterna expansión universal, constituye, al mismo tiempo, la inteligencia suprema, e infinita, del universo. Es decir, inteligencia desarrollada en todas las vertientes y variantes.

Empero, pese a la inmensidad del universo, y todo lo que en él existe, esa inteligencia infinita aún no ha expresado toda su potencialidad, ya que, eternamente seguirá expandiéndose la Creación Universal con la formación de nuevos mundos y el desarrollo del progreso factible en cada uno de ellos.

Es decir que, parodiando al Tao, la suprema inteligencia, de la que está dotada la causa primera universal, es toda la que se ha expresado en un momento dado, y la que eternamente se expresará sin límites algunos.

Es la rueda de la vida y dentro de ella el Signo Más, como eterna polarización regida por la ley cósmica impresa en la conciencia del Ser universal y en la conciencia individual de cada ser en los cuatro reinos naturales. Es una rueda que gira ad infinitum en todas las vertientes y variantes, impulsando el progreso universal de todos los seres.

Es la rueda del progreso, de la sabiduría y de la felicidad. Esa inteligencia se expresa mediante los infinitos parámetros de todos los valores universales, o atributos divinos.

Esa inteligencia suprema se expresa, también, como ley cósmica dentro de la conciencia de cada ser, por medio de la cual realiza su labor creadora en el eterno presente.

Efectos inteligentes denotan causas inteligentes. La Creación toda es un efecto de una causa suprema que rige todo por la ley cósmica.

En todo cuanto existe se observa la misma vida fluyendo; la misma inteligencia, latiendo, y dirigiendo el curso de los acontecimientos.

Es la misma inteligencia suprema que actúa en cada hombre, en cada animal, en cada vegetal y en cada mineral, realizando el prodigio de la creación perenne.

Quien quiera verla, a la inteligencia infinita, la verá en todo cuanto existe. La observará en sí mismo y en cada ser con quien entra en contacto, cada día. La observará en cada flor, cuando al abrirse a los nuevos rayos, cada día, parecería decirle al observador absorto y admirado de su belleza: Te amo.

La inteligencia infinita del universo, de la causa primera, fluye como amor, como justicia, como fortaleza, como templanza, como belleza y como expresión de cada uno de los valores universales. Lo hace por medio de los sentimientos inherentes expresados en la conciencia de cada ser, en los cuatro reinos naturales.

La sabiduría de los valores universales, o atributos de la Divinidad, constituye la expresión más avanzada de la inteligencia de la Divinidad. Ella realiza silenciosamente su labor por medio de cada ser.

Toda obra existente en el universo, que no haya sido realizada por el ser humano, es la expresión de la inteligencia universal que trasciende la del ser humano, y la de cada ser de los cuatro reinos naturales.

Cada uno de los seres de los cuatro reinos naturales coadyuva con la inteligencia universal en las múltiples manifestaciones de la vida, de los fenómenos que les son inherentes, y de la Gran Obra cósmica.

ATRIBUTOS DE LA DIVINIDAD

  1.   Puede el ser humano comprender la naturaleza íntima de Dios?

-“No: necesitaría un sentido que le falta”-.

COMENTARIO EXEGÉTICO GIC:

Podríamos complementar la respuesta anterior de la siguiente manera, tomando en cuenta el contexto de las respuestas a las preguntas que siguen: -“No; necesitaría un sentido que le falta, aún, por desarrollar”.

El ser humano, y cada uno de los restantes seres en los cuatro reinos naturales, han emanado a la conciencia individual, a partir del Ser Universal, perfectos, dotados, potencialmente, de todos los atributos divinos, análogos a los de Él. La única diferencia reside en que los del Ser Universal se encuentran desarrollados en todas sus vertientes y variantes, en grado infinito, y los de los seres individuales, se encuentran dotados de potencialidad que desarrollarán en el eterno presente, sin límites de ninguna naturaleza, en la medida en que se vayan ampliando las percepciones de sus estados de conciencia.

Es decir, los grados evolutivos de la conciencia se expresarán mediante una ampliación constante de sus aptitudes perceptivas y de comprensión, y en sus capacidades de hacer o dejar de hacer, expresando el poder creador potencialmente infinito, de acuerdo con los grados de necesidades que se vayan experimentando, en el aquí y ahora. Es preciso tener presente, al igual que se explica en el comentario de la respuesta a la pregunta Nº 81, que el Ser Universal emana a la conciencia individual, en el Alma Universal, en cada uno de los seres de los cuatros reinos naturales, sin dejar de ser Él mismo, y sin separarse de Él mismo, por lo cual, cada ser individualizado es el mismo Creador que inicia su respectivo rol dotado con los mismos atributos, y con libre albedrío, desde cero grado de progreso, pero con el mismo potencial infinito, tanto en conciencia perceptiva como en poder creador, que expresará en la medida que las necesidades existenciales lo vayan requiriendo, en su ascenso evolutivo gradual, y como expresión de la voluntad de la Divinidad, de la cual es instrumento.

Es decir, en la medida que cada uno de los seres se vaya conociendo a sí mismo, en ese mismo grado reconocerá, en sí mismo, a Dios, el Ser Universal, percibiendo que todo es UNO.

La clave reside en CONOCERSE A SÍ MISMOS, y percibir, en la propia conciencia, el lenguaje de los sentimientos con que, constantemente, se comunica el Ser Universal, con cada quien, en los cuatro reinos naturales.

Allí, en la CONCIENCIA, se expresa el conocimiento de la VERDAD UNIVERSAL, relativa a los valores universales, o atributos divinos, y el PODER CREADOR, en la medida, y grados, en que los va precisando.

Podemos concluir, contundentemente, que cada uno de los seres en los cuatro reinos naturales, YA CONOCE AL SER UNIVERSAL, lo que ocurre que no lo recuerda, aún, en la conciencia individual. Empero, cuando oportunamente le vuelva a percibir, en su esencia, se percatará de que ya le conocía.

Esta es la razón por la cual los sufíes practican el constante recuerdo del nombre de Dios, recordando al Recordado, se Le llega a recordar, en un momento dado.

Es preciso recordar que donde se centra la atención se expande la conciencia. Si centramos la propia conciencia en Dios, el Ser Universal, comenzamos a percibirle, gradualmente, en mayor grado, cada vez más, y a adquirir la conciencia de los atributos divinos, o valores universales, como aptitud perceptiva, comprensiva, y capacidad creadora-realizadora, en armonía con los planes trazados en la LEY CÓSMICA.

  1. Será otorgado al ser humano comprender el misterio de la Divinidad?

-“Cuando su espíritu, liberado de la opaca luz de la materia, por su perfección se haya acercado a Dios, lo comprenderá, cuanto la criatura puede comprender el Creador”-.

Las facultades del ser humano, en sus grados inferiores de desarrollo, no le permiten de comprender la naturaleza íntima de Dios. En la infancia de la humanidad, el ser humano lo confunde, con frecuencia, con la criatura, de quien le atribuye las imperfecciones; empero, en cuanto se desarrolla en él el sentido moral, su pensamiento penetra mejor en el fondo de las cosas, formándose una idea más justa y conforme a la razón, aunque siempre perfectible.

COMENTARIO EXEGÉTICO GIC:

La Doctrina Universal denota que, a través de los tiempos han existidos seres que han tenido una percepción en grado muy elevado de la Divinidad, que se corresponde ampliamente con la realidad susceptible de ser captada en los actuales estados de conciencia. Nosotros ignoramos el grado de percepción que cada uno de los seres de los otros tres reinos naturales posee de Dios. El ser humano, muy engreído de sí mismo, estima que los seres de cada uno de esos reinos, carecen de espíritus, y capacidad de pensar, empero, la realidad es que ellos sí poseen el mismo Espíritu del Ser Universal, dotado con análogos atributos divinos, potencialmente infinitos, con una conciencia que constituye una réplica idéntica a la de Él. Dado lo anterior, estando los seres de cada uno de esos reinos naturales libres del condicionamiento limitante de los seres humanos, su capacidad perceptiva trasciende la de los humanos, como lo demuestran incontables pruebas, percibiendo y, probablemente, comprendiendo la naturaleza de la Divinidad en mayor grado que los seres humanos.

La percepción de que todo es UNO, y de que cada uno de los seres, en los cuatro reinos naturales, es una emanación del Ser Universal, formando una unidad indisoluble con Él, es universal, y ha sido percibida en todas las épocas y culturas, desde la más remota antigüedad: Las diversas doctrinas orientales, el Hinduismo, el Taoísmo, el Sufismo, el Yoga, y el Kriya Yoga, la Masonería Universal y el Espiritismo, entre otras corrientes de pensamientos. Los pensadores más relevantes como Hermes Trismegisto, Tales de Mileto, Pitágoras, Moisés Maimónides, Al-Ghazali, Ibn Arabi, Rumi, Kabir, Ramakrisna, Gandhi, Tagore, Paúl Brunton y Joaquín Trincado, entre otros incontables más, han tenido percepciones sobre la Divinidad de gran interés, con una constante coincidencia. Esa es la razón por la cual se hace preciso conocer todas las corrientes de pensamiento que conforman la Doctrina Universal: todas constituyen una herencia espiritual de la humanidad, por encima de las cuales debe predominar, únicamente, la verdad universal.

  1. Si no nos es dado comprender la naturaleza íntima de Dios, podemos, nosotros, concebir algunas de sus perfecciones?

-“Algunas sí. El ser humano las entrevé con el pensamiento tanto mejor cuanto mas se eleva por encima de la materia”-.

COMENTARIO EXEGÉTICO GIC:

Trascendiendo la conciencia objetiva y la lógica del razonamiento inductivo y deductivo, así como el propio ego, interiorizándose, el ser humano puede percibir, en la propia conciencia, por el lenguaje de los sentimiento, los valores universales que conforman los atributos divinos, de acuerdo al grado de necesidades que experimenta, y en el foco de atención en que centra su conciencia perceptiva. En estado de interiorización, en meditación, el ser humano puede, intuitivamente, o mediante la inspiración, percibir los atributos de la Divinidad y comprenderlos en determinado grado, como una guía de vida. El sentimiento de los valores universales, expresados por el Ser Universal en la conciencia de cada ser, en los cuatro reinos naturales, es posibles percibirlo, aún, en la conciencia objetiva, en la vida diaria. En la medida en que se aprende a escuchar el mensaje que conllevan, centrando la atención en las percepciones intuitivas e inspirativas, la aptitud perceptiva se va afinando, siendo más nítida su guía y lúcido el conocimiento que aporta.

  1.  Cuando decimos que Dios es eterno, infinito, inmutable, inmaterial, único, omnipotente, supremamente justo y bueno, no tenemos, nosotros, la idea exacta de sus atributos?

-“Según vuestro modo de ver, sí, porque con esta palabra creéis de abarcar todo. Sabed, pero, que existen cosas superiores a la inteligencia del ser humano más inteligente, para expresar las cuales, vuestro lenguaje, limitado a las ideas y sensaciones humanas, no posee vocablos. La razón, en cambio, os dice que Dios debe tener todas las perfecciones  en grado supremo, por cuanto, si dejase de tener una sola, o si una sola no lo fuese en grado infinito, Él no sería superior a todo, y por consiguiente no sería Dios. Para estar por encima de todo, Dios no debe estar sujeto a ningún cambio, y no debe tener alguna de las imperfecciones que pueden ser concebidas por la mente humana”-.

Comentario de Allan Kardec: -“Dios es eterno: si Él hubiese tenido principio, habría salido de la nada, o debería su creación a un ser anterior. En tal guisa remontamos de grado en grado al infinito, y a la eternidad.

-“Él es inmutable: si estuviese sujeto a cambios, las leyes que rigen el universo no tendrían estabilidad”.

-“Él es inmaterial: es decir: su naturaleza difiere de todo aquello que llamamos materia; diversamente no sería inmutable, por cuanto estaría sujeto a las transformaciones de la materia”.

-“Él es único: si hubiesen más Dioses, en el ordenamiento del universo no habría ni unidad de concepto, ni unidad de potencia”.

-“Él es omnipotente: por cuanto es único; si no tuviese la suma potencia, habría alguien más poderoso, o por lo menos de igual poder que Él; por lo cual no habría hecho todas las cosas, y aquellas que no hubiese hecho Él serían obras de otro Dios”.

-“Él es supremamente justo y bueno: de hecho, la providencial sabiduría de las leyes divinas se revela, de esta manera, en las cosas más pequeñas así como en las más grandes, y tal sabiduría rinde imposible el dudar de su justicia y de su bondad”.

COMENTARIO EXEGÉTICO GIC:

El ser humano sólo puede tener una percepción de los atributos de la Divinidad de acuerdo con su propio nivel perceptivo, estados y estaciones –grados- de conciencia.

Sin embargo, esa percepción de los atributos divinos, en este momento, y en la escala del infinito progreso, oscila entre cero e infinito grado de conciencia. Por supuesto, en cada mundo, de la inmensa cantidad de los existentes que se encuentran poblados de humanidades más avanzadas, o menos que la tierra, se posee una visión relativa, y, ciertamente, en proceso constante de expansión.

El atributo primordial de la Divinidad es la Conciencia, asiento de la ley cósmica, eterna e inmutable.

La Divinidad está consciente de sí misma y de todo lo existente en el Universo, ya que ella se encuentra en cada Espíritu de los cuatro reinos naturales. La conciencia de cada ser es una réplica exacta de la que posee la Divinidad. Es más, en cada ser su conciencia es «la misma» que posee la Divinidad. Siendo el Espíritu de cada ser una emanación de la Divinidad a la conciencia individual, sin dejar de ser la Divinidad y sin separarse de ella, es la clave para entender su grado de conciencia de lo que ocurre en todo el universo. La Divinidad es la conciencia universal por excelencia, en grado infinito, en todas las vertientes y variantes. La de cada ser, en los cuatro reinos naturales, es potencialmente infinita, pero que eternamente debe desarrollar.

Estando la ley cósmica sustentada por la totalidad de los valores universales, éstos constituyen los atributos de la Divinidad, o los sentidos cósmicos.

En la Divinidad los atributos se encuentran desarrollados en grado infinito, en todas sus vertientes y variantes.

En el ser humano, siendo los atributos divinos los mismos que los de la Divinidad, empero, los tiene desarrollados en determinado grado. Ese será siempre el nivel perceptivo de los atributos de la Divinidad.

En la medida en que el ser humano desarrolle en mayor grado sus propios atributos divinos, y se conozca más a sí mismo, en idéntico nivel o estado de conciencia percibirá, y comprenderá tanto los atributos divinos, -valores universales-, como a la Divinidad.

 Quilón, el Lacedemonio, -uno de los siete sabios griegos-, inscribió en el portal del templo de Apolo, en Delfos de la antigua Grecia: -«Hombre, conócete a ti mismo, que el estudio propio del hombre no es conocer a Dios sino conocerse a sí mismo».

Esa es la razón por la que tantos pensadores han sustentado la misma idea; -«Hombre, conócete a ti mismo y conocerás a Dios».

Evidentemente, la Divinidad posee una voluntad desarrollada en grado infinito, asiento del poder creador universal.

Siendo la Divinidad causa suprema de todo lo existente, todo lo que existe forma parte de ella misma. La Divinidad, por ende, se encuentra en todas partes. Tiene, simultáneamente, conciencia de todo lo que ocurre en cualquier lugar del infinito universo. Es omnisciente.

 

Es fuente de toda vida, por su emanación a la conciencia individual, en cada ser.

Es fuente de la energía universal que mantiene en eterno movimiento todo el universo.

Es, como Conciencia Suprema, la «Guardiana cósmica» por excelencia. Vigila permanentemente la realización de la gran obra y «paga» el salario cósmico. Guía, por la inspiración de los sentimientos análogos a los valores universales dentro de la conciencia, e ilumina, asiste y protege a cada ser.

La Divinidad es voluntad, o anhelo de ser; cada ser en los cuatro reinos naturales es una expresión de esa voluntad y anhelos divinos.

PANTEISMO

  1.  Dios es un ser distinto, o es, según la opinión de algunos, el conjunto de todas las fuerzas y de todas las inteligencias reunidas del universo?

-“Si así fuese, no existiría Dios, por cuanto Él sería el efecto y no la causa. Él no puede ser al mismo tiempo una cosa y la otra. De la existencia de Dios no podéis dudar; y esto es lo esencial. Hacedme caso y no vayáis más allá. No os perdáis en un laberinto, del cual no podríais encontrar la salida, lo cual no os haría mejores, quizá os rendiría un poco más orgullosos, por cuanto creeríais de saber, mientras que, en realidad, no sabríais nada. Poned aparte todos vuestros sistemas. Tenéis muchas cosas que os tocan más de cerca, comenzando por vosotros mismos; estudiad vuestras imperfecciones con el fin de liberaros, y esto resultará más proficuo que el querer penetrar lo impenetrable.

COMENTARIO EXEGÉTICO GIC:

Si bien es cierto que el ser humano, en un momento dado, tiene cosas prioritarias a las cuales precisa centrar su atención, estando dotado de un potencial sin límites por el Creador Universal, y conformando una unidad perfecta e indisoluble con Él, no puede aceptar limitación alguna por parte de nadie en su ascenso evolutivo ni en sus ansias de conocimiento.

El ser humano, simplemente anhela saber y frente a los enigmas universales, persistirá desentrañando hasta sus mínimos detalles, aunque eso le lleve la eternidad y siempre encuentre un más allá que descubrir o desentrañar.

De manera que, ninguna persona debe aceptar que nadie le imponga límites de ninguna naturaleza, por cuanto, si tiene un objetivo claro de conocimiento, y con paciencia se avoca al estudio, en el tiempo suficiente, y con persistencia, llegará a conocer la verdad universal, gradualmente.

Por supuesto, cada etapa de la vida humana, en el devenir histórico, tiene sus respectivos objetivos de estudios que se corresponden con determinado estado de conciencia, pero es la misma naturaleza intuitiva del ser que le hace presentir que hay algo más de lo que ahora percibe,

y esa percepción es la que le pone en movimiento hacia su búsqueda, hasta encontrarle, en una eterna polarización.

La pregunta, en esencia, quiere diferenciar si Dios es “algo”, o “alguien” diferente al conjunto de todo lo existente, en el universo, o es “el conjunto de todas las fuerzas y de todas las inteligencias reunidas del universo”.

En la respuesta, se soslaya tratar el tema de una manera directa, empero, se da un aporte esencial, y aclaratorio, por una parte, cuando se dice: -“Si así fuese, no existiría Dios, por cuanto Él sería el efecto y no la causa. Él no puede ser al mismo tiempo una cosa y la otra”.

Esto se refiere, fundamentalmente, a que “Dios no es “el conjunto de todas las fuerzas y de todas las inteligencias reunidas del universo”, que constituye un enfoque panteísta de Dios.

Recordemos, por analogía, una definición del Tao, de Lao Tse: -“Tao es todo lo que existe y puede llegar a existir”.

“El conjunto de todas las fuerzas y de todas las inteligencias reunidas del universo”, constituye, únicamente, una parte de lo que, en un momento dado, ha emanado a la conciencia individual, en el alma universal, como entes inteligentes, en los cuatro reinos naturales, pero no constituye ni toda la Divinidad, ni todo el potencial manifestado, en la dimensión física, ni todo el potencial desarrollado en la inteligencia de todos los entes espirituales, en los cuatro reinos naturales, ya que, eternamente, seguirán desarrollándose en más elevados estados de conciencia; y, por supuesto, tampoco constituye todo lo manifestado a nivel físico, en todos los mundos del universo, ya que, el universo se encuentra en una constante renovación, y expansión.

Recordemos que, Dios emana a la conciencia individual, en el alma universal, en los cuatro reinos naturales, tantas veces como sea necesario, en la Creación de un nuevo mundo, sin separarse de la Divinidad, y sin dejar de ser la Divinidad. Posteriormente, cada uno de estos entes espirituales se ocupará de realizar el trabajo de la manifestación precisada en la expansión de la Creación universal. Pero, jamás, todo esto, ni todos los entes manifestados en la conciencia individual, constituyen, ni constituirán, jamás, toda la Divinidad, por cuanto el potencial de la Divinidad, para emanar a la conciencia individual, en los cuatro reinos naturales, es infinito, y jamás tendrá límites algunos de ninguna naturaleza.

Por otra parte, “el conjunto de todas las fuerzas” manifestadas en la expresión tangible del universo, en los inmensos mundos, no es toda la energía universal que constituye un atributo de la Divinidad, ni es toda la fuerza de voluntad expresada por los entes espirituales de los cuatro reinos naturales, ni toda la fuerza de la Divinidad, en todas sus vertientes y variantes, a nivel de voluntad y de sentimientos análogos a los valores universales, y cualesquiera otros aspectos conocidos o por conocer.

Luego, en la respuesta, se sugiere:

-“…estudiad vuestras imperfecciones con el fin de liberaros, y esto resultará más profcuo que el querer penetrar lo impenetrable”.

No deja de ser una sugerencia ya percibida por Quilón y por Mahoma, entre otros, es decir, la de conocerse a sí mismos, y de esa manera, conocer a Dios, por ser el Espíritu del hombre una emanación indivisa de la Divinidad, ´-pero, no toda la Divinidad-.

  1. Qué debemos pensar de la opinión según la cual todos los cuerpos de la naturaleza, todos los seres, todos los globos del universo serían parte de la Divinidad, e constituirían, en su conjunto, la Divinidad misma? En otros términos: Qué debemos pensar de la doctrina panteísta?

-“Que el ser humano, no pudiendo ser un Dios, quiere ser, por lo menos, una parte”-.

COMENTARIO EXEGÉTICO GIC:

Todos los mundos y seres que en un momento dado existen en manifestación activa, en el universo, en los cuatro reinos naturales, forman parte de la Divinidad, sin embargo, no constituyen toda la Divinidad, por cuanto el Creador Universal, sigue infundiendo vida a nuevos seres individuales, mediante la emanación de la Divinidad en el Alma individualizada, en los cuatro reinos naturales, y la Creación se encuentra en expansión constante. En síntesis, todo forma parte de la Divinidad, por ser una expresión de Ella; pero, no toda la Divinidad manifestada, en los cuatros reinos naturales, y en todos los mundos del universo, en un momento dado, es toda la Divinidad. Vendría a ser lo mismo que el Tao, de acuerdo con un aforismo de Lao Tse: -“El Tao que puede nombrarse no es el Tao. La sustancia del Mundo es solo un nombre para el Tao y Tao es todo lo que existe y puede existir”.

  1. Aquellos que profesan esta doctrina, pretenden encontrar en ella la demostración de algunos de los atributos de la Divinidad y razonan de esta manera: Los mundos son infinitos, por lo tanto es infinito, también, Dios. El vacío o la nada no existe en algún lugar, por lo cual Dios está en todas partes. Estando en todas partes, ya que todo es parte integral de Él, Dios da a todos los fenómenos de la naturaleza el carácter de la inteligencia. Qué objeción se puede oponer a esta opinión?

-“La razón. Reflexionad bien y no os será difícil descubrir la absurdidad”-.

Comentario de Allan Kardec: -“Esta doctrina hace de Dios un ser material, que, si bien dotado de inteligencia suprema, sería en grande lo que nosotros somos en pequeño. Ahora, si así fuese, por cuanto la materia se transforma perennemente, Dios no tendría estabilidad alguna, estaría sujeto a todas las mutaciones y a todas las necesidades del ser humano y le haría falta uno de los atributos divinos más esenciales, cual es el de la inmutabilidad”.

-“Las propiedades de la materia son incompatibles con el concepto de Dios, y no hacen más que profesarlo. Todas las sutilezas del sofisma  no alcanzarán jamás a resolver  el problema de su íntima naturaleza. Por otra parte, si no sabemos lo que es Dios, conocemos bien, en cambio, lo que Él no puede ser. Ahora, este sistema está  en abierta contradicción con los atributos divinos más esenciales, y confunde el Creador con la criatura, como si se dijese, que una maquina ingeniosa es una parte integral del mecánico que la ha concebido”.

-“La inteligencia de Dios, se revela en sus obras, al igual que la de un pintor en su cuadro; empero, las obras de Dios no son Dios como el cuadro no es el pintor que lo ha realizado”.

COMENTARIO EXEGÉTICO GIC:

En comentarios anteriores se ha explicado como cada ser en los cuatro reinos naturales: humano, animal, vegetal y mineral, constituye una emanación a la conciencia individual a partir de la Divinidad sin dejar de ser la Divinidad y sin separarse de la Divinidad.

Cada uno de los seres de los cuatro reinos naturales está dotado de una conciencia que es la réplica exacta de la de la Divinidad. Es decir, la conciencia de la Divinidad se encuentra presente en cada ser de acuerdo con los estados – valores – atributos desarrollados y en el respectivo nivel – grado – estación en que cada quien se encuentre.

La diferencia de la conciencia de la Divinidad con la de cada ser emanado a la conciencia individual consiste en que la Divinidad tiene su conciencia desarrollada en todos sus estados y estaciones, atributos y grados perceptivos, comprensivos y realizadores, en todas las vertientes y variantes. Mientras que, cada ser de los cuatro reinos naturales los tiene desarrollados en su respectivo nivel evolutivo.

Empero, la Divinidad es anhelo de ser y el ser individual la expresión de ese anhelo o voluntad de ser. La Divinidad actúa en cada ser por medio de la conciencia, manifestándose en ella por el lenguaje de los sentimientos de los valores universales, por cuya acción ejerce acciones coercitivas, coactivas, de empuje y de bloqueo, de manera que, cada ser, pueda realizar la cosa correcta, en el lugar adecuado, en el tiempo perfecto de la Divinidad.

La Divinidad tiene plasmada, en su conciencia, la ley cósmica. El ser individual, también. La diferencia es el grado de desarrollo. En ambos, la ley cósmica es eterna e inmutable. Pero el ser individual adquirirá conciencia de la totalidad de la ley cósmica durante la eternidad, sin agotarla jamás, ya que los valores universales que la sustentan son infinitos en sus grados perceptivos –estaciones perceptivas- de la verdad universal. En su eterno viaje de regreso del ser individual, en los cuatro reinos naturales, hacia el Ser Universal, va adquiriendo conciencia de los estados-atributos divinos-valores universales, pasando de una estación a otra, de un grado a otro, en la eterna e infinita escala de la polarización universal. Es un trabajo de alquimia espiritual transmutándose cada ser de un grado de conciencia a otro más elevado, en todos los estados de conciencia, atributos divinos o valores universales.

Además, estando el infinito universo lleno de la energía universal cuya fuente es la misma Divinidad, como si la misma Divinidad, – Espíritu universal, tuviese diferentes escalas de frecuencias vibratorias -según los reinos naturales que existen, de la cual se alimentan cada uno de dichos reinos-, la presencia de la Divinidad se encuentra en cada ser de cada reino natural, sin dejar de ser la Divinidad y sin separarse de la Divinidad.

Pese a la aparente diversidad entre la dimensión espiritual y la física, ésta se encuentra vivificada por los entes espirituales de los cuatro reinos naturales.

En toda expresión de vida en la dimensión física, se encuentra la Divinidad que anima esa vida; y toda expresión de vida forma parte de la Divinidad sin ser toda la Divinidad, pero, es la Divinidad. Una paradoja digna de constante meditación.

16. Aquellos que profesan esta doctrina, pretenden encontrar en ella la demostración de algunos de los atributos de la Divinidad y razonan de esta manera: Los mundos son infinitos, por lo tanto es infinito, también, Dios. El vacío, o la nada, no existe en ningún lugar, por lo cuanto Dios está en todas partes. Estando en todas partes, ya que todo es parte integral de Él, Dios da a todos los fenómenos de la naturaleza el carácter de la inteligencia. Qué objeción se puede oponer a esta opinión?

-“La razón. Reflexionad bien y no os será difícil descubrir la absurdidad”-.

-Esta doctrina hace de Dios un ser material, que, si bien dotado de inteligencia suprema, sería en grande lo que nosotros somos en pequeño. Ahora, si así fuese, por cuanto la materia se transforma perennemente, Dios no tendría estabilidad alguna, estaría sujeto a todas las mutaciones y a todas las necesidades del ser humano y le haría falta uno de los atributos divinos más esenciales, cual es el de la inmutabilidad.

-Las propiedades de la materia son incompatibles con el concepto de Dios, y no hacen más que profesarlo. Todas las sutilezas del sofisma  no alcanzarán jamás a resolver  el problema de su íntima naturaleza. Por otra parte, si no sabemos lo que es Dios, conocemos bien, en cambio, lo que Él no puede ser. Ahora, este sistema está  en abierta contradicción con los atributos divinos más esenciales, y confunde el Creador con la criatura, como si se dijese que una maquina ingeniosa es una parte integral del mecánico que la ha concebido.

-La inteligencia de Dios, se revela en sus obras, al igual que la de un pintor en su cuadro; empero, las obras de Dios no son Dios como el cuadro no es el pintor que lo ha realizado.

COMENTARIO EXEGÉTICO GIC:

En comentarios anteriores se ha explicado como cada ser en los cuatro reinos naturales: humano, animal, vegetal y mineral, constituye una emanación a la conciencia individual a partir de la Divinidad sin dejar de ser la Divinidad y sin separarse de la Divinidad.

Cada uno de los seres de los cuatro reinos naturales está dotado de una conciencia que es la réplica exacta de la de la Divinidad. Es decir, la conciencia de la Divinidad se encuentra presente en cada ser de acuerdo con los estados – valores – atributos desarrollados y en el respectivo nivel – grado – estación en que cada quien se encuentre.

 

La diferencia de la conciencia de la Divinidad con la de cada ser emanado a la conciencia individual consiste en que la Divinidad tiene su conciencia desarrollada en todos sus estados y estaciones, atributos y grados perceptivos, en todas las vertientes y variantes. Mientras que, cada ser de los cuatro reinos naturales los tiene desarrollados en su respectivo nivel evolutivo.

Empero, la Divinidad es anhelo de ser y el ser individual la expresión de ese anhelo o voluntad de ser. La Divinidad actúa en cada ser por medio de la conciencia, manifestándose en ella por el lenguaje de los sentimientos de los valores universales, por cuya acción ejerce acciones coercitivas, coactivas, de empuje y de bloqueo, de manera que, cada ser, pueda realizar la cosa correcta, en el lugar adecuado, en el tiempo perfecto de la Divinidad.

La Divinidad tiene plasmada, en su conciencia, la ley cósmica. El ser individual, también. La diferencia es el grado de desarrollo. En ambos, la ley cósmica es eterna e inmutable. Pero el ser individual adquirirá conciencia de la totalidad de la ley cósmica durante la eternidad, sin agotarla jamás, ya que los valores universales que la sustentan son infinitos en sus grados perceptivos –estaciones perceptivas- de la verdad universal. En su eterno viaje de regreso del ser individual, en los cuatro reinos naturales, hacia el Ser Universal, va adquiriendo conciencia de los estados-atributos divinos-valores universales, pasando de una estación a otra, de un grado a otro, en la eterna e infinita escala de la polarización universal. Es un trabajo de alquimia espiritual transmutándose cada ser de un grado de conciencia a otro más elevado, en todos los estados de conciencia, atributos divinos o valores universales.

Además, estando el infinito universo lleno de la energía universal cuya fuente es la misma Divinidad, como si la misma Divinidad, – Espíritu universal, tuviese diferentes escalas de frecuencias vibratorias -según los reinos naturales que existen, de la cual se alimentan cada uno de dichos reinos-, la presencia de la Divinidad se encuentra en cada ser de cada reino natural, sin dejar de ser la Divinidad y sin separarse de la Divinidad.

Pese a la aparente diversidad entre la dimensión espiritual y la física, ésta se encuentra vivificada por los entes espirituales de los cuatro reinos naturales.

En toda expresión de vida en la dimensión física, se encuentra la Divinidad que anima esa vida; y toda expresión de vida forma parte de la Divinidad sin ser toda la Divinidad, pero, es la Divinidad. Una paradoja digna de constante meditación.

 

EL GENIO DEL HUMANISTA HIPOLITE LEÓN DENIZARD RIVAIL

 Imagen

EL GENIO DEL HUMANISTA

HIPOLITE LEÓN DENIZARD RIVAIL

-Mejor conocido como: ALLAN KARDEC, uno de los máximos exponentes de la Doctrina Universal-

 

©Giuseppe Isgró C.

 

En el que se recogen diversas crónicas escritas, y publicadas- en épocas diferentes y con un solo fin.

 

 

 

El acercamiento a la obra kardeciana, de quien escribe, fue en temprana edad. Aquel joven, de quince años, aún sin cumplir, se apasionó con la lectura del clásico: El libro de los Espíritus, y demás títulos de Allan Kardec. Sobre todo le cautivó el profundo conocimiento de las leyes de la vida y el contenido ético-moral de la doctrina. El codificador espirita, fue un filósofo y un pedagogo de visión clara. Sus obras han dado luz y sentido de vida a millones de personas en el mundo entero, durante generaciones. Pese al largo tiempo transcurrido, desde 1857, mantienen plena vigencia. Precisa que, en su conjunto, se tomen como base para desarrollar la perspectiva universal de la vida, en forma certera y coherente con la realidad.

Con Allan Kardec se inicia, realmente, el Espiritismo científico, filosófico, ético-moral, es decir, el estudio de las leyes, principios y características que rigen los fenómenos psico-espirituales hasta entonces observados. Kardec sintetizó, en un cuerpo de doctrina uniforme, homogéneo, las enseñanzas recibidas en sus estudios espiritas, para que, a la vez que sirvieran para su propio aprendizaje, lo fueran, también, de instrucción general para la humanidad.

Como puede observar cualquier estudiante de la obra de Kardec, está sintetizada en ella una enseñanza profunda, comprensible, que habla y satisface a la inteligencia, relativa al conocimiento integral del ser humano, del universo, de la vida en la tierra y de las leyes que rigen las interrelaciones universo-ser humano, e integrantes de los cuatro reinos naturales, así como de la misión y objetivo de la existencia inherente a cada uno. Como se verá más adelante, en este trabajo, esa era la misión de Allan Kardec, para lo cual, al hacer un análisis de toda su vida, se percibe que se había preparado, sin percatarse de ello, para llevarla a cabo exitosamente.

Este hombre insigne nació en Lyon, Francia, el 03 de octubre de 1804, en el seno de una familia de juristas. Su nombre verdadero era Hipolite León Denizard Rivail.

Para comprender mejor la interesante vida y obra de este gran humanista, la dividiremos en dos partes: la primera, denominada: EL HOMBRE: 1804 – 1854. La segunda: EL INVESTIGADOR Y PRIMER EXPONENTE RELEVANTE DEL ESPIRITISMO CIENTÍFICO, FILOSÓFICO Y ÉTICO-MORAL: 1854- 1869.

La primera etapa en la vida de Kardec culminó exactamente a los 50 años. La sólida preparación en varias disciplinas científicas y su vasta experiencia en el campo de la enseñanza, y, además, como autor de más de 20 obras de pedagogía, constituyen un aporte especial cuando a partir de 1854 se dedica al estudio y divulgación del Espiritismo científico, filosófico y ético-moral.

En efecto, el joven Hipolite Rivail cursó estudios hasta 1818 en la escuela de Yverdun, Suiza, bajo la dirección del famoso pedagogo Juan Pestalozzi, discípulo espiritual de Juan Jacobo Rousseau, el autor del clásico: El Emilio o la Educación y precursor de la pedagogía moderna. En repetidas ocasiones, el brillante joven Rivail, suplió al maestro, en clases, impartiendo lecciones a los alumnos menos adelantados. Esta labor formativa es importante, por cuanto sienta las bases de la futura carrera de Rivail, cuyos beneficios recibirá, directamente, la Doctrina, a la cual se consagrará en cuerpo, alma y Espíritu, años más tarde. Podría decirse que Pestalozzi, a su vez, fue el padre espiritual de Rivail, en su rol de pedagogo, cuya trascendencia alcanzará niveles sin precedentes en la historia de la humanidad. Pestalozzi le estimuló un profundo amor hacia la pedagogía y a canalizar su innata vocación hacia esta hermosa disciplina.

Complementó sus estudios con bachillerato en letras y ciencias, y después cursó estudios de medicina, la cual no llegó a ejercer. En las ediciones francesas de El Libro de los Espíritus, hasta 1954, figura la condición de Doctor en Medicina, de Hipolite León Denizard Rivail. Su afición por la pedagogía le llevó al estudio de varias disciplinas científicas, como la física, la química, las matemáticas y otras. Dominaba, a la perfección, el inglés, el holandés y el alemán. Tradujo de esta última lengua, algunos clásicos al francés. Fue un intelectual de visión universal, con un Espíritu sereno, lúcido, racional, metódico y tenaz. Ya para 1824, Rivail se encuentra en París, fecha en la que publica, a la edad de 20 años, su primer libro: -“Curso teórico y práctico de Aritmética”.

En 1832, Hipolite Rivail contrae matrimonio con Amelie-Gabrielle Boudet, quien supo ver en él “al pensador erudito y profundo”. También ella era pedagoga de profesión. Aportó, a Kardec, tanto en el ámbito familiar, como en su vida pública, una efectiva colaboración. 

La enseñanza constituye la gran vocación de Rivail; consagró todo su tiempo libre a la preparación de textos de enseñanza que serán adoptados por liceos, institutos y universidades de Francia. Da, gratuitamente, en su casa, cursos de física, química, aritmética, astronomía y biología.

Entre otras obras, publicó, también, el “Plan propuesto para el mejoramiento de la educación pública”, bajo cuya firma agregó: -“Discípulo de Pestalozzi”; -“Grammaire Normales de Exámenes”, -cuyo contenido contempla soluciones razonadas de todas las cuestiones sobre la gramática francesa, propuesta en los exámenes de la Sorbona y otras academias de Francia. –“Curso para cálculos de memoria”: 3.000 ejercicios y problemas graduados; -“Cuestionario gramatical, literario y filosófico”, en colaboración con Levy-Alvarès; así como otras obras que no es el caso de citar aquí. Sus actividades de pedagogo y escritor, le permiten adquirir una sólida cultura, realizando una efectiva síntesis del saber universal. Henri Sausse, refiriéndose a Rivail, expresa: -“Sus escritos fueron justamente apreciados, y su nombre era conocido y respetado, mucho antes de que alcanzase la fama como Allan Kardec”.

Como preparación previa a su rol de codificador de la Doctrina, podemos destacar su extensa actividad, durante 35 años, en el campo del magnetismo animal y del sonambulismo artificial, cuya amplia gama de fenómenos conocía a fondo.

Allan Kardec, en el prefacio de una de sus obras, expresó: -“El universo es un vasto taller; unos demuelen, otros construyen: cada cual talla una piedra para el nuevo edificio, del cual, únicamente, el Gran Arquitecto del Universo posee el plan definitivo y cuyo conjunto no se comprenderá sino cuando sus formas comenzarán a diseñarse por encima de la superficie del suelo”.

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Se nace: qué había antes? Se vive: cuál es el fin de la existencia humana? -Por qué se está aquí? -Hacia dónde se va? Luego, al llegar al término del ciclo de vida, surge otra inquietud: -qué hay más allá? De estas y otras preguntas de análoga importancia, da respuesta la obra kardeciana, y, en general, la Doctrina de la Verdad Universal. Las lectoras, lectores y estudiantes, de las obras de Kardec, hoy en día, son más de lo que podría suponerse, y su número, cada día, va aumentando a pasos agigantados. Podría decirse, con seguridad, de que en la actualidad, al igual que en la fecha de su publicación, en 1857, El Libro de los Espíritus sigue siendo la obra más importante, en su género, a nivel mundial, que plantea y aporta las respuestas claves sobre las, prácticamente, totalidad de inquietudes del ser humano en torno al objetivo existencial. Mientras más a fondo se estudia dicho libro, más se percata la persona de que el genio de Kardec, en su profundidad pedagógica, contempló las preguntas esenciales y universales, que han despertado, durante milenios, y seguirán haciéndolo en el porvenir, el interés del ser humano por conocerse a sí mismo, y conocer, al mismo tiempo, al Creador Universal, el universo en que vive, en constante expansión, los valores existenciales, principios cósmicos y leyes espirituales que rigen a todos en el Todo.

A partir de ahora, nuestra era será reconocida como la del Espíritu. El siglo XXI da inicio a una nueva fase del desarrollo interno del ser humano, de todo su potencial psico-espiritual, ético-moral, filosófico-práctico, que permite optimizar la comprensión del Universo. Los alcances perceptivos se extenderán hasta conocer, o verificar, científicamente hablando, la existencia de vida en otros planetas y su comunicación con ella. En la Doctrina existen pruebas fehacientes de esa realidad de pluralidad de mundos habitados y constituye uno de los fundamentos esenciales de la enseñaza Espirita. Las pruebas de múltiples vertientes están al alcance de todos aquellos que quieran verlas y sean capaces de asumirlas y comprenderlas; y que se encuentren, al mismo tiempo, exentos del interés de inhibir la expansión del conocimiento como ocurriera durante la edad media y en la época de la inquisición. Si no existiese esa factibilidad de la pluralidad de mundos habitados, -a qué vienen, entonces, todos esos viajes espaciales? El común de las personas ignora la inmensidad del cosmos más allá de esas noches de incontables estrellas luminosas. Con una comprensión de lo que ocurre en ese entorno cósmico, y con la perspectiva universal de la vida que ello aportaría, muchas cosas cambiarían en el ámbito existencial, en el planeta tierra.

A nivel micro-cósmico, es decir, del ser humano, –pequeño gran universo-, recordando, también, a los demás integrantes de los cuatro reinos naturales, con su potencial ilimitado, sus facultades espirituales, y la optimización de sus sentidos cósmicos, conformados por los valores universales, cuyo desenvolvimiento, con conocimiento de causa, revelan los alcances y posibilidades que constituyen metas y objetivos a lograr.

Las modernas “regresiones”, permiten el conocimiento de existencias pasadas, y por ende, la supervivencia del Espíritu y su continuidad en nuevos ciclos de vida. Las manifestaciones espirituales, fruto de facultades psíquicas altamente desarrolladas, así como el profundo mensaje ético-espiritual-filosófico que se ha observado en los últimos años en la India, -al igual que ya aconteciera en milenios anteriores, en este continente-, señalan nuevos senderos por recorrer.

Otro acontecimiento, del que ya se sentó jurisprudencia, es el hecho en el cual un Tribunal de Justicia, de Brasil, aceptó como prueba, o elemento de juicio válido para absolver a una persona, el testimonio del Espíritu de la víctima, dado a través del famoso sensitivo brasilero Francisco Cándido Xavier. En la comunicación indicaba la inocencia del acusado, y, al mismo tiempo, al culpable, quien reconoció los hechos imputados.

Existen importantes estudios sobre el Derecho Penal Espirita, y el anterior suceso histórico abre un panorama inmenso en el Derecho Penal mundial, permitiendo vislumbrar lo que traerá el futuro. En Brasil, aproximadamente, el 33% de su población, o más, sigue estudios Espiritas, cuyo pilar fundamental es la totalidad de las obras de Allan Kardec. Empero, la cantidad de autores de corte Espirita, y de otras corrientes de pensamiento afines, es de significativa importancia, tanto por su extensión como por su calidad.

Grandes científicos, poetas, filósofos, intelectuales, literatos, y millones de personas de todos los grupos étnicos y niveles sociales, en el mundo, se han ocupado de la Doctrina. Se suelen destacar los ilustres nombres de quienes nutren sus filas, entre ellos: Victor Hugo, William Crookes, Cesare Lombroso, Ernesto Bozzano, Camilo Flamarión, Federico Myers, Alfredo Russel Wallace, León Denis, Oliver Lodge, Arturo Conan Doyle, e incontables más. Ellos han estudiado la Doctrina en sus todas vertientes: científica, filosófica y ético-moral. Su huella es factible verla en muchas de sus obras.

Hacia la mitad del siglo XIX, el fenómeno de las mesas parlantes era la última moda, en Francia, -y en otros países-. De estos últimos, mencionamos, únicamente, el caso de las hermanas Fox, y el del Dr. Larkin, en Estados Unidos.  La gente se divertía, en la gran sociedad francesa, comunicándose con los Espíritus. Preguntamos: Era sólo diversión lo que buscaban? -O, había, en la mayoría, un anhelo de conocer mejor el destino humano después de la desencarnación? -O, acaso, las lectoras, y lectores, se encuentran libres de este tipo de interés? Cuándo desencarna un ser querido, la mayoría de las personas, -no experimentan el anhelo de volver a comunicarse con él? Esa es la razón por la que las personas con inquietudes normales, cada día se acercan a la Doctrina, para profundizar su estudio. Es la única que puede aportar respuestas contundentes y serias sobre la inmensa gama de las inquietudes humanas.

En los círculos franceses, formados de gente de óptimo nivel intelectual, se habían recibido miles de comunicaciones, gran número de ellas con excelente contenido moralizante. Empero, faltaba alguien que pudiese sintetizar ese cúmulo de enseñanza, y que, además, estudiase el fenómeno y dedujera  las consecuencias inherentes. Esa labor de exigentes esfuerzos, y alcances gigantescos, fue confiada a Hipolite León Denizard Rivail, quien luego, para desvincular el desarrollo de la Doctrina de su propia persona, e imprimirle independencia, adoptó el pseudónimo de Allan Kardec. Este era el nombre de Rivail en una existencia pasada, según le comunicó su guía espiritual, quien le había conocido entonces, en la Galia, en la época de los Druidas. Se sabe, también, que Rivail, en otra de sus vidas anteriores, fue Jetro, el suegro de Moisés, a quien se le atribuye ser el más antiguo exponente del principio de la Gerencia por excepción. Esto aconteció cuando, viendo el excesivo trabajo que Moisés desempeñaba, juzgando los casos del pueblo judío, le sugirió de elegir jueces de decenas, de cincuentena y de centenas, quienes juzgarían todos los casos que se presentaran. Los jueces de centenas remitirían los casos insolutos a los de cincuentena, éstos a los de decenas, y aquellos excepcionales, que los últimos no pudiesen resolver, serían los únicos que se le referirían a Moisés. Esto nos da una idea del calibre espiritual del Espíritu de Rivail, que ya poseía en el siglo XVI antes de nuestra era.

La sólida formación científica, filosófica, pedagógica y humanística de Allan Kardec, unida a su gran capacidad de trabajo y de síntesis, objetividad y seriedad a toda prueba, le hacían la persona idónea para entregarle esa enorme cantidad de material acumulado, -más de 50 cuadernos-, para que fuese utilizado en la realización de una síntesis coherente.  El trabajo le pareció inmenso a Kardec; empero, fue alentado por sus guías espirituales, quienes le indicaron que esa era su misión, para la cual se había preparado sin saberlo. Fue advertido de que sería secundado en la tarea, pero, que debía ser fuerte y constante, para implantar la Doctrina; con paciencia, su misión triunfaría, como en efectos, así aconteció.

Esto sucedía en el año 1854, en Francia, lo cual marca el comienzo de la etapa de investigador y primer exponente relevante de la Doctrina. Kardec estaba consciente de la importancia de la labor que emprendía, y entrevió, en dichos fenómenos, la clave de la incógnita del pasado y del porvenir de la humanidad, de la solución que él había buscado durante toda su vida. Se percataba, a la vez, de que iba a generar una importante transformación en las ideas, y en las creencias, prometiéndose, por ello, “obrar con circunspección y no ligeramente; ser positivista y no idealista”, para evitar desilusiones. Buscó, en todas sus investigaciones, la solución de los objetivos que le interesaban desde el punto de vista de la ciencia, de la filosofía, de la psicología y de la naturaleza del mundo invisible.

Kardec, en cada sesión, llevaba una serie de preguntas  preparadas, y metódicamente ordenadas, que recibieron contestación “precisa, profunda y lógica”. Estas cuestiones son las mismas que, desarrolladas gradualmente, fueron la base de “El Libro de los Espíritus”. Posteriormente, publicaría las demás obras de su autoría: Instrucción Práctica para la Comunicación Espiritista; El libro de los médiums; El Evangelio según el Espiritismo; Cielo e Infierno; El Génesis; y, el libro síntesis: Qué es el Espiritismo?

En enero de 1858, salió a luz pública el primer número de la Revue Espirite, que aún se edita, en Francia; y el mismo año, funda la Sociedad Parisina de Estudios Espiritas. Allan Kardec, elaboró una Constitución, con exposición de motivos, sobre el Espiritismo y su futura dirección. El 31 de marzo de 1869, el Codificador de la Doctrina, culmina, exitosamente, su misión. Las obras que escribió se tradujeron a todos los idiomas. Sus discípulos, que se cuentan por millones, en el mundo entero, crecen, cada día más. La Doctrina Espirita, con sus múltiples exponentes, es fuente fundamental de la Doctrina Universal, de necesario estudio para ampliar, certeramente, la propia visión de la vida y del universo. Es mucho más interesante de lo que, generalmente, se cree. Quien busca, con anhelo sincero y afán de saber, encuentra. 

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El genio de Kardec,  entra en escena cuando comienza a aplicar la Doctrina contenida en El Libro de los Espíritus para resolver las grandes incógnitas de la historia y percibir una perspectiva universal de la vida en la pluralidad de mundos habitados, arrojando luces sobre la realidad histórica del Planeta; por ejemplo, cuando percibe, antes que nadie, que la raza adámica es parte de una inmigración espiritual llegada de otros planetas, más adelantada que la familia originaria de la Tierra; cuando analiza la tesis de los “ángeles caídos”  y percibe que son aquellos grupos de Espíritus refractarios al progreso que, una vez celebrado el juicio de mayoría, en cada mundo, son apartados y conducidos a aquellas moradas más acordes con su respectivo grado evolutivo, donde, de retrógradas pasan a ser maestros, o por lo menos, desenvolverse en ambientes más afines a sus tendencias.

Es en el libro Génesis, -publicado en 1868- donde se revela el Kardec genial en un nivel superior al ya reflejado en El Libro de los Espíritus. Aquí, comienza a percibir una realidad universal antes que ningún otro pensador en la historia y fue adecuando la Doctrina a esas inquietudes, -más las respectivas intuiciones fruto de su genio y las inspiraciones inherentes de genios análogos –desde la dimensión espiritual- co-participes en las obras; comienza a aplicarlas para ir esclareciendo los grandes enigmas de la humanidad.

Kardec, es el pionero en la enseñanza de una realidad universal que abre nuevos horizontes para la humanidad reflejando su verdadero destino, en el Planeta.

Es el primero en hablar, en El Libro de los Espíritus, sobre la Reencarnación,  conocida desde la más remota antigüedad y lo hace 18 años antes que Helena P. Blavasky. En el siglo XX se han comprobado, científicamente, más de cinco mil casos de reencarnación, otorgándole un carácter irrefutable universalmente; el tema, está generando un interés creciente.

Constituye, Kardec, un paradigma vigente en la senda evolutiva de la sabiduría, superándose a sí mismo en el libro Génesis más allá de El Libro de los Espíritus. En éste, sube a la cima de la montaña de la Doctrina Universal; en aquel, observa desde esa posición privilegiada y aplica la percepción intuitiva y la inspiración creadora de las cuales es objeto, para resolver cuestiones fundamentales de la vida y la historia en el Planeta, abriendo nuevos caminos de progreso.

Millones de personas se encuentran avocadas al estudio de las enseñanzas espirituales, axiológicas y/o ético-moral, filosóficas y metafísicas, que sólo la Doctrina Universal puede ofrecer en igual grado de luminosidad, gracias a sus obras maestras y de quienes, emulando su ejemplo, han continuado la Gran Conversación a través de los tiempos.

Así como en el Quijote, cada nueva generación ve algo más que la que le precedió, ocurrirá lo mismo con el Libro de los Espíritus –y demás obras de Kardec-; observará cosas nuevas de acuerdo a las inquietudes de los tiempos y a la respectiva conciencia perceptiva. Pero, por encima de todo, servirá para que cada quien efectúe la conexión con los planos superiores y con la fuente suprema, el Ser Universal, en una meditación constante  sobre Él y los valores cósmicos,  optimizando la percepción intuitiva y la realización creadora en el estudio de las ciencias y las filosofías, así como la practica de todas las virtudes.

 

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El 18 de abril de 1857, se publicó, en Francia, El Libro de los Espíritus, de Allan Kardec, con el cual se daba inicio a una nueva era en los caminos del progreso humano.

Sin duda, es un libro valiente, tomando en cuenta la época en que se publicó. Sigue siendo fundamental. Allan Kardec, pseudónimo de Hipolite León Denizard Rivail, hombre de profunda cultura clásica, científica, filosófica, histórica, metafísica, etcétera, además de insigne pedagogo, sintetizó, -en una obra cuya lectura y estudio ha transformado la vida de millones de personas en el mundo entero-, una Doctrina que habla al entendimiento, ilumina el Espíritu y abre unos horizontes que le dan verdadero sentido a la vida humana, despejando las incógnitas existenciales, aclarando el destino de la humanidad en el planeta tierra, -escuela de sabiduría en diferentes grados-, señala el camino que, en los próximos milenios, habrá de recorrer en el inmenso pensum evolutivo que aún depara el progreso potencial del planeta.

Fue seleccionado Kardec, para su obra misionera-codificadora de la Doctrina, por su profunda capacidad de síntesis y vastos conocimientos, para interpretar, discernir y coordinar los mensajes contenidos en miles de comunicaciones espirituales recibidas por centenares de sensitivos en el mundo entero, pasmándose, en todas, el mismo mensaje, elevada enseñanza e idéntica doctrina: el conocimiento profundo de la vida y de las leyes cósmicas que rigen todas las manifestaciones universales, interrelaciones con el ser humano y su misión.

Obra admirable que, traducida a los principales idiomas, alcanzó, rápidamente, 18 ediciones en vida de Kardec, y 50, en las cinco décadas siguientes; conserva plena vigencia pese al tiempo transcurrido y dentro de dos mil o más años será estudiada aun tal como se hace hoy con la Odisea, el Mahabarata, los Vedas, el I Ching, el Tao Te Ching, etcétera, estudio fundamental, -expresión de la sabiduría-, por medio del cual, cada quien se imbuye del verdadero sentido existencial, conociendo el destino humano en sus variadas facetas.

Kardec, –auténtico profeta de una era de luz espiritual y ejemplo digno de emulación por su capacidad de trabajo, estudio y cumplimiento de una exigente misión-, condensó en su obra un alimento básico para las inteligencias ávidas del más sublime conocimiento espiritual.

Este clásico, aporta –para las mentes que desean optimizar su visión-, la iluminación del propio Espíritu, señalando derroteros que constituyen la meta esencial de la vida humana, proporciona paz, serenidad, sosiego y auténtica felicidad, a medida que, transcurriendo su lectura y estudio, va descubriendo la verdadera esencia de la vida humana, su finalidad y misión cósmica del ser humano, potenciando a la vez, el Espíritu y la voluntad, afirmando los ideales y rectificando la conducta en el sendero del bien, de la justicia, del amor, la verdadera fraternidad y la evolución universal.

Va conociendo, cada quien, sus verdaderas facultades psico-espirituales, la forma efectiva de cómo desarrollarlas y usarlas de acuerdo a los designios del Creador, estrechando la unión entre los entes que conforman la ecología psico-espiritual, a cuya sintonía elevada, constituyese en sensible y armónico canal de la Providencia Universal para plasmar la luz espiritual, el mensaje del amor cósmico y el aliento fraterno para superar exitosamente todas las pruebas existenciales, saldar las cuentas kármicas y alcanzar el punto de equilibrio cósmico, a partir de lo cual, cada quien conquista la auto-independencia y la auto-liberación para cooperar libremente, de acuerdo con la propia suma existencial, en los planes del Gran Arquitecto del Universo, dentro del infinito Taller cósmico.

Así lo expresó Kardec, y es oportuno citarlo de nuevo: -“El universo es un vasto taller: unos demuelen, otros reconstruyen; cada cual talla una piedra para el nuevo edificio, del cual únicamente el Gran Arquitecto del Universo posee el plan definitivo, y cuyo conjunto no se comprenderá sino cuando sus formas comenzarán a diseñarse por encima de la superficie del suelo”-.

La Doctrina, desde su codificación, en 1857, ha aglutinado en sus filas a las mentes más brillantes en todos los ámbitos del saber humano, a nivel mundial.

La lucidez mental, la seguridad personal y el poder psico-espiritual que se van desarrollando al acrecentar la visión cósmica, al profundizar en el mensaje contenido en la obra kardeciana, introduce en el auténtico camino evolutivo del ser, a cuyos inicios se encuentra, pero que, desde ya vislumbra las infinitas metas que en ilimitados ciclos de vida, en una carrera universal y eterna, –siempre en ascenso en forma de espiral-, ha de conquistar, cada vez en un mejor nivel de auto-expresión, evolución y grado de conciencia cósmica.

Una sola existencia es sólo un peldaño en los grados de la sabiduría universal. La obra de Kardec, abre la puerta correcta, en el momento oportuno y para quien, en forma gradual, experimente la necesidad de un alimento espiritual de tal valor. Su asimilación es de gran provecho para obtener esa visión certera de las cosas esenciales, en cada momento de la vida.

Se podrá poseer El Libro de los Espíritus, tenerlo en las manos, o por años en la biblioteca, pero, solamente un día, cuando cada quien esté preparado, -o preparada-, espontáneamente se manifiesta la iluminación, se adquiere conciencia de tal obra, con un claro impulso para leerla, revelándosele el mensaje que contiene y anhela el Espíritu humano.

Entonces, la existencia humana adquiere el verdadero sentido de acuerdo a los planes cósmicos y cada quien se ubica, de manera más efectiva, en el sendero de la propia autorrealización, asumiendo la tarea que, de acuerdo con los tiempos, le compete en el quehacer universal.

***

El libro de los Espíritus trasciende cualquier otra obra en cuanto a los alcances de las respuestas que contiene en torno a Dios, a los valores universales, a las leyes divinas, a la educación moral de la humanidad, a la comprensión de las desigualdades entre los seres humanos, a la pluralidad de existencias y la ley de reencarnación y principios inherentes; la pluralidad de mundos habitados, ampliando la perspectiva universal de la vida, la respuesta a los grandes enigmas de la historia, y una inmensa cantidad de aspectos esenciales, en más de un millar de preguntas planteadas por uno de los pedagogos más lúcidos del siglo XIX, en Francia, como lo fue el profesor Hipolite León Denizard Rivail.

La obra kardeciana contribuyó a fundamentar una nueva era que plasmaba en mayor grado los ideales de los humanistas del siglo XIV, y de los grandes pensadores del Renacimiento.

Esa concepción humanista de volver la mirada a los orígenes, a la cultura clásica, a la ciencia y a la filosofía de la edad de oro griega, Allan Kardec la realiza con una amplitud incomparable, volviendo la atención a temas virtualmente olvidados no solamente durante la edad media, sino hasta la mitad del siglo XIX, como son: la Reencarnación y la interrelación de la dimensión espiritual con la física, aportando un conocimiento preciso de las facultades espirituales del Ser humano como ningún otro pensador lo hizo jamás en tiempo pasado. EL LIBRO DE LOS MEDIUMS, -o, De las facultades-, es la mejor obra de todos los tiempos, hasta ahora, en torno a las facultades espirituales del ser humano y su óptimo desarrollo.

El Libro de los Espíritus, junto con la Odisea, que contribuyó a forjar la edad de oro griega, y el Quijote, en el cual el genio inmortal de Cervantes plasmó una enseñanza para todos los tiempos, es la obra fundamental para la educación esencial del ser humano, en la preparación de la nueva edad de oro.

Pensadores del calibre de Kardec, al igual que Platón, en sus enfoques, seguirán vigentes, en líneas generales, en sus geniales concepciones de la verdad universal.

Conozcamos El libro de los Espíritus tan a fondo como un erudito lo hace con la temática de su disciplina. Seamos conocedores profundos de la obra del maestro, pero, también, de todas las obras que conforman el acervo cultural de la humanidad. Paralelamente, irán surgiendo, en la propia mente, las ideas intuitivas y las inspiraciones que aporten el conocimiento esencial de acuerdo con la inquietud de los tiempos.

La proyección de la lectura de EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS, iluminará los horizontes humanos, encaminándola hacia la nueva edad de oro en gestación. Esta labor podrá ser realizada, con efectividad, mediante pequeños círculos sistemáticos de lecturas, en progresión geométrica. Será en beneficio de cada ser que habita el planeta tierra- El mensaje de la verdad universal, que contiene, es bien acogido por todos con gran beneplácito. El Libro de Los Espíritus, es, con certeza, una de las percepciones más lúcidas  del pensamiento universal.

Adelante.

 

LEY DIVINA O NATURAL

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LEY DIVINA O NATURAL

Autor: Allan Kardec

Versión castellana y comentarios exegéticos:

 Giuseppe Isgró C.

 

Capítulo XVI de: El Libro de los Espíritus

 

 

Caracteres de la Ley natural. Conocimiento y Fuente de la Ley natural. El Bien y el Mal. División de la Ley natural.

 

 CARACTERES DE LA LEY NATURAL

 

1. Qué se entiende por ley natural?

-“La ley del Creador Universal: la única verdadera para la felicidad del ser humano. Ella le indica lo que debe hacer y lo que debe evitar, y él  experimenta insatisfacción siempre que se aleja de su cumplimiento”-.

  1. 2.  La ley natural es eterna?

-“Eterna e inmutable como el Creador mismo”-.

3. Puede, el Creador, prescribir a los seres humanos, en un tiempo, lo que le hubiera prohibido en otro?

-“El Creador no se puede engañar: únicamente los seres humanos están obligados a cambiar sus propias leyes, para perfeccionarlas; empero, las divinas, son perfectísimas. La armonía que rige ambos universos, el material y el moral, está fundada sobre las leyes que el Creador ha establecido ab eterno”-.

4. Qué campos abrazan las leyes divinas? Se refieren a algo más que a la conducta moral?

-“Todas las leyes de la naturaleza son divinas, por cuanto el Creador Universal es el autor de todas las cosas”-.

Es dado al ser humano de conocer a fondo tanto las leyes morales como las físicas?-.

-“Sí; pero para alcanzar este objetivo es insuficiente una sola existencia”-.

Qué son unos pocos años para aprender todo lo que rinde perfecto el ser, aunque se considere, únicamente, la distancia que separa al primitivo del ser civilizado? La más larga existencia posible sería insuficiente a la necesidad, y con mayor razón cuando la misma sea de breve duración, como ocurre con frecuencia.

De las leyes divinas, las unas dirigen el movimiento y las relaciones de la materia bruta: son las leyes físicas, y su estudio le es inherente a la ciencia. Las otras, se vinculan especialmente al ser humano en sí mismo y en sus relaciones con el Creador y con sus semejantes. Comprenden las reglas de la vida tanto del cuerpo como del Espíritu: son las leyes morales.

5. Las leyes divinas son iguales para todos los mundos?

-“La razón nos indica de que ellas deben ser, siempre, adecuadas a la naturaleza de cada uno de ellos, y proporcionalmente al grado de progreso de los seres que los habitan”-.

COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: Todas las leyes divinas son universales, e idénticas, en todos sus grados, del cero al infinito. Evidentemente, de acuerdo al nivel evolutivo de cada mundo, rigen las que les corresponden de acuerdo a su nivel. En mundos de igual rango de progreso, rigen las mismas leyes, y, naturalmente, están más en unos las que se les interrelacionan, y no las que corresponden a grados inferiores  o superiores. Una es la ley cósmica, aunque son infinitas sus aplicaciones, por contemplar todas las vertientes, o variantes, del progreso universal.

CONOCIMIENTO Y FUENTE DE LA LEY NATURAL

6. Ha otorgado, el Creador, a todos los seres, los medios de conocer sus leyes?

-“Todos pueden conocerla; pero su comprensión es limitada al respectivo grado evolutivo. Quienes la comprenden mejor, son las personas de vida virtuosa. Empero, llegará el día en que la comprenderán todos, por cuanto es preciso que el progreso se cumpla”. (Ver Nº 171-222).

Consecuencia de este principio es la justicia de las diversas encarnaciones del ser humano, por cuanto, en cada nueva existencia su intelecto se va desarrollando, y distingue mejor el bien y el mal, Si todo debiese cumplirse, para él, en una sola existencia, cuál sería la suerte de tantos millones de seres que desencarnan, diariamente, en estado mental acorde al de las barbaries, o en la oscuridad de la ignorancia, sin que dependiese de ellos el iluminarse?

7. El Espíritu, antes de su unión con el cuerpo, comprende la ley del Creador Universal mejor que después de su encarnación?

-“Antes de encarnarse, las comprende según el grado de perfección que haya alcanzado, y conserva el recuerdo intuitivo después de su unión al cuerpo. Empero, los bajos instintos del ser humano se la hacen, frecuentemente, olvidar”-.

  1. 8.  Dónde se encuentra la ley del Creador Universal?

-“En la conciencia”-.

Pero, si el ser humano la lleva ya impresa en su conciencia, qué necesidad había de revelársela?

-“Él la había olvidado y pasado por alto: el Creador quiso que le fuese recordada”-.

  1. 9.  Ha otorgado, el Creador Universal, a determinados seres, la misión de revelar su Ley?

-“Sí, en todos los tiempos, a los Espíritus superiores encarnados con la finalidad de hacer progresar a la humanidad”-.

  1. 10.             Algunos, entre quienes han pretendido de instruir a los seres humanos en la Ley del Creador Universal, no se han engañado, y no han hecho, frecuentemente, desviar a los demás con falsos principios?

-“Sí, por cuanto, no estando inspirados por el Creador, asumieron, por su ambición, una misión que no tenían; pero, dado que eran seres humanos de ingenio, en medio de los errores que enseñaban se encuentran, con mucha frecuencia, grandes verdades”-.

  1. 11.             Cuál es el carácter del verdadero profeta?

-“El verdadero profeta es un ser humano justo, inspirado por el Creador Universal. Se le reconoce por sus palabras y por sus obras. El Creador se sirve del ser probo para enseñar la verdad”-.

  1. 12.            Cuál es el tipo más perfecto, que el Creador haya dado al ser humano, para que le sirva de guía y de modelo?

-“Jesús”-.

Jesús de Nazareth representa el tipo de la perfección moral, al cual puede aspirar la humanidad terrestre. Dios nos lo ha dado como el modelo perfecto, cuya doctrina es la más exacta expresión de su ley, por cuanto quien la inspiraba era el Espíritu de Verdad. Él se encuentra entre los Espíritus más puros que han descendido sobre la tierra. 

Si algunos de los que han pretendido de instruir los seres humanos en la ley del Creador, los han, en cambio, desviado con falsos principios, esto ocurre porque se dejaron dominar por sentimientos muy terrenales, y por haber confundido las leyes que rigen la vida del Espíritu con las que rigen la del cuerpo. Muchos han impartido como leyes divinas las que no eran más que  humanas, creadas para satisfacer sus propias pasiones y dominar sobre sus semejantes.

  1. 13.            Las leyes divinas y naturales, no fueron reveladas a los seres humanos más que por Jesús?

-“No os hemos dicho, ya, que ellas se encuentran impresas en la conciencia de cada ser? Por lo tanto, todos los seres humanos que se hayan dedicado al estudio de la sabiduría, las han podido comprender desde los siglos más remotos, y con sus enseñanzas, aunque incompletas, han logrado preparar el terreno para recibir la buena semilla. Dado que las leyes divinas se encuentran escritas en el libro de la naturaleza, el ser humano ha tenido la oportunidad de conocerlas, cuando las ha querido buscar: es aquí la razón por la cual los preceptos que ellos han impuesto, en cada época, los han sido por seres buenos, y también, por cuanto se encuentran los elementos en la doctrina moral de todos los pueblos emancipados de las barbaries, aunque incompletos y alterados por la ignorancia y la superstición”-.

  1. 14.            Si Jesús ha enseñado las verdaderas leyes del Creador Universal, qué necesidad hay de las enseñanzas de los Espíritus? Tienen ellos que enseñarnos algo más?

-“La enseñanza de Jesús era, frecuentemente, alegórica y en parábolas, por cuanto él hablaba según los tiempos y los lugares; pero hoy es necesario que la verdad sea inteligible a todos; es preciso explicar bien y desarrollar estas leyes, por cuanto muy pocos las comprenden, y poquísimos la practican. Nosotros tenemos la misión de impresionar en la vista y en los oídos de los orgullosos, para confundirles, y desenmascarar, al mismo tiempo, a los hipócritas, que, exteriormente, afectan virtud y espiritualidad, para ocultar sus propias concupiscencias. La enseñanza de los Espíritus debe ser clara y explícita, para que nadie pueda disculparse alegando desconocimiento y todos tengan la oportunidad de juzgarla, y apreciarla, por medio de la razón. Nosotros somos enviados para preparar el reino del bien anunciado por Jesús, por lo cual es preciso que nadie pueda interpretar las leyes del Creador Universal según sus pasiones, ni falsearles el sentido que es todo amor y bondad.

  1. 15.            Por qué no fue puesta la verdad, al alcance de todos, siempre?

-“Porque cada cosa debe llegar a su debido tiempo. La verdad es como la luz: es preciso acostumbrarse a ella gradualmente, pues, caso contrario, deslumbra. El Creador, no había, antes, permitido de recibir comunicaciones completas e instructivas como las de hoy, por cuanto, si en los antiguos tiempos algunos estaban en posesión de lo que se consideraba una ciencia sagrada, a la que rodeaban de misterios, a los ojos de los profanos, vosotros, por lo que ya conocéis en torno a las leyes que rigen estos fenómenos, debéis comprender que ellos recibían, únicamente, alguna verdad aislada, en medio de un conjunto de equívocos y de cosas enigmáticas. Pero, el estudiante no debe menospreciar ningún sistema filosófico, ni tradición, o espiritualidad alguna del pasado, por cuanto todos contienes vestigios de grandes verdades, las cuales, si bien parecen contradictorias, esparcidas como están en un piélago de accesorios sin fundamentos, pueden, con facilidad, coordinarse en gracias de las claves  que el Espiritismo os da, para que podáis comprender una multitud de cosas que hasta hoy hayan podido pareceros sin razón, pero cuya realidad ahora os es demostrada indiscutiblemente: no descuidéis, por lo tanto, de buscar en aquellos antiguos volúmenes argumentos de estudio, por cuanto los hay valiosísimos, y pueden contribuir, mucho, en vuestra instrucción.

EL BIEN Y EL MAL

  1. 16.            Cuál es la definición de la moral?

-“La moral es la regla para vivir rectamente, es decir, para distinguir el bien del mal. Ella está fundada en la observancia de la Ley del Creador Universal. El ser humano vive rectamente cuando hace todo para el bien de todos”-.

  1. 17.             Cómo se puede distinguir el bien del mal?

-“El bien es todo lo que se corresponde con la ley del Creador Universal; el mal, todo lo que le es contrario. En consecuencia, hacer el bien es observar la ley de Dios; hacer el mal, es violarla”-.

  1. 18.            Dispone, el ser humano, en sí mismo, los medios para distinguir lo que es bueno y lo que es malo?

-“Sí, cuando cree en Dios, y quiere seguir la virtud: el Creador le ha otorgado la inteligencia, para mantenerse en el sendero del bien”-.

  1. 19.            El ser humano, en cuanto sujeto a errar, no puede engañarse sobre  su apreciación del bien y del mal, creyendo de hacer bien, cuando, en realidad, realiza lo contrario?

-“Jesús lo ha dicho: Haced, y dejéis de hacer a los demás lo mismo que quisiereis que os hicieran, y dejaren de haceros, a vosotros. Observéis este precepto y no os engañareis.

  1. 20.            La regla del bien y del mal, que podría llamarse de reciprocidad, no se puede aplicar a los deberes personales de la persona consigo misma. Puede encontrar, ella, también para éstos, una guía segura en la ley natural?

-“Cuando coméis demasiado, experimentad los efectos inherentes: es Dios que os da la medida de cuanto os es necesario. Superando esta medida, recibid la consecuencia. Así es en todo. La ley natural señala, al ser humano, los límites de sus necesidades. Cuando él los supera, va, enseguida, al encuentro de la experiencia respectiva. Si la persona escuchara, en cada cosa, la voz que le señala: basta!, evitaría la mayor parte de los males de los cuales acusa a la naturaleza”-.

  1. 21.            Por qué está en la naturaleza de las cosas el mal moral? No podía, el Creador, crear a la humanidad en mejores condiciones?

-“Os lo hemos dicho, ya: los Espíritus fueron creados simples e ignorantes.  (Ver Nº 115). El Creador deja al ser humano la elección de la vía que debe seguir. Peor para él si elige la incorrecta, por cuanto su peregrinaje será más extenso. Si no hubiesen montañas, el ser humano no podría comprender lo que es subir y, su opuesto, bajar. Si no existiesen rocas, no tendría conciencia de los cuerpos duros. De esta manera, el Espíritu adquiere experiencia, y aprende a conocer el bien y el mal: He aquí la razón de la unión del Espíritu con el cuerpo. (Ver Nº 119).

  1. 22.            Los diferentes estados sociales crean necesidades nuevas, que no son iguales para todos los seres humanos. Entonces, la ley natural no es una regla uniforme?

-“Los diferentes estados se encuentran en el orden de la naturaleza, y de acuerdo con la ley del progreso. No violan la unidad de la ley natural, que se aplica a todo”-.

Las condiciones de existencia del ser humano cambian con los tiempos y con los lugares, con lo cual, resultan para él necesidades diferentes y estados sociales que les resultan apropiados. Ahora, esta diversidad, por cuanto se encuentra en el orden de las cosas, está en conformidad con la ley de Dios, cuya verdad, en su esencia, no queda vulnerada en lo más mínimo. A la razón, corresponde, distinguir las necesidades reales de las ficticias, o de convención.

  1. 23.             El bien y el mal no son absolutos para todos los seres humanos?

-“La ley del Creador es idéntica para todos: el bien es siempre bien, el mal es siempre mal, sea cual fuere la condición del ser humano; pero la diferencia reside en el grado de responsabilidad y en la intención”-.

  1. 24.            El salvaje, que nutriéndose de carne humana cede a su instinto, es culpable?

-“El mal depende todo de la voluntad de hacerlo. El ser humano es tanto más culpable cuanto más sabe lo que hace”-.

Las circunstancias dan al bien y al mal una gravedad relativa. El ser humano incurre, frecuentemente, en culpas, las cuales, aunque sean consecuencias de las condiciones en que les ha conducido la sociedad, no por eso son menos reprobables: pero su culpabilidad es, siempre, en proporción del conocimiento que él tiene del bien y del mal. Por lo tanto, el ser humano ilustrado, que incurre en una simple injusticia, es, a los ojos de Dios, más culpable que el ignorante salvaje que se abandona a los propios instintos.

  1. 25.             Dado que, al parecer, el mal es una consecuencia de la fuerza de las cosas, de la que se deriva, frecuentemente, la necesidad en el ser humano de suprimir a su semejante, existe infracción a la ley de Dios, también en este caso?

 -“El mal no deja de ser el mal, aunque necesario; pero esta dura necesidad desaparece con la purificación del Espíritu, pasando de una a otra existencia: cuando el ser humano incurre en el mal, es tanto más responsable cuanto más lo comprende”-.

  1. 26.            El mal que se comete, no es, frecuentemente, el resultado de la condición en la cual nos han conducido otros seres humanos? Y, en tal caso, de quién es el mayor grado de culpabilidad?

-“La responsabilidad del mal recae sobre aquel que ha sido la causa del mismo, por lo que, la persona que es arrastrada por las condiciones en que ha sido colocada por sus semejantes, es menos culpable que ellos, por lo que, cada quien, no solamente pagará la pena del mal que habrá hecho por sí, sino, también, aquella que resultara del que otros cometan por culpa suya”-.

  1. 27.            Quién no realiza mal alguno, pero se aprovecha del que ha hecho otra persona, es igualmente, culpable?

-“Como si lo hubiese cometido la misma persona, por cuanto, aprovecharse, es lo mismo que participar en dicho acto. Es verdad que, al momento de actuar, quizá se habría abstenido; pero, encontrándolo hecho, se beneficia: quiere decir, por lo tanto, que lo aprueba, y que lo habría cumplido ella misma, si hubiese podido, o habría osado”-.

  1. 28.            El deseo del mal es tan reprobable como el mal mismo?

-“Según los casos: resistir, voluntariamente, al deseo del mal, especialmente cuando se está en la posibilidad de satisfacerlo, es virtud; no hacer el mal, únicamente porque falta la ocasión, engendra culpa”-.

  1. 29.            Es suficiente dejar de hacer el mal para ser grato a Dios y asegurarse la felicidad futura?

-“No; es preciso hacer el bien en los límites de las propias fuerzas, por cuanto, cada quien rendirá cuentas del mal que emergerá por causa del bien que él, -o ella-, ha dejado de hacer”-.

  1. 30.             Existe alguien que, por su condición, no se encuentre en la posibilidad de hacer del bien?

-“No: la persona egoísta es la única que no encuentra nunca la ocasión. Basta estar en contacto con otros seres humanos para disponer de la oportunidad de hacer el bien, y cada día se le ofrece la posibilidad a quienquiera que no se encuentre con los ojos cerrados por el egoísmo, por cuanto, hacer el bien no significa, únicamente, dar aportes económicos, sino, también, rendirse útil, de acuerdo con las propias fuerzas, cada vez que, en cualquier modo, se le presente la ocasión”-.

  1. 31.            El ambiente en que algunos se encuentran  colocados, no es quizá, para ellos, la primera causa de muchos vicios y delitos?

-“Si; pero aquella es, precisamente, la prueba elegida por el Espíritu en el estado de libertad; él ha querido exponerse a la tentación para tener el merito de la resistencia”-.

  1. 32.            Cuándo el ser humano se encuentra, en cierta manera, inmerso en la atmosfera del vicio, el mal no se convierte, para él, en una atracción casi irresistible?

-“Atracción sí; irresistible, no, por cuanto, en medio a aquella atmosfera poco virtuosa encontráis, frecuentemente, grandes virtudes. Estas virtudes son ejercitadas por Espíritus que tuvieron la fuerza para resistir, y, al mismo tiempo, la misión de ejercitar una benéfica influencia sobre sus semejantes”-.

  1. 33.            El mérito del bien que uno hace, se encuentra subordinado a determinadas condiciones? Es decir: existen diversos grados en el mérito del bien?

-“El mérito del bien se encuentra en el grado de la dificultad: no tiene ninguno quien lo hace por su beneplácito sin el mínimo sacrificio. Al pobre, que divide con otros su trozo de pan, Dios da una recompensa mayor que al rico, quien da lo superfluo. Jesús se refería a esto cuando habló del óbolo de la viuda”

DIVISIÓN DE LAS LEYES NATURALES:

  1. 34.            La ley del Creador Universal se encuentra contenida, completamente, en el amor al prójimo inculcado por Jesús?

-“Ella comprende todos los deberes del ser humano hacia sus semejantes, y sirve para enseñar su aplicación; pero, la ley natural comprende todos los casos de la vida, y el amor al prójimo no es más que una parte. A los seres humanos hacen falta reglas precisas: los preceptos generales son muy vagos, y dejan lugar a las más arbitrarias interpretaciones”-.

  1. 35.             Está bien dividir la ley de Dios en diez partes, que son las leyes de adoración, de trabajo, de reproducción, de conservación, de destrucción, de sociedad, de progreso, de igualdad, de libertad, y, finalmente, de justicia, de amor y de bondad?

-“Esta es la división de Moisés, la cual contempla la más amplia gama de casos de la vida. Podéis, por lo tanto, seguirla, pero sin darle un valor absoluto, que ella no tiene, al igual que todos los demás sistemas de clasificación, los cuales dependen del variado modo de considerar una cosa. La última ley es la más importante para el progreso espiritual del ser humano, por cuanto comprende, en sí, todas las demás”-.

 

ENCARNACIÓN DE LOS ESPÍRITUS

                                                                       Imagen

ENCARNACIÓN DE LOS ESPÍRITUS

Capítulo VI de: El Libro de los Espíritus

Autor: Allan Kardec

Versión castellana y comentarios exegéticos:

Giuseppe Isgró C.

 

      Objetivo de la Encarnación. Del Espíritu y del Alma. Materialismo.

                                                                                       

OBJETIVO DE LA ENCARNACIÓN

 

  1. 1.  Cuál es el objetivo de la encarnación de los Espíritus?

-“Dios se la impone como el medio para alcanzar la perfección, soportando todas las circunstancias de la existencia corporal, que para los más constituye una expiación o una prueba, para otros una misión. La encarnación tiene, al mismo tiempo, otra finalidad, la de delegarle al Espíritu su parte en la obra de la Creación. Para conseguir este objetivo el Espíritu toma, en cada mundo, una vestimenta corpórea en armonía con la materia del mismo, condición esencial para poder actuar en conformidad con los mandatos de Dios, y mientras concurre a la ejecución de los planes de Dios, trabaja, también, para su propio perfeccionamiento.

La acción de los seres corpóreos es necesaria al desenvolvimiento del universo; pero, Dios, en su sabiduría, ha querido que en ella encontrasen un medio para progresar y de acercarse a Él. De esta manera, por Ley admirable de su Providencia, todo se liga conjuntamente, todo es armonía en la naturaleza.

2. Los Espíritus, que desde el principio han seguido la vía del bien, tienen necesidad, también ellos, de la encarnación?

-“Todos son creados sencillos e ignorantes, y no se instruyen sino en las acciones y en las tribulaciones de la vida corpórea. Dios, que es justo, no podía hacer feliz algunos sin sufrimientos y sin fatigas, y por lo tanto sin mérito”-.

Entonces, a qué sirve a los Espíritus el haber seguido la vía del bien, si Dios no les dispensa de las pruebas de la vida corpórea?

-“Alcanzan más rápidamente la meta. Por otra parte, las pruebas de la vida son, frecuentemente, una consecuencia de las imperfecciones del Espíritu, empero, quien las tiene en menor grado sufre menos tormentos; de esta manera, quien no tiene envidia, celos, avaricia y ambición, no sufrirá las torturas que son consecuencia de estos defectos”-.

DEL ESPÍRITU

3. Qué es el Espíritu?

-“Un ente espiritual  encarnado”-.

Qué era el Espíritu antes de unirse al cuerpo?

-“Era un Espíritu en la dimensión espiritual”-.

Almas y Espíritus son las mismas cosas?

-“No. Antes de unirse al cuerpo, el Espíritu es uno de los seres inteligentes que pueblan el mundo invisible, y revisten, temporalmente, un involucro carnal para purificarse e instruirse”.

COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: El alma y el Espíritu son dos cosas totalmente diferentes, pese a que, suele, con frecuencia, usársele como sinónimos. El Espíritu es el ente inteligente, el conductor del cuerpo; el alma es lo que se denomina periespíritu, el elemento de enlace que une al Espíritu con el cuerpo. Ya los egipcios tenían clara esta diferencia, denominando al Espíritu con el término Khu, al alma: kha, y al cuerpo Khut. Nosotros, ahora, hemos adaptado la terminología al uso actual, en concordancia con lo que ha predominado en el pensamiento universal, con las denominaciones de Espíritu, Alma y Cuerpo.

4. Hay en el ser humano algún otro elemento además del Espíritu y del cuerpo?

-“El ligamen que les une”-.

Cuál es la naturaleza de este ligamen?

-“Es una sustancia semi-material, de naturaleza intermedia entre el Espíritu y el cuerpo, que rinde posible las comunicaciones del uno con el otro. Es por medio de este ligamen que el Espíritu actúa sobre la materia, y la materia sobre el Espíritu”-.

El ser humano consta, por lo tanto, de tres partes esenciales:

1. Por el cuerpo, que es un ser material análogo al de los animales y vivificado por el mismo principio vital; 2. Por el Espíritu, -ente inteligente encarnado- a quien el cuerpo sirve de morada; 3. Por el principio intermedio, periespíritu o alma, que es sustancia semi-material, que sirve como primera envoltura del Espíritu, la cual une al Espíritu con el cuerpo. De igual manera que en un fruto encontramos la corteza, la pulpa y la semilla.

5. Es el Espíritu independiente del principio vital?

-“Sin duda, por  cuanto el cuerpo no es más que la envoltura”-.

Puede existir el cuerpo sin el Espíritu?

-“Sí: empero, tan pronto como el Espíritu lo abandona, el cuerpo cesa de vivir. Con el nacimiento se consolida la unión del Espíritu con el cuerpo, -la cual ocurre en el mismo instante de su engendramiento y concepción-; mientras que, en el momento de la desencarnación se rompe el ligamen que mantenía unido al Espíritu con el cuerpo y éste se separa. La vida orgánica puede animar un cuerpo sin Espíritu, pero éste no puede morar en un cuerpo privado de la vida orgánica”-.

Qué sería de nuestro cuerpo, si no tuviese Espíritu?

-“Una masa de carne sin inteligencia, todo aquello que queráis, pero jamás un ser humano”-.

6. El Espíritu, puede encarnarse, al mismo tiempo, en dos cuerpos diferentes?

-“No; el Espíritu es indivisible, y no puede animar, al mismo tiempo, dos seres diferentes”-.

7. Qué debemos pensar sobre la opinión de quienes consideran el Espíritu como el principio de la vida material?

-“Es cuestión de palabras: nosotros no nos atenemos a eso; buscad de entenderos entre vosotros”-.

8. Algunos Espíritus, y antes de ellos algunos filósofos, han definido el Espíritu: “una chispa de naturaleza espiritual emanada del Gran Todo”. Por qué esta contradicción?

-“La contradicción es aparente y depende de la variedad de significados de las palabras. Por qué no tenéis para cada cosa un término propio?”-.

El vocablo Espíritu es empleado para expresar cosas muy diferentes. Unos denominan así el principio de la vida, y en este significado es exacto decir, figurativamente, que el Espíritu es una chispa “de naturaleza espiritual” emanada del Gran Todo, cuyos últimos vocablos indican la Fuente Universal del principio vital, de quien, cada ser, absorbe una partícula, la cual regresa a la dimensión espiritual después de la desencarnación. Esto se compagina con la idea de un ser moral distinto e independiente de la materia, denominado Espíritu, -“cuya unión con el cuerpo realiza por intermedio del alma o periespíritu”-. Por lo cual, al darle, los Espíritus, al alma -y al Espíritu-, diferentes definiciones, lo han hecho de acuerdo a las aplicaciones que ellos hacían de dichos términos, según las ideas terrenas en que se habían cultivado. Esto deriva de la insuficiencia del lenguaje humano, el cual no posee un vocablo para cada idea, lo que da origen a múltiples equívocos y debates: esta es la razón de porque los Espíritus superiores nos aconsejan de ponernos, antes, de acuerdo sobre el significado de las palabras. (**)

9. Qué debemos pensar de la teoría que supone al Espíritu dividido en tantas partes cuantos músculos tiene el cuerpo humano, y prepuesto, así, a cada una de sus funciones?

-“Esta depende del sentido que se atribuye al término Espíritu; si se entiende como fluido vital, se tiene razón; si se hace referencia al Espíritu encarnado, es incorrecto. Nosotros lo hemos dicho: el Espíritu es indivisible, y transmite el movimiento a los órganos por vía del fluido intermedio”-.

Cómo se explica, pero, que existan Espíritus que hayan dado esta definición?

-“Los Espíritus ignorantes pueden confundir el efecto por la causa”-.

El Espíritu, que informa al cuerpo durante la vida, y le abandona con la desencarnación, actúa por medio de los órganos, y los órganos son animados por el fluido vital distribuido en ellos, en forma más abundante en aquellos que constituyen los centros y pilares del movimiento. Empero, el fluido vital no es más que el medio de acción: el agente es el Espíritu.

 

10. Existe algo de verdad en la opinión de quienes piensan que el Espíritu se encuentra fuera del cuerpo y que lo envuelve todo?

-“El Espíritu no está encerrado en el cuerpo, como un pájaro en una jaula, sino que irradia, y se manifiesta fuera del mismo como la luz atraviesa un globo de cristal, o como el sonido en torno a un centro sonoro. En este sentido se le puede considerar externo, sin deducir, por ello, que sea el involucro del cuerpo. Es, en cambio, el Espíritu que tiene dos envolturas: una, sutil y ligera, la primera, que vosotros denomináis alma –o periespiritu-; la otra, más densa, que es el cuerpo. El Espíritu, repetimos, es el centro de este involucro, como la parte comestible en una avellana.

11. Qué pensáis de la otra teoría, según la cual el Espíritu en un niño se desenvuelve y se cumple en cada período de la vida?

-“El Espíritu es uno y entero en el niño como en el adulto: el desenvolvimiento es inherente a los órganos o instrumentos de la manifestación del Espíritu por intermedio del alma. También aquí, suele tomarse el efecto por la causa”-.

12. Por qué todos los Espíritus no definen el Espíritu de la misma manera?

-“Porque su grado de instrucción no es el mismo en todos. Los hay, todavía, con conocimientos de tal manera escasos, que, al igual que los niños entre vosotros, no comprenden las cosas abstractas; y los hay, siempre como entre vosotros, pseudo-sabios, quienes hacen alardes utilizando palabras altisonantes para impresionar a los simples. Hay que tener en cuenta, también, que aún los Espíritus sabios pueden expresarse en términos diferentes, los cuales, en el fondo comunican el mismo significado, especialmente si vuestro lenguaje es inadecuado para expresarse con claridad y precisión, en cuyo caso deben utilizar figuras, alegorías y comparaciones, las cuales vosotros tomáis por realidades”-.

13. Qué debe entenderse por alma del mundo?

-“El principio universal de la vida y de la inteligencia, de quien emanan las individualidades; empero, quienes se sirven de estas expresiones no se entienden, mayormente, ni siquiera ellos mismos. La palabra alma es de tal manera elástica. Que cada quien la interpreta de acuerdo a sus propias concepciones. Alguno ha llegado hasta a atribuir, también, un alma a la Tierra, queriendo con esto entender el conjunto de Espíritus devotos, que tienen como objetivos cuidar de vosotros, orientando, cuando le prestáis atención, vuestras acciones hacia la buena vía y son, en cierto modo, los vicarios de Dios para vuestro globo”-.

14. Por qué tantos filósofos antiguos y modernos, habiendo debatido tan a fondo en torno a la ciencia psicológica, no han llegado a la verdad?

-“Precursores de la doctrina Espirita eterna, han preparado la vía. Eran seres humanos, y se engañaron, tomando las propias ideas por la luz; empero, sus mismos errores sirven para hacer resaltar la verdad, mostrando el pro y el contra, y por otra parte, entre aquellos errores se encuentran grandes verdades que un estudio comparativo os puede hacer comprender”-.

15. El Espíritu tiene sede determinada y circunscrita en un órgano del cuerpo?

-“No; pero en los genios y en todos aquellos que piensan mucho, reside más particularmente en la cabeza, como reside en la conciencia  en quienes sienten mucho y cuyas obras están dedicadas al bien de la humanidad”-.

Qué pensáis de la opinión de quienes ubican el Espíritu en un centro vital?

-“Quisieran decir que el Espíritu reside de preferencia en determinada parte de vuestro organismo, por cuanto allí ubican todas las sensaciones. Pero, quien lo coloca en lo que considera como un centro de la vitalidad, la confunde con el fluido o principio vital. En todo caso, se puede decir que la sede del Espíritu se encuentra más particularmente en los órganos que sirven a las manifestaciones intelectuales y morales”-.

MATERIALISMO

16. Por cuál razón los anatomistas, los fisiólogos y en general quienes estudian, de manera especial, las ciencias naturales, son, frecuentemente, llevados al materialismo?

-“Porque refieren todo a lo que ven: orgullo de los seres humanos, quienes creen de saber todo, y no admiten que existen cosas que puedan sobrepasar su propia inteligencia! Su ciencia le rinde de tal manera presuntuosos que llegan a creer que la naturaleza ya no tiene secretos para ellos”-.

  1. 17.          No es lamentable que el materialismo sea por lo más consecuencia de estudios, los cuales deberían mostrar al ser humano la superioridad de la inteligencia que gobierna el mundo?

-“No es verdad que el materialismo sea efecto de estos estudios. La culpa es del ser humano, que deduce falsas consecuencias, por cuanto suele abusar de todo, aún de las mejores cosas. Por otra parte, la nada lo aterra más de cuanto quiere aparentar  y los Espíritus fuertes son, frecuentemente, más fanfarrones que animosos. Los más son materialistas, solamente porque no tienen con que llenar este vacío; empero, delante del abismo que amenaza de tragárselos, mostradle el ancla salvadora, y ellos se afianzarán satisfechos”-.

Por una aberración del intelecto hay quien no ve en los seres orgánicos sino la acción de la materia, y le refiere todos nuestros actos. Por cuanto no han sabido  descubrir en el cuerpo humano más que una maquina eléctrica; han estudiado el mecanismo de la vida solo en las funciones de los órganos; ya que han visto ésta culminar su ciclo vital por la rotura de un hilo, han buscado para ver si quedaba algo y no habiendo encontrado nada más que materia inerte, no habiendo visto al Espíritu partir y no pudiendo agarrarlo al vuelo, por decirlo de alguna manera, han concluido que todo era, únicamente, sustentado por las propiedades de la materia y que, después de la desencarnación, no quedaba otra cosa que la nada: consecuencia desalentadora, si fuese verdadera, por cuanto, entonces, el bien y el mal serían indiferentes y la humanidad, fundada sobre el egoísmo, pondría, por encima de cualquier otra cosa, la satisfacción de los propios placeres, y los lazos sociales serían destruidos, y los más elevados afectos rotos para siempre. Empero, afortunadamente, estas ideas no son generalizadas, ya que en ningún lugar constituyen lo que suele decirse una doctrina. Una sociedad que se afincase sobre estas bases, llevaría, en sí misma, el germen de la propia disolución, y sus miembros se destruirían, recíprocamente, como bestias feroces.

El ser humano siente que con la desencarnación no termina todo para él; siente horror por la nada, y, por cuanto rehúya del pensamiento del porvenir, llegado que sea el momento supremo, no puede dejar de preguntarse que será de él, por cuanto la idea de abandonar la vida sin retorno agota el Espíritu más endurecido. Y, en efectos, quien podría jamás mirar con indiferencia la separación absoluta y eterna de todo lo que ha amado? Quien, sin temor, podría mirar delante de sí el inmensurable abismo de la nada, en el cual desaparecerían para siempre todas sus facultades, todas sus esperanzas, y decirse a sí: Cómo, después de mí, nada más? Nada más que el vacío? Todo, por lo tanto, debe terminar, irreparablemente? Algún día más y después mi memoria debe ser borrada para siempre, también, de la mente de mis queridos seres? Y, de mi estadía en la tierra no quedará ningún vestigio, y será, también, olvidado el bien que habré hecho a ingratos, para rendírmelos benévolos? Y, como compensación de todos los dolores de mi vida, y de las luchas sostenidas por un noble y generoso ideal, nada más que la nada, y ningún otra prospectiva más que la conclusión del presente ciclo de vida?

Oh, cómo estos pensamientos deben llenar el ánimo  de incertidumbre!     

La Doctrina enseña y la razón lo confirma que no puede ser así. Empero, la existencia futura, vaga e indeterminada, tal como la predican, no satisface las exigencias de una mente ávida de conocimientos concretos, la cual cosa, en muchísimos genera la duda. Decís que tenemos un Espíritu, y sea; empero, qué es este Espíritu? Tiene alguna forma, o apariencia? Es un ser limitado, o indefinido? Hay quien lo quiere un aliento de Dios; quien una chispa del fuego eterno; quien una partícula del Gran Todo, el principio de la vida y de la inteligencia; empero, con cuál ventaja? Y, qué nos importa tener un Espíritu, si después de nosotros habrá de confundirse en la inmensidad como una gota en el océano? La perdida de nuestra personalidad no equivale a la nada, para nosotros? Se pretende que el Espíritu sea inmaterial; pero, una cosa inmaterial no podría tener proporciones definidas; por lo tanto, volvemos a encontrarnos en la nada. La religión, es verdad, nos enseña que seremos felices o infelices según el bien o el mal que hayamos hecho. Pero, cuál es la felicidad que nos espera en el seno de Dios? Una perenne beatitud, una contemplación eterna, sin ningún otro objetivo que cantar alabanzas al Creador? Y, las llamas del infierno, los instrumentos de la pena, son una  realidad o una metáfora? La misma religión lo entiende en este último significado. Entonces, cuáles son los sufrimientos antepuestos en forma de amenazas? -Dónde se encuentra el lugar del suplicio?  En pocas palabras: qué se hace, qué se ve en aquel mundo de allá, que a todos nos atiende? Aseguran que nadie ha regresado jamás para contarnos al respecto.    

A lo cual, responderemos: Os engañáis; la misión del Espiritismo es, precisamente, la de iluminarnos en torno a este porvenir, y de hacérnoslo, casi, tocar con las manos, no más con razonamientos, sino con hechos. Gracias a las comunicaciones espiritas, esto ya no es una hipótesis, una probabilidad que cada quien imagina a su gusto, que los poetas crean con ingeniosas ficciones, describiéndolas con falsas figuras alegóricas; sino una realidad objetiva, por cuanto, los mismos seres de la dimensión espiritual, vienen a describirnos las vivencias de su nueva vida, nos muestras el porvenir que nos está reservado según los propios méritos o deméritos. Es, quizá, ésta, una doctrina de anti-espiritualidad? Parecería lo contrario, por cuanto los incrédulos encuentran en ella la fe, y los tibios, su entrada al fervor y a la confianza. Por lo tanto, el Espiritismo es el más válido auxiliar de la verdadera espiritualidad, y Dios lo concede para reanimar nuestras vagas esperanzas, y para reconducirnos sobre la vía del bien, mediante el conocimiento del porvenir.        


 

ESPÍRITUS

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ESPÍRITUS

Autor: Allan Kardec

Versión castellana y comentarios exegéticos:

Giuseppe Isgró

 

Capítulo V de: El Libro de Los Espíritus

 

 

Origen y Naturaleza de los Espíritus. Mundo normal primitivo. Forma y Ubicuidad de los Espíritus. Periespíritu. Diferentes órdenes de Espíritus. Escala Espiritual. Evolución de los Espíritus. Ángeles y Demonios.

 

ORIGEN Y NATURALEZA DE LOS ESPÍRITUS

1. Cómo se pueden definir los Espíritus? (*)

-“Puede decirse que los Espíritus son los seres inteligentes de la Creación. Ellos pueblan el universo mas allá del mundo material”-.

2. Los Espíritus son seres distintos de la Divinidad, o mas bien emanaciones o partes de ella, y por lo tanto llamados hijos o criaturas de Dios?

-“Son la obra de Dios así como una maquina es la obra del ser humano, que la hizo. Es evidente que la maquina es la obra del hombre, pero ya no el ser humano. Vosotros sabéis que, cuando el ser humano hace alguna cosa bella y útil, la denomina su parto, su creación. Y bien, lo mismo puede decirse de Dios. Nosotros somos criaturas o hijos de Él por ser su Obra”-.

3. Los Espíritus han tenido un principio, o son ab aeterno como Dios?

“Si los Espíritus no hubiesen tenido un principio, serían iguales a Dios, mientras que son creación suya  sujetos a su voluntad. Que Dios sea ab aeterno no puede negarse; empero, cuando y como nos haya creado, no lo sabemos. Podéis decir que no hemos tenido principio, si entendéis con esto que Dios siendo ab aeterno, ha debido siempre crear sin interrupción; pero cuando y como cada uno de nosotros fue creado, os lo repito una vez más, nadie lo sabe. Y esto, como decís, es un misterio”-.

4. Por cuanto en el universo existen dos elementos generales, es decir, el inteligente y el material, podría decirse que los Espíritus estén formados de aquel, como los cuerpos inertes, de éste?

-“Evidentemente los Espíritus son la individualización del principio inteligente, como los cuerpos inertes la individualización del principio material; pero de esta formación ignoramos el tiempo y el modo”-.

COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: Ambos elementos son la expresión de la misma esencia en sus diversas vertientes, al igual que la moneda tiene dos caras, la energía dos polaridades, y, todo, en la naturaleza, es la manifestación de la ley de la dualidad. Energía y materia son la misma cosa en estados diferentes. Si hay materia es porque un Espíritu elemental vibró en una frecuencia determinada y la condensó, por eso tenemos el elemento hierro, el oro, la plata, el oxígeno, etcétera. El uno es el actor inteligente y el otro la manifestación para fungir de vehículo en la dimensión física, como soporte de “la vida orgánica e inorgánica”, en cada planeta.

Los Espíritus elementales, los de los vegetales y los de los animales, junto con los de los humanos, conforman un todo que se expresa en tres dimensiones:

  1. I.   La Espiritual, como esencia de la Divinidad.
  2. II.   La anímica, en el Alma Universal, en donde la Divinidad se individualiza, sin separarse del Todo y sin dejar de ser el Todo, en los en los Espíritus de los cuatro reinos naturales: humano, animal, vegetal y mineral.
  3. III.   Y, la dimensión física, o plataforma estructurada por la manifestación de los Espíritus elementales de la naturaleza, que condensan la materia a partir de la energía existente ab aeterno, en todo el universo, pasando de un estado a otro, y viceversa, en ciclos alternos y continuos.

Por lo cual, podríamos decir que existen las siguientes vertientes:

A. La Divinidad.

B. Los Espíritus individualizados en el Alma Universal a partir de la Divinidad, en los cuatro reinos naturales; el Alma Universal que conforma la dimensión espiritual propiamente dicha, y en la que se individualizan y actúan los Espíritus, emancipados de la materia.

C. La Energía Universal, que llena todo el universo.

D. La dimensión física, conformada por los mundos, las diversidades de la materia, y los seres encarnados en los cuatros reinos naturales, (incluyendo el mineral), que se encuentran en ellos, cuya composición física manifiestan los Espíritus elementales de la naturaleza a partir de la energía.

Este es un tema para meditar y desarrollarlo de forma conjunta por un gran número de estudiosos; lo cual requerirá algunos milenios de análisis, antes de complementarlo, dada su profundidad, pero, vale la pena comenzar a hacerlo ya. El maestro Allan Kardec dio el primer paso anteponiendo preguntas inteligentes que denotan su profunda agudeza en la percepción de la realidad universal; emulemos su ejemplo en la búsqueda de respuestas, asumiendo el reto).

5. La creación de los Espíritus es permanente, o no tuvo lugar mas que en los orígenes de los tiempos?

-“Es permanentes: Dios no ha cesado de crear”-.

6. Los Espíritus se forman espontáneamente, o proceden los unos de los otros?

-“Dios los crea, como todas las criaturas, con su voluntad; pero, repito, su origen es un misterio”-.

COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: Cómo emanan los seres, del Creador Universal?

En primer lugar, el Creador Universal estaría formado por dos partes esenciales:

a)                   El Espíritu Universal, único, ENERGÍA comparable, si pudiésemos verle con la visión espiritual, a un FUEGO CÓSMICO en constante movimiento, o, a una luz como un fuego dorado, color equivalente al de la miel de abeja pura.

b)                   El Alma Universal: Podríamos definirle como el vehículo o cuerpo universal, del cual emana cada Espíritu a la conciencia individual, en los cuatro reinos naturales, de la siguiente manera:

  • Cada vez que el Creador Universal desea otorgar vida individual a un nuevo ser, en los cuatro reinos naturales, el Espíritu del Creador Universal se une a esa alma individual que se encuentra inserta en el Alma Universal, -equivalente a una célula creadora- adquiriendo, a partir de ese momento, vida individual, eterna e inmortal, con todos los atributos divinos del Creador Universal, por cuanto es el mismo Creador Universal encarnado en esa alma individual e individualizado, sin separarse de la Totalidad del Ser Universal, siendo UNO con Él, indisoluble, Él –mismo- diferenciado en una UNIDAD del Alma Universal. Es el equivalente a la ENCARNACIÓN DIVINA, en todo el sentido de la palabra. Y cada Espíritu constituye una encarnación de la Divinidad en un alma individual que será su vehículo eterno individualizado y diferenciado, con libre albedrío y autonomía, sujeto a los parámetros de las leyes divinas, valores universales o atributos divinos.
  • Es un proceso de ENCARNACIÓN DIVINA continúo y eterno, en forma gradual, de acuerdo a las necesidades de la Creación y la expansión universal.
  • Esa alma individual en la cual se ha encarnado el Espíritu Universal, individualizándose, es como una célula creadora en el cuerpo humano, comparable a un espermatozoide etérico o espiritual, después de cuya unión de Dios con esa célula, emana a la conciencia individual el NUEVO SER individualizado.
  • El lugar del cual emana a la vida individualizada, esa alma individual, por la encarnación de la Divinidad como Espíritu personalizado, constituirá el espacio cósmico de cada ser en el Ser Universal, con el cual estará indefectiblemente unido con un hilo fluídico elástico,  análogo al hilo de plata, fluídico y elástico, que constituye el alma,-peri-espíritu-, que une el Espíritu con el Cuerpo.
  • Gran número de doctrinas y personajes lúcidos de diferentes épocas han expresado, en algún grado, y en diversas formas, esta verdad,  sin entrar en detalles, lo que, en síntesis, se refleja en lo antes expuesto; empero, la reseña que antecede permite formarse una idea clara de cómo se lleva a cabo el proceso con exactitud.
  • Quedaría una pregunta digna de meditación: El proceso de emanación a la conciencia individual, de acuerdo a la reseña que antecede, se realiza paralelamente y en forma diferencial, en cada uno de los seres de los cuatro reinos naturales, o en un solo ser individualizado a partir del cual va evolucionando, a nivel espiritual, -no físicamente- pasando de una especie a otra, de un reino a otro, por etapas, hasta ocupar el nivel humano?
  • Nuestra percepción personal indica un solo e idéntico proceso de la encarnación de la Divinidad en un ser individual diferenciado.
  • Cada reino natural posee Espíritu, alma y cuerpo, en un proceso idéntico.
  • Aquí caben dos preguntas: 1) En los mundos muy avanzados, existen minerales, plantas y animales? 2) Sus Espíritus son los mismos que formaron parte de aquellos mundos primitivos e intermedios por los cuales pasaron las humanidades muy evolucionadas?
  •  Si estas preguntas tienen respuestas afirmativas, es decir, que: los Espíritus de los minerales, de los vegetales y de los animales que conforman los mundos muy evolucionados y que acompañan a las humanidades que los pueblan, han evolucionado paralelamente, y les han acompañados en el proceso evolutivo, hasta esta etapa superior, conservando su respectivo rango de mineral, vegetal o animal,  entonces, la respuesta correcta a la pregunta formulada sobre el proceso de la encarnación de la Divinidad a nivel del alma individualizada, sería la de que, la Divinidad, siendo la misma, se encarna en cada reino natural individualizando el Espíritu respectivo y diferenciado de cada especie.
  • Si el Espíritu humano debiese pasar por los procesos de transformación evolutiva, a nivel espiritual, por todas las variantes minerales, vegetales y animales, sería un proceso demasiado largo. Por lo menos, a nivel del planeta tierra, y de los mundos superiores en progreso al de nuestro planeta, el ser humano, desde su primera existencia, en la tierra, siempre ha sido humano. Esto se deduce claramente de la respuesta que obtiene, Allan Kardec, a la pregunta Nº 172 de El Libro de los Espíritus. Este tema, apasionante de por sí, amerita mayores análisis y meditaciones para dejarlo zanjado.

7. Es exacto decir que los Espíritus son inmateriales?

-“Como definir una cosa, si faltan los términos de comparación, y con un lenguaje insuficiente? Sería como si un ciego de nacimiento quisiera definir la luz. El vocablo inmaterial es inapropiado; la palabra incorpóreo sería más exacta, por cuanto debéis comprender que el Espíritu, siendo una criatura, debe por lo tanto ser alguna cosa: él es la quintaesencia de la materia, sin analogía con aquella que vosotros entendéis por materia, y de tal manera etérea que escapa a la percepción de vuestros sentidos”-.

Con frecuencia decimos que los Espíritus son inmateriales, porque su esencia difiere de todo lo que nosotros conocemos bajo el nombre de materia. Un pueblo ciego no tendría vocablos idóneos para referir la luz y sus efectos. El ciego de nacimiento cree de tener todas las sensaciones con el oído, el olfato, el gusto y el tacto y no comprende las ideas que requerirían el sentido que le falta. Ahora nosotros, con respeto a la esencia de los seres sobrehumanos, somos verdaderos ciegos, y no podemos definirla más que por medio de la comparación siempre imperfecta, o a través de un esfuerzo de nuestra imaginación.

8. Los Espíritus están sujetos a la muerte? Comprendemos que el principio del cual emanan es eterno; empero, preguntamos si su individualidad tiene un término, y si, en un tiempo más o menos largo, el elemento del cual están formados, se disuelve o regresa a la masa común, al igual que en los cuerpos materiales. Es difícil comprender como una cosa que tuvo un principio pueda tener un fin.

-“Muchas son las cosas que no comprendéis, por vuestra limitada inteligencia; pero esta no es un buena razón para negarlas. El niño no comprende todo lo que puede su padre, ni el ignorante en el mismo grado en que lo hace el docto. Nosotros os decimos que la existencia de los Espíritus no tiene fin, y por ahora no podemos decir más”-.

MUNDO NORMAL PRIMITIVO

9. Los Espíritus constituyen un mundo aparte diferente de aquel que vemos?

-“Sí, el mundo de los Espíritus o de las Inteligencias incorpóreas”-.

10. Cuál de los dos mundos, el espiritual o el corpóreo, es el principal en el orden de las cosas?

-“El mundo espiritual; porque ha preexistido, y sobrevive a todo”-.

11. Podría el mundo corpóreo cesar de existir, o no haber existido nunca, sin alterar la esencia del mundo espiritual?

-“Sí, por cuanto son independientes el uno del otro; pero no por eso sus relaciones son continúas, sin embargo, reaccionan continuamente el uno sobre el otro”-.

12. Los Espíritus ocupan en el espacio una región determinada o circunscrita?

-“Los Espíritus están por todas partes, y siendo infinitos, en número, pueblan los espacios infinitos. Los hay, continuamente, alrededor de vosotros, quienes os observan, actuando sobre vosotros sin que os percatéis de ello, por cuanto son una de las potencias de la naturaleza, los instrumentos de los cuales se sirve Dios para el cumplimiento de sus designios; pero, no todos van por todas partes, por cuanto existen regiones determinadas para los Espíritus inferiores”-.

FORMA Y UBICUIDAD DE LOS ESPÍRITUS

13. Los Espíritus tienen una forma determinada, limitada y constante?

–“A vuestros ojos no; a los nuestros sí. Esta forma es, por así decir, una flama, un rayo, una chispa etérea”-.

-Esta flama o chispa tiene algún color?

-“Para vosotros ella variaría de la sombra al brillo del rubí, según la menor o mayor pureza del Espíritu. Con frecuencia se representan los genios con una flama o una estela en la frente, alegoría que recuerda la naturaleza esencial de los Espíritus. Esta flama se suele poner en la parte superior de la cabeza, por cuanto ahí reside la sede de la inteligencia”-.

14. Los Espíritus emplean algún tiempo en desplazarse por el espacio?

–“Sí, pero es tan rápido y breve, como el pensamiento”-.

-El pensamiento no es el Espíritu mismo que se desplaza de un lugar a otro?

-“Por cuanto el pensamiento se reside en algún lugar, allí se encuentra, también, el Espíritu, dado que quien piensa es el Espíritu: el pensamiento es un atributo”-.

15. Siente, el Espíritu, cuando se desplaza de un lugar a otro, que está recorriendo un trayecto y  atravesando los espacios, o se transfiere instantáneamente a voluntad?

-“Según los casos: el Espíritu, a voluntad, puede muy bien tener o no el sentimiento de la distancia que recorre, es decir, depende, por un lado, de su voluntad, y, por el otro, de su naturaleza más o menos purificada”-.

16. La materia es un obstáculo a los Espíritus?

-“No, por cuanto penetran todo: el aire, la tierra, las aguas y el mismo fuego, son para ellos igualmente accesibles”-.

17. Los Espíritus tienen el don de la ubicuidad? En otros términos: puede el mismo Espíritu dividirse y estar en varios lugares a un mismo tiempo?

–“No; pero, cada Espíritu es un centro, que irradia en diversas direcciones, por lo cual pareciera que se encuentra en varios lugares al mismo tiempo. Ved, el sol es uno, pero irradia todo alrededor y envía sus rayos muy lejos, sin dividirse en varias partes”-.

-Irradian todos los Espíritus con la misma potencia?

-“Es evidente que no, por cuanto ésta depende del grado de su respectiva pureza”-.

Cada Espíritu es una unidad indivisible; pero puede extender su pensamiento en diversas direcciones al mismo tiempo. En esto solo consiste la facultad de la ubicuidad atribuida a los Espíritus. De esta manera es un cuerpo luminoso que envía lejos sus rayos y puede ser visto desde todos los puntos del horizonte; así un ser humano. Que, sin cambiar de sitio y sin dividirse, puede transmitir órdenes, señales y movimientos en diversos lugares.

PERIESPÍRITU

18. El Espíritu propiamente dicho está despojado de toda envoltura o se encuentra envuelto en alguna sustancia?

-“Se encuentra envuelto en una sustancia vaporosa para vosotros, y para nosotros, todavía, rudimentaria, empero, aún bastante sutil, para que pueda elevarse en la atmósfera y transferirse a donde le plazca”-.

Como el germen de un fruto se encuentra circundado por el periespermo, así el Espíritu propiamente dicho se encuentra revestido por una envoltura, que por analogía puede denominarse periespíritu.

19. De dónde toma el Espiritual envoltura semi-material?

-“Del fluido universal de cada planeta. Por lo cual éste no es el mismo en todos los mundos: en el pasar de un mundo a otro, el Espíritu cambia la envoltura como vosotros cambiáis de vestido”-.

Entonces, cuándo los Espíritus, que habitan en mundos superiores, vienen entre nosotros, toman un periespíritu más material?

-“Por supuesto, por cuanto, como ya os hemos dicho, deben revestir vuestra materia”-.

20. La envoltura semi-material del Espíritu toma formas determinadas, y puede ser visible?

-“Sí, a voluntad de los Espíritus: es por esto que alguna vez os aparecen en los sueños, o en la vigilia, y toman formas, además de visibles, palpables”-.

VARIOS ORDÉNES DE ESPÍRITUS

21. Los Espíritus son todos iguales, o existe entre ellos alguna jerarquía?

-“Los hay de diferentes ordenes, de acuerdo al grado de perfección al cual han llegado”-.

22. Estos ordenes o grado de perfección entre los Espíritus son en número determinado?

-“No, por cuanto no le separa un confín preciso trazado a modo de barrera, por lo cual estas divisiones se pueden alargar o restringir a voluntad. Todavía, considerando los caracteres generales, estos ordenes se pueden reducir a tres. Aquellos del primer orden han alcanzado la perfección, y son los Espíritus puros; aquellos del segundo han llegado a la mitad de la escala, y tienen como móvil el deseo del bien; aquellos del tercero se encuentran todavía abajo: Espíritus imperfectos, tienen por carácter la ignorancia, el deseo del mal y todas las malas pasiones, que retardan el avance evolutivo”-.

23. Los Espíritus del segundo orden tienen solamente el deseo del bien, o también el poder de hacerlo?

-“Este poder lo adquieren según el grado de su perfeccionamiento, por cuanto algunos tienen la ciencia, otros la sabiduría y la bondad, empero, todos deben, todavía, pasar por  otras pruebas”-.

24. Los Espíritus del tercer orden son todos esencialmente malos?

-“No; algunos no hacen ni bien ni mal, otros, en cambio, se complacen en el mal, y encuentran satisfacción cuando encuentran el modo de hacerlo. Se agregan los Espíritus ligeros, o duendes, más turbulentos que malos, quienes pecan más bien de malicia que de maldad, y se complacen en mistificar, y causar pequeñas contrariedades, de las cuales ellos se ríen”-.

ESCALA ESPIRITA

25. OBSERVACIONES PRELIMINARES: La clasificación de los Espíritus está fundada sobre el grado de su progreso, sobre los privilegios que han adquirido, y sobre las imperfecciones, de las cuales deben, todavía, liberarse. Esa, por otra parte, no es absoluta: cada categoría presenta, sí, un carácter decisivo en el conjunto, empero, de un grado a otro el tránsito es insensible, y en sus límites la gradación desaparece como en los reinos de la naturaleza, al igual que en los colores del arco iris, o bien, si se quiere, como en los diferentes períodos de la vida del ser humano. Se puede, por lo cual, formar un mayor o menor número de clases, según el modo en que se considera la cuestión. Ocurre en esto como en todos los sistemas de clasificaciones científicas, que pueden estar más o menos completos, más o menos racionales, más o menos cómodas para el intelecto; pero, sean como fueren, no cambian para nada el fondo de la ciencia. Por lo cual, los Espíritus, interrogados sobre el argumento, han podido disentir sin error en el número de las categorías. Otros han querido hacerse un arma de estas pretendidas discrepancia, sin reflexionar que ellos non dan ninguna importancia a nada de lo que sea convencional; por cuanto, para ellos el pensamiento es todo, dejando para nosotros la forma, la elección de los términos, las clasificaciones, en una palabra, los sistemas.

Se atienda, por otra parte, a recordar, siempre, que, entre los Espíritus, como entre los seres humanos, los hay en elevado número ignorantes, por cuanto los hechos demuestran que nada es más falso que el creer que todos los Espíritus, por ser tales, deben saberlo todo. Cada clasificación requiere método, análisis y perfecto conocimiento de cada cosa. Ahora bien, en la dimensión espiritual, aquellos que tienen conocimientos limitados, son, al igual que en la física, los ignorantes, inhábiles para realizar una interrelación, establecer un sistema: no conociendo ellos clasificaciones, o comprendiéndolas solo imperfectamente, reputan de primer orden a todos los Espíritus superiores a ellos, sin poder evaluar las gradaciones de sapiencia, de energía y de moralidad que le distinguen, como entre nosotros los salvajes se diferencian de los seres civilizados. Empero, también, aquellos mismos que son capaces pueden variar en los particulares según su percepción, por cuanto se trata de una división, que nos es absoluta. Linneo, Jussien y Tournefort, han desarrollado, cada uno, su propio método, y la botánica no ha cambiado por esto, por cuanto no inventaron ni las plantas ni sus caracteres, en cambio, observaron sus afinidades, y, en razón de éstas formaron los grupos o las clases. De la misma manera hemos hecho nosotros: no hemos inventado ni los Espíritus, ni sus cualidades; pero, los hemos observado y juzgado por sus palabras y actos, y después clasificados por su afinidad, según los datos que ellos mismos han proporcionado.

Los Espíritus admiten, generalmente, tres categorías principales o grandes divisiones. En la última, es decir, en el último peldaño de la escala, se encuentran los Espíritus imperfectos, caracterizados por el predominio de la materia sobre el espíritu y la propensión al mal.  Aquellos de l segunda, Espíritus buenos, tienen por carácter el predominio del espíritu sobre la materia y el deseo del bien. La primera, en fin, comprende los Espíritus puros, que han alcanzado el sumo grado de perfección.

Esta división nos parece perfectamente racional y con caracteres bien delineados por un suficiente número de subdivisiones, y la hemos hecho con la ayuda de los Espíritus mismos, cuyas benévolas instrucciones jamás nos han faltado.

Con este cuadro será fácil determinar el orden y el grado de superioridad o de inferioridad de los Espíritus, con los cuales comunicarse, y en consecuencia, el grado de confianza y estima, que merecen. Es ésta, en cierto modo, la llave de la ciencia espirita, por cuanto no sabrá jamás rendirse cuenta de las anomalías, que presentan las comunicaciones con los Espíritus, quien no aprende a conocer las disparidades intelectuales y morales. Es útil, por otra parte, advertir, que no siempre los Espíritus pertenecen a la tal o cual otra clase, por cuanto su progreso va cumpliéndose grado a grado, y con frecuencia más en un sentido que en otro. Ellos, por lo tanto, pueden reunir en sí los caracteres de más categorías, lo cual se puede, fácilmente, reconocer por su lenguaje y por sus actos.

Ellos tienen la intuición de Dios, pero no lo comprenden.

No son todos esencialmente malos: en algunos existe más ligereza, incongruencia y  malicia que verdadera maldad. Los unos no hacen ni bien ni mal, empero, ya con solo no practicar el bien demuestran la propia bajeza; los otros, en cambio, *disfrutan del mal, y gozan, cuando encuentran el modo de hacerlo.

TERCER ORDEN: ESPÍRITUS IMPERFECTOS

26. CARACTERES GENERALES. Los caracteres generales de estos Espíritus son: el predominio de la materia sobre el espíritu, la propensión al mal, la ignorancia, el orgullo, el egoísmo, y todas las malas pasiones, que resultan como consecuencia.

Pueden acoplar la inteligencia con la perversidad o con la malicia; pero, cualquiera que sea el desarrollo intelectual, sus ideas son poco elevadas, y más o menos inferiores sus sentimientos.

Sus cogniciones en torno a las cosas del mundo espiritual son limitadas, y lo poco que saben, se confunde con las ideas y los prejuicios de la vida corpórea. En consecuencia, no nos pueden dar más que nociones falsas e incompletas; empero, el observador atento encuentra, frecuentemente, en sus comunicaciones, aunque imperfectas, la confirmación de las verdades enseñadas por los Espíritus superiores.

Su carácter se revela en su lenguaje. Cada Espíritu en cuyas comunicaciones se filtra un mal pensamiento debe ser clasificado en el tercer orden, y, por consiguiente, cada pensamiento negativo que sugiera el mal, proviene de un Espíritu perteneciente a este orden.

Ven la felicidad de los buenos, y tal panorama es para ellos un continúo tormento, por cuanto experimentan todas las angustias que pueden nacer de la envidia y del celo.

Conservan el recuerdo y la sensación de los sufrimientos de la vida corpórea, y esta impresión resulta para ellos mucho más penosa de la realidad. Sufren, realmente, tanto por los males que han realizado ellos mismos, como por aquellos que han hecho realizar a otros, y, debido a que sufren largo tiempo, llegan a creer que han de sufrir eternamente. Dios, para castigarlos, lo desea así.

  1. 27.          CLASE DÉCIMA: Espíritus impuros. Los Espíritus impuros están inclinados al mal, haciendo de ello el objeto de sus ocupaciones. Dan pérfidos consejos, esparcen la discordia y la desconfianza, y se ponen cualquier mascara para engañar mejor. Se atacan a los caracteres débiles y tales de ceder a sus sugestiones, con el fin de perderlos, contentos, si pueden, al menos, retardarle el progreso, haciéndole sucumbir en las pruebas a las cuales deber someterse.

En las manifestaciones se reconocen por el lenguaje: la trivialidad y lo rudimentario de las expresiones, en los Espíritus como en los seres humanos, son siempre indicio de inferioridad moral, si no intelectual. Sus comunicaciones permiten conocer la bajeza de las tendencias, y, si, también, desean inducir en error afectando maneras sabias, no rigen, a la larga, sin dejar caer la mascara y mostrarse cual son en realidad.

Algunos pueblos han hecho de ellos divinidades maléficas; otros los llaman con nombres de demonios, genios perversos, Espíritus del mal.

Durante su encarnación, ellos están dedicados a todos los vicios que suelen generar las pasiones viles y depravadas, como la sensualidad, la crueldad, el astucia, la hipocresía, la codicia y la sórdida avaricia. Hacen el mal por el placer de hacerlo, las más de las veces sin motivo, y, porque odian el bien, eligen casi siempre sus victimas entre las personas honestas. Son verdaderos flagelos de la humanidad, a cualquier grado social al cual pertenezcan, y la vestidura de la civilización no le salva del oprobio y de la ignominia.

  1. 28.          CLASE NOVENA: Espíritus ligeros. Estos Espíritus son ignorantes, malignos, caprichosos y embusteros. Se inmiscuyen en todo, y responden a todo, sin importarle la verdad. Se complacen en contrariar, en procurar mezquinas satisfacciones, en azuzar a litigios, en inducir maliciosamente al error con engaño y actos de viveza. A esta clase pertenecen los Espíritus que el vulgo llama duendes. Se encuentran bajo la dependencia de los Espíritus superiores, de quienes se sirven con frecuencia, al igual que lo hacemos nosotros con los subalternos.

En la comunicación con los seres encarnados su lenguaje, algunas veces expresa pensamientos humoroso y chistoso, pero, casi siempre sin profundidad: toman el lado ridículo de las cosas, exponiéndolo con palabras satíricas y mordaces; con frecuencia se esconden bajo falsos nombres, empero, más por malicia que por maldad.

  1. 29.          CLASE OCTAVA: Espíritus pseudo-sabios. Los Espíritus de esta categoría tienen, en verdad, conocimientos muy extensos, empero, presumen de saber más de lo que realmente saben. Dado su progreso, hablan con cierta gravedad, lo cual puede traer a cierto engaño en relación a su sapiencia, la cual a lo sumo se reduce a un conjunto de prejuicios y de ideas sistemáticas sobre la vida  terrestre, y en un conjunto de alguna verdad con los errores más absurdos, entre los cuales afloran la presunción, el orgullo y la obstinación, de las cuales no se han podido despojar.                                                                                                 
  2. 30.          CLASE SÉPTIMA: Espíritus indiferentes. Estos Espíritus no son ni suficientemente buenos para hacer el bien, ni tan malos para hacer el mal: oscilan entre, en un dado momento hacia el bien y en otro, hacía la polaridad opuesta. Permanecen a nivel de la vulgar humanidad tanto por su moral como por su inteligencia, conservando el apego a las cosas de este mundo, cuyos groseros placeres vividos añoran.
  3. 31.          CLASE SEXTA: Espíritus golpeadores y perturbadores. Estos Espíritus no forman, propiamente hablando, una clase en sí misma por sus cualidades personales, por cuanto de tal genero los hay en todas las clases del tercer orden. Frecuentemente manifiestan su presencia con efectos sensibles y físicos, como golpes, movimientos, desplazamientos anormales de cuerpos sólidos, y otras señales análogas. Parece que, estando apegados más que los demás a la materia, sean los agentes principales de las vicisitudes elementares del planeta, operando sobre el aire, el agua, el fuego, los cuerpos duros, y también en las vísceras de la tierra. Está claro que estos fenómenos, cuando tienen un carácter intencional e inteligente, no son debido a una causa fortuita o física. Todos los Espíritus pueden producir fenómenos similares; pero, comúnmente los realizan los de nivel inferior, quienes son más sensibles a las cosas materiales. De éstos se sirven los Espíritus elevados cuando estiman que manifestaciones de ésta índole pueden aportar alguna utilidad.

SECUNDO ORDEN: Espíritus buenos

32. CARACTERES GENERALES. Las características generales de los Espíritus buenos, son: el predominio del espíritu sobre la materia y el deseo del bien. Sus cualidades y poder para realizar el bien son una consecuencia directa de su grado de perfeccionamiento: unos poseen la ciencia, los otros la sabiduría y la bondad. Los de mayor progreso unen al saber las cualidades morales. Por cuanto aún no se encuentran totalmente libres de las afecciones materiales, conservan más o menos, según el propio grado, los efectos de la existencia corpórea, bien sea en la forma del lenguaje, como en las costumbres, observándose, aún, restos de alguna pasión. Si fuese de otra manera, serían perfectos.

Esta jerarquía de Espíritus comprende bien a Dios y el infinito, y gozan ya la beatitud de los buenos. Son felices en el bien que realizan y del mal que evitan que se realice. El amor que los une es para ellos fuente de inefable felicidad, jamás turbada ni por la envidia, ni por otros remordimientos, ni por alguna de las malas pasiones que conforman el tormento de los Espíritus imperfectos: todos, empero, deben soportar, aún, pruebas hasta que no hayan alcanzado la perfección.

En el estado de Espíritu suscitan pensamientos buenos y benévolos hacia el prójimo; no les mueve ni el orgullo, ni el rencor, ni la envidia, ni los celos, y hacen el bien por amor del bien.

A este orden pertenecen los Espíritus que, comúnmente, se les denomina genios buenos, genios protectores y Espíritus del bien. En los tiempos pasados, de superstición e ignorancia, se hicieron de ellos un gran número de deidades benéficas.

Se pueden dividir en cuatro los grupos principales:

33. CLASE QUINTA: Espíritus benévolos. Predomina en ellos la bondad, y gozan prestando servicios a los seres humanos y en protegerlos, empero, su saber es limitado: su progreso es más de orden moral que intelectual.

34. CLASE CUARTA: Espíritus doctos. Lo que distingue a estos Espíritus es la amplitud de sus conocimientos. Se ocupan de cuestiones morales, empero, centran su interés en la ciencia, para la cual están dotados en elevado grado, a la cual consideran por el único lado de la verdadera utilidad, liberados de las pasiones que caracterizan a los Espíritus de grados inferiores de perfección.

35. CLASE TERCERA: Espíritus prudentes. Elevadísimas cualidades morales forman el carácter distintivo de estos Espíritus. Sin tener conocimientos del todo ilimitados, se encuentran dotados de una capacidad intelectual que le permite formarse un sano juicio sobre los seres y las cosas.

  1. 36.          CLASE SEGUNDA: Espíritus superiores. Estos Espíritus reúnen, conjuntamente, la ciencia, la sabiduría y la bondad. Su lenguaje está lleno de benevolencia, reflejando, constantemente, dignidad y elevación, alcanzando, con frecuencia, niveles de sublimidad. Su superioridad les rinde aptos más que a los demás para aportarnos, dentro de los límites asignados al humano saber, las más precisas nociones sobre las cosas del mundo incorpóreo.

Se comunican con buena disposición con aquellos que buscan desinteresadamente la verdad; tienen el espíritu suficientemente libre de los lazos terrenos para comprenderla; empero, se alejan de quienes se encuentran movidos por la sola curiosidad, o limitados, por la influencia de la materia, de practicar el bien.

Cuando, por excepción, encarnan en la tierra, es para cumplir una misión de progreso, ofreciendo, entonces, el tipo de perfección a la cual puede aspirar, en la dimensión física, la humanidad.

PRIMER ORDEN: Espíritus puros

37. CARACTERÍSTICAS GENERALES. Sobre estos Espíritus la materia no ejercita influencia alguna, y tienen una absoluta superioridad intelectual y moral respecto a los Espíritus de los demás órdenes.

38. Clase primera y única. Los Espíritus de esta clase han recorrido todos los grados de la escala espirita, y depuesto cada impureza de la materia. Por cuanto han alcanzado el vértice de la perfección, de la cual pueden ser capaces los seres humanos, no deben experimentar más prueban ni expiaciones. No estando más sujetos a la reencarnación en cuerpos caducos, viven la vida eterna en el seno de Dios. Disfrutan de una felicidad inalterable, por cuanto no están sometidos más ni a las necesidades, ni a las vicisitudes de la vida material; pero, esta felicidad no consiste en un ocio monótono desenvolviéndose en perpetua contemplación. Son los mensajeros y ministros de Dios, de quien ejecutan las órdenes para el mantenimiento de la armonía universal. Comandan a todos los demás Espíritus, les ayudan a perfeccionarse y les asignan sus tareas. Asistir a los seres humanos en sus afanes, estimularles a actuar bien y a expiar las culpas que les mantienen alejados de la suprema felicidad, es para ellos la más dulce de las ocupaciones. Algunas veces se le denomina con nombres de ángeles, arcángeles o serafines.

COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: Cuando se menciona que habiendo alcanzado un determinado grado de progreso, los Espíritus no precisan pasar más por pruebas ni expiaciones, y que vivirán, en eterno, en el seno de Dios, hay que entender que, habiendo alcanzado el grado de Maestros de la Creación, a partir entonces van a fungir de auténticos creadores en el desarrollo de nuevos mundos, con libertad de creación, aunque siguiendo los planes trazados por el Creador Universal. Es igual que la persona que se gradúa en la universidad y que ha realizado los cursos de especializaciones y doctorado inherentes, que le facultan a crear con cierto grado de independencia bajo la égida de su visión cósmica. Sin dejar de ser un aprendiz eterno, el Espíritu pasa de la fase de estudiante a la de maestro y creador independiente, dirigiendo determinada parte de la gran obra. Pero, ya, se encuentra emancipado de esa fase evolutiva, en la cual se encontraba depurando su ser de las impurezas que le inhibían percibir la luz con plenitud y asumir la realización de una obra desde su diseño hasta su ejecución final, y así ad infinitum. Antes era un ejecutante, solamente; ahora: diseña, dirige y ejecuta, simultáneamente, y, algunas, veces, en diversos mundos, paralelamente, en forma escalonada y continúa. 

Los seres humanos pueden ponerse en comunicación con ellos; empero, ciertamente, se equivocaría quien pretendiese de tenerlos constantemente a su disposición.

EVOLUCIÓN DE LOS ESPÍRITUS

39. Los Espíritus son por su naturaleza buenos o malos, o, en cambio, se van mejorando por su propia voluntad?

-“Son los mismos Espíritus que se mejoran por sí mismos, y, mejorándose, pasan de un orden al otro”-.

40. Los Espíritus fueron creados una parte buenos y otra malos?

-“Dios ha creado todos los Espíritus simples e ignorantes, es decir, sin ciencia alguna y dio a cada uno un objetivo con la finalidad de iluminarle y hacer que sí alcancen progresivamente la perfección por medio del conocimiento de la verdad, que a Él siempre más le acerca. En el logro de esta perfección reside para ellos la suprema y perfecta felicidad. Los Espíritus adquieren estos conocimientos pasando por las pruebas que Dios les impone. Los unos las aceptan de buen grado alcanzando con dedicación la meta; otros no las asumen que con desgano, por lo cual, por propia culpa, quedan más largo tiempo alejados de la perfección y de la felicidad prometida”-.

Podría decirse que los Espíritus en su origen sean como los niños, ignorantes y sin experiencia, y adquieren poco a poco los conocimientos que precisan, recorriendo las varias fases de la vida?

-“La comparación es exacta. El niño indómito queda ignorante e imperfecto, ya que, cada uno progresa más o menos moralmente e intelectualmente, según su docilidad; la diferencia consiste en que la vida del ser humano, como tal, en la dimensión física, tiene un término, mientras que, la del Espíritu, se extiende al infinito”-.

41. Existen Espíritus que deben permanecer perpetuamente en los ordenes inferiores?

-“No; todos, con el correr del tiempo, serán perfectos. Frecuentemente, su permanencia en los ordenes inferiores dura largo tiempo, pero luego se transforman, por cuanto, como hemos dicho antes, un padre justo y misericordioso no puede mantener separados de sí, en eterno, a los propios hijos. Quisierais, por lo tanto, que Dios, grande, bueno y justo como es fuese peor de lo que no sois vosotros mismos?”-

42. Está en la potestad de los Espíritus apresurar su progreso hacia la perfección?

-“Ciertamente que sí: ellos la alcanzan más o menos rápido de acuerdo con sus deseos y de su sumisión a la voluntad de Dios. El niño dócil, no se instruye, por cierto, más solícitamente que el indómito?”

43. Los Espíritus pueden degenerar?

-“No: mientras van progresando, comprenden lo que les alejaba de la perfección. Cuando el Espíritu ha cumplido una prueba, adquiere un aprendizaje y no lo olvida más. Puede quedar estacionado, empero, no retrocede jamás”-.

44. No habría podido Dios ahorrarle a los Espíritus las pruebas, a las cuales deben someterse para alcanzar al grado supremo?

-“Si los Espíritus hubiesen sido creados perfectos, no tendrían ningún derecho de gozar los beneficios de la perfección. Dónde estaría el mérito sin la lucha? Por otra parte, la desigualdad, que existe entre ellos, es necesaria a su personalidad; por otra parte, el desempeño que ejecutan en estos diferentes grados se encuentra en los designios de la Providencia para la armonía del universo.

Por cuanto en la vida social, a todos los seres humanos le es dado de alcanzar las funciones más elevadas, razonando de este modo cabría la pregunta de por qué el soberano de un país no hace un general de cada uno de sus soldados; por qué todos los empleados subalternos no vienen ascendidos en superiores; por qué todos los alumnos no son, en forma inmediata, nombrados maestros. Ahora bien, la diferencia entre la vida social y la vida espirita reside en esto: la primera es limitada, por lo cual no permite siempre de ascender todos los grados, mientras la segunda es infinita, y deja a todos la posibilidad de llegar a los supremos grados.

45. Para alcanzar la bondad los Espíritus deben pasar todos por la experiencia del mal?

-“No por la experiencia del mal, pero sí por la de la ignorancia”-.

46. Por qué algunos Espíritus han seguido la vía del bien, y otros, la del mal?

-“No tienen ellos el libre albedrío? Dios ha creado a los Espíritus no malos, sino simples e ignorantes, es decir, con iguales aptitudes para el bien y para el mal. Los malos, los son por propia voluntad.

47. Por qué, en los orígenes, cuando todavía no tienen consciencia de sí mismos, los Espíritus pueden tener libertad de elección entre el bien y el mal? Existe, en ellos, un principio, alguna tendencia, le les lleve a uno u otro?

-“El libre albedrío se desenvuelve a medida que el Espíritu adquiere consciencia de sí mismo. No existiría más libertad si la elección fuese solicitada por una causa independientemente de la voluntad del Espíritu. La causa no está en él, sino fuera de él, en las influencias a las cuales cede en virtud del libre querer. Esta es la gran alegoría de la caída del ser humano y del pecado original: los unos han cedido, los otros han resistido a la tentación”-.

De dónde les vienen al Espíritu estas influencias externas?

-“De los Espíritus imperfectos, quienes buscan de adueñarse de él y de dominarle, y se alegran todas las veces que logran hacerle sucumbir. Esto es lo que han querido representar con la figura de Satanás”-.

El Espíritu está sujeto a esta influencia solo en sus orígenes?

-“No; esta dura hasta que él no haya adquirido tal dominio de sí mismo, que disuada a los malos Espíritus en su esperanza de lograrlo”-.

48. Por qué ha permitido Dios a los Espíritus de poder seguir la vía del mal?

-“Cómo osaríais vosotros de pedir cuentas a Dios de sus actos? Creeríais vosotros de poder escrutar sus designios? Dios, sumamente sabio, deja a cada uno la libertad de elegir, para que tenga el mérito de sus obras”-.

49. Por cuánto algunos Espíritus siguen desde el principio la vía del bien absoluto, y otros la del mal absoluto, existen grados intermedios entre estos dos extremos?

-“Ciertamente; y éstos constituyen la mayor parte”-.

50. Los Espíritus que han seguido la vía del mal, podrán alcanzar el mismo grado de espiritualidad de los otros?

-“Si; pero las eternidades serán para ellos más largas”-.

Con este plural las eternidades se expresa la idea que tienen los Espíritus inferiores de la perpetuidad de los propios sufrimientos, por cuanto no le es dado a ellos de ver el término, y porque esta idea se renueva en cada prueba en la cual sucumben.

51. Los Espíritus, llegados al grado supremo después de haber pasado por el camino del mal, tienen menor mérito que los demás a los ojos de Dios?

-“Dios observa tanto a los unos como a los otros con los mismos ojos, y los ama a todos con el mismo amor. Unos se denominan malvados, solamente porque cayeron en culpa; en el origen no eran más que Espíritus simples”-.

52. Los Espíritus fueron creados todos iguales respecto a las facultades intelectuales?

-“Iguales; empero, por cuanto desconocen de donde vienen, es preciso que el libre albedrío siga su propio curso. Ellos progresan más o menos rápidamente en inteligencia como en moralidad”-.

Los Espíritus, que recorren desde el principio la vía del bien, no son ya perfectos por esto, ya que, si no tienen malas tendencias, deben, todavía, adquirir la experiencia y las cogniciones necesarias a la obtención de la perfección.

Podemos compararlos con los niños, quienes, aunque sean naturalmente buenos, tienen necesidad de desenvolverse, de instruirse, pasando por diversas transiciones desde la infancia a la edad madura.

Como hay seres humanos que son buenos, y otros que son malos desde la infancia, de esta manera existen Espíritus que son buenos o malos desde el inicio, pero, con la diferencia capital de que el niño tiene instintos ya formados, mientras el Espíritu en su origen no es ni malo ni bueno: poseyendo todas las tendencias, él, posteriormente, sigue una u otra dirección de acuerdo a su libre albedrío.

ANGELES Y DEMONIOS

53. Los seres que nosotros llamamos ángeles, arcángeles, serafines, y similares, forman una categoría especial de naturaleza diferente de los demás Espíritus?

-“No, son los Espíritus puros, es decir, aquellos que alcanzaron lo máximo de la escala, y reúnen en sí todas las perfecciones”-.

El vocablo ángel despierta, generalmente, la idea de la perfección moral; empero, frecuentemente, se aplica, también, a todos los seres extrahumanos, sean ellos buenos o malos. Por lo cual, se acostumbra decir: ángel bueno, ángel malo, ángel de la luz y ángel de las tinieblas; en cuyo caso la palabra ángel es sinónimo de Espíritu o genio. Nosotros, aquí, la tomamos en su significado bueno.

54. Los ángeles, entonces, han recorrido, ya, todos los grados?

-“Sí; los unos por cuanto han aceptado su misión sin murmurar, han llegado a la perfección más temprano; los demás, han empleado un tiempo más o menos largo”-.

55. Si la opinión, según la cual algunos seres fueron creados perfectos y superiores a todos los demás, es falaz, cómo es que ella se encuentra en la tradición de casi todos los pueblos?

-“Por cuanto vuestro mundo no es ab aeterno, mucho antes de que él existiese otros Espíritus habían ya alcanzado el grado supremo, los seres humano han llegado a creer que en él fueron creados”-.

56. Existen demonios en el significado común de esta palabra?

-“Si existiesen, serían obra de Dios, y, sería Dios justo y bueno si hubiese creado seres destinados eternamente al mal e infelices? Demonios, cuando así los queréis denominar, los hay, pero se encuentran en vuestro mundo inferior o en otros semejantes, y son los hipócritas, que hacen de un Dios justo un Dios malvado y vengativo, creyendo que las abominaciones que ellos cometen en su nombre puedan serle a Él de su agrado”-.

La palabra demonio, implica la idea de Espíritu malo solamente en su significado moderno, por cuanto el vocablo griego daimon, del cual ha derivado, significa genio, inteligencia; es así como los antiguos llamaban a los seres incorpóreos, buenos o malos que fuesen, sin hacer distinción.

Los demonios, según el significado común de la palabra, se suponen que seres esencialmente maléficos, los cuales pero,  como todas las cosas, serían criaturas de Dios. Ahora, Dios, que es supremamente justo y bueno, no puede haber creado seres predestinados al mal por su misma naturaleza y condenados por toda la eternidad. Y si después se quisiese afirmar que no son obra de Dios, serían ab aeterno como Él, y de esta manera habrían no una, sino muchas potencias suprema.

La primera condición de cada doctrina es la de ser lógica: ahora, la de los demonios carece de esta condición esencial. Que en las creencias de los pueblos bárbaros figuren los demonios, se entiende, y se explica fácilmente, por cuanto, no conociendo ellos los atributos de Dios, admiten también las divinidades maléficas; empero, cualquiera que considere la bondad como un atributo por excelencia de Dios, no será nunca tan ilógico de suponer que Él haya podido crear seres consagrados al mal y predestinados a hacerlo perpetuamente; por cuanto sería querer negar su bondad. Los sostenedores de la creencia en los demonios se apoyan en las palabras de Jesús; no es cierto que nosotros pondremos en duda la autoridad de su enseñanza, que, más bien, quisiéramos verlo grabado en lo más íntimo, más que en la boca, de todos los seres humanos; empero, están ellos seguros del significado que él le daba a la palabra demonio? No sabemos, quizá, que su forma alegórica es uno de los caracteres distintivo de su lenguaje? Se deberá, por lo tanto, tomar a la letra todo cuanto se encierra en el Evangelio? Sirva, por ejemplo, solamente el pasaje siguiente: -“Enseguida, después de estos días de aflicción el sol se oscurecerá, y la luna no reflejará más luz, y las estrellas caerán del firmamento, y las potencias del cielo serán removidas. En verdad os digo: la presente generación no pasará antes de que estas cosas hayan ocurrido”-.

Referente a la creación y el movimiento de la tierra hemos visto que la forma del testo bíblico es, frecuentemente, contradictorio. No puede ocurrir lo mismo en algunas figuras empleadas por Jesús, quien debía hablar adaptándose a los tiempos y a los lugares? Jesús no pudo decir falsedades; por lo cual, si en sus palabras se encuentran cosas que parecieran ofender a la razón, esto acontece porque nosotros no las comprendemos, o las interpretamos erróneamente.

Los seres humanos han hecho en relación a los demonios lo mismo que han hecho en respecto a los ángeles: como han creído  en los seres perfectos ab aeterno, han hecho lo mismo en relación a los Espíritus inferiores creyéndolos eternamente malos.

El vocablo demonios debe, por lo tanto, considerarse como sinónimos de Espíritus impuros, quienes, frecuentemente, no valen un punto más de los seres fantásticos designados con este nombre; pero, con la diferencia de que su estado es transitorio. Ellos son Espíritus imperfectos que se rebelan en contra de las pruebas a ellos antepuestas, y por esto están condenados a soportarlas más largamente: empero, a su vez, alcanzarán, también ellos, la perfección, siempre y cuando tengan la voluntad. Por lo cual, se podría aceptar el término demonio con esta restricción; pero, por cuanto ahora viene empleado con este significado exclusivo, no faltaría de ser causa continua de error, haciendo creer a la existencia de seres especiales, creados únicamente para ser malos.

En cuanto a Satanás, es evidente que él es la personificación del mal bajo la forma alegórica, por cuanto no se podría admitir un ser malvado en lucha de tú a tú con Dios, cuya sola ocupación constituyese en la oposición a sus designios. Por cuanto al ser humano le eran necesarias figuras que le estimulasen la imaginación, él se ha representado a los seres incorpóreos bajo una forma material, con atributos que permiten recordar las virtudes y los defectos. De esta manera, los antiguos, queriendo personificar el tiempo, lo representaron con la figura de un viejo con la guadaña y un reloj de arena, por cuanto, representado bajo el aspecto de un joven hubiese sido absurdo; así ocurre con las imagines alegórica de la fortuna, de la verdad, etcétera. De esta manera, los modernos han representado los ángeles y los Espíritus puros, como jovencitos radiantes con alas cándidas, símbolo de su pureza, y a Satanás con los cuernos, las garras  del león y los demás atributos de la bestialidad, símbolos de sus bajas pasiones. Pero, el vulgo, que tomas las cosas a la letra, ha visto en estos emblemas personajes reales, como una vez había visto a Saturno en la alegoría del tiempo.

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(*) Aquí el vocablo Espíritu se emplea para designar a los seres individuales extracorpóreos, y no más el elemento inteligente universal.

 

 

 

 

 

PRINCIPIO VITAL

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PRINCIPIO VITAL
Autor: Allan Kardec
Versión castellana y comentarios exegéticos:
Giuseppe Isgró C.

Capítulo IV de: El Libro de los Espíritus

Seres orgánicos e inorgánicos. La Vida y la Desencarnación. Inteligencia e Instinto.

SERES ORGÁNICOS E INORGÁNICOS
Seres orgánicos son aquellos que tienen en sí mismos una fuerza de intima actividad, la cual le otorga la vida: nacen, crecen, se reproducen por sí mismos, concluyen el ciclo de vida y están provistos, para cumplir las diversas funciones de la vida, de órganos especiales, apropiados a las necesidades de su conservación: tales son los seres humanos, los animales y las plantas. Seres inorgánicos son todos aquellos que no tienen ni vitalidad, ni movimientos propios, y se forman por la simple agregación de la materia; tales son los minerales, el agua, el aire, etcétera.
1. La fuerza, que tiene unidos los elementos de la materia, es la misma tanto en los cuerpos orgánicos como en los orgánicos?
-“Sí, la ley de atracción es la misma para todos”-.
2. Existe alguna diferencia entre la materia de cuerpos orgánicos y aquella de los inorgánicos?
-“Es siempre la misma materia; pero en los cuerpos orgánicos es animalizada”-.
3. Cuál es la causa eficiente de la animalización de la materia?
-“Su unión con el principio vital”-.
4. Reside el principio vital en un agente particular, o no es más que una propiedad de la materia organizada? En otros términos, es un efecto, o una causa?
-“Lo uno y lo otro. La vida es un efecto producido por la acción de un agente sobre la materia; pero este agente, sin la materia no es la vida, como, paralelamente, la materia no puede vivir sin este agente, el cual confiere la vida a todos los seres, que lo absorben y se lo asimilan”-.
5. Hemos visto que el Espíritu y la materia son dos elementos constitutivos del universo. El principio vital sería, quizá, un tercero?
-“El principio vital es, ciertamente, un elemento necesario a la constitución del universo, pero no primitivo, por cuanto se origina en la materia universal modificada. Para vosotros es un elemento, como el oxigeno y el hidrógeno, los cuales todavía no son elementos primitivos, por cuanto provienen de otro principio”-.
Por lo tanto, la vitalidad no tiene su principio en un agente primitivo distinto, sino en una propiedad especial de la materia cósmica debida a ciertas modificaciones?
-“Esta es, ciertamente, la consecuencia de lo que hemos dicho”-.
6. El principio vital reside, de manera especial, en algunos de los cuerpos que nosotros conocemos?
-“Tiene su origen en el fluido universal, y es aquel mismo que vosotros llamáis fluido magnético, y fluido eléctrico animalizado. Sirve de intermediario, de anillo de conjunción entre el Espíritu y la materia”-.
7. El principio vital es siempre el mismo para todos los seres orgánicos?
-“Sí; modificado según la especie. Le confiere el movimiento y la actividad, y le permite distinguirse de la materia inerte; el movimiento de la materia no es la vida: por cuanto lo recibe, no lo da”-.
8. Es la vitalidad un atributo estable del agente vital, o más bien se desenvuelve por la acción de los órganos?
-“Ella se desenvuelve solamente con el cuerpo. No hemos dicho que este agente sin la materia no es la vida? Para producir esto es necesaria la unión de ambos”-.
Por lo tanto, la vitalidad está en estado latente cuando el agente vital no se encuentra unido al cuerpo?
-“Ciertamente es así”-.
El conjunto de los órganos constituye una especie de mecanismo, que recibe el impulso de la actividad íntima o principio vital, que existe en ellos. El principio vital es la fuerza motriz de los cuerpos orgánicos. Al mismo tiempo que el agente vital le da el impulso a los órganos, la acción de los órganos mantiene y desenvuelve la actividad del agente vital, al igual que la frotación desarrolla el calor.
LA VIDA Y LA DESENCARNACIÓN
9. Cuál es la causa del cese de la vida en los seres orgánicos?
-“El agotamiento de los órganos”-.
Es decir, podría compararse el cese de la vida a la descontinuación del movimiento en una maquina gastada?
-“Sí; si la maquina está mal montada, el resorte se rompe, y si el cuerpo carece de salud, la vida se va”-.
10. Por qué una lesión del corazón produce el cese de la vida física más que ningún otro órgano?
-“El corazón es, ciertamente, un mecanismo productor de vida, pero no el único órgano cuya lesión produzca la desencarnación; constituye una de las ruedas principales, pero no la rueda principal de la maquina humana”-.
11. Qué ocurre a la materia y al principio vital de los seres orgánicos al cese de la vida física?
-“La materia inerte se descompone, cuya esencia será el soporte de otra nueva; el principio vital regresa a la masa”-.
Cesada la ida del ser orgánico, los elementos de los cuales está formado se encuentran sujetos a nuevas combinaciones, que constituyen nuevos seres. Estos atraen de la fuente universal el principio de la vida y de la actividad, lo absorben y lo asimilan, para restituirlo a esta fuente, cuando cesa su ciclo de vida física.
Los órganos son, por así decirlo, impregnados de fluido vital. Éste comunica a todos las partes del organismo una actividad que obra, como en ciertas heridas, el reacercamiento, restableciendo las funciones momentáneamente suspendidas. Pero, donde los elementos esenciales a las funciones de los órganos son destruidos, o irremediablemente alterados, el fluido vital no puede transmitirle el movimiento de la vida, cesando la vida física del ser.
Los órganos reaccionan más o menos necesariamente los unos sobre los otros, y solamente de la armonía del conjunto resulta su acción recíproca. Cuando, entonces, una causa destruye esta armonía, sus funciones cesan a ejemplo del movimiento de una maquina, cuyas ruedas esenciales se hayan desajustado, como un reloj lo hace con el tiempo, o se daña por acción externa, obstaculizando que la fuerza motriz le ponga en movimiento.
Imagen todavía más exacta de la vida física y del cese de la misma, nos lo ofrece la maquina eléctrica. Ella esconde en sí misma, como todos los cuerpos de la naturaleza, la electricidad en el estado latente. Los fenómenos eléctricos no se manifiestan sino cuando el fluido sea puesto en actividad por una causa especial; y entonces, podría decirse que la maquina sea viviente. Cesada la causa de la actividad, lo hace, también, el fenómeno, regresando, la maquina, al estado de inercia. Los cuerpos orgánicos serían en cierto modo una especie de baterías o de maquinas eléctricas, en las cuales la actividad del fluido produce el fenómeno de la vida: el cese de esta actividad genera el de la vida física.
La cantidad de fluido vital no es la misma en todos los seres orgánicos: varía según la especie y no es nunca constante ni en el mismo individuo, ni en los de la misma especie. Algunos se encuentran saturados, otros tienen únicamente lo necesario; esta es la razón de que, en algunos, la vida es más activa, más tenaz y en cierto modo más exuberante.
La cantidad de fluido vital en cada ser se agota poco a poco, y puede resultar insuficiente para mantener la vida física, si no renueva con la absorción y la asimilación de las sustancias que la contengan.
El fluido vital se transmite de un ser a otro. Quien tenga de más puede darlo a quienes tienen de menos, y de esta manera reactivar la vida física, que se encontraba cercana a extinguirse.
INTELIGENCIA E INSTINTO
12. La inteligencia es un atributo del principio vital?
-“No; por cuanto las plantas viven y no piensan: tienen solamente la vida orgánica. Inteligencia y materia son independientes una de la otra, ya que un cuerpo puede vivir sin la inteligencia, y la inteligencia no tiene necesidad de los órganos materiales más que para manifestarse. Para rendir inteligente la materia animalizada es necesariamente el Espíritu”-.
La inteligencia es una facultad especial propia de algunas clases de seres orgánicos, a quienes, de una parte confiere la voluntad de actuar y la conciencia de su ser y de su individualidad, y de la otra los medios de ponerse en comunicación con el mundo externo y de proveer a sus necesidades.
Por lo cual, se pueden distinguir:
I. Los seres inanimados o cuerpos brutos, formados exclusivamente de materia, sin vitalidad ni inteligencia.
II. Los seres animados no pensantes, formados de materia y dotados de vitalidad, pero privados de inteligencia.
III. Los seres animados pensantes, formados de materia, dotados de vitalidad, y, también, dotados de un principio inteligente, que le otorga la facultad de pensar.
COMENTARIO EXEGÉTICO GIC: Esta respuesta contiene dos vertientes que analizaremos: La primera, cuando dice que “las plantas no piensan”. Los experimentos de laboratorio de Cleve Baxter, al adaptarle un polígrafo, y realizar con ellas diversos experimentos, como por ejemplo, encargar a un joven, entre un grupo que entra al azar en una sala donde se encuentra una planta, a hacerle un determinado daño, y luego salir. Al volver a entrar, el grupo de jóvenes sin un orden establecido, en el instante en que lo hace aquel que le hizo daño, el polígrafo registra un gráfico que denota que la planta le reconoció, y se encuentra atemorizada. También, la planta reconoce cuando una persona, en su presencia, dice o no la verdad en respuestas a preguntas que se les formulan. La segunda, es cuando expresa: “Para rendir inteligente la materia animalizada es necesariamente el Espíritu”. Efectivamente, todos los seres, en los cuatro reinos naturales, poseen cuerpo, alma y Espíritu, por lo cual, todos los seres, en los cuatros reinos naturales, incluyendo los minerales, piensan. La ley es una y rige todo de la misma manera, sin excepción. Es cuestión de tiempo que se demuestre este principio en todos los reinos naturales, como en efectos se está haciendo, incluyendo el reino mineral.
13. Cuál es la fuente de la inteligencia?
-“Lo hemos ya dicho: la inteligencia universal”-.
Se podría decir, que cada ser obtiene una porción de inteligencia de la fuente universal, y se la asimila, de misma manera en que lo hace el principio de la vida material?
-“No sería más que una comparación inexacta, por cuanto la inteligencia es una facultad propia de cada ser, de la cual se constituye la individualidad moral. Del resto, ya sabéis que existen cosas que no es dado al ser humano penetrar, y ésta, de momento, es una de esas”-.
14. El instinto es independiente de la inteligencia?
-“No del todo, por cuanto es una especie de inteligencia. El instinto es una inteligencia irracional, por medio de la cual todos los seres proveen a sus propias necesidades”-.
15. Se puede establecer un límite entre el instinto y la inteligencia, es decir, precisar donde termina el uno y comienza la otra?
-“No, por cuanto, frecuentemente se confunden; pero, en cambio, se pueden distinguir los actos que pertenecen al instinto de aquellos que pertenecen a la inteligencia”-.
16. Se puede afirmar que las facultades instintivas disminuyen con el crecer de las facultades intelectuales?
-“No. El instinto existe siempre, pero el ser humano lo descuida. El instinto, también él puede conducir al bien: nos guía siempre, y tal vez con mayor seguridad que la razón, ya que no puede equivocarse”-.
Por qué no es siempre guía infalible la razón?
-”Lo sería si no fuese falseada por la mala educación, por el orgullo y por el egoísmo. El instinto no razona; la razón, en cambio, deja la elección, y otorga al ser humano el libre albedrío”-.
El instinto es una inteligencia rudimentaria que difiere de la inteligencia propiamente dicha, porque sus manifestaciones son casi siempre espontáneas, mientras que las de la inteligencia son el resultado de una combinación y de un acto deliberado.
El instinto varía en sus manifestaciones según las especies y las necesidades de los seres. En aquellos que tienen la conciencia y la sensación de las cosas externas, se une a la inteligencia, es decir, al querer y a la liberarte.